
Vacunación y consejos sanitarios para viajeros
Información sobre vacunas para viajes al extranjero y consejos de salud antes, durante y después de un viaje
La salud también viaja. Cuando se emprende un viaje, sea a un país extranjero o dentro de nuestras fronteras, es importante tener en cuenta algunos consejos de salud antes, durante y al regreso del viaje: Qué profilaxis o vacunas son obligatorias o aconsejables si se viaja a determinadas zonas del mundo, a qué centros de vacunación se puede acudir en la Comunidad de Madrid, cómo solicitar cita, con qué antelación vacunarse o qué llevar en el botiquín.
Recomendaciones para viajar
Viajamos cada vez más y por distintos motivos: turismo, trabajo, negocios, cooperación humanitaria, y nos desplazamos a veces a lugares muy lejanos. En todas estas situaciones debemos adoptar una serie de precauciones para proteger nuestra salud.
Antes del viaje es imprescindible hacer una reflexión inteligente sobre las precauciones a adoptar. Es necesario protegerse de la enfermedad en un entorno desconocido que además, depende de la situación personal del viajero, ya que los riesgos son muy distintos según se trate de adultos, ancianos, niños o personas con características especiales como los embarazos o con dolencias crónicas.
De la misma manera que organizamos detalles relativos a transporte y estancia, también debería ser una práctica habitual la adopción de las medidas sanitarias necesarias para reducir los riesgos asociados al viaje, mediante la consulta a los profesionales sanitarios especializados de los centros de vacunación internacional y de los centros de salud.
Antes del viaje
Si va a viajar a otro país debe saber que en algunos lugares existen enfermedades, algunas graves, que no se producen habitualmente en nuestro entorno y frente a las que puede no estar “inmunizado”.
Ver situación sanitaria por países
Muchas de estas enfermedades son evitables con vacunas y algunas con medidas higiénicas estrictas y siguiendo consejos sanitarios básicos.
Consulte las recomendaciones de vacunas o tratamientos para su país de destino
Dependiendo de la zona y la época del año, pueden ser aconsejables vacunas contra el cólera, difteria, fiebre amarilla, fiebre tifoidea, hepatitis A y/o hepatitis B, poliomielitis, rabia, tétanos, etc. y/o también tomar medicamentos para la prevención de la malaria o paludismo.
Los niños, ancianos, mujeres embarazadas, discapacitados y personas con alguna enfermedad deberán seguir muy especialmente todos los consejos sanitarios para los viajeros.
Es recomendable contratar un seguro de viaje, que incluya los gastos de enfermedad y la repatriación urgente en caso de necesidad.
Si su destino es un país europeo no olvide solicitar la Tarjeta Sanitaria Europea. Infórmese también sobre la obtención del Certificado COVID Digital de la UE
Compruebe que su país de destino acepta como acreditación válida el Certificado COVID Digital de la UE, o si por el contrario ha de presentar algún otro documento que le posibilite quedar exento de las restricciones a la libre circulación por COVID-19.
Medidas de prevención contra la malaria o paludismo
Si el destino es un país tropical o subtropical con malaria o paludismo endémico, debe saber que es una enfermedad grave que transmite un mosquito (Anopheles) que al picar inyecta el parásito de la malaria en la sangre.
Aunque hay cuatro especies del parásito de la malaria que pueden infectar a los humanos y producir la enfermedad (Plasmodium falciparum, P. malariae, P. vivax y P. ovale), sólo es el P. falciparum el que potencialmente puede poner en peligro la vida. Existe riesgo real de que cualquiera, de cualquier edad pueda contraer esta enfermedad.
Puede consultar más información sobre cómo prevenir la picadura de los mosquitos y sobre vectores que transmiten enfermedades en el siguiente enlace
¡Disfrute del viaje! pero siga las medidas de prevención que le señalamos a continuación.
Repelentes
Prevenir la picadura con “métodos de barrera” :
Aplicar repelente de insectos eficaz (aerosoles o barras) sobre todo al amanecer y al atardecer cuando las posibilidades de picadura son mayores. En algunos sitios se pueden conseguir bandas para las muñecas o tobillos impregnadas de repelente. Utilice los que contengan al menos un 30% de dietil-toluamida, DEET o dimetil-ftalato o también derivados de eucalyptus.
- Siga las instrucciones de los fabricantes.
- En países muy húmedos o si se suda mucho, hay que repetir la aplicación varias veces al día (cada 3-4 horas).
- En niños pequeños es conveniente usar repelentes pediátricos.
- No respire el repelente, ni lo trague; no lo aplique en heridas ni en los ojos.
- Alójese en edificios bien construidos provistos de ventanas y puertas que deberán estar bien cerradas, fundamentalmente por la noche. Si va a viajar a América Central o del Sur, además evite dormir en casas de adobe, barro o con techos de paja: en ellas vive el insecto transmisor de otra enfermedad muy grave (enfermedad de Chagas).
- Por si acaso, también use mosquitera en la cama (existen también para cunas y camas de niños).
- Además impregne con insecticida residual (y que contenga piretroides) las mosquiteras y los colchones (deben estar separados del suelo).
- Sacuda y revise las sábanas o el saco antes de dormir.
- En caso de duda, aplique el insecticida también dentro de los sacos, al menos 15-30 minutos antes de dormir.
Puede llevar el repelente y el insecticida desde su país o también adquirirlos en la zona, aunque a veces resulta difícil encontrarlos.
Otras alternativas son los insecticidas por electricidad o las mechas que se queman por las noches. Estos sistemas deben desprender piretroides para que sean eficaces. Hay que utilizarlos con precaución en tiendas de campaña o en sitios cerrados.
Medicamentos antimaláricos
Tomar medicamentos específicos para la prevención de la Malaria o paludismo: los antimaláricos.
Como hay varios tipos de antimaláricos, será el médico especialista o el de Sanidad Exterior quien le aconsejará el antimalárico más adecuado (según la OMS) para la zona del mundo donde vaya a viajar y considerando también sus condiciones particulares.
Los antimaláricos se tomarán siguiendo rigurosamente la dosis indicada por el médico y empezando antes de llegar a la zona o país de riesgo. Continuar durante toda la estancia y también, muy importante, hasta cuatro semanas después de salir de la zona de riesgo, esté o no de viaje, con la excepción de la combinación Proguanil/Atovacuona que sólo es necesario hasta una semana después de salir de la zona de riesgo. No olvide ninguna dosis.
La sobredosificación de los antimaláricos puede ser muy grave. No deje la medicación al alcance de los niños.
Siempre se tomarán con agua y con alimentos.
Si vomita y/o tiene diarreas abundantes debe pensar que la prevención con el antimalárico que esté tomando puede fallar y no ser eficaz al eliminarse también el medicamento. En este caso, deberá consultar con su médico especialista lo antes posible.
Si usted padece del corazón y toma medicamentos para ello o si tiene reacciones alérgicas fuertes a los medicamentos en general, padece trastornos psiquiátricos, epilepsia, psoriasis generalizada o cualquier otra enfermedad crónica, consulte a su médico antes de tomar ningún antimalárico.
Si para su zona de destino se tiene que poner también alguna vacuna con bacterias vivas, por regla general, tendrá que esperar unos días entre la administración de dicha vacuna y el inicio de la primera dosis del antimalárico que le hayan prescrito. Así, por ejemplo, con la vacuna antitífica por vía oral hay que dejar pasar al menos tres días desde la última toma de esa vacuna antes de comenzar con el antimalárico correspondiente. En cambio, esto no es necesario si se administra una vacuna antitífica inyectable.
Si durante el tratamiento con estos antimaláricos nota alguna reacción adversa importante suspenda en seguida su ingestión y busque ayuda médica experta cuanto antes.
Recuerde que no realizar prevención de la malaria supone el riesgo de padecer la enfermedad.
Recuerde que los medicamentos antimaláricos requieren prescripción facultativa.
Advertencia general
Debe saber que por ahora ninguno de los antimaláricos proporciona una protección completa frente a esa enfermedad. De ahí la importancia de complementar la prevención con medicamentos antimaláricos con las medidas “no terapéuticas” de protección contra las picaduras de mosquitos, los “métodos de barrera” arriba explicados.
Si a pesar de adoptar todas estas medidas para prevenir la malaria o paludismo, le aparece fiebre inexplicable (con o sin los otros síntomas como sudoración, dolor de cabeza, escalofríos, dolores musculares, cansancio y a veces náuseas, vómitos y diarrea) en cualquier momento, entre una semana después de llegar a la zona de riesgo y dos meses (incluso varios meses, en casos raros) después de salir de la zona de riesgo: busque ayuda médica experta urgentemente.
La supervivencia de algunos pacientes infectados con cierto tipo de malaria o paludismo puede depender de un diagnóstico precoz y un tratamiento apropiado. Ante cualquier sospecha consulte a un médico experto lo antes posible. Los síntomas pueden corresponder a cualquier otra enfermedad, pero es preferible confirmarlo.
Embarazadas
Aunque el embarazo es un estado fisiológico natural y no una enfermedad, la mujer embarazada tiene que considerar los problemas potenciales asociados a un viaje internacional y consultar con su ginecólogo y/o un médico especialista en medicina tropical las posibles contraindicaciones.
No debería viajar a ciertas zonas del mundo a no ser que sea inevitable.
Debe tener especial consideración si su destino es a zonas de elevada altitud, con enfermedades endémicas o epidémicas graves o a zonas con resistencia a algún antimalárico y donde haya malaria endémica producida por el Plasmodium falciparum.
En ese caso, debe saber que la malaria o paludismo, como otras enfermedades, aumenta el riesgo de muerte fetal, abortos y otras complicaciones.
Si no tiene más remedio que viajar, debe tomar todas las medidas preventivas posibles:
- Informarse y asegurarse de las mejores condiciones sanitarias para el cuidado de su embarazo y de su estado de salud en general, en el país de destino.
- Aplicarse los “métodos de barrera”contra la picadura de los mosquitos arriba explicados. Debe ser especialmente cuidadosa en seguirlos.
- Adquirir la inmunización adecuada contra ciertas enfermedades (mediante vacunas o medicamentos), siguiendo estrictamente las indicaciones de su ginecólogo o médico especialista, que habrá considerado su embarazo y las condiciones sanitarias del país de destino.
Aunque en general las embarazadas deben evitar las vacunas con virus o bacterias “vivas”, será su médico el que valore cual es necesaria o no, atendiendo al riesgo real de contraer enfermedades graves. Consulte siempre a su ginecólogo antes de ponerse ninguna vacuna.
Respecto a los medicamentos antimaláricos, como pasa con otros medicamentos, algunos podrá tomarlos y otros no. Consulte a su ginecólogo o a un médico especialista antes de ingerir cualquier medicamento durante su embarazo.
Lea todas las informaciones sobre la malaria y los antimaláricos arriba explicadas y en especial el apartado Advertencia General.
También si tiene alguna duda respecto a los medicamentos y embarazo puede consultar al Servicio de Información Telefónica para Embarazada (SITE): 91 822 24 36.
Mujeres en edad fértil
Si no está embarazada pero es mujer en edad fértil, tome el máximo de precauciones para evitar el embarazo cuando vaya a ingerir medicamentos antimaláricos. Concretamente, con Mefloquina no se recomienda quedarse embarazada hasta que pasen al menos dos meses después de la última toma.
De todas formas, si se queda embarazada, no se preocupe y antes de nada consulte a su ginecólogo y también puede consultar al Servicio de Información Telefónica para Embarazada (SITE), tlf.: 91 822 24 36.
Tras la administración de vacunas con virus vivos ( como la Fiebre Amarilla) es aconsejable posponer la posibilidad de embarazo en un mes. Si viaja a zonas endémicas donde hay transmisión de virus Zika, este período debe prolongarse a tres meses.
Niños
No se aconseja llevar a niños pequeños a zonas de paludismo o malaria endémicas si no es estrictamente necesario.
Son un grupo de especial riesgo ya que la malaria en ellos puede ser muy grave.
Si el viaje es inevitable, sea especialmente cuidadoso con ellos protegiéndoles de las picaduras de los mosquitos con los ”métodos de barrera” arriba recomendados (repelentes, mosquiteras, mangas largas, etc.).
La elección del antimalárico adecuado se la prescribirá el pediatra o médico especialista en medicina tropical de forma individualizada para cada niño, y su dosificación dependerá de varios factores, entre otros la zona, la edad y el peso del niño.
Recuerde que la sobredosificación de los medicamentos antimaláricos puede ser muy grave. No deje la medicación al alcance de los niños.
Ante cualquier duda y antes de administrarle cualquier medicamento siempre consulte a su pediatra o a un médico especialista en medicina tropical. Especialmente si el niño es lactante, menor de un año, toma otros medicamentos o padece alguna enfermedad crónica. Puede existir algún problema concreto o alguna contraindicación importante para administrarle ese medicamento.
Los antimaláricos deben tomarlos machacándolos y mezclándolos con algunos alimentos como jamón, plátanos o con azúcar.
Si a pesar de adoptar todas las medidas recomendadas para prevenir la malaria al niño le aparece fiebre inexplicable (con o sin los otros síntomas como sudoración, dolor de cabeza, escalofríos, dolores musculares, cansancio y a veces náuseas, vómitos y diarrea), en cualquier momento después de una semana de estancia en la zona de riesgo: busque ayuda médica experta urgentemente.
Debe saber que la malaria o paludismo también puede cursar sin fiebre, en los niños. Ante cualquier sospecha no dude en buscar ayuda médica.
Otras sugerencias
- La ropa debe ser ligera, preferiblemente de algodón. Debe llevar abundantes mudas de ropa interior. Se aconseja utilizar preferiblemente ropa de manga larga y pantalones largos; así se evitan ciertas picaduras de los mosquitos transmisores de la malaria y otras enfermedades, o de las moscas transmisoras de la “enfermedad del sueño” (en los países que la tienen endémica).
- Es aconsejable, por estos motivos, evitar los colores oscuros que atraen a los mosquitos y moscas.
- El calzado será fresco y cómodo y nunca se deberá andar descalzo ya que hay muchas enfermedades que se transmiten por parásitos que penetran por la piel. Si es una zona con serpientes, se aconseja llevar botas altas y cerradas.
- Es aconsejable llevar sombreros, gafas de sol y cremas con factores de protección altos que eviten los efectos de la exposición excesiva al sol.
- Las garrapatas, las pulgas y los piojos también pueden transmitir muchas enfermedades. Cuide que no le piquen y mantenga medidas de higiene personal.
El botiquín de viaje
Consulte con su médico la necesidad de llevar alguna medicación específica en función del riesgo de la zona a la que viaje.
Imprescindible:
- Informe médico actualizado, donde se describa el trastorno o enfermedad crónica, el diagnóstico y su tratamiento. Si necesita utilizar jeringas o algún dispositivo especial debe señalarlo también en ese informe. Es aconsejable llevar por escrito la composición de sus medicamentos imprescindibles. Todo, a ser posible, traducido al inglés.
- Envases de su medicación habitual, si padece alguna enfermedad crónica o intermitente, en cantidad suficiente para hacer frente a un período largo por si surge cualquier eventualidad.
Recomendable:
- Llevar los medicamentos en el equipaje de mano para evitar el riesgo de pérdida.
Durante el Viaje
Síndrome de la clase turista
El 'síndrome de la clase turista' se refiere a los trastornos causados por la limitación de movimientos durante los trayectos largos. Presenta síntomas como la sensación de hinchazón en las piernas, hormigueo, molestias, mareos y dolor.
Si estos se agravan pueden acarrear la llamada trombosis del viajero, que se produce por la aparición de trombosis en las venas de las piernas generalmente en personas que tienen una alteración de la coagulación o han sufrido trombosis previa.
Los especialistas suelen explicar este síndrome hablando de las dificultades que tiene la sangre para volver al corazón cuando se permanece mucho tiempo en la misma posición.
Las arterias llevan la sangre con mucha presión y velocidad, pero la capacidad aspirativa del corazón es muy débil (la capacidad de succión para activar la vuelta de la sangre por las venas). En el caso de las piernas está dificultada por la gravedad: al estar sentado la sangre debe ascender hasta llegar al corazón.
Para conseguir este retorno venoso, el organismo ha desarrollado un ingenioso sistema, ya que las venas profundas están metidas dentro de paquetes y fascias musculares (como 'fundas') y disponen de unas válvulas que impiden su paso hacia los pies para ordenar el flujo de sangre hacia el corazón.
Cada vez que nos movemos, contraemos los músculos que comprimen a las venas, y al estar ordenada la dirección del flujo por estas válvulas, la sangre progresa en la dirección adecuada, es decir, hacia el corazón.
Pautas para evitar este "síndrome":
- Ejercicios de flexo-extensión durante algunos minutos cada hora, moviendo brazos y piernas y levantando la punta de los pies.
- Vestir ropa poco ajustada, de fibra natural, que permita la transpiración.
- Beber abundantes líquidos (no café ni alcohol, ya que favorecen la deshidratación).
- Dar un pequeño paseo por el avión, tren o hacer paradas a lo largo del viaje en coche para estirar las piernas.
- No colocar bultos o maletas bajo los asientos.
- No cruzar las piernas de forma prolongada.
- Realizar estiramientos y paseos tras la llegada del viaje.
En casos de alto riesgo (pacientes con alteraciones de coagulación, las llamadas trombofilias, afectados por cáncer, gestantes y aquellos que han sufrido alguna trombosis previa) y siempre por prescripción de su médico, podría estar indicada alguna medida más intensa, como la utilización de medias cortas de compresión elástica, tomar un fármaco antiagregante o usar heparinas de bajo peso molecular.
Pero se ha de destacar la gran ventaja que supone la llegada del verano para nuestra salud, y es que se dispone de más tiempo para realizar una vida más sana y para poner en marcha una serie de estrategias que pueden suponer un alivio para nuestra circulación.
Para ello, podemos aprovechar las vacaciones para cambiar los hábitos de dieta (menos grasas y calorías), modificar los hábitos de ejercicio (como andar por la playa o en la hierba del jardín), practicar natación (un ejercicio muy adecuado para el retorno venoso porque se ejercitan los músculos de todo el cuerpo), y la aplicación de cremas de efecto frío o masajes directamente con crema fría, ya que disminuye la congestión, hinchazón y cansancio de las piernas que producen el calor y la inmovilidad.
Precauciones durante el viaje
Tratamiento del agua
Si no puede conseguir agua potable puede potabilizarla con alguno de los siguientes métodos:
- Hervirla vigorosamente más de 10 minutos. Espere a que se enfríe. No añada hielo.
- Añadir pastillas potabilizadoras. Generalmente son de hipoclorito sódico o de ciertos derivados de yodo. Lea cuidadosamente las instrucciones del fabricante.
- Añadir, por cada litro de agua, de 2 a 3 gotas de lejía alimentaria (es decir de hipoclorito sódico sin detergentes ni perfumes). Espere a que se airee más de 30 minutos antes de consumirla.
Recuerde que, al igual que los alimentos, muchas enfermedades, entre otras la “diarrea del viajero”, se transmiten por el agua o bebidas contaminadas. Aunque es conveniente beber agua cuando se suda mucho, debe hacerse siempre con agua limpia o higiénica y con garantías de potabilidad.
Por eso, en áreas con falta de higiene, solo debe beber:
- Agua hervida o mineral.
- Bebidas calientes (como café, té o caldos, si realmente han hervido lo suficiente).
- Agua, refrescos o zumos embotellados o en lata y preferiblemente con gas o carbonatados (deben abrirse en su presencia). Limpie la zona que va a tocar con la boca.
Evite el hielo si no tiene garantías absolutas de que es de agua potabilizada.
No se lave los dientes con agua del grifo si no es potable. Ante la duda, use agua mineral o no se lave y mastique chicles refrescantes o de higiene bucal.
Los alimentos y las bebidas contaminados son la mayor fuente de infecciones o enfermedades intestinales durante los viajes. Sea muy prudente con lo que come. Los alimentos que tome durante el viaje debe seleccionarlos con mucho cuidado ya que pueden contener bacterias y estar contaminados por diversos motivos.
Además, en los países con temperatura ambiente alta, cualquier contaminación accidental prolifera rápidamente porque las bacterias contaminantes se multiplican fácilmente en esas temperaturas.
No olvide que también las manos de algunos profesionales, no correctamente lavadas, pueden estar contaminadas y transmitir microorganismos cuando manipulen los alimentos.
No olvide tampoco que la contaminación de los alimentos no se aprecia a simple vista y pueden estar o parecer muy apetitosos pero hallarse infectados con distintos microorganismos (si no se han observado estrictas medidas de higiene).
Por tanto se recomienda que:
- No consuma fruta sin que la pele usted mismo y con cubiertos limpios.
- No consuma verduras si no están bien cocidas.
- Evite las ensaladas, las salsas, las cremas de repostería, los huevos poco hechos, los helados y cualquier plato de los bufés si están a la intemperie, por muy apetecibles que parezcan.
- No consuma leche, ni sus derivados sin higienizar (esterilizar, pasteurizar, hervir, etc.) y si no están conservados adecuadamente.
- Nunca tome carnes, pescados y mariscos crudos o poco cocinados. Deben estar bien fritos y cocidos.
- No consuma pescado (ni del mar ni de río) en algunos países tropicales (del mar Caribe, del Océano Pacífico, o del Indico, entre otros). Consulte antes a expertos de la zona. Puede ser peligroso porque pueden contener toxinas aunque estén bien cocinados o fritos.
Los alimentos pélelos, cuézalos o fríalos y si no, ¡déjelos!
Baños en lagos, canales, ríos, charcas
Hay que tener especial cuidado porque algunas infecciones de ojos y oídos ya que muchos parásitos se transmiten por aguas de baño contaminadas. Suelen ser aguas poco profundas de flujo lento y vegetación adyacente.
Sólo es seguro bañarse en piscinas cloradas.
No es aconsejable andar descalzo por arrozales o por lagunas embarradas.
Los baños en el mar habitualmente no suelen tener riesgos de enfermedades transmisibles, pero hay que tener cuidado con las picaduras o mordeduras de ciertos peces o medusas venenosos, o con los arañazos en los corales o arrecifes que pueden producir dermatitis y reacciones alérgicas.
Evite el contacto con animales “aparentemente domésticos”, sobre todo perros, si no tiene la certeza de que estos últimos están vacunados, ya que pueden transmitir la rabia.
También evite el contacto con murciélagos, monos y ardillas, entre otros, porque pueden transmitir muchas enfermedades.
Diarrea del Viajero
La mejor manera de prevenirla es poniendo especial atención a lo que se come y se bebe. El riesgo de infección variará en función de las zonas y del lugar donde se coma; siendo menor en casas particulares y máximo en puestos de venta ambulante.
Los síntomas típicos son: diarrea, náuseas, vómitos y malestar en general. Suele durar de 3 a 7 días y raramente es grave.
Para su tratamiento suelen recomendarse:
- La “solución de rehidratación oral” (fórmula recomendada por la O.M.S.). Es una mezcla empaquetada en sobres que contiene sales e hidratos de carbono y que se prepara siguiendo las instrucciones del fabricante, añadiendo agua hervida o mineral.
- Preparar una solución semejante (si no puede conseguir esos sobres): 1 litro de agua mineral (o hervida)+ 2 cucharadas soperas de azúcar + 1 punta de cuchillo de sal y otra de bicarbonato + el zumo de 2 limones.
- Algún antidiarréico (como Loperamida). Puede aliviar los síntomas cuando las diarreas no son fuertes, pero debe ser aconsejado o prescrito por algún médico porque se pueden enmascarar otras complicaciones. Nunca lo utilice en niños ni en embarazadas sin consultar previamente al médico.
- Evitar los yogures y otros derivados de la leche y cualquier otra bebida sin garantías de potabilidad.
- Si la diarrea es sanguinolenta y/o va acompañada de fiebre alta y/o tiene vómitos que persisten, consulte a un médico inmediatamente o acuda a un hospital. Probablemente tendrá que tomar algún antibiótico.
Después del viaje
Con frecuencia, algunas enfermedades tropicales se manifiestan semanas e incluso meses después de regresar de la zona de viaje. En el caso de que con posterioridad a su viaje comience a manifestar algún síntoma o trastorno de salud que pudiera hacer pensar que se haya contraído alguna enfermedad durante su estancia en el extranjero, es aconsejable acudir al centro de salud y hacer saber al profesional sanitario que se ha viajado a una zona tropical o a un país en vías de desarrollo.