
Rabia
La rabia es una enfermedad producida por un virus del Género Lyssavirus, que se transmite por la mordedura de un animal infectado a una persona sana.
Qué es la rabia
La rabia es una enfermedad infecciosa caracterizada por la infección e inflamación del cerebro que afecta al hombre y a un gran número de animales, tanto domésticos como salvajes. Es una de las zoonosis más importantes debido a su gravedad clínica.
Los animales con rabia transmiten la infección a través de su saliva. La infección en las personas suele producirse por la mordedura o un arañazo profundo de un animal infectado, siendo los más frecuentes perros y murciélagos. El virus puede entrar también a través de las mucosas de los ojos, la nariz o la boca.
Es una enfermedad presente en todos los continentes excepto en la Antártida, pero más del 95% de las muertes humanas se registran en Asia o en África.
Síntomas
Después de la mordedura o contacto con un animal infectado se produce un periodo de incubación que depende de varios factores: la zona de la exposición (la distancia con el cerebro), el tipo de virus de la rabia y la inmunidad de la persona.
Los primeros síntomas de la rabia pueden ser muy similares a los de la gripe, como debilidad, malestar general, fiebre, o dolor de cabeza. La rabia también puede provocar pinchazos, dolor o alteraciones de la sensibilidad en la zona de la mordedura. Estos síntomas pueden durar varios días.
En pocos días se extiende la infección al sistema nervioso y aparece inquietud, confusión, agitación, alucinaciones e insomnio, espasmos de los músculos faríngeos, hidrofobia y aerofobia. En algunas ocasiones la enfermedad se presenta como una parálisis ascendente y tetraplejía. Una vez que estos síntomas comienzan, la letalidad de la enfermedad suele ser del 100%.
Diagnóstico y tratamiento
Su diagnóstico se realiza a través de una exhaustiva entrevista clínica donde se informará al personal sanitario de la mordedura del animal infectado, realizando un examen físico y pruebas complementarias como analítica sanguínea, de líquido cefalorraquídeo, saliva o biopsia de la piel.
Las herramientas diagnósticas actuales no permiten detectar la rabia antes del inicio de la fase clínica y, a menos que haya signos específicos de hidrofobia o aerofobia, el diagnóstico clínico puede ser difícil de establecer.
El tratamiento consiste en la limpieza exhaustiva de la herida y la administración de un tratamiento preventivo posterior a la exposición que se debe administrar de inmediato tras una mordedura. El objetivo es impedir que la infección entre en el sistema nervioso central.
Prevención
La mejor prevención consiste en evitar la mordedura de cualquier animal, especialmente perros, monos y murciélagos.
La vacuna antirrábica es segura y recomendable para personas con riesgo de exposición al virus, como viajeros que van a realizar actividades de alto riesgo en regiones endémicas, o personas que trabajan con animales en ellas.
Si va a viajar a algún país donde la enfermedad sea frecuente, es importante que contacte con un Centro de Vacunación Internacional para obtener las recomendaciones en cuanto a vacunación, medidas preventivas y tratamientos posteriores a la exposición. En zonas donde la enfermedad es común hay que evitar interactuar y tocar animales.