
Parque Regional del Sureste
Al sureste de la Comunidad de Madrid se localiza este espacio que alberga áreas y enclaves que constituyen algunas de las entidades biogeográficas más ricas e interesantes de la región, con formaciones vegetales y poblaciones de fauna de gran diversidad y riqueza de especies, entre las que destaca la avifauna asociada a cortados y cantiles, sotos fluviales y lagunas, o aquellas otras especies que habitan en las singulares estepas de yesos y cereales de secano.
Los factores físicos, biológicos, sociales y económicos del sureste madrileño resultan ser el polo opuesto del territorio situado en las áreas serranas de la región y determinan el carácter del Parque Regional en torno a los ejes de los cursos bajos de los ríos Manzanares y Jarama, más conocido como Parque Regional del Sureste.
En este entorno tan peculiar, es el agua el elemento natural omnipresente y dominante, el río Jarama y sus tres afluentes, Manzanares, Henares y Tajuña, unen sus aguas en territorio del Parque, además, la existencia de numerosas lagunas, artificiales en su gran mayoría, también contribuye a ese protagonismo. Es en estos medios acuáticos donde la fauna, aves particularmente, encuentran lugares oportunos para su reproducción y cría, hasta 120 especies distintas encuentran alimento en la vegetación ribereña o en su fauna ictícola.
Conoce el Parque
Superficie: 31.550 hectáreas
16 términos municipales tienen parte de su superficie dentro de este espacio protegido:
Aranjuez, Arganda, Chinchón, Ciempozuelos, Coslada, Getafe, Madrid, Mejorada del Campo, Pinto, Rivas Vaciamadrid, San Fernando de Henares, San Martín de la Vega, Titulcia, Torrejón de Ardoz, Valdemoro y Velilla de San Antonio.
Poster del Parque Regional del Sureste a escala 1:50.000 y tamaño hasta A0 con la delimitación y zonificación vigente.
El territorio del Parque del Sureste es accesible, se puede llegar incluso en Metro (estación de Rivas Vaciamadrid).
Los servicios de Autobuses interurbanos y Cercanías RENFE son muy amplios, existiendo multitud de líneas que conectan los distintos municipios que comprende el Parque Regional y otros aledaños.
En coche, las principales vías de comunicación que nos acercan al Parque son:
- A3, salidas en Rivas Vaciamadrid y Arganda del Rey
- A4, salidas en Getafe, Pinto, Valdemoro y Ciempozuelos
- A2, salidas en Coslada, San Fernando de Henares y Torrejón de Ardoz
- M-203, M-206 y M-208, salidas en Mejorada de Campo y Arganda del Rey
- M-506, salidas en Pinto y San Martín dela Vega
- M-301 permite llegar a San Martín de la Vega desde Villaverde, y cuenta además de un carril bici
- M-307, salidas en San Martín de la Vega y Aranjuez
- M-404, salidas en Titulcia, Chinchón y Ciempozuelos.
Oficina de Gestión
Se encuentra en la sede de la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibilidad de la Comunidad de Madrid.
c/Alcalá, 16, primera planta.
28014 Madrid
El horario de atención al ciudadano es lunes y jueves de 9:00 a 14:00h.
Parque Regional
Además, cuenta con otras otras figuras de protección como son:
- Zona especial de conservación (ZEC) "Vegas, Cuestas y Páramos del Sureste de Madrid".
- Zona de especial protección para las aves (ZEPA) "Cortados y Cantiles de los ríos Jarama y Manzanares".
- Humedales protegidos: Lagunas de Cerro Gordo, Lagunas de la Presa del río Henares, Lagunas de Sotillo y Picón de los Conejos, Lagunas de Velilla, Laguna del Campillo, Laguna de Soto de las Juntas, Lagunas de Las Madres, Lagunas de Ciempozuelos y Laguna de Soto de las Cuevas.
- Montes de Utilidad Pública: MUP 210 Caserío del Henares, MUP 209 Riscos y Anexos, MUP 213 Soto de las Juntas y MUP 208 Soto de las Cuevas.
Para más información, consulta nuestro Repertorio de Legislación Ambiental
En este entorno tan peculiar del valle bajo del Jarama el agua es el elemento natural omnipresente y dominante, ríos y lagunas han modelado el territorio del Parque y permiten la vida a gran número de especies. En el Parque del Sureste se han inventariado un total de 123 humedales que ocupan más de 400 hectáreas.
También los cortados y cuestas yesíferas, que originó la erosión fluvial cuaternaria, son característicos. En estos yesos, tan excepcionales como frágiles, se encuentra una flora muy singular: jabuna, sisallo, hierba de las pecas, carraspique... Sus portes, arbustivos y de escasa densidad, producen paisajes vegetales con grandes espacios abiertos propiciando lugares idóneos para la existencia de aves esteparias como avutardas, sisones y alcaravanes. Muy cerca de ellas, allí donde las cuestas se convierten en paredes verticales formando hermosos cortados, anidan halcones peregrinos, búhos reales, chovas piquirrojas y, en sus cercanías, milanos negros.
En los bosques formados por pinos y coscojas, a los que acompañan encinas y quejigos, habitan águilas calzadas y culebreras, azores y pequeños búhos junto a garduñas, ginetas y zorros. Y, en cualquier lugar, los conejos.
Esta diversidad biológica convive estrechamente con los núcleos de población cercarnos. El 50% del territorio del Parque Regional está ocupado por cultivos, principalmente asentados en la vega del río Jarama, donde el maíz ocupa importantes extensiones.
Por último, bajo la fértil tierra de la vega jarameña se encuentran depósitos de gravas silíceas, formados a partir del arrastre de materiales por erosión fluvial. Las capas más profundas del suelo guardan un valiosísimo pasado arqueológico y paleontológico, de gran relevancia para el Patrimonio Histórico de la región.
Ven a visitarnos
CENTROS DE EDUCACIÓN AMBIENTAL
En el territorio del Parque del Sureste se localizan dos Centros de educación ambiental de la Comunidad de Madrid, uno en la finca Caserío de Henares (término municipal de San Fernando de Henares) y otro junto a la Laguna del Campillo (Rivas Vaciamadrid).
Los dos Centros cumplen funciones de información, interpretación y educación relacionadas con los valores del Parque Regional y los comportamientos que requiere la conservación del medio.
CENTRO DE EDUCACIÓN AMBIENTAL EL CAMPILLO
El entorno del Centro El Campillo está determinado por la laguna de igual nombre (formada al extraer áridos), la cercanía del río Jarama y los cortados que delimitan el paisaje. Además de la vegetación y fauna propias de los ecosistemas, acuático y de ribera, son destacables las características del paisaje formado por los cantiles yesíferos.
Entre sus recursos destacan los de valor ecológico, paleontológico y arqueológico, exponentes del aprovechamiento del territorio por las personas desde los tiempos prehistóricos, como eje alrededor del cual explicar los cambios y consecuencias hasta ahora derivados, para delimitar actuales usos y comportamientos acordes con un desarrollo sostenible.
Para conocer toda la información sobre las actividades de este Centro pincha aquí
CENTRO DE EDUCACIÓN AMBIENTAL CASERÍO DE HENARES
La finca Caserío de Henares, propiedad de la Comunidad de Madrid, tiene una extensión de 194 ha y se localiza en la vega del río Henares, en un medio idóneo para la realización de actividades basadas en el conocimiento del bosque de ribera y la práctica de la agricultura.
Además del soto del río y la abundante avifauna, se cuenta en las cercanías con restos de yacimientos arqueológicos y paleontológicos y con el Castillo-Palacio del Soto de Aldovea. En conjunto representa un enclave natural dentro de una zona de intensa actividad humana.
Para conocer toda la información sobre las actividades de este Centro pincha aquí
RED DE SENDAS
Las rutas son muy variadas y ofrecen experiencias de recorridos para todos los gustos.
SENDAS Y RUTAS
- Senda "Paseo por el Soto de Las Juntas": paseo paralelo a los ríos Jarama y Manzanares, en el que se pueden ver numerosas aves en las lagunas que circundan la zona.
- Senda "Paseo por las áreas recreativas de Chinchón": parte de la Plaza Mayor de Chinchón y recorre los alrededores del municipio pudiendo descansar en las áreas recreativas.
- Senda "Paseo por las lagunas y la presa del río Henares": recorrido por las lagunas y la ribera del río Henares, desde el área recreativa "Las Islillas", pasando por un observatorio ornitológico y el azud (presa) del río Henares.
- Ruta a pie por los altos y vaguadas de Rivas-Vaciamadrid: recorrido por la parte alta de los cortados del río Jarama en el paraje conocido como "El Piul", con interesantes vistas panorámicas de toda la comarca de Las Vegas.
- Senda Soto Bayona y los cortados de Titulcia: paseo por el entorno del paraje ribereño del río Jarama conocido como "Soto Bayona" al noroeste del casco urbano de Titulcia, bajo los cortados yesíferos excavados por la acción fluvial del río.
- Senda Soto Bayona (adaptado): este tramo de senda adaptado para discapacidad motriz y sensorial pertenece a la Senda Soto Bayona y los cortados de Titulcia, al norte del casco urbano de Titulcia.
- Senda "Un paseo por El Campillo, el Agua": de algo más de 5 km es un tranquilo paseo alrededor de la laguna del Campillo, bajo los cortados de Rivas.
- Senda "Un paseo por El Campillo, el Agua" (adaptado): pequeño recorrido adaptado de 1,2 km. El paseo bordea la parte sur de la Laguna del Campillo y se encuentra en las cercanías del Centro de educación Ambiental.
- Senda Botánica El Campillo: a lo largo del recorrido podrás ir identificando las diferentes especies vegetales autóctonas, con el apoyo de carteles informativos y fichas botánicas.
- Vuelta en bicicleta por los altos del Pingarrón desde San Martín de la Vega: recorrido por la vega de San Martín de la Vega y los cerros situados en el margen izquierdo del río Jarama, con parajes y vistas panorámicas de gran belleza.
ÁREAS RECREATIVAS
El uso público de los espacios naturales es uno de los pilares básicos en su gestión, y engloba el conjunto de actividades relacionadas con el recreo, la cultura y la educación que en él se desarrollan.
En el Parque Regional del Sureste hay habilitadas 18 áreas recreativas que cuentan con cartelería informativa e interpretativa para facilitar a los visitantes cómo disfrutar y conocer este singular espacio, además de facilitar aparcamiento a los vehículos.
De estas 18 áreas, 12 de localizan en espacio protegido (10 en el Parque, 1 en el Refugio de Fauna de la Laguna de San Juan y 1 en la Reserva Natural El Regajal-Mar de Ontígola).
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ZONIFICACIÓN
La superficie del Parque Regional se clasifica según su grado de protección en las siguientes zonas:
Zonas A. De reserva integral: aquellas que incluyen ecosistemas, comunidades o elementos que por su rareza, importancia o vulnerabilidad merecen una especial protección.
En estas áreas se incluyen los cantiles y cortados de Rivas y La Marañosa y las lagunas de las Arriadas y El Porcal Norte, y las masas de repoblación de pino carrasco situadas junto a los cortados de La Marañosa.
Zonas B: De reserva natural: aquellas que han sido poco modificadas o en las que la explotación actual de los recursos naturales ha potenciado la existencia y desarrollo de formaciones, comunidades o elementos naturales que merecen ser objeto de protección, mantenimiento, restauración y mejora.
En esta área se han incluido las márgenes de los ríos Jarama, Henares, Manzanares y Tajuña y las lagunas y humedales más próximos a éstos. Además, los cortados de Vallequillas y las zonas de olivar y cereales de Pinto. También comprende los enclaves de repoblación de Casa Gózquez, La Marañosa y Casa Eulogio, así como los encinares y coscojares comprendidos entre el Pingarrón, el Vedadillo y el Carrascal de Arganda.
Zonas C. Degradadas a regenerar: diversas áreas que han sido utilizadas de forma intensiva, sufriendo grave deterioro en sus valores naturales, pero que presentan todavía una marcada vocación natural en razón de los valores que aún albergan, de su potencialidad de regeneración y de su cercanía, en algunos casos, a zonas de Reserva Integral o Reserva Natural.
Esta área incluye los matorrales gipsícolas de Ciempozuelos y Rivas-Vaciamadrid y los coscojares de San Martín de la Vega. También algunas zonas de matorral calizo y gipsícola, así como retamares, etapas seriales que pueden evolucionar hacia otras más maduras de encinares, coscojares y quejigares.
Zonas D. De explotación ordenada de los Recursos Naturales: áreas en las que las actividades principales están relacionadas con la explotación agropecuaria y los recursos hídricos, mineros y forestales.
Se incluyen en esta área los pinares de El Portachuelo, Gózquez y algunas manchas situadas al sur del Carrascal de Arganda. También terrenos cuyos suelos presentan mayor capacidad para usos agrícolas, ubicados en proximidad a los ríos principales y en los páramos. Incluye también algunas superficies de olivar, así como enclaves de uso ganadero y forestal. Por último, incluye terrenos de inferior calidad ecológica localizados en la margen derecha del río Jarama, por debajo de la unión de los ríos Manzanares y Jarama.
Zonas E. Con destino Agrario, Forestal, Recreativo, Educacional y/o Equipamientos Ambientales y/o Usos Especiales: áreas de bajo valor ambiental general, en las que pueden existir ocasionalmente algunos lugares de interés, pero que se encuentran sometidas a una alta incidencia de impactos negativos. Presentan potencialidad para albergar infraestructuras agrarias, equipamientos ambientales y/o especiales, o para el desarrollo de fines recreativos, de ocio, deportivos, educativos y culturales. También pueden ser destinadas al desarrollo de la cubierta vegetal.
Zona F. Periférica de Protección: franja de terreno que se extiende al Este del término municipal de Velilla de San Antonio y al Oeste del núcleo urbano de Mejorada del Campo, hasta los límites territoriales definidos por la Ley de declaración del Parque Regional, dentro del conjunto geomorfológico conocido como "terrazas del río Jarama". Las características ambientales de esta zona están condicionadas por las explotaciones mineras causantes de su notable alteración.
Zona G. A Ordenar por el Planeamiento Urbanístico: zonas que albergan situaciones urbanísticas irregulares o situaciones especiales, suponen un 1% de la superficie total del Parque Regional.
Para más información consulta nuestra Cartografía Ambiental.
PAISAJE
El Parque Regional del Sureste es un espacio natural cuyos recursos naturales, tanto bióticos como abióticos, se ven sometidos a una enorme presión por parte de las actividades humanas que se desarrollan en la zona. Esta característica tiene su mejor reflejo en el paisaje, un bien que puede ser aprovechado como cualquier otro recurso.
Al pensar en el paisaje es necesario hacerlo desde una doble perspectiva. Por un lado como estudio de un recurso, un bien que puede ser aprovechado y que es necesario conservar; y por otro como fuente de información para conseguir una adecuada gestión del territorio.
GEOLOGÍA
El Parque Regional del Sureste es un territorio privilegiado en cuanto a las muestras visibles de su geología, presenta una notable diversidad en diferentes aspectos como los estructurales, estratigráficos, paleontológicos o geomorfológicos. Los cursos bajos de los ríos Manzanares y Jarama atraviesan materiales terciarios y cuaternarios de la zona centro occidental de la cuenca del Tajo, cuya característica geológica más relevante es su disimetría, con largas y escarpadas vertientes y un amplio desarrollo de terrazas.
La configuración del sistema central y cuenca de Madrid a finales del Oligoceno ya es muy similar a la actual: la alineación estructural del Jarama, probablemente continuidad de la falla de Berzosa-Riaza, se establece en esta época. Desde el Mioceno inferior y medio (20-11 millones de años) las facies aflorantes en el Parque responden a un esquema general complejo. Las unidades inferior y media, definidas para la cuenca de Madrid, reflejan una serie de hasta 4 reactivaciones tectónicas importantes del sistema central (elevación por compresión). Así, se forman lagos y pantanos complejos en la cuenca endorreica de Madrid, que dependiendo de las variaciones climáticas a lo largo del pasado geológico quedarán reflejados en forma de yesos durante etapas áridas y carbonatos en etapas no tan áridas.
La unidad superior (11.5 millones de años) comienza con un proceso de karstificación de las calizas y sílex anteriormente depositados. Posteriormente se depositan series de origen fluvial siguiendo la estructuración de fallas del basamento cretácico, que en la zona del Parque corresponde a un gran río de dirección y situación espacial muy similar a la del actual Jarama.
La erosión es el proceso dominante en el Parque durante la última etapa del Terciario, el Plioceno (15.3-1.65 millones de años). A nivel general los materiales terciarios aflorantes en el Parque se disponen subhorizontales, ligeramente basculados hacia el SW. En detalle se observan infinidad de bloques con inclinaciones diferentes, debidas tanto a neotectónica a pequeña escala, como a procesos de colapso provocados por la disolución de los yesos infrayacentes (halocinesis). Existen pliegues de pequeño tamaño asociados a estos procesos.
Durante el Cuaternario los procesos de remodelación por sistemas fluviales son los procesos geológicos dominantes. Para la cuenca de Madrid y, en concreto, para el Parque Regional del Sureste, son las estructuras tectónicas terciarias y sobre todo las neotectónicas las que condicionan fuertemente la geomorfología. Así, los ríos Jarama y Henares se instalan a favor de las antiguas fracturas del basamento de dirección NNE-SSW. El Manzanares cuyo curso en principio recorría Madrid con una dirección similar a la del Jarama, desembocando en el río Tajo, es desviado de su cauce antiguo en el límite Plioceno-Pleistoceno. Este fenómeno se produce por el basculamiento tectónico del bloque de la Marañosa hacia el SW asociado a un proceso de captura por parte de un afluente del Jarama, haciendo que hoy en día, el Manzanares pase por Rivas-Vaciamadrid y se una al Jarama. Fracturas recientes son las que elevan y basculan bloques, dando lugar a los escarpes yesíferos en los que se pueden observar innumerables valles colgados, afluentes muy encajados, facetas triangulares y abanicos aluviales imbricados. Todas estas estructuras geológicas son indicadoras de una neotectónica muy activa y muy reciente, con direcciones de fracturación principales NNE-SSW, NE-SW, NW-SE y E-W.
La existencia de tantos niveles de terrazas en los valles del Jarama, Manzanares y Henares, está asociado a procesos neotectónicos más que a procesos climáticos. Son muchas las terrazas afectadas por basculamientos, hundimientos y fracturación, dando lugar a sistemas de terrazas altamente complejos. En el cauce del río Jarama los efectos de la neotectónica son espectaculares. Ejemplo de ello es el cambio que sufre el curso del río a la altura de Velilla de San Antonio, abandonando la margen derecha del valle trasladándose a la izquierda bruscamente. Está provocado por el ligero basculamiento hacia el este de ese bloque, a favor de fracturas recientes de dirección E-W.
En la zona meridional del Parque, entre San Martín de la Vega y Titulcia, el suave basculamiento de un bloque hacia el S-E, hace que el Jarama poco a poco abandone la margen derecha del valle y se encamine hacia la izquierda, dejando a su paso un rastro de meandros abandonados y permitiendo el desarrollo de complejos sistemas de abanicos aluviales en la margen derecha.
Todos estos datos indican que los ríos que atraviesan el Parque no han alcanzado aún su perfil de equilibrio, y que el Manzanares está más en desequilibrio que el Jarama.
EDAFOLOGÍA
El suelo es la parte sólida más externa de la superficie terrestre sirviendo de soporte a la vegetación, fuente de nutrientes para las masas forestales, los cultivos y otros seres vivos, sometida a las distintas acciones provocadas por los agentes atmosféricos y las actividades humanas dirigidas al aprovechamiento de su potencial productivo. También es el soporte de actividades constructivas, industriales y extractivas de distintos tipo de las que el Parque Regional del Sureste tiene una amplia representación en su aprovechamiento como fuente de materiales para la construcción, arenas y gravas fundamentalmente, en la vega del Jarama.
En los suelos pueden diferenciarse características y cualidades, las primeras están compuestas por una serie de atributos como la textura o el contenido en materia orgánica, mientras que las segundas revelan su respuesta y vulnerabilidad ante un uso determinado. La roca, el clima, la vegetación y la fisiografía son los responsables de los procesos de formación a través de una serie de transformaciones físicas y químicas del suelo que se producen a lo largo del tiempo. Las acciones provocadas por estos elementos producen la diferenciación de distintos niveles horizontales de distinta composición, la sección vertical de un suelo está compuesta pues por los distintos horizontes de un suelo y permiten su clasificación.
La clasificación de suelo utilizada fue establecida por el Working Group for Soil Classification and Surveying de la FAO en 1968, y revisado en 1989. Aporta un método de clasificación de suelos basado en la definición de unidades taxonómicas en dos niveles básicos de detalle: 28 grupos principales, subdivididos en 153 unidades de suelos. El sistema de clasificación está inspirado en el Sistema americano de la Soil Taxonomy, sobre todo en la identificación de los horizontes de diagnóstico, pero recoge en gran medida la nomenclatura de las clasificaciones genéticas tradicionales.
En este espacio natural protegido están presentes los siguientes grupos principales:
- Leptosoles. Suelos limitados en profundidad por una roca dura continua o por material muy calcáreo (carbonato cálcico equivalente mayor de 40%) o por una capa continua cementada dentro de una profundidad de 30 cm a partir de la superficie; o que tienen menos de 20% de tierra fina hasta una profundidad de 75 cm; sin otros horizontes de diagnóstico más que un horizonte A móllico, úmbrico u ócrico, con o sin un horizonte B cámbico.
- Fluvisoles. Suelos desarrollados a partir de depósitos aluviales recientes, que no tienen otros horizontes de diagnóstico más que un horizonte A ócrico, móllico o úmbrico, o un horizonte H hístico o un horizonte sulfúrico.
- Calcisoles. Suelos que tienen una o más de las siguientes características: un horizonte cálcico, un horizonte petrocálcico o concentraciones de caliza pulverulento blanda dentro de una profundidad de 125 cm a partir de la superficie; sin otros horizontes de diagnóstico que un horizonte A ócrico o un horizonte B cámbico o un horizonte B árgico impregnado de carbonato cálcico.
- Regosoles. Suelos procedentes de materiales no consolidados (excepto materiales de textura gruesa o con propiedades flúvicas) que no tienen otros horizontes de diagnóstico más que un horizonte A ócrico o úmbrico.
- Gypsisoles. Suelos que tienen un horizonte gypsico o petrogypsico o ambos, dentro de una profundidad de 125 cm a partir de la superficie, sin otros horizontes de diagnóstico más que un horizonte A ócrico, un horizonte B cámbico, un horizonte B árgico impregnado de yeso o de carbonato cálcico.
- Luvisoles. Suelos con un horizonte B árgico que tiene una capacidad de cambio igual o superior a 24 cmol (+) Kg-1 de arcilla, y un grado de saturación (por NH4OAC) del 50% o mayor en la totalidad del horizonte A mállico y de un horizonte E situado, con un límite brusco, sobre un horizonte lentamente permeable.
- Cambisoles. Suelos que tienen un horizonte B cámbico y ningún otro horizonte de diagnóstico más que un horizonte A ócrico o úmbrico, o un horizonte A móllico situado inmediatamente encima de un horizonte B cámbico con grado de saturación (por NH4OAC) menor del 50%.
- Gleysoles. Suelos formados a partir de materiales no consolidados, con exclusión de los materiales de textura gruesa y los depósitos aluviales, que presentan propiedades gléicas (encharcamiento temporal o permanente) dentro de una profundidad de 50 cm a partir de la superficie; sin otros horizontes de diagnóstico más que un horizonte A, un horizonte H hístico, un horizonte B cámbico, un horizonte cálcico o uno gypsico.
RELIEVE
Dentro de las grandes unidades de relieve de la geografía madrileña, el Parque está constituido por las denominadas llanuras de meseta y los valles fluviales. Las primeras contienen dos subunidades, los Páramos y relieves asociados y las Llanuras de transición.
Las llanuras meseteñas se encuentran incluidas en la Fosa del Tajo o Depresión Carpetana, que es una gran morfoestructura que supera ampliamente los límites provinciales madrileños, al extenderse desde el Sistema Ibérico hasta Portugal.
La Fosa del Tajo tiene su origen en los hundimientos producidos en el Terciario (Mioceno), al mismo tiempo que se elevaban los macizos montañosos que finalmente formaron las Sierras. Los movimientos tectónicos profundos (fallas) son los responsables fundamentales de la morfología o relieve actual del Parque, ya que la disposición de la actual red hidrográfica y los fenómenos de sedimentación (erosión en las Sierras y deposición en la cuenca) del Terciario obedecen a estos procesos.
Los páramos, en el territorio del Parque, se constituyen como relieves culminantes de las llanuras de la Fosa del Tajo, en cuya composición forman parte fundamental las calizas. Se sitúan al oeste del Jarama, desde Mejorada del Campo hasta tierras de Chinchón y Titulcia, pudiéndose considerar como estribaciones del páramo alcarreño, teniendo escasa representación en el territorio del Parque, significándose su presencia en el término de Arganda del Rey, donde en la Dehesa de El Carrascal se sitúa la mayor altitud de este espacio, con 750 metros.
En la franja del Páramo incluida en el ámbito del Parque, podemos observar diversas características de esta unidad, con formación de mesas, cerros, llanuras y navas, cuyo origen se debe a la erosión fluvial de una red hidrográfica fósil o casi fósil, pues aún queda el arroyo Pantueña como testigo. Pertenecen pues al páramo alcarreño los cortados existentes en Titulcia y Mejorada del Campo, estando incluidos en el borde morfoestructural del páramo. Al acercarnos a los aspectos más locales del relieve, ya podemos decir que los cortados o cantiles del Parque constituyen uno de los más destacados de su relieve.
Las llanuras de transición están constituidas por una franja de dirección NE-SO situada entre las rampas y piedemonte de las sierras y los páramos; su límite natural está formado por el Jarama y el Henares, y por tanto sirven de enlace entre estas dos unidades del relieve, Sierras y Páramos. Estas llanuras y páramos se originaron por la colmatación sedimentaria de la cuenca en el Terciario, formando una superficie sensiblemente llana (sediplano), que posteriores procesos erosivos fluviales dieron paso a la actual configuración del relieve. De ese antiguo sediplano quedan cerros testigo como el Cerro de los Ángeles de 670 m, Espartinas, 712 m y Telégrafo, 678 m. Las superficies actuales que existen entre estos cerros son terrenos alomados y llanuras formadas por erosión del primitivo sediplano, y que de forma general se conocen como campiñas, destacando por su representatividad en el territorio del Parque las campiñas de Valdemoro, Pinto y Getafe.
Aunque la litología general de las Llanuras de transición son los materiales arcósicos, en terrenos del Parque surgen las margas y arcillas yesíferas o arenosas. De nuevo el borde, en este caso oriental, de estas llanuras forma bellos cortados, como los de La Marañosa, Casa Eulogio o El Piul, ornamentados por desplazamientos de bloques que a modo de pequeños torreones quedan separados del conjunto del cantil.
Entre los bordes de las unidades descritas de Páramos, por oriente, y Llanuras de transición, por occidente, se sitúa la otra gran unidad del relieve, que son los valles fluviales, tomando al Jarama como eje principal, al que se añaden en el Parque los del Manzanares, Henares y Tajuña.
El análisis más general de esta unidad permite detectar la morfoestructura de su relieve, configurándose como un sistema de terrazas que serían principalmente tres. El sistema de terrazas altas es bastante complejo, con cotas topográficas que van desde los + 70 m a los + 180 m, con escasa potencia de aluviones, de 3 a 5 m. En ocasiones, las zonas más elevadas de estas terrazas funcionan como enlaces con la llanura de transición y cuando el proceso erosivo ha sido intenso se pueden localizar terrazas colgadas. En general su presencia en territorio del Parque es escasa, pues se localizan en mayor número en el Jarama aguas arriba de Mejorada del Campo. Las terrazas medias se sitúan entre las cotas + 80 m y + 20 m, formando en el conjunto madrileño de la Fosa del Tajo la llamada Vega Alta. En el Parque se encuentran fundamentalmente en el Jarama. Las terrazas bajas son las que obtienen mayor representación en el Parque, formando la Vega Baja, desarrollándose entre las cotas + 1 m y + 20 m. En algunos casos, el carácter subsidente o de hundimiento de parte de los tramos del Jarama, por ejemplo, hace que algunas terrazas bajas se encuentre bajo el canal actual, formando importantes depósitos de gravas.
En resumen, se puede decir que en el territorio del Parque predominan las zonas llanas y alomadas en las Llanuras de transición, Páramos y Vega Baja, con pendientes inferiores al 3% o pendientes suaves del 3% al 10%. En claro contraste se presentan pendientes muy fuertes e incluso escarpadas, superándose el 50% de desnivel en el 4,5% del territorio del Parque.
HIDROGRAFÍA
El Parque Regional del Sureste se estructura en torno a los ejes de los cursos bajos de los ríos Manzanares y Jarama, constituyéndose sus cauces como elementos físicos determinantes en la configuración de este espacio. Los ríos, en concurrencia con la geotectónica, han sido los agentes modeladores del relieve del Parque, configurando hábitats y ecosistemas valiosos para albergar diversos y variados procesos biológicos, al mismo tiempo que han condicionado las actividades socioeconómicas en la fértil vega del Jarama.
Excepto una pequeña zona al norte de la Comunidad en torno a Somosierra que vierte sus aguas a la cuenca del río Duero, el resto lo hace en la cuenca del río Tajo, el río más largo de la Península Ibérica que conforma a su paso el límite sur madrileño, siendo el paso por Aranjuez su hito principal en la geografía madrileña. La disimetría del Tajo hace que sus afluentes principales aporten sus aguas al río por su margen derecha y entre estos el Jarama es el curso principal. Su cuenca supone casi dos tercios de la superficie de la Comunidad. Lozoya, Guadalix y Manzanares aportan sus aguas al Jarama por su margen derecha, mientras que por la margen izquierda los cursos del Henares y el Tajuña tributan sus aguas alcarreñas. De los 138 kilómetros del curso del Jarama en la Comunidad de Madrid, 60 kilómetros discurren por el Parque Regional del Sureste, donde se interna remansado en el término municipal de San Fernando de Henares, remanso que se convirtió en el lugar de recreo para los madrileños que tan extraordinariamente narró Rafael Sánchez Ferlosio en «El Jarama». Junto a Mejorada del Campo recibe las aguas del río Henares que discurre por poco más de 6 kilómetros por este espacio natural protegido, embalsado en el azud donde se enmarca en un frondoso soto junto a las paredes de los cortados de su margen izquierda.
El Jarama sigue con dirección sur donde va dejando vestigios de su antiguo cauce en forma de meandros abandonados, bordeando Velilla de San Antonio abriéndose hacia el este y formando una fértil vega en el paraje conocido como el Piul, donde se cierra en el término municipal de Rivas Vaciamadrid hacia el oeste por unos hermosos cantiles yesíferos desde cuya cima se observa el perezoso paso del río por las zonas llanas de Velilla y Arganda del Rey, que contrasta con las frenéticas actividades humanas que se desarrollan en el valle.
El Jarama es atravesado por la carretera que en dirección este va hacia el Mediterráneo y el paisaje que enmarca al río se hace más rural. Junto a la Presa del Rey recibe el aporte de las aguas del río Manzanares, que tras recorrer casi 75 kilómetros desde la vertiente sur de la Cuerda Larga y atravesar la capital se interna en el Parque junto a Perales del Río, en Getafe, circulando sus aguas durante 17 kilómetros por terrenos del Parque antes de unirse al Jarama. El Jarama riega las tierras de San Martín de la Vega y Ciempozuelos antes de recibir el tributo del Tajuña junto a Titulcia, poco antes de salir de este espacio natural protegido en el Puente Largo de Aranjuez. Diez kilómetros aguas abajo llega su desembocadura en el Tajo, en el paraje denominado La Flamenca. Desde el punto de vista hidrogeológico todo el área que comprende este espacio natural se encuentra en los dominios de acuíferos cuaternarios y unidades evaporíticas y de transición, con una presencia testimonial del acuífero del páramo en la zona suroriental.
El acuífero cuaternario que ocupa el subsuelo de las vegas de los ríos, está formado por depósitos aluviales de gravas, arenas y limos, conectados con los cursos de agua permanente donde descargan sus recursos. Tradicionalmente han abastecido las numerosas explotaciones agropecuarias situadas en las riberas de los ríos; su calidad es muy variable y son especialmente sensibles a la contaminación.
Las unidades evaporíticas y de transición tienen su origen en el terciario margo yesífero y sus recursos hídricos no son utilizables; su calidad natural es mala por su gran contenido en sales solubles procedentes de la disolución de los yesos, dada esta baja calidad y sus baja permeabilidad se le puede considerar como poco vulnerable a la contaminación.
Las actividades extractivas en las vegas han ido ocupando paulatinamente el espacio agrícola y dejando su huella en el paisaje en forma de lagunas de distintas formas y tamaños, ligadas principalmente a la cuenca del río Jarama. Se ha inventariado la presencia de 123 humedales en este espacio natural protegido; estas lagunas son hoy el hábitat predilecto de numerosas especies animales, destacando especialmente las aves. La valoración ambiental de estos ecosistemas, atendiendo a criterios biológicos, ecológicos y antrópicos, es alta en casi uno de cada cuatro humedales.
Entre estos ecosistemas acuáticos leníticos hay que destacar la presencia de nueve que están incluidos en la revisión del Catálogo de Embalses y Humedales de la Comunidad de Madrid, regulado por el Acuerdo de 2 de septiembre de 2004. Estas son la laguna del Soto de las Cuevas (Aranjuez); las lagunas de las Madres (Arganda del Rey); las lagunas de Ciempozuelos (Ciempozuelos); las lagunas de la Presa del río Henares (Mejorada del Campo); la laguna del Campillo y la laguna del Soto de las Juntas (Rivas-Vaciamadrid); las lagunas de Cerro Gordo (San Fernando de Henares); y finalmente, las lagunas de Velilla y lagunas del Sotillo y Picón de los Conejos (Velilla de San Antonio). El denominador común de estos humedales es la relevancia que tienen para la fauna, aunque también presentan un interés científico, paisajístico, botánico, geológico, educativo y recreativo.
CLIMATOLOGÍA
La región centro de la Península Ibérica pertenece al dominio del clima mediterráneo-templado con tendencia mediterráneo-continental. Los principales rasgos climáticos se concretan en una precipitación media anual comprendida entre 440 y 490 mm y una evapotranspiración media anual que oscila entre 700 y 776 mm, especialmente marcada en los meses estivales. La temperatura media anual se sitúa en torno a los 14ºC, con medias estivales de 22 a 25ºC, e invernales próximas a los 6ºC.
La oscilación térmica media anual, por tanto, alcanza los 16-19ºC. La duración media del período de heladas es de tres meses, diciembre, enero y febrero, mientras que la temperatura media supera los 30ºC en julio y agosto.
Dentro de este gran grupo climático, el territorio que conforma el Parque Regional del Sureste presenta unas características de aridez más acusadas. Se sitúa en la parte más baja de la horquilla de precipitaciones medias anuales con 434 mm, mientras que su temperatura media es de poco más de 14ºC, con una media en los meses de verano de 24,8ºC, en el mes de julio, y una mínima de las medias de los meses invernales de 5,5ºC en el mes de enero.
Para poder observar las características climáticas La Agencia Estatal de Meteorología cuenta con una serie de estaciones en torno al Parque Regional, con distintas características, principalmente en cuanto a la amplitud de las series. Las más completas son las que corresponden a los aeropuertos de Madrid (Barajas), Torrejón de Ardoz y Getafe; además se cuenta con datos de estaciones situadas en Mejorada del Campo, Arganda del Rey, La Marañosa (San Martín de la Vega) y Aranjuez, cuyas series no son tan completas o están interrumpidas.
La distribución media mensual indica que prácticamente en todas las estaciones el mes de mayor precipitación es noviembre, con valores en torno a los 52 mm. Su distribución anual permite observar que casi la mitad de las precipitaciones se reparten en dos períodos, en otoño en los meses de noviembre y diciembre, y en primavera en los meses de abril y mayo. Por otra parte, julio es el mes de menor precipitación, no superando nunca los 15 mm. Las estaciones de Madrid (Barajas) y Getafe no alcanzan siquiera los 10 mm, seguido de agosto, siempre por debajo de 25 mm. Entre los meses de junio y septiembre no se alcanza el 20% del total de las precipitaciones anuales.
La evapotranspiración potencial tiene su máximo en el mes de julio con un valor de 148,2 mm y un mínimo en enero con 10,5 mm para una media anual de 741,2 mm. La observación de la relación entre la evapotranspiración potencial y el volumen de precipitaciones permite definir un período árido y semiárido entre los meses de mayo y septiembre, meses estos en los que hay déficit hídrico.
Por otra parte, los estudios climáticos nacionales indican que en la mayor parte de la cuenca del Tajo el viento dominante durante los días de lluvia procede del suroeste, seguido en importancia por el oeste. Dada su orientación, estos vientos traen con frecuencia los sistemas de borrascas que penetran en la Península Ibérica por el oeste y noroeste proporcionando las lluvias más importantes. En el área de ordenación la dirección del viento más frecuente es la suroeste, con porcentajes superiores siempre al 56%, seguida de la sur, con valores próximos al 25%.
A partir de los datos de las estaciones de La Marañosa y Arganda se ha utilizado la metodología de J. L. Allué para realizar la clasificación fitoclimática. Ambas estaciones se incluyen en un clima mediterráneo subnemoral en variante más fresca con alternancias de clima nemoromediterráneo genuino en su versión menos húmeda. Esta clasificación se asocia a bosques planiperennifolios esclerórilos de tipo medio mediterráneo con potencial arbóreo hacia planicaducifolia meseteña y fisonomía de durilignosa de Quercus ilex rotundifolia, con tendencia en condiciones de bosque climax a la serie Blupeuro rigidi-Quercetum rotundifoliae sigmetum.
Fauna
Las características climáticas, orográficas, vegetales e hidrológicas del Parque Regional del Sureste le dotan de una gran diversidad de hábitats, que obligadamente se traducen en una importante e interesante comunidad faunística. No es frecuente que en un mismo espacio natural protegido coincidan hábitats de estepas de yesos con numerosos ambientes acuáticos, ya de aguas corrientes, ya de aguas estancadas; o paredes verticales de yesos y restos de masas boscosas forestales, ofreciendo todo el conjunto numerosas oportunidades para la vida silvestre.
Flora y vegetación
La vegetación presente en el Parque Regional del Sureste es el resultado, como en cualquier otro territorio, de la influencia de diversos factores actuantes en el medio. La historia geológica, litología, clima, suelo y la actividad humana, cuyos efectos conjuntos suelen tener carácter acumulativo, han ido modificando de forma paulatina y constante la composición florística del medio natural, que aún, sin ser estática, nos conduce a su estado y aspecto actual.
A pesar de que la suma de efectos de todos esos factores han conducido en muchos casos a estados de degradación, todavía existen áreas con importantes valores florísticos en el territorio del Parque que, en ocasiones, adquieren grado de singularidad y rareza.
Patrimonio
Tanto dentro del amplio espacio incluido en el Parque Regional, como en lugares colindantes, se localiza un rico patrimonio arqueológico, paleontológico y etnológico en el que están representadas las grandes etapas de la ocupación humana de la región, en la que hay buenos ejemplos de urbanismo histórico, de arquitectura popular o de arqueología industrial, que son el reflejo del desarrollo de esta comarca en los últimos siglos.
El espacio que ocupa este espacio natural protegido ha sido habitado desde los inicios de la Prehistoria cuando, hace más de 300.000 años, los grupos humanos del Paleolítico Inferior utilizaron las riberas del Jarama para cazar. Más adelante, los primeros colonos neolíticos introdujeron la agricultura y la ganadería. A partir de entonces y hasta el momento actual, las distintas sociedades han interactuado económica y simbólicamente con su entorno, transformando el medio natural en un paisaje antropizado.
Población
La cercanía de este espacio natural protegido al gran núcleo urbano de Madrid, unido a las numerosas poblaciones que en su entorno se ubican y que constituyen su área metropolitana, tienen como consecuencia un medio socioeconómico muy dinámico con gran influencia en la conservación y mantenimiento de los valores generales del Parque, al tiempo que lo caracterizan desde el punto de vista sociológico.
La consecuencia más directa e inmediata es el número de infraestructuras de todo tipo que inciden en la conformación paisajística del territorio que en este caso, lo alejan del tipo medio habitual de un espacio natural protegido.
Esta localización, sumada a otros factores, origina determinados usos de sus suelos, como es el caso de extracción de áridos, lo que unido a la tradicional práctica de cultivos agrícolas del valle bajo del Jarama terminan por dibujar y caracterizar el paisaje social y económico de gran parte del territorio del Parque.
¿Qué hacemos?
- Actuaciones para la mejora ambiental y paisajística.
- Mantenimiento y limpieza de charcas y humedales.
- Tratamientos selvícolas.
- Labores de desbroce, riegos y mantenimiento de plantaciones.
- Recorridos periódicos por el territorio para conocer las actuaciones precisas de limpieza y mantenimiento, así como las posibles mejoras ambientales a realizar.
- Labores de retirada de vertidos y escombros.
Entorno:
- Estudios diversos de humedales y láminas de agua.
Fauna:
- Seguimiento de poblaciones de aves.
- Seguimiento y estudios de poblaciones de mamíferos.
- Aproximación al catálogo de invertebrados protegidos, endémicos y singulares del Parque.
- Puntualmente se realizan estudios concretos sobre algún grupo específico de fauna, como murciélagos, fana, nutria, etc.
Flora:
- Seguimiento de poblaciones de flora y rodales de especies concretas.
- Estudio y caracterización de los habitas de interés comunitario existentes en el Parque Regional,
- Estudio y seguimiento de plantas vasculares protegidas, raras o singulares.
Otros:
- Elaboración y mantenimiento de información cartográfica.
- Desarrollo y mantenimiento de la Base de Datos Fotográfica y Videográfica del Parque.
- Adecuación de caminos agrícolas.
- Coordinación y apoyo a actividades de voluntariado.
- Mantenimiento, limpieza y conservación de las áreas recreativas del Parque.
- Vigilancia ambiental.
- Control y gestión de visitas.
- Autorizaciones.
- Seguimiento de obras.
- Asistencia técnica de diversa índole.
- Limpieza y mantenimiento.
La Comunidad de Madrid cuenta con una serie de recursos personales y materiales dedicados a la gestión, mantenimiento y conservación de este espacio protegido. Además de los técnicos de la Dirección General de Biodiversidad y Recursos Naturales dedicados a la gestión del Parque Regional, se dispone de un Servicio de Mantenimiento y Conservación compuesto por una cuadrilla de mantenimiento, otra de limpieza, un equipo de vigilancia ambiental, dos administrativas y un equipo técnico formado por especialistas en flora y vegetación, fauna, sistemas de información geográfica, restauración ambiental y producción vegetal.
Anuario de Biodiversidad de los Espacios Naturales Protegidos en el Sur de la Comunidad de Madrid

Proyecto de divulgación de algunas de las especies de plantas y mariposas más escasas, singulares y endemismos que pueblan los espacios naturales y hábitats más importantes del sur de la Comunidad de Madrid, un legado natural que debe ser preservado para las generaciones venideras.
