
Cáncer de mama
El cáncer de mama constituye un importante problema de salud por su elevada incidencia y prevalencia, y por el impacto y las consecuencias que tiene en la vida de la mujer que lo padece y su familia.
¿Qué es?
Según datos del Registro de Cáncer de Madrid, RTMAD, se registraron 3.899 casos durante el año 2015 en los hospitales públicos de la Comunidad de Madrid. De ellos, 3.871 (99,3%) fueron en mujeres y 28 (0,7%) en hombres. Cuando se consideran todos los tumores malignos, el cáncer de mama fue responsable del 30% de los cánceres en mujeres y del 13,6% en la población general (hombres y mujeres). Estas cifras son similares a las de los años previos 2014, 2013 y 2012.
Causas
Se desconocen las causas exactas del porque se produce el cáncer de mama. La investigación muestra que algunas mujeres con ciertos factores de riesgo tienen más probabilidad de padecer cáncer de mama que otras mujeres.
Se denomina factor de riesgo a cualquier elemento que aumenta las posibilidades de que una persona pueda padecer cáncer, pero la mayoría de estos factores no son causa directa. Existen factores de riesgo que se pueden controlar, como el tabaquismo, y otros que no, como la edad y los aspectos hereditarios.
En el caso del cáncer de mama, se considera de riesgo aumentado:
¿Cómo detectarlo?
Es importante que la mujer tome un papel activo en la detección precoz del cáncer de mama. Los programas de detección precoz incluyen como elemento básico la mamografía como prueba de imagen radiográfica.
La mamografía es un tipo especial de radiografía. Es el mejor método de detección precoz del cáncer de mama, aunque a veces no detecte todos los tumores. Hay estudios que demuestran que hacerse una mamografía de forma regular disminuye la mortalidad por cáncer de mama en las mujeres mayores de 50 años. Cuando se analizan los resultados publicados, se observa que la reducción de la mortalidad por cáncer de mama en los grupos de estudio en este grupo de edad se aproxima a un 20 - 30%.
En las mamografías se usan bajos niveles de radiación. La mama se coloca entre dos planchas y se presiona. Esta presión puede ser algo molesta pero sólo dura unos segundos. Pueden verse tumores antes de que sean palpables. Las mamografías pueden mostrar también pequeños depósitos de calcio que se llaman micro-calcificaciones. Muchos de estos depósitos son benignos, pero también pueden ser un signo precoz de cáncer.
En razón de ello, se puso en marcha en la Comunidad de Madrid el "Programa de detección precoz del Cáncer de Mama" denominado DEPRECAM en diciembre 1998. Ofrece, a todas las madrileñas de entre 50 y 69 años, que no precisan ser seguidas en programas de alto riesgo de cáncer de mama, la posibilidad de realizarse una mamografía cada dos años. Este programa de cribado, cuenta con un sistema informático común en todos los niveles. Todas las áreas disponen de una Unidad de Exploración Mamográfica de referencia, que atiende la demanda de la población asignada a cada zona.
Sintomas
Normalmente el dolor no es síntoma de cáncer, aunque su presencia mantenida e independiente del ciclo menstrual necesita valoración médica. En las fases iniciales de la enfermedad el cáncer de mama no acostumbra a presentar síntomas. Cuando es diagnosticado en estas fases, normalmente es porque la mujer está siguiendo un programa de prevención (cribaje) o porque se hace una mamografía por otra causa.
Los síntomas más habituales son:
- Aparición de un bulto, nódulo o zona indurada y grumosa en la mama que antes no estaba
- Aparición de un nódulo en la axila
- Cambios en la forma o tamaño de la mama
- Irregularidades en el contorno de la mama
- Alteraciones en la piel de la mama: cambios de color, piel de naranja, llagas
- Cambios en el pezón: con retracción del mismo, secreción de fluido o con tejido arrugado y escamoso
- Menos movilidad en una de las mamas cuando se levantan los brazos simultáneamente.
Estos síntomas también pueden ser causados por otros problemas de salud. Ante su aparición se debe consultar al médico con el fin de hacer el diagnóstico correcto lo antes que se pueda.
Diagnóstico
Si tiene algún problema en la mama, no dude en consultarlo con su médico. La mayoría de las veces los nódulos o cambios en la mama son benignos, pero en ocasiones hay que realizar una serie de pruebas que ayudan a diagnosticar que es lo que lo produce.
Pruebas diagnósticas
En general, se utilizan diversas pruebas para diagnosticar el cáncer y para determinar su grado de extensión a otros órganos. No todas las pruebas se hacen en todas las personas, sino que depende de factores como la edad y el estado de salud, el tipo de cáncer, la gravedad de los síntomas y los resultados de pruebas anteriores.
En el caso del cáncer de mama se pueden plantear las pruebas siguientes:
Estadificación o estadio clínico
Después de confirmar el diagnóstico de cáncer de mama es necesario conocer su grado de extensión, con el fin de planificar el tratamiento más adecuado. El grado de extensión también se llama estadificación del tumor.
Los estadios del cáncer de mama son los siguientes:
Estadio 0
Carcinoma in situ lobular (LCIS).
Las células premalignas se encuentran dentro del conducto del lóbulo. Raramente es un tumor invasivo, pero su presencia en ocasiones puede incrementa el riesgo de cáncer en las dos mamas.
Carcinoma ductal in situ (DCIS).
También denominado carcinoma intraductal. Las células premalignas se encuentran dentro del conducto. En este estadio no invade las estructuras próximas, pero podría crecer y pasar a carcinoma invasivo si se deja a evolucionar.
Estadio I
Es el estadio inicial del cáncer invasivo de mama:
Tamaño: inferior o igual a 2 cm.
Afectación ganglionar: no.
Metástasis a distancia: no
Estadio II
Se pueden dar diversas situaciones:
Tamaño: entre 2 y 5 cm.
Afectación ganglionar: no o poco extensa.
Metástasis a distancia: no.
Estadio III
También se pueden dar diversas circunstancias:
Tamaño: mayor de 5 cm o afectación de la piel o musculatura de la pared torácica.
Afectación ganglionar: poco o muy extensa. A veces se extiende fuera de la axila.
Metástasis a distancia: no.
Estadio IV
La metástasis es a distancia. El cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo.
Tamaño: cualquiera
Afectación ganglionar: cualquiera.
Metástasis a distancia: sí.
Cáncer recurrente o recidivante.
Se produce cuando, pasado un tiempo tras haber tenido cáncer de mama, vuelve a aparecer localizado en la mama, en la pared torácica o en otra parte del cuerpo.
Tratamiento
Los tratamientos para el cáncer de mama pueden ser locales o sistémicos. Los denominados tratamientos locales se basan en destruir las células cancerígenas en un área específica. La cirugía y la radioterapia son tratamientos locales. Los tratamientos sistémicos se utilizan para destruir las células cancerígenas en cualquier parte del cuerpo. La quimioterapia y el tratamiento hormonal son tratamientos sistémicos.
Como en otros tumores, el tratamiento es interdisciplinar, es decir, la paciente puede tener un solo tipo de tratamiento o varias combinaciones a la vez. El tratamiento del cáncer de mama por tanto depende de la edad, del tamaño, estadio clínico y el tipo biológico de tumor (grado de diferenciación celular, receptores hormonales y de la positividad o sobreexpresión del HER2), así como también del estado general específico de cada persona.
Cirugía
En general, cuanto más pequeño es el tumor más opciones quirúrgicas se pueden dar. La intervención quirúrgica es uno de los tratamientos más frecuentes en el cáncer de mama. Hay diferentes tipos:
Cirugía conservadora
- Tumorectomía: consiste en la extirpación del nódulo y de un pequeño margen de tejido sin cáncer a su alrededor.
- Mastectomía parcial : consiste en la extirpación de un cuarto o segmento de la mama, que incluye el tumor. En estos casos, después de la intervención se valorará aplicar radioterapia sobre la mama y zona afectada. La combinación de la intervención quirúrgica y la radioterapia recibe el nombre de tratamiento conservador. Si hubiere que aplicar quimioterapia, la radioterapia se tiene que posponer para el final, aunque en determinados casos se administran conjuntamente.
Cirugía radical
- Mastectomía radical simple: consiste en la extirpación de toda la mama, incluido el pezón, pero no los ganglios linfáticos.
- Mastectomía radical modificada: se extirpa la mama y los ganglios linfáticos de la axila.
Linfadenectomía axilar
Consiste, independientemente de la técnica quirúrgica utilizada, en la extirpación de ganglios de la axila con el fin de analizarlos y ver si hay células cancerosas. La cantidad de ganglios extirpados puede variar. El objetivo es sacarlos todos para analizar si están afectados y evitar dejar células malignas que puedan llevar a una recaída.
Biopsia del ganglio centinela
El objetivo es identificar el primer ganglio sobre el cual drena la mama. Si el ganglio está afectado por el tumor es necesario revisar el resto de ganglios axilares y extirparlos. Si no lo está, se puede evitar la linfadenectomía y los efectos que se pueden derivar (linfedema).
Reconstrucción de la mama
Esta intervención no está dirigida al tratamiento del cáncer, sino a restablecer la forma de la mama en los casos en que se ha practicado una mastectomía. Esta intervención se puede hacer en el mismo momento en que se practica la extirpación de la mama (reconstrucción inmediata) o, posteriormente, en otra intervención quirúrgica (reconstrucción diferida). La reconstrucción se puede llevar a cabo con tejidos de otra parte del cuerpo (injertos) o con implantes sintéticos (prótesis internas). También es posible no hacer la reconstrucción y utilizar prótesis externas.
Radioterapia
La radioterapia es un tratamiento que utiliza radiación ionizante de alta energía para eliminar las células cancerosas. En el cáncer de mama es habitual aplicar radioterapia después de la intervención quirúrgica, con el objetivo de destruir posibles restos de células tumorales a nivel local.
Hay dos tipos de radioterapia en función de la forma de administración:
Radioterapia externa:
La radiación proviene de una máquina externa al cuerpo y está dirigida específicamente sobre el sitio donde se quiere aplicar el tratamiento. Se aplica habitualmente a diario, cinco días a la semana, y suele durar varias semanas. El tiempo de aplicación del tratamiento en la máquina es muy corto, de unos pocos minutos.
Braquiterapia:
Consiste en la implantación de unos tubos de plástico estrechos y la aplicación, a través de los mismos, de un material radiactivo directamente en el lugar o cerca de donde se ha extirpado el tumor.
En relación con la indicación la Radioterapia Paliativa tiene un papel muy importante para eliminar el dolor (óseo y nervioso), evitar fracturas patológicas, cortar hemorragias, disminuir la clínica neurológica secundaria a metástasis cerebrales, en algunos síndromes de compresión venosa. etc.
Quimioterapia
El tratamiento con quimioterapia se refiere al uso de medicamentos específicos que tienen como objetivo destruir las células cancerosas. Los medicamentos se distribuyen por todo el cuerpo a través de la sangre. La quimioterapia se puede administrar en diversas modalidades:
Quimioterapia adyuvante o posquirúrgica:
Se administra después de la extirpación quirúrgica del tumor y/o de los ganglios para evitar recaídas y diseminación a distancia.
Quimioterapia neoadyuvante o prequirúrgica:
Se administra como primer tratamiento, antes de la intervención quirúrgica, para reducir el tamaño del tumor y evitar la diseminación.
Quimioterapia paliativa:
Se aplica en los casos de enfermedad diseminada con la finalidad de prolongar la supervivencia y tratar los síntomas.
La quimioterapia que se utiliza en el tratamiento del cáncer de mama puede ser administrada por vía oral y/o por vía endovenosa (a través de las venas), según los medicamentos que se utilicen. Generalmente la aplicación de estos tratamientos no requiere ingresar en el hospital y se desarrolla en los hospitales de día, es decir, ambulatoriamente.
Tratamiento hormonal
En algunos tumores de mama, las hormonas como los estrógenos estimulan su crecimiento. El tratamiento hormonal antiestrogénico es útil para controlar y tratar los tumores que dan positivos para los análisis de receptores de estrógenos y progesterona. Este tratamiento consiste en administrar hormonas, generalmente por vía oral, que bloquean la acción de los estrógenos sobre las células malignas del cáncer de mama o su formación. Con esta acción impiden el crecimiento y el tumor puede disminuir e incluso desaparecer. El tratamiento hormonal se puede administrar solo o combinado con quimioterapia o terapias dirigidas contra dianas moleculares
Tratamientos dirigidos contra dianas moleculares
Las terapias dirigidas o antidiana actúan contra proteínas o genes alterados que expresan las células malignas o su entorno y que juegan un papel relevante en el desarrollo del cáncer.
Entre las dianas celulares más importantes en cáncer de mama se encuentra el gen/la proteína HER2/neu. Para tumores HER2 positivo, existen fármacos activos dirigidos contra esa diana molecular, como anticuerpos monoclonales que se administran por vía intravenosa o inhibidores de tirosina quinasa, que se administran por vía oral.
Además del HER2, existen otras dianas moleculares para las que ya se dispone de fármacos activos y otros están en fase de investigación.
El oncólogo médico decidirá, según las características del tumor y de la paciente, si precisa terapia dirigida y cual es el mejor esquema de administración
Predictores Genómicos en Cáncer de Mama (PREGECaM): Tratamiento personalizado
En la Comunidad de Madrid, aplicando el concepto de medicina personalizada, está implantado el Programa PREGECaM basado en la utilización de tests genómicos que ayudan en la toma de decisiones terapéuticas en el cáncer de mama en estadios iniciales, con ganglios negativos, para los casos que existen dudas sobre si es preciso administrar quimioterapia (QT)
El objetivo del PREGECaM es ayudar a individualizar el tratamiento de la paciente. La información que aportan los tests tras cirugía pueden ayudar a estimar el riesgo de recaída. Según el nivel de riesgo, el oncólogo valorará si la administración de quimioterapia está indicada como tratamiento complementario del tumor. Por tanto, el resultado de los tests, puede ayudar al oncólogo a establecer el tratamiento más adecuado, en función de la firma génica del tumor de la paciente, aportando información sobre las posibilidades de que la paciente sufra una recaída, aspecto este que condiciona el tratamiento a emplear.
En el Programa PREGECaM participan los hospitales del Servicio Madrileño de Salud con Servicio de Oncología Médica, financiándose el coste de los test genómicos con cargo a los presupuestos de los hospitales de la Consejeria de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
Los criterios clínicos de inclusión de las pacientes en este programa, han sido establecidos en base al conocimiento científico y experiencia de los distintos Jefes de Servicio de Oncología Medica, expertos tanto a nivel nacional como internacional. Por último, los test genómicos han sido objeto de varios estudios de coste-eficiencia en diferentes proyectos nacionales e internacionales con buenos resultados.
Efectos secundarios del tratamiento
El cáncer de mama y su tratamiento pueden ocasionar diferentes efectos secundarios generales y producidos por diversos factores. Por ejemplo, el tipo de intervención quirúrgica, la dosis, duración y tipo de quimioterapia o de radioterapia y, así como, por las características individuales de cada persona. Muchos de estos trastornos son temporales y se pueden controlar con facilidad, mientras que hay otros que se deben tratar más específicamente. A lo largo del tratamiento se hacen controles rutinarios con el fin de prevenirlos, ver la evolución y tolerancia general, y tratarlos si aparecen.
Cirugía
El tiempo de recuperación después de la intervención quirúrgica depende de cada persona. En estos tipos de intervención quirúrgica se pueden dar algunas de las situaciones siguientes:
Radioterapia
Los efectos secundarios de la radioterapia son locales. Por tanto, son distintos y están en función del tipo de tratamiento radioterápico utilizado, de la dosis y de la zona del cuerpo irradiada o tratada. Los más habituales en el tratamiento del cáncer de mama son los siguientes:
Quimioterapia
La quimioterapia actúa específicamente sobre las células que se dividen más rápidamente, tanto en las tumorales como en las sanas. Es por eso que pueden aparecer efectos secundarios, que pueden ser diferentes, dependiendo del tipo y la intensidad del tratamiento, según el tipo de medicamento utilizado, de la dosis y la duración del tratamiento. Teniendo en cuenta la localización de las células que se dividen rápidamente, los efectos secundarios globales más frecuentes se presentaran en las:
- Células de la sangre: cuando la quimioterapia afecta a las células sanas de la sangre puede aumentar el riesgo de tener infecciones, más facilidad para hacerse hematomas o para sangrar y sentirse más débil o cansado que habitualmente.
- Células de las raíces del cabello: según el medicamento usado puede haber pérdida de cabello o cambio de su color y consistencia.
- Células del tubo digestivo, que son aquéllas que se encuentran en la boca, el estómago y otras partes del aparato digestivo. En este sentido, se podría producir pérdida del apetito, náuseas, vómitos, diarrea, dificultad para tragar o tener algunas llagas en la boca y los labios.
Los efectos secundarios más frecuentes son:
Hormonoterapia
Los efectos secundarios de este tratamiento dependen del tipo de fármaco utilizado, como también del resto de las características individuales de la persona. Los más generales son similares al del proceso natural de la menopausia.
Los más habituales son:
Terapias biológicas
Los efectos secundarios de estos tratamientos son similares a los procesos de resfriado y gripe: fiebre, escalofríos, debilidad o náusea. Después del primer tratamiento estos síntomas se acostumbran a atenuar.
Linfedema del brazo
Es el edema o abultamiento del brazo por acumulo ocasional de liquido en el tejido celular subcutáneo y uno de los posibles efectos secundarios de la extirpación de los ganglios linfáticos axilares. Se trata de una hinchazón crónica en el brazo y la mano del lado de la intervención que puede ir acompañado de rigidez, a veces dolor y cierto grado de pérdida de movilidad.
En la mayoría de las mujeres, el linfedema causa molestias pero no discapacidad y puede resultar un antiestético problema añadido a la enfermedad para muchas de estas pacientes.
¿Qué señales pueden indicar la posible aparición de un linfedema?
Existen algunas señales o síntomas que pueden indicar el posible desarrollo de un linfedema como son:
- La sensación de pesadez en el brazo.
- Percepción de que la piel está rígida.
- Menor movimiento o flexibilidad en la mano o muñeca.
- Aumento de tamaño o hinchazón del brazo o de la mano.
- El reloj o el anillo se siente apretado, sin que haya ganado peso.
Ante algunas de estas señales es muy aconsejable consultar y acudir al médico de atención primaria, especialista del hospital y/o rehabilitador o fisioterapeuta.
¿Por qué se produce el linfedema?
El sistema linfático es una red de ganglios y vasos que se encarga de transportar la linfa, un líquido que ayuda a combatir las infecciones. En muchos casos, junto a la mastectomía o la cirugía conservadora, se extirpan algunos de esos ganglios o vasos linfáticos de la zona de la axila para determinar si se ha extendido el cáncer.
La extirpación de los ganglios y parte de los vasos interfiere en la circulación del líquido linfático, impidiendo el drenaje correcto del mismo y provocando acumulación de líquido. Esta acumulación es la que produce la hinchazón o linfedema.
¿Qué probabilidad existe de desarrollar linfedema?
No existen datos claros y objetivos que ayuden a predecir qué mujeres pueden desarrollar linfedema y cuándo. No obstante, se sabe que se desarrolla en un 30% de las pacientes que han sido sometidas a una extirpación de los ganglios linfáticos axilares. Gracias a la técnica del ganglio centinela, la aparición de linfedema será cada vez menos frecuente.
¿Cuándo puede aparecer el linfedema?
El linfedema puede desarrollarse inmediatamente después de la cirugía o meses e incluso años más tarde. En el 75% de los casos aparece entre los 6 meses y los dos años tras la cirugía, no obstante, es muy importante que las pacientes comiencen a tomar precauciones desde el primer día tras la operación y las tengan presentes siempre. No hay que olvidar que el riesgo de sufrir linfedema es permanente.
¿Qué factores incrementan el riesgo de aparición de linfedema?
No se sabe con seguridad quién puede desarrollar linfedema tras la intervención. No obstante, existen algunos factores que pueden incrementar el riesgo:
- Haber sido sometida a la extirpación de muchos o todos los ganglios linfáticos axilares y no sólo del ganglio centinela.
- Recibir tratamiento con radioterapia en la zona de la intervención en mama y/o en la axila.
- El calor excesivo, los sobreesfuerzos y las infecciones en el brazo incrementan la producción de linfa, por lo que el riesgo de linfedema aumenta.
- La ropa apretada y las infecciones pueden favorecer la obstrucción de la linfa.
- La obesidad.
- Exceso de actividad con ese miembro.
¿Una vez que se haya desarrollado el linfedema... se puede curar?
El linfedema es una complicación permanente. Una vez que aparece, no se puede curar del todo. De ahí la importancia de comenzar con las medidas preventivas inmediatamente después a la intervención. No obstante, existen también estrategias y tratamientos que pueden reducir el tamaño y mantener o restablecer la función y el aspecto del brazo afectado.
¿Cómo se puede prevenir el linfedema?
Existen muchas medidas que te pueden ayudar a evitar su aparición, medidas que han de llevarse a cabo inmediatamente después de la cirugía y que requieren una serie de cuidados diarios por parte de la mujer.
La mejor forma de prevenir la aparición de linfedema es cuidar el brazo para favorecer la circulación de linfa e impedir su obstrucción. Además, hay que evitar las infecciones y quemaduras ya que aumentan el líquido linfático y, por tanto, el riesgo de padecer linfedema.
¿Qué medidas puedo tomar para evitar las infecciones en el brazo?
El organismo hace frente a las infecciones produciendo más líquido linfático. La extirpación de los ganglios y parte de los vasos linfáticos hace más difícil la evacuación de este líquido, por lo que una buena higiene personal y precaución para evitar pequeñas heridas y cortes pueden reducir el riesgo de linfedema.
- Protegerse las manos con guantes para realizar tareas que puedan ocasionar alguna herida, como labores de jardinería. También es recomendable llevarlos al utilizar sustancias tóxicas o detergentes fuertes como la lejía o estropajos de fibra de acero.
- Si se cose, utilizar siempre dedal para evitar pincharse.
- Cuidarse muy bien las heridas aunque sean superficiales. Si se produce alguna herida, desinfectarla bien y observarla.
- No depilarse las axilas con cuchilla ni cera caliente.
- Cuidado al cortarse las uñas y al hacerse la manicura. Es recomendable utilizar cortaúñas a tijeras y no cortar las cutículas sino empujarlas. Hay que evitar morderse las uñas y arrancarse los padrastros.
- Tomarse la presión arterial y realizar las extracciones o inyecciones en el brazo contrario al de la mama operada.
- La acupuntura está contraindicada en ese brazo.
- Evitar las prendas de vestir apretadas, en especial tirantes de sujetadores.
- En el caso de tener diabetes, no hacerse las determinaciones de glucemia en la mano afectada.
- Disminuir el consumo de alcohol, tabaco y café.
- Evitar las mordeduras, los arañazos de animales y las picaduras de insectos en el brazo afectado. Si ocurre, desinfectar la herida y observarla.
- Utilizar crema corporal hidratante a diario a ser posible de ph bajo para mantener la zona bien hidratada y nutrida.
- Extremar el cuidado de la piel. Emplear jabones neutros. Secar minuciosamente la piel, sin olvidar los pliegues y la zona de entre los dedos.
- El deporte idóneo es la natación (no más de una hora en el agua) y se desaconsejan todos aquellos que supongan un sobreesfuerzo para el brazo, como por ejemplo: el tenis y el golf.
- Informa a tu médico o médica de cabecera o enfermero/a que tienes riesgo de sufrir linfedema.
¿Cómo puedo evitar las quemaduras?
Las quemaduras también provocan un aumento de la producción de líquido linfático. Además, se infectan con facilidad. Para evitar sufrir quemaduras ten en cuenta algunas recomendaciones:
- Extrema la precaución con utensilios y electrodomésticos que puedan provocar quemaduras.
- No utilices saunas ni darse baños con agua muy caliente.
Evita las quemaduras provocadas por el sol ya que, al igual que las infecciones, puede ocasionar aumento de líquido linfático. Además no tomes el sol durante las horas más calurosas del día. - Si sueles ir a la peluquería, protege los hombros y los brazos de la acción del calor.
- Evita quemaduras por aceite que salpique al freír o por vapor de líquidos o de comidas calentadas al microondas.
¿Cómo puedo evitar la presión en el brazo intervenido?
La presión en el brazo de la intervención puede impedir la circulación linfática, favoreciendo la producción de más líquido y la acumulación del mismo. Por ello, se recomienda:
- Vestir prendas holgadas, que no presionen el brazo afectado.
Utilizar sujetadores de tiras anchas, que no presionen. Es mejor el sujetador sin aro. - No llevar bolsos o maletas sobre el hombro o con el brazo de la intervención.
- Si después de una mastectomía se opta por utilizar una prótesis, ha de ser ligera.
- Tomarse la presión arterial en el brazo que no está afectado o, si los dos brazos están afectados, en el muslo.
- No llevar reloj, anillos o pulseras que puedan presionar el antebrazo y/o muñeca del brazo afectado.
- Si se viaja en avión frecuentemente, o se realizan vuelos largos, utilizar una manga de compresión. Mantener el brazo elevado sobre el nivel de su corazón y flexionarlo frecuentemente durante el viaje.
- Cuidado con los masajes en los brazos. Han de aplicarlos profesionales (fisioterapeutas) expertos en el Drenaje Linfático Manual.
- No darse friegas en el brazo afectado.
¿Cómo puedo evitar la tensión muscular y los sobreesfuerzos?
Es importante continuar haciendo las actividades cotidianas (bañarse, peinarse, lavarse los dientes) con el brazo afectado para que sane adecuadamente y vaya recuperando su fuerza. No obstante, hay que evitar realizar sobreesfuerzos y coger exceso de peso ya que puede aumentar el riesgo de linfedema. Se recomienda:
- Comenzar a utilizar el brazo en las actividades cotidianas una vez que haya sanado completamente. Por lo general entre las cuatro o seis semanas después de la cirugía o radioterapia.
- Evitar permanecer de pie durante largo tiempo con los brazos caídos o realizar tareas que obliguen a mantener durante mucho tiempo los brazos elevados.
- Evitar levantar pesos excesivos con los brazos.
- No realizar ejercicios demasiado enérgicos o violentos.
- De vez en cuando, levantar el brazo, abrir y cerrar la mano para descansar y descongestionar.
- Siempre que las ocupaciones lo permitan, intentar reposar con el brazo en alto apoyado en el brazo de sofá o sillón, o sobre un cojín.
- Al dormir intentar tener el brazo flexionado, unos 45º con ayuda de la almohada.
¿Una vez que se ha desarrollado el linfedema, qué puedo hacer?
El linfedema no posee un tratamiento curativo, no obstante, algunas medidas físicas logran importantes mejorías en las pacientes que lo han desarrollado. Con el tratamiento se pretenderá reducir el tamaño de la hinchazón, mejorar la función y el aspecto del brazo afectado, así como disminuir o eliminar el dolor del brazo, cuando existe. Además, hace desaparecer las molestias provocadas por la retención de linfa en la zona del costado y bajo el omóplato.
El único tratamiento que ha demostrado ser eficaz para reducir y controlar el linfedema es el tratamiento fisioterapéutico con Drenaje Linfático Manual, compresión y ejercicios. Como cada caso debe tratarse de forma individualizada, en caso de que se produzca linfedema deberás consultar con un profesional sanitario.
Consejos para la vida diaria
Tras el diagnóstico de un cáncer de mama, es probable que pases por diferentes etapas, y que por tanto el estado de ánimo no sea siempre el mismo, y cambie en cada una de esas distintas etapas adaptativas.
Sentimientos y emociones
Probablemente, no estará igual al principio, cuando la noticia del diagnóstico está más reciente y las emociones están "a flor de piel" y todo se esta viviendo como en una pesadilla con la sensación de que "todo esto no me estará pasando a mi"; que más adelante cuando haya transcurrido un tiempo, tenga más información, la vaya asimilando, y vea que todo es un poco menos malo de lo que parecía.
Es útil prepararse para afrontar en cada momento la situación que se está viviendo y sus posibles consecuencias.
- Trate de vivir el presente de los tratamientos, revisiones, pruebas, no debe adelantarse a lo que vendrá después. Solo favorece más angustia y en muchas ocasiones su medico tampoco lo sabe con total exactitud.
- Es normal estar preocupada, tener miedo, ansiedad o estar deprimida en algún momento de la enfermedad. El diagnóstico y los tratamientos suponen un cambio o una interrupción en la vida cotidiana y generan una gran incertidumbre con respecto al futuro.
- Los tratamientos pueden ser duros, y aunque existen diferentes alternativas o medicamentos para disminuir sus efectos secundarios, pueden producir sensación de malestar y mal cuerpo. Además, la cirugía, sus secuelas y los posibles cambios en tu imagen corporal serán circunstancias a veces difíciles de afrontar.
Por todo ello, estas reacciones son normales. Los sentimientos de tristeza y decaimiento, pueden estar relacionados en como se vive la enfermedad, pero también con el abandono de la actividad habitual. Las sensaciones de tensión, ansiedad, angustia, inquietud y la dificultad para dormir, suelen relacionarse con la percepción de amenaza, con lo negativo de los tratamientos, la incertidumbre a su tolerancia y a los posibles cambios que puedan producirse en la vida diaria. Hablar sobre ello puede ayudar mucho a superarlo.
Las enfermedades siempre han existido y forman parte de la vida. El cáncer de mama constituye uno de los tipos de cáncer que mejor pronóstico tiene en la actualidad, y más del 80% de las pacientes afectas logra superar la enfermedad en España. El diagnostico precoz, los nuevos equipos de diagnostico y tratamiento, así como el conocimiento que se tiene de las nuevas dianas moleculares hacen que el pronostico mejore de forma continua.
Aunque cada persona es diferente, muchas mujeres pueden experimentar reacciones similares, que entran dentro de la normalidad. Hablar de todo esto ayudará a conocer las reacciones más habituales y los recursos con los que hacerles frente.
¿Cómo hablar a los hijos sobre el cáncer de mama?
Para las mujeres diagnosticadas de cáncer de mama un aspecto fundamental, dentro del complejo proceso de esta enfermedad, es aprender a explicar a sus hijos de manera sencilla y adecuada, temas importantes relacionados con la misma, con los tratamientos y sus efectos secundarios, con sus dudas y sus propias preocupaciones.
Reflexiones Claves
Comunicarse y hablar de forma adecuada con su hijo en éste ámbito conllevará consecuencias positivas tanto para la madre como para el hijo:
- Para la madre, el saber que tiene una comunicación con su hijo fluida, clara y coherente con el momento evolutivo del niño, le ayudará a poder adaptarse a cada etapa del tratamiento con una mayor tranquilidad.
- Para el hijo, el poder comunicarse plenamente con su madre sobre los aspectos que conlleva la nueva situación que son de interés para el (información a cerca de la enfermedad, expresión de sus sentimientos, pensamientos y emociones causados por las circunstancias nuevas que experimenta), facilitará que pueda adaptarse a ella mas fácilmente.
En este apartado, damos una serie de pautas para facilitar la comunicación madre-hijo en el ámbito de la enfermedad:
1. ¿Cuándo se ha de comenzar a comunicarse con el niño por este motivo?
Hay que tener en cuenta que los niños son muy sensibles a los cambios que se producen dentro de la rutina familiar y perciben rápidamente cualquier modificación en ella. Por lo tanto, el momento idóneo para comenzar el proceso de comunicación comienza desde que a la madre se le diagnostica la enfermedad.
El ir explicándole los aspectos importantes en cada momento del proceso facilitará que el niño pueda comprenderlos y asimilarlos de manera progresiva.
2. ¿Quién debe de transmitir esa información al niño?
Lo mejor es que sean la madre y el padre juntos quienes transmitan la información a su hijo, siempre que la situación física y emocional de la madre se lo permita. Si ella no pudiera, puede hacerlo el padre u otro familiar cercano al niño.
Tanto en el caso que sean ambos quienes expliquen a su hijo los aspectos relativos a la enfermedad, como en el caso que sea el padre u otro familiar cercano, es importante que la madre este disponible para hablar con su hijo y que él lo sienta así, sobre cualquier aspecto relativo a la enfermedad de mamá que pueda suscitarle dudas o preocuparle.
3. ¿Como debe de prepararse la madre para tener este tipo de conversaciones con su hijo?
Es importante que la madre pregunte a su equipo médico todas las dudas relacionadas con la enfermedad que quiera resolver, como todos aquellos aspectos de la vida cotidiana que pueda tener o surgirle.
Asimismo, es importante que ponga nombre a los sentimientos que le suscita la enfermedad antes de hablar con su hijo. Esto es fundamental para que se haga consciente ella misma de la forma en que está viviendo el momento y para evitar transmitir al niño sentimientos negativos que pueda estar experimentando.
Es aconsejable que en el caso en el que sea ella la que explique al niño lo que esta ocurriendo, cuente con su pareja para preparar la conversación. Si la madre no tiene pareja podrá preparar estas conversaciones con una persona de confianza para su hijo y ella. Será aconsejable que su pareja o la persona de confianza que ella elija este presente en la conversación con el niño. Que la madre se encuentre acompañada en ese momento ayudará a que esté mas tranquila en la conversación y ayudará también a que el niño sienta que hay una coherencia entre lo que la madre le transmite con palabras y la situación que esta viviendo (ya que percibirá que los mayores están de acuerdo con el mensaje que se está transmitiendo). Además, así el niño contará con dos personas por las que se siente querido, para poder hablar de la situación abiertamente y para poder preguntarles todas sus dudas.
Por parte de los adultos, es conveniente buscar un momento de tranquilidad para ponerse de acuerdo en lo que le van a comunicar al niño y como hacerlo.
4. ¿Qué información hay que transmitir?
Esto dependerá de la edad que tenga el hijo.
Siempre y con independencia de la edad del niño, ha de transmitirse la verdad en todo momento, adaptada a su madurez emocional y sobre todo a su capacidad de entendimiento.
Si el niño hace alguna pregunta en la que la madre no sabe la respuesta o tiene alguna duda al respecto, hay que decirle que lo preguntará a los médicos que le están tratando y que así el resultado de la respuesta lo van a poder conocer los dos.
Los niños hasta los dos años de edad lo que necesitan saber es que su mamá no se encuentra bien, que esta enferma.
Los niños en edad preescolar, de entre tres y cinco años suelen tener miedo a separarse de los padres, a la soledad y a las personas que no le son familiares. Por lo tanto, hay que trasmitirles que:
- Mamá tiene una enfermedad, que necesita recibir por ello un tratamiento en el hospital y que esto hará que tenga que pasar unos días fuera de casa.
- Para que no sientan ansiedad ante la separación, también será fundamental informales de los cambios que se van a producir en la rutina familiar, por ejemplo, comentarles con antelación quien va a venir a casa a cuidarles cuando mamá esté en el hospital.
- Es fundamental que se prepare a los niños para los futuros cambios físicos que se puedan producir en su madre.
Una alternativa para explicar a los niños de entre 3 a 10 años, lo que esta ocurriendo es el cuento. Éste debe abarcar todo el proceso del cáncer, desde su diagnóstico hasta su tratamiento. Otras herramientas que pueden servir de apoyo a la explicación en esta etapa educativa del niño son los dibujos, las canciones y las poesías. Todos ellos servirán tanto para comprender los aspectos relativos a la enfermedad, como para expresar los sentimientos y las emociones que suscita la situación. Se pueden utilizar estos materiales para comenzar a entablar el diálogo con el niño. Mediante la lectura de los cuentos o de las poesías o mediante la observación de los dibujos y la letra de las canciones puede ir creándose un clima que facilite el comienzo de la conversación. Realizar preguntas abiertas a cerca de lo que el niño va descubriendo en los materiales y establecer paralelismos entre la situación real y lo que se está leyendo, observando o escuchando puede facilitar la comprensión de la información por parte del niño.
Los niños de edades comprendidas, entre los 6 y 11 años ya suelen tener conocimientos básicos de las partes del cuerpo y de sus funciones, por lo que pueden entender una explicación sencilla de lo que es el cáncer y de cómo afecta al organismo. Por lo tanto es conveniente que sepan:
- Cómo se llama la enfermedad
- Dónde está localizada
- Cómo van a ser los tratamientos y que van a servir para que su madre se cure
- También será conveniente que se les explique cómo afectará el tratamiento, tanto a su madre como a la dinámica familiar
Normalmente también quieren saber:
- Porque tiene que tomar medicinas su madre
- Porqué tiene que ir frecuentemente al hospital
- Los cambios debidos a la enfermedad que van a producirse en la vida de su madre, en la suya y en la del resto de la familia
Cada uno de estos aspectos se irá explicando de forma progresiva coincidiendo con la etapa de la enfermedad que esté viviendo su madre, para que la información sea asimilada por el niño paso a paso, coincidiendo con el momento de la enfermedad en que se encuentra su mamá.
En la adolescencia, en ocasiones la comunicación de los hijos con los padres puede verse frenada, tanto por la dificultad de algunos adolescentes para mostrar sus emociones como por la dificultad que existe, a veces, en la adolescencia para percibir riesgos y amenazas. Si este es el caso, puede costarles expresar verbalmente sus preocupaciones, sus sentimientos y/o pedir ayuda. Por lo tanto es muy importante a lo largo de la vida del hijo y especialmente en esta etapa de su desarrollo, que tanto la madre como el padre u otros familiares de confianza animen y permitan que el joven comparta sus sentimientos con ellos, ya que aprender a expresan sus miedos y preocupaciones les ayudará a hacer frente de forma positiva a situaciones estresantes.
Es muy probable que tengan conocimiento e información de la enfermedad a través de sus amigos o por Internet, así que para evitar que obtenga información sin base científica o no actualizada será necesario explicarle como encontrar información fiable. Una manera correcta de conseguir esta información es programar una visita con el médico de su madre para que pueda preguntarle lo que necesite y así poder resolver sus dudas.
No hay que olvidar que en esta etapa de la vida de su hijo, para poder ir adquiriendo las habilidades que precisan para llegar a la época adulta de manera adecuada, necesitan ser tratados como adultos, pero recordando siempre que todavía no lo son, por tanto continúan necesitando pautas, normas y seguridad por parte de los mayores.
Resulta fundamental que se transmita al hijo de todas las edades, pero en esta etapa de la vida con más insistencia si cabe:
- Que se esta dispuesta a hablar con él en el momento que quiera para poder explicarle lo que necesita saber.
- Comentarle que si tiene alguna duda o preocupación sobre algo que le hayan comentado amigos o sobre la información que él haya encontrado, pueden hablarlo abiertamente.
5.- ¿Cómo hay que transmitir la información?
Lo primero que hay que buscar es un lugar tranquilo, para que la madre, su pareja (o persona de confianza) y su hijo puedan mantener la conversación. El sitio elegido para ello convendría que fuera un lugar conocido por su hijo y en el que el niño se sienta a gusto. También será necesario apagar la radio y la televisión, y desconectar los teléfonos móviles. Esto es importante porque es conveniente evitar cualquier elemento que pueda servir de distracción. Una vez hecho esto, a la hora de sentarse con su hijo, es importante que se mantenga el contacto visual con el niño.
Esto facilitará que las personas adultas puedan observar las expresiones faciales del hijo y puedan, así, responder a ellas de manera adecuada. Es la mejor forma de encontrase todos en un plano de igualdad. Además, es importante que durante toda la conversación se mantenga la proximidad física, ya que hay que fomentar durante el transcurso de la misma las expresiones de afecto (sonrisas, caricias, sujetar su mano en momentos puntuales, gestos de cariño en la cabeza,…, etc.), estas han de surgir de manera natural y para ello es necesario que los asientos estén cerca unos de otros. En el transcurso de la conversación es absolutamente imprescindible que se respeten tanto los pensamientos y los sentimientos del hijo, así como las emociones que vaya manifestando. Además, tanto la madre como la persona que le acompaña han de estar abiertos a escuchar las opiniones del niño y a responder a sus preguntas, empleando para ello un lenguaje adaptado al niño para que este pueda comprender la situación.
Es fundamental observar al niño y escucharle activamente (poniendo todos los sentidos en ello), para poder manejar la conversación de acuerdo con su capacidad de comprensión, ya que es él con sus preguntas y las emociones que exprese, el que tiene que guiar la conversación. Si en un momento dado, el niño comienza a hablar de otra cosa, empieza a distraerse o manifiesta su deseo de ir a jugar, este será el momento adecuado para finalizar la conversación, no sin antes transmitirle que cuando él lo necesite podrán continuar hablando. Es importante comprender que algunos niños llevan a cabo estas conductas porque es difícil para ellos expresar verbalmente que ya han oído todo lo que pueden asimilar por el momento, por eso es importante que los adultos las comprendan y actúen adecuadamente finalizando la conversación hasta que el niño vuelva a sentirse con ganas para continuar hablando.
Es frecuente que los niños piensen que “mamá esta mala” porque el no se ha portado bien o porque ha pensado en algo malo. Estos pensamientos hacen sufrir al niño porque se siente responsable de lo que le ocurre a su madre. Para que esto no suceda, es conveniente explicarle que la enfermedad no se ha producido por nada que él haya dicho, pensado o hecho. Es fundamental que se transmita perfectamente al niño que él no tiene la culpa de nada. También hay que aclararle que el cáncer no es una enfermedad contagiosa, ya que es una falsa creencia que suelen tener algunos niños y pueden sufrir pensando que además de su madre, pueden ponerse enfermos otros miembros de su familia o incluso ellos mismos.
6. ¿Qué conductas del niño hay que atender en primer lugar?
La mayoría de los niños suelen sorprender a los adultos con su capacidad de adaptación, aunque hay que tener en cuenta que, como en toda situación nueva, tanto la madre como el niño, necesitarán un tiempo para asimilar todo lo que está ocurriendo.
Es en estos momentos cuando algunos niños pueden manifestar su malestar o miedo por lo que esta pasando a su madre con determinadas conductas como pueden ser:
- disminución del apetito
- dolor abdominal y vómitos sin causa física aparente
- problemas de sueño y pesadillas
- mojar la cama
- querer permanecer con su madre en todo momento
- aparición o empeoramiento de problemas como asma, erupciones en la piel y dolores de cabeza
- no querer ir al colegio, o bajo rendimiento escolar
- reaccionar de forma agresiva y malhumorada de manera frecuente.
Si esto ocurre, será necesario que la madre acuda a su equipo de especialistas para recibir pautas a cerca de cómo actuar en esos momentos. Un primer consejo para enfrentarse a estas situaciones, consiste en reservar un tiempo y un espacio para poder conversar con su hijo de manera tranquila y sin culpabilizarle, sobre los sentimientos y pensamientos qué hacen que se produzcan estas situaciones (la conversación puede iniciarse con preguntas abiertas, para darle la oportunidad de expresarse de forma amplia, como por ejemplo: ¿Qué ocurre para que no te apetezca comer?; ¿Por qué crees que te duele la tripa? ¿Cómo has dormido hoy? ¿Qué es lo que ha pasado para que te enfades? ¿Qué ocurre para que no quieras ir al colegio?)
7. ¿Y cuándo mamá esta en el hospital…qué podemos hacer para que el niño asimile esta etapa de la manera más adecuada?
El niño esta aprendiendo a vivir, esto hace que todas las situaciones que experimenta en su vida formen parte de su desarrollo emocional.
Los momentos en los que ella esta siguiendo el tratamiento en el hospital son totalmente adecuados para que el niño, en compañía de la persona mayor que le cuida, pueda realizar un dibujo, una poesía, un mural, para que mamá se ponga contenta cuando vuelva, ya que de la misma manera que a el le gusta que le cuiden cuando está malo, a mamá también le gustará que tengan detalles bonitos con ella.
También será necesario que se facilite la conversación telefónica del niño con la madre mientras ella está en el hospital:
Si el equipo médico lo considera adecuado y ella se encuentra preparada, es bueno que la visite. Esto tranquilizará al niño porque verá que su madre recibe los cuidados adecuados. Hay que contar con que los niños son muy curiosos, por lo que será adecuado, siempre que sea posible, que en la visita se cuente con personal sanitario del hospital que pueda responder a sus preguntas a cerca de los materiales que pueda ver o de los tratamientos, para que el niño se quede tranquilo. De igual manera si el niño quiere tocar los cambios físicos que se puedan producir en su madre (por ejemplo: la cicatriz producida por la operación de pecho), es bueno permitírselo, ya que de ese modo, el niño irá integrando ese tipo de cambios de manera natural.
Antes de hacer la visita es fundamental que se prepare al niño para que comprenda la situación en la que va a ver a su madre. La visita se tendrá que planificar un día que no coincida con los tratamientos que se estén llevando a cabo. Es importante que el niño aprenda que la enfermedad también forma parte de la vida. Hacer todo lo posible teniendo en cuenta su edad y su madurez, para que mamá se sienta bien, le ayudará a sentirse satisfecho consigo mismo ya que sentirá que el también es útil para que su madre se encuentre emocionalmente mejor. Esto ayudará a que construya su autoestima (su opinión de sí mismo) de manera positiva.
Será absolutamente importante que cuando su madre vuelva del hospital, una vez que haya descansado, le dedique tiempo para que el niño se sienta querido: que escuche lo que él quiera contarle, que le ayude a expresar cómo se ha sentido en su ausencia, que le manifieste con palabras, abrazos, sonrisas, etc. lo mucho que le quiere. Ya que no hay que olvidar que un niño es un niño y que hay que respetar sus etapas madurativas en todo momento.
Agradecimientos y bibliografía
Autores:
María del Carmen Cardenal Ciudad y Vicente Valentín Maganto
Agradecimientos:
A María Die Trill, coordinadora de la Unidad de Psicooncología del Hospital Universitario Gregorio Marañón y profesora asociada de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, por sus consejos, ayuda y colaboración inestimable en este artículo, tanto en el ámbito profesional y académico, como en el humano.
Bibliografía utilizada y/o recomendada:
Díe, M. (2005). La Comunicación en el paciente oncológico: Transmisión de información médica y atención a las situaciones “difíciles”. En Antón, A., Martínez, J., Ruíz, A., Camps, C., Caballero, C., Safont, M.J., Blasco, A., Argilés, J.M., Busquets, S., López-Soriano, F.J., Benavides, M., Cobo M y Montesa, A. Guía de cuidados continuos, (pp101-128). Sociedad Española de Oncología Médica.
de Cáceres, M.L., Ruíz, F., Germà, J.R. y Busques, C.C. (2007). Manual para el paciente oncológico y su familia. (1ª ed.). Mª Luisa de Cáceres Zurita, Francisca Ruiz Mata, José Ramón Germá Lluch y Cristina Carlota Busques.
Barraclough, J. (1994).Emotional issues for families.En Barraclough, J.Cancer and Emotion, (pp 101-119). Wiley