Asma
El asma es la inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias (los bronquios). Como consecuencia de este estrechamiento, se hace difícil respirar. Las vías aéreas de las personas con asma son muy sensibles y reaccionan frente a muchos estímulos; como por ejemplo, el humo del tabaco, el polvo, el polen o el aire frío.
Debes saber
Autocuidados. Consejos e información
Un reducido número de niños asmáticos se cura espontáneamente. En los casos en que el asma se deba a un alergeno que pueda eliminarse del medio ambiente (por ejemplo, el asma causado por una alergia a un animal de compañía y a una sustancia química del trabajo), dicha eliminación puede seguirse de la curación definitiva de la enfermedad. En los restantes casos, el asma es una enfermedad crónica.
Existen tratamientos muy eficaces para controlar los síntomas, que permiten a los enfermos desarrollar una vida activa y de calidad. En ocasiones puede llegarse a la curación o casi curación.
Recomendaciones generales para evitar episodios de asma:
- En interiores:
- Evitar utilizar estufas de combustión (carbón, leña).
- Utilizar el aspirador y bayetas húmedas para limpiar el polvo.
- Mantener las ventanas cerradas. Ante niveles elevados de polen, viajar en coche con las ventanillas cerradas (evitando, si es posible, desplazamientos en moto o bicicleta).
- Considerar poner filtros HEPA en los sistemas de calefacción, aire acondicionado o aspiradora, o utilizar filtros de polen en el aire acondicionado de viviendas y vehículos, si es posible.
- En exteriores:
- Evitar el contacto del alérgeno (por ejemplo, polen) con las mucosas de la boca, nariz y ojos, empleando gafas de sol y mascarillas.
- Evitar hacer ejercicio extenuante durante los días de mucha contaminación ambiental, alta concentración de polen (si se es alérgico al polen) o altos niveles de ozono.
- Tener en cuenta que las concentraciones de polen en el aire aumentan en días de tormenta de alto contenido eléctrico y vientos fuertes pues el polen se moviliza y reflota en el aire.
- Otros consejos:
- Vacunarse anualmente contra la gripe o en su caso, vacunarse contra la alergia.
- No fumar.
- Evitar aspirar productos químicos o ser fumador pasivo.
- Ante niveles elevados de polen, mantener bien limpias las manos y la cara, lavando nariz y ojos frecuentemente con agua fresca.
- Consultar al personal sanitario sobre el nivel apropiados de ejercicio.
- Consultar con personal médico acerca de cómo prevenir los ataques de asma, y cómo identificarlos y tratarlos inmediatamente cuando se produzcan.
- Seguir el tratamiento según lo indicado por el médico para evitar complicaciones. Por ejemplo, los medicamentos antihistamínicos pueden producir somnolencia y disminuir la atención, lo que hay que tener en cuenta a la hora de conducir y realizar actividades que requieran concentración.
- Evitar los factores que puedan empeorar los síntomas: humos y vapores, olores fuertes, contaminación atmosférica, cambios bruscos de temperatura, realizar ejercicio físico sin preparación, etc.
- Si el asma tiene una causa alérgica: es importante conocer el tipo de polen al que es alérgico, para exponerse lo menos posible. Puede informarse de los periodos de polinización de las plantas que los producen, los niveles en la atmósfera y la predicción suscribiéndose al servicio de información que se ofrece a los ciudadanos.
Datos epidemiológicos
El asma es una de las enfermedades respiratorias crónicas más comunes a nivel mundial, representando un importante problema de salud pública especialmente relevante en los países industrializados, en los cuales ha habido un incremento importante de su prevalencia, tendiendo hacia la estabilización, afectando al 8-10% de la población. Sin embargo, los efectos económicos y humanitarios de esta enfermedad son probablemente mayores en los países “en vías de desarrollo”, donde la prevalencia está aumentando rápidamente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 300 millones de personas sufren asma en todo el mundo y se calcula que en 2025 esta cifra se verá incrementada en 100 millones.
Al igual que otras enfermedades de tipo crónico, se reconoce que la morbilidad y mortalidad debidas al asma pueden ser en gran parte prevenidas por medio de actividades educativas con el paciente, así como con la mejora del manejo clínico.
En la Comunidad de Madrid, en 1992, se puso en marcha el Programa Regional de Prevención y Control del Asma, con el objetivo de mejorar la prevención y el control de esta enfermedad, que desarrolló un Sistema de Vigilancia que se mantiene en la actualidad.