
Asma
El asma es la inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias (los bronquios). Como consecuencia de este estrechamiento, se hace difícil respirar. Las vías aéreas de las personas con asma son muy sensibles y reaccionan frente a muchos estímulos como por ejemplo, el humo del tabaco, el polvo, el polen o el aire frío.
Debes saber
Causas
En la mayoría de los casos (80%) el asma es de causa alérgica. Las personas predispuestas se "sensibilizan" a sustancias de su entorno, que denominamos alergenos (ácaros, granos de polen, escamas de animales, etc.). Al respirar de forma mantenida estas sustancias se produce una inflamación de las vías respiratorias. En algunas personas asmáticas es imposible detectar una causa alérgica evidente. Para estos casos reservamos el nombre de Asma Intrínseca.
Los posibles detonantes de un ataque de asma en todo tipo de pacientes incluyen:
- El ejercicio.
- Infecciones virales respiratorias.
- Exposición a irritantes inespecíficos: aire frío, humo de tabaco, olores penetrantes como lejía, amoniaco, perfume, exposición a sprays, etc.
- Altos niveles de contaminación ambiental.
- Enfermedad de reflujo gastroesofágico.
En los pacientes alérgicos, el detonante más importante es la exposición a la sustancia a la que es alérgica cada persona:
- Polen.
- Caspa de animales doméstico.
- Ácaros del polvo.
- Productos Químicos relacionados con el trabajo.
- Moho.
Síntomas
- Silbidos en el pecho (sibilancias).
- Opresión en el pecho.
- Dificultad para respirar y sensación de ahogo.
- Falta de aliento.
- Tos seca.
No todas las personas con asma tienen todos los síntomas a la vez. Pueden pasar largas temporadas sin silbidos de pecho o bien la única manifestación del asma es una tos seca y persistente que, a veces, aparece sólo por la noche y otras veces tras el ejercicio físico
Factores de riesgo
Un factor de riesgo es algo que incrementa la posibilidad de contraer una enfermedad o padecimiento.
- Vivir en una área urbana grande (con polución).
- Aspirar regularmente humo de cigarrillo (incluyendo si se es fumador pasivo).
- Aspirar constantemente químicos industriales o agrícolas.
- Que uno de los progenitores que haya tenido asma.
- Antecedentes de múltiples infecciones respiratorias durante la niñez.
- Bajo peso al nacer.
- Padecer sobrepeso.
- Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico.
Diagnóstico
Se tienen en cuenta los síntomas y el historial médico, además de un examen físico.
Las pruebas diagnósticas incluyen:
- Pruebas para medir la función respiratoria.- Se realizan con diversos aparatos, unos más complejos como la espirometría, y otros más sencillos como la medida del flujo espiratorio en un aparato "de bolsillo" , que puede realizar el mismo paciente (peak flow).
- Pruebas de alergia.- Se hacen en relación con la historia clínica que refiere el paciente y pueden ser de dos tipos fundamentalmente: las pruebas cutáneas y las realizadas en sangre para medir los anticuerpos específicos (IgE) frente a determinados alergenos.
Tratamiento
Un reducido número de niños asmáticos se cura espontáneamente. En los casos en que el asma se deba a un alergeno que pueda eliminarse del medio ambiente (por ejemplo, el asma causado por una alergia a un animal de compañía y a una sustancia química del trabajo), dicha eliminación puede seguirse de la curación definitiva de la enfermedad. En los restantes casos el asma es una enfermedad crónica.
Existen tratamientos muy eficaces para controlar los síntomas y que permiten al enfermo desarrollar una vida activa y de calidad. En ocasiones puede llegarse a la curación o casi curación.
Las bases del tratamiento del asma son las siguientes:
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Control del ambiente, evitar los alergenos responsables y factores desencadenantes.
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Medicamentos. Se dispone de medicamentos muy eficaces para el control de la enfermedad, aunque ninguno de ellos produce la curación definitiva de la misma. Unos medicamentos sirven para relajar la musculatura de los bronquios, otros, para reducir la inflamación y producción de moco.
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Vacunas contra la alergia: para pacientes con asma debida a alergia a ácaros, pólenes, hongos y epitelios de animales. Las vacunas son más eficaces cuando existe alergia a uno solo o pocos alergenos y cuando la enfermedad no se ha complicado. No están exentas de riesgo, por lo que deben ser administradas por personal sanitario experto.
Los medicamentos no son peligrosos si se utilizan de forma adecuada y siguiendo los consejos del especialista.
Pronóstico
Con un tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes pueden ser capaces de:
- Mantenerse activos sin síntomas, incluyendo la realización de ejercicio y la práctica de los deportes.
- Dormir durante la noche sin síntomas.
- Prevenir las crisis de asma.
- Mantener la mejor función respiratoria posible.
- Tener una buena calidad de vida.
- Solucionar su proceso asmático.
Prevención
Para prevenir los episodios de asma debe mantenerse en estrecho contacto con el personal médico de su Centro de Salud para:
- Conocer los factores desencadenantes de su asma, evitarlos o reducir el contacto con ellos y tratar el origen de la enfermedad.
- Desarrollar un plan de tratamiento con medicamentos que le permitan mantenerse sin síntomas.
Se pueden prevenir los ataques de asma evitando las sustancias que puedan provocar los ataques. Recomendaciones generales:
- Mantener las ventanas cerradas.
- Considerar poner filtros HEPA en los sistemas de calefacción, aire acondicionado o aspiradora.
- Evitar hacer ejercicio extenuante durante los días de mucha contaminación ambiental, alta concentración de polen (si se es alérgico al polen) o altos niveles de ozono.
- Vacunarse anualmente contra la gripe.
- No fumar.
- Evitar aspirar productos químicos o ser fumador pasivo.
- Evitar utilizar estufas de combustión (carbón, leña).
- Considerar vacunarse contra alergias, si las alergias provocan los ataques de asma.
- Consultar con personal sanitario acerca de los niveles apropiados de ejercicios para usted.
- Consultar con personal médico acerca de cómo prevenir los ataques de asma, y también de cómo identificarlos y tratarlos inmediatamente cuando se produzcan.
Publicaciones y enlaces de interés
Publicaciones editadas por la Consejería de Sanidad (Madrid)
GUÍA DE USO DE FÁRMACOS INHALADOS: Información dirigida a población adulta e infantil con problemas respiratorios o a sus cuidadores y que precisan para su tratamiento la administración de fármacos inhalados. Se dispone también de una versión en formato presentación de diapositivas (en el mismo enlace).
DIAPOSITIVAS PARA LA FORMACIÓN EN AUTOCUIDADOS: presentación de diapositivas en formato PDF (5.350 KB), para apoyo en la realización de cursos y talleres de autocuidados en Asma.
GUÍA DE AUTOCUIDADOS PARA EL ASMA: última edición año 2011; 110 páginas. Información sobre las principales cuestiones que los enfermos asmáticos deben de conocer para el autocuidado y control de su enfermedad. Contiene nociones sobre el asma, los inhaladores, el peak flow, manejo de las crisis asmática y el uso de los servicios sanitarios.
MI DIARIO PARA EL ASMA: última edición 2011. 64 páginas. Manual en formato cuaderno para que el enfermo asmático pueda registrar a lo largo de un año todos los datos referido a su enfermedad (registro de soplido por medio del peak flow, síntomas y medicación). Finalmente incorpora un breve resumen con nociones del asma y su tratamiento (716 KB).
EL ASMA. INFORMACIÓN Y AUTOCUIDADOS: (folleto informativo) última edición 2011; 30 páginas. Trata de ser un instrumento de conocimiento para las personas que padecen asma y les facilita información para combatirla.
Enlaces externos
Para una información más detallada, pinche sobre los siguientes enlaces:
Consejos para alérgicos al polen
Es importante que conozca el tipo de polen al que tiene alergia para exponerse lo menos posible. Puede informarse de los periodos de polinización de las plantas que los producen, los niveles en la atmósfera y la predicción suscribiéndose al servicio de información que se le ofrece en esta página Web. Los principales consejos para aliviar la alergia en periodos de niveles elevados de polen son:
- Evite el contacto directo con las plantas productoras del polen al que se tiene alergia.
- Mantenga bien limpias las manos y la cara, lavando nariz y ojos frecuentemente con agua fresca.
- Siga la medicación según lo indicado por el médico. Los medicamentos antihistamínicos pueden producir somnolencia y disminuir la atención, lo que hay que tener en cuenta a la hora de conducir y realizar actividades que requieran concentración.
- Viaje en coche con las ventanillas cerradas (evitando, si es posible, desplazamientos en moto o bicicleta).
- En el exterior evite el contacto del polen con las mucosas de la boca, nariz y ojos, empleando gafas de sol y mascarillas.
- En el domicilio, utilice el aspirador y bayetas húmedas para limpiar el polvo y duerma con las ventanas cerradas.
- Utilice filtros de polen en el aire acondicionado de viviendas y vehículos si es posible.
- Tenga en cuenta que las concentraciones de polen en el aire aumentan en días de tormenta de alto contenido eléctrico y vientos fuertes pues el polen se moviliza y reflota en el aire.
Además del polen, existen otros factores que pueden empeorar los síntomas y que los alérgicos al polen deben evitar: humos y vapores, olores fuertes, contaminación atmosférica, cambios bruscos de temperatura, realizar ejercicio físico sin preparación, etc.
Información sobre asma alérgica
Datos epidemiológicos
El asma es una de las enfermedades respiratorias crónicas más comunes a nivel mundial representando un importante problema de salud pública especialmente relevante en los países industrializados, en los cuales ha habido un incremento importante de su prevalencia tendiendo hacia la estabilización afectando al 8-10% de la población. Sin embargo los efectos económicos y humanitarios de esta enfermedad son probablemente mayores en los países “en vías de desarrollo”, donde la prevalencia está aumentando rápidamente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 300 millones de personas sufren asma en todo el mundo y se calcula que en 2025 esta cifra se verá incrementada en 100 millones.
Al igual que otras enfermedades de tipo crónico, se reconoce que la morbilidad y mortalidad debidas al asma pueden ser en gran parte prevenidas por medio de actividades educativas con el paciente, así como con la mejora del manejo clínico.
En la Comunidad de Madrid en 1992 se puso en marcha el Programa Regional de Prevención y Control del Asma, con el objetivo de mejorar la prevención y el control de esta enfermedad, que desarrolló un Sistema de Vigilancia hasta el momento presente.