Alergias
Las reacciones alérgicas varían de leves a graves y pueden limitarse a una pequeña área del cuerpo o afectar todo el cuerpo. La mayoría de las reacciones ocurren segundos o minutos después de la exposición al alergeno, pero otras pueden presentarse varias horas después.
Una persona con alergia tiene mayor sensibilidad a determinadas sustancias también conocidas como alergenos. Los alergenos son sustancias externas al individuo, capaces de inducir respuestas alérgicas diversas. Los alergenos se pueden encontrar en el aire, en los alimentos, en los medicamentos, en los insectos y en un amplio etcétera.
Preguntas frecuentes sobre la alergia
Qué es un alérgeno
Una persona con alergia tiene mayor sensibilidad a determinadas sustancias también conocidas como alérgenos.
Los que están en el aire se dividen en alergenos de interior de los edificios y de exterior de los mismos. Los de interior suelen estar presentes todo el año y son, fundamentalmente:
- Ácaros del polvo.
- Caspa de las mascotas (pelo de animales, costras de la piel, saliva u orina).
- Excremento de insectos.
- Moho.
- Sustancias presentes en el ambiente de trabajo.
Entre los alergenos que podemos encontrar en el exterior de las casas, hay que destacar: el polen, que es un alergeno de temporada muy común en exteriores. El polen es producido por árboles, pastos y hierbas durante la temporada reproductiva de las plantas, generalmente en la primavera pero que según la planta o árbol puede producirse en distintas épocas del año.
Diagnóstico de las alergias
Se recomienda acudir al Centro de Salud para que lo oriente y, si es necesario, lo remita al especialista para conocer los alergenos causantes. Esto puede significar tomar medicinas y evitar o reducir la exposición a sustancias que empeoren la alergia.
En el estudio y diagnóstico de todas las enfermedades alérgicas se sigue siempre el mismo esquema:
- Historia clínica, que nos indicará las sospechas.
- Los análisis, radiografías u otras exploraciones que sean convenientes.
- Pruebas alérgicas. que a su vez pueden ser de varios tipos:
- Pruebas cutáneas: la que se realiza con mayor frecuencia consiste en poner en contacto la piel con el o los alergenos sospechosos, realizar después una ligera punción y ver si al cabo de 20 minutos aparece un habón (roncha) con enrojecimiento alrededor.
- Pruebas en sangre (de laboratorio): se detecta la cantidad de IgE (el anticuerpo que interviene en las reacciones alérgicas) de forma global y de forma específica para cada uno de los alergenos sospechosos.
- Pruebas de provocación o exposición: en ella se reproduce la reacción poniendo al paciente en contacto con el alergeno sospechoso por la misma vía en que tuvo lugar la reacción. Así, si se trata de un alimento será por ingestión, si es un alergeno aéreo será por inhalación. Etc. Este tipo de prueba sólo se hace en casos muy limitados en los que existe duda razonable sobre el alergeno culpable, y debe hacerse siempre de forma muy controlada, extremando siempre las condiciones médicas de seguridad del paciente.
Rinitis alérgica
La rinitis alérgica es el conjunto de síntomas nasales que ocurren cuando se inhalan los alergenos a las que la persona es sensible. Se acompaña con frecuencia de síntomas oculares (conjuntivitis alérgica) y de asma del mismo origen.
La rinitis alérgica aparece cuando el sistema inmunológico del cuerpo responde de manera excesiva a un alergeno. Los alergenos comunes incluyen ácaros del polvo, polen, caspa de los animales y moho. Cuando se inhala un alergeno, las células de los conductos nasales producen un químico llamado histamina. La histamina provoca que sienta picor en la nariz. La histamina también causa hinchazón y producción de moco en los conductos nasales.
- Rinitis Alérgica Estacional- algunas veces llamada fiebre del heno. Aparece durante períodos específicos del año cuando los alergenos (generalmente polen) a los que se es alérgico se encuentran en el ambiente. En la Comunidad de Madrid, los síntomas pueden comenzar en enero, y terminar en agosto - septiembre, pero los meses de manifestaciones más intensas y que afectan a mayor número de población son los meses de mayo y junio.
- Rinitis Alérgica Perenne- es causada por alergenos tales como ácaros del polvo, caspa de los animales, esporas de mohos, productos de uso laboral y, ocasionalmente, ciertos alimentos que se encuentran en el ambiente a los largo de todo el año con pocas variaciones en su concentración.
Un factor de riesgo es algo que incrementa la posibilidad de contraer una enfermedad o padecimiento. En el caso de la rinitis alérgica pueden ser los siguientes:
- Miembros de la familia con rinitis alérgica, eccema o asma.
- Eczema.
- Asma.
- Alergia alimenticia.
La rinitis alérgica puede causar los siguientes síntomas:
- Estornudos muy frecuentes.
- Secreción acuosa nasal abundante.
- Picor en nariz, ojos, garganta y conductos auditivos.
- Congestión nasal.
- Sensación de presión en la cara (especialmente pómulos) y a veces dolor de cabeza.
- Si se acompaña de conjuntivitis, tendrá también picor ocular, lagrimeo y ojos enrojecidos.
La manera más efectiva de tratar una rinitis alérgica es el evitar los alergenos a los que se es sensible, si esto es difícil o imposible, como en la alergia al polen o fiebre del heno, los tratamientos pueden incluir:
- Medicamentos:
- Antihistamínicos.- Detienen o reducen la producción de histamina. Generalmente se toman en píldoras. También los podemos encontrar en spray nasal.
- Inhibidores de Mastocitos.- Aerosoles nasales que interfieren con las reacciones químicas que conducen a la liberación de histaminas.
- Corticoides Tópicos.- Aerosoles nasales que disminuyen la hinchazón de los conductos nasales.
- Inmunoterapia:
Inyecciones en cantidades muy pequeñas de alergenos concretos. Gradualmente se aumentan con las semanas, meses o incluso años. El objetivo es hacer menos sensible su sistema inmunológico del cuerpo a esos alergenos particulares.
Estrategias para ayudar a prevenir la rinitis alérgica:
- Quedarse en casa durante las horas de la mañana, cuando las cantidades de polen son más altas.
- Evitar salidas al campo, cruzar parques y zonas verdes.
- Evitar actividades a la intemperie durante el período del año en el que están floreciendo los árboles, las flores o el moho a los que se es alérgico.
- Mantener las ventanas de la casa cerradas para no permitir que entre el polen (airear a primera hora de la mañana).
- Viajar en coche con las ventanillas cerradas (evitando desplazamientos en moto o bicicleta).
- Utilizar gafas de sol en el exterior.
- Disminuir o evitar actividades a la intemperie en días calurosos de verano, cuando los niveles de ozono pueden exacerbar las alergias.
- Limpiar los filtros de los aparatos de aire acondicionado manera regular y siguiendo las instrucciones del fabricante.
- En casos graves: Considerar utilizar un purificador de aire en el hogar, utilizar aspiradoras y acondicionadores de aire con filtros HEPA para atrapar los alergenos, evitar en lo posible artículos colectores de polvo tales como cortinas y alfombrado, especialmente en el dormitorio.
- Si no se puede evitar tener una mascota peluda, hay que aspirar frecuentemente la casa y tratar de mantener a la mascota alejada de los dormitorios y otras habitaciones con alfombras y cortinas.
Asma alérgica
El asma es la inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias (los bronquios). Esta inflamación hace que los conductos bronquiales produzcan más moco, inflamación de las mucosas y contracción muscular, lo cual, a su vez, produce la obstrucción de los conductos, opresión del pecho, tos y silbidos. Si la reacción alérgica es aguda, estos cambios pueden causar una severa falta de respiración y de oxígeno en la sangre (se hace difícil respirar).
Las vías aéreas de las personas con asma son muy sensibles y reaccionan frente a muchos estímulos como, por ejemplo, el humo del tabaco, el polvo, el polen o el aire frío.
En la mayoría de los casos (80%) el asma es de causa alérgica. Las personas predispuestas se "sensibilizan" a sustancias de su entorno, que denominamos alergenos (ácaros, granos de polen, escamas de animales, etc.). Al respirar de forma mantenida estas sustancias se produce una inflamación de las vías respiratorias. En algunas personas asmáticas es imposible detectar una causa alérgica evidente. Para estos casos reservamos el nombre de Asma Intrínseca.
Los posibles detonantes de un ataque de asma en todo tipo de pacientes incluyen:
- El ejercicio.
- Infecciones virales respiratorias.
- Exposición a irritantes inespecíficos: aire frío, humo de tabaco, olores penetrantes como lejía, amoniaco, perfume, exposición a sprays, etc.
- Altos niveles de contaminación ambiental.
- Enfermedad de reflujo gastroesofágico.
En los pacientes alérgicos, el detonante más importante es la exposición a la sustancia a la que es alérgica cada persona:
- Polen.
- Caspa de animales doméstico.
- Ácaros del polvo.
- Productos Químicos relacionados con el trabajo.
- Moho.
Un factor de riesgo es algo que incrementa la posibilidad de contraer una enfermedad o padecimiento.
- Vivir en una área urbana grande (con polución).
- Aspirar regularmente humo de cigarrillo (incluyendo si se es fumador pasivo).
- Aspirar constantemente químicos industriales o agrícolas.
- Que uno de los progenitores que haya tenido asma.
- Antecedentes de múltiples infecciones respiratorias durante la niñez.
- Bajo peso al nacer.
- Padecer sobrepeso.
- Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico.
- Silbidos en el pecho (sibilancias).
- Opresión en el pecho.
- Dificultad para respirar y sensación de ahogo.
- Falta de aliento.
- Tos seca.
No todas las personas con asma tienen todos los síntomas a la vez. Pueden pasar largas temporadas sin silbidos de pecho o bien la única manifestación del asma es una tos seca y persistente que, a veces, aparece sólo por la noche y otras veces tras el ejercicio físico
Se tienen en cuenta los síntomas y el historial médico, además de un examen físico.
Las pruebas diagnósticas incluyen:
- Pruebas para medir la función respiratoria: se realizan con diversos aparatos, unos más complejos como la espirometría, y otros más sencillos como la medida del flujo espiratorio en un aparato "de bolsillo" , que puede realizar el mismo paciente (peak flow).
- Pruebas de Alergia: se hacen en relación con la historia clínica que refiere el paciente y pueden ser de dos tipos fundamentalmente: las pruebas cutáneas y las realizadas en sangre para medir los anticuerpos específicos (IgE) frente a determinados alergenos.
Un reducido número de niños asmáticos se cura espontáneamente. En los casos en que el asma se deba a un alergeno que pueda eliminarse del medio ambiente (por ejemplo, el asma causado por una alergia a un animal de compañía y a una sustancia química del trabajo), dicha eliminación puede seguirse de la curación definitiva de la enfermedad. En los restantes casos el asma es una enfermedad crónica.
Existen tratamientos muy eficaces para controlar los síntomas y que permiten al enfermo desarrollar una vida activa y de calidad. En ocasiones puede llegarse a la curación o casi curación.
Las bases del tratamiento del asma son las siguientes:
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Control del ambiente, evitar los alergenos responsables y factores desencadenantes.
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Medicamentos. Se dispone de medicamentos muy eficaces para el control de la enfermedad, aunque ninguno de ellos produce la curación definitiva de la misma. Unos medicamentos sirven para relajar la musculatura de los bronquios, otros, para reducir la inflamación y producción de moco.
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Vacunas contra la alergia: para pacientes con asma debida a alergia a ácaros, pólenes, hongos y epitelios de animales. Las vacunas son más eficaces cuando existe alergia a uno solo o pocos alergenos y cuando la enfermedad no se ha complicado. No están exentas de riesgo, por lo que deben ser administradas por personal sanitario experto.
Los medicamentos no son peligrosos si se utilizan de forma adecuada y siguiendo los consejos del especialista.
Para prevenir los episodios de asma debe mantenerse en estrecho contacto con el personal médico de su centro de salud para:
- Conocer los factores desencadenantes de su asma, evitarlos o reducir el contacto con ellos y tratar el origen de la enfermedad.
- Desarrollar un plan de tratamiento con medicamentos que le permitan mantenerse sin síntomas.
Se pueden prevenir los ataques de asma evitando las sustancias que puedan provocar los ataques.
Recomendaciones generales:
- Mantener las ventanas cerradas.
- Considerar poner filtros HEPA en los sistemas de calefacción, aire acondicionado o aspiradora.
- Evitar hacer ejercicio extenuante durante los días de mucha contaminación ambiental, alta concentración de polen (si se es alérgico al polen) o altos niveles de ozono.
- Vacunarse anualmente contra la gripe.
- No fumar.
- Evitar aspirar productos químicos o ser fumador pasivo.
- Evitar utilizar estufas de combustión (carbón, leña).
- Considerar vacunarse contra alergias, si las alergias provocan los ataques de asma.
- Consultar con personal sanitario acerca de los niveles apropiados de ejercicios para usted.
- Consultar con personal médico acerca de cómo prevenir los ataques de asma, y también de cómo identificarlos y tratarlos inmediatamente cuando se produzcan.
Con un tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes pueden ser capaces de:
- Mantenerse activos sin síntomas, incluyendo la realización de ejercicio y la práctica de los deportes.
- Dormir durante la noche sin síntomas.
- Prevenir las crisis de asma.
- Mantener la mejor función respiratoria posible.
- Tener una buena calidad de vida.
- Solucionar su proceso asmático.
Publicaciones editadas por la Consejería de Sanidad (Madrid):
- GUÍA DE USO DE FÁRMACOS INHALADOS: Información dirigida a población adulta e infantil con problemas respiratorios o a sus cuidadores y que precisan para su tratamiento la administración de fármacos inhalados. Se dispone también de una versión en formato presentación de diapositivas (en el mismo enlace).
- DIAPOSITIVAS PARA LA FORMACIÓN EN AUTOCUIDADOS: presentación de diapositivas en formato PDF (5.350 KB), para apoyo en la realización de cursos y talleres de autocuidados en Asma.
- GUÍA DE AUTOCUIDADOS PARA EL ASMA: última edición año 2011; 110 páginas. Información sobre las principales cuestiones que los enfermos asmáticos deben de conocer para el autocuidado y control de su enfermedad. Contiene nociones sobre el asma, los inhaladores, el peak flow, manejo de las crisis asmática y el uso de los servicios sanitarios.
- MI DIARIO PARA EL ASMA: última edición 2011. 64 páginas. Manual en formato cuaderno para que el enfermo asmático pueda registrar a lo largo de un año todos los datos referido a su enfermedad (registro de soplido por medio del peak flow, síntomas y medicación). Finalmente incorpora un breve resumen con nociones del asma y su tratamiento (716 KB).
- EL ASMA. INFORMACIÓN Y AUTOCUIDADOS: (folleto informativo) última edición 2011; 30 páginas. Trata de ser un instrumento de conocimiento para las personas que padecen asma y les facilita información para combatirla.
- ESPORAS ATMOSFÉRICAS EN LA COMUNIDAD DE MADRID: El polen no es el único alergeno de origen natural que está en el aire. Por este motivo se estimó la conveniencia de indagar cualitativa y cuantitativamente la presencia de esporas de hongos en los niveles inferiores de la troposfera, así como incorporar la medida sistemática de esporas fúngicas en la atmósfera en uno de los captadores de la Red Palinocam. Este documento va dirigido a las personas que padecen procesos alérgicos y a los profesionales sanitarios.
Enlaces externos:
Alergia a los alimentos
Alergias a insectos
Alergias de la piel
Algunas alergias de la piel son:
- El eczema: es un trastorno alérgico de la piel que muchas veces afecta la cara y zonas de flexión de los codos y las rodillas. El síntoma común es una intensa comezón que puede convertirse en lesiones o ampollas. Entre los provocadores más comunes están los alergenos, la transpiración, el estrés emocional, el comer ciertos alimentos y el contacto con irritantes como la lana, las mascotas, los jabones u otras sustancias.
- La urticaria: se caracteriza por la inflamación de la piel acompañada de enrojecimiento y picor, los llamados "habones", que desaparecen en poco tiempo para reaparecer después en otra localización. La causa más común de la urticaria puede ser alergia a medicamentos, alimentos o el látex. Algunas personas tienen urticaria crónica (aquella que dura más de 6 meses de forma ininterrumpida) que ocurre en reacción a circunstancias particulares. El rascarse, la presión o "los nervios" pueden agravar la urticaria. El mejor remedio es eliminar los factores provocadores.
- La dermatitis de contacto: es una reacción producida por el contacto de la piel con una sustancia alérgica que puede causar enrojecimiento, inflamación, o comezón en la piel. Metales, cosméticos y medicamentos pueden causar la reacción. La dermatitis alérgica puede ser tratada limpiándose la piel con jabón y agua después de tener contacto con una sustancia alérgica.