Estilos de vida saludables y prevención de enfermedades cardiovasculares
Los factores de riesgo relacionados con los estilos de vida incluyen la alimentación no saludable, el sedentarismo y la falta de actividad física, el consumo de tabaco y de alcohol. Estos factores son prevenibles mediante la adopción de estilos de vida saludable.
Alimentación saludable
Una alimentación no saludable puede contribuir a la aparición de problemas de salud en la persona que conlleven un aumento del riesgo cardiovascular. Seguir una dieta desequilibrada, con un elevado contenido calórico y con altos contenidos en grasas saturadas, azúcar y sal puede provocar la aparición y desarrollo de enfermedades que se consideran factores de riesgo cardiovascular.
Una alimentación saludable debe satisfacer las necesidades nutricionales, además de contribuir a la salud, el bienestar y la calidad de vida de las personas.
Actividad física y salud
Desde la década de 1950 se conoce que los sujetos con mayores niveles de actividad física tienen menor riesgo cardiovascular y que esta relación es causal.
La inactividad física aumenta el riesgo de muerte en un 20-30%. Se la considera el cuarto factor de riesgo de mortalidad, responsable de aproximadamente la cuarta parte de los cánceres de mama y colon, diabetes y cardiopatía isquémica. El sedentarismo actúa en el mismo sentido.
Los efectos positivos de la actividad física son muy numerosos, no sólo para mejorar la salud, sino para prevenir la enfermedad y para tratar numerosas enfermedades
Una vida activa mejora la salud, el bienestar y la calidad de vida a cualquier edad, permite vivir más tiempo de manera independiente y ayuda a prevenir las enfermedades crónicas.
Bienestar emocional y salud
El bienestar, entendido como un conjunto de emociones positivas, optimismo y satisfacción con la propia vida, se ha sugerido como un potencial factor de salud cardiovascular y longevidad .
Por el contrario, la exposición a situaciones estresantes derivadas de la vida laboral y de otras exigencias que el entorno social y familiar imponen, incrementan el nivel de estrés de algunas personas, lo que se asocia a una mayor probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares
A su vez, favorecen conductas adictivas o poco saludables como el tabaquismo, consumo de alcohol o sedentarismo, que constituyen también factores de riesgo cardiovascular.
El bienestar emocional es una de las bases para lograr una vida sana, feliz y plena.
Tabaquismo
El tabaquismo es la principal causa de morbimortalidad cardiovascular prematura. El consumo activo de tabaco se sitúa como una de las primeras causas evitables de mortalidad y origina un elevado coste sanitario y social. Adicionalmente, la exposición pasiva al humo del tabaco también incrementa el riesgo cardiovascular.
El tabaquismo es una enfermedad adictiva crónica que se mantiene merced a la dependencia que produce la nicotina.
Alcohol y salud
El consumo de alcohol ha sido asociado erróneamente en el pasado con algunos beneficios en la salud cardiovascular. De este modo, se ha atribuido al consumo “moderado” de alcohol la reducción del riesgo de mortalidad cardiovascular o de infarto agudo de miocardio.
Ahora se sabe que el posible beneficio cardiovascular derivado del consumo de alcohol es insuficiente para compensar la mortalidad por el conjunto de las otras causas asociadas a su consumo, incluso cardiovasculares.
No existe un nivel de consumo seguro de alcohol. El consumo de riesgo, el consumo perjudicial, el consumo excesivo episódico y la dependencia del alcohol, el alcoholismo, son considerados hoy en día grandes problemas de salud pública y en sus causas...
Campaña "Consejos de corazón"
La Comunidad de Madrid desarrolla una campaña de concienciación sobre hábitos saludables para la prevención de enfermedades cardiovasculares, bajo el lema Consejos de Corazón. La iniciativa se dirige a la población adulta de 40 a 60 años.
La campaña de sensibilización consta de cinco ejes temáticos sobre factores de riesgo que afectan a la salud. En este sentido, se insta a la ciudadanía a la alimentación saludable mediante un mayor consumo de verduras, legumbres y la reducción de sal y azúcar; a realizar actividad física cada día y evitar el sedentarismo; reducir el consumo de alcohol y no fumar; gestionar el estrés con técnicas como el yoga o la meditación y, por último, vigilar el estado de salud con el control del colesterol, la presión arterial y el mantenimiento de un peso adecuado.
La Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid recuerda que la educación y la promoción de estilos de vida saludable son claves para mejorar la salud y prevenir la aparición o la progresión de los factores de riesgo de estas patologías cardiovasculares.
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