
Cuidados en el embarazo
En los diferentes centros de salud y maternidades de nuestra comunidad se ofrecen cursos en los que se informa de cómo vivir el embarazo y la crianza de una forma sana, consciente y serena.
No obstante, unos consejos breves nos ayudarán a recordar las principales cuestiones a tener en cuenta en este proceso tan relevante para la salud de la mujer.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de planificar un embarazo?
Desde la perspectiva de la salud es conveniente tomar algunas precauciones para evitar complicaciones en el proceso de embarazo y parto. En este sentido, conviene conocer la compatibilidad de grupo sanguíneo (de factor Rh de la sangre, en concreto) para poder prevenir, en caso de incompatibilidad, una complicación en el feto.
Esta incompatibilidad se produce por la sensibilización de la sangre de una madre con Rh negativo frente a la sangre de un feto que tenga Rh positivo. Si el padre del bebé es Rh positivo, a la madre se le debe aplicar una inyección de una inmunoglobulina específica a mediados del embarazo y una segunda inyección a unos días del parto.
Otra situación a tener en cuenta para tomar medidas en el caso de que sea positiva es la infección por VIH (de cualquiera de los padres, pero especialmente de la madre por el riesgo de transmisión placentaria).
Por último, es muy conveniente saber el estado de inmunización frente a la rubéola y la toxoplasmosis, por ser enfermedades que pueden causar una afección fetal grave en caso de contraerlas en los primeros meses de embarazo si no se está correctamente inmunizada.
Cambios durante el embarazo
El cuerpo de la madre debe cambiar para adaptarse a los requerimientos que tiene el desarrollo del bebé en su interior. Así, encontramos cambios físicos como el aumento de tamaño de las mamas, la pigmentación más oscura de la piel y la mayor sensibilidad los pezones.
Otros cambios que son frecuentes son algunas molestias para hacer la digestión, náuseas, mayor sensibilidad frente a determinados olores o sabores, aumento de la temperatura corporal, mayor cansancio y sueño del habitual.
A medida que el embarazo avanza y el útero crece de tamaño, se produce una compresión de otros órganos y un aumento de peso y de tensión en la zona abdominal que ocasionan también molestias.
Por los que se refiere a los cambios emocionales, en general hay una mayor emotividad y sensibilidad, alternándose sensaciones de alegría y placer con otros sentimientos de duda o inseguridad ante la nueva situación que se va a vivir. Es frecuente sentir miedo o ansiedad por la manera en que nos comportaremos como padres, discutir con la pareja por la manera en que cada uno se enfrenta a estos sentimientos, sentir presión por las recomendaciones de la familia, etc. Es importante ser consciente de que estos cambios afectan a los dos miembros de la pareja y que hay que intentar comprender al otro para poder ayudarle.
¿Cuáles son los cuidados que se deben tener para estos cambios?
Los cuidados adecuados para un cuerpo que cambia son, entre otros, los siguientes:
- Mantener durante todo el embarazo una correcta higiene. No se deben realizar lavados vaginales sin prescripción médica específica. Basta con un hábito regular de higiene (ducha diaria).
- Es recomendable utilizar un sujetador apropiado y sin aros por el crecimiento del tamaño de las mamas. En algunos casos puede producirse secreción de calostro por el pezón, que es completamente normal; no son adecuados los masajes para extraerlo, porque podrían provocar contracciones uterinas antes de tiempo.
- Debido al estiramiento de la piel pueden aparecer estrías. Para prevenirlo es conveniente mantener hidratada la piel y masajear las zonas que más sufren este estiramiento con aceite o una crema hidratante que no contenga retinol.
- La dentadura puede sufrir durante el embarazo, por cambios en la acidez de la saliva. Es recomendable extremar la limpieza de la boca para prevenir la caries dental y visitar al dentista al comienzo del embarazo.
- La preparación de los músculos del periné para su adaptación a las exigencias del parto puede hacerse con un masaje diario en esta zona con aceite hidratante.
- Deben evitarse las medias o calcetines que produzcan compresión local en las piernas, por el riesgo de varices.
Alimentación saludable, consejos
Una alimentación correcta es fundamental para llevar a buen término el embarazo ya que las necesidades nutricionales de la mujer embarazada aumentan. Por ello, será necesario llevar una dieta variada y equilibrada, que asegure el aporte de los nutrientes necesarios.
La principal fuente de energía serán los hidratos de carbono, que deben proporcionar algo más de la mitad de las calorías. Legumbres, patatas, cereales, pasta, pan, galletas, fruta, azúcar, son alimentos ricos en hidratos de carbono.
Consejos generales
- Lavar las manos con jabón y agua caliente, al menos durante 20 segundos, antes y después de manipular los alimentos, tras contactar con cualquier material sucio (pañales, residuos, animales) y especialmente después de usar el cuarto de baño.
- Las manos, las superficies y los utensilios de cocina utilizados se deben lavar a fondo después de manipular carne, pescados, aves de corral, frutas y vegetales no lavados y cualquier otro alimento crudo.
- Guardar los alimentos cocinados en el frigorífico el menor tiempo posible y mantenlos en recipientes cerrados, separados y lejos de los quesos y los alimentos crudos. Si los compras ya cocinados respeta la fecha que se indica en la etiqueta.
- Asegurar que el frigorífico mantiene la temperatura correcta (4ºC o menor).
- Cuando se utilice un horno microondas, prestar atención a las instrucciones del fabricante para asegurar una temperatura uniforme y suficiente en los alimentos.
Precauciones
- Lavar las frutas y hortalizas crudas. Se puede utilizar agua con lejía apta para desinfección del agua de bebida (consultar la etiqueta), a razón de 4 gotas por litro de agua. Sumergir las frutas y hortalizas durante al menos 10 minutos y después realizar un enjuagado abundante con agua potable.
- Cocinar completamente las carnes hasta alcanzar los 71ºC (debe cambiar de color en el centro del producto).
- Las comidas, así como las sobras de comida, no deben consumirse frías. Asegúrese de calentarlas a más de 75 °C.
- Si necesita algún complemento alimenticio a base de vitaminas y minerales, tomar sólo aquellos que prescriba el médico.
- Leer detenidamente el etiquetado de los alimentos, especialmente las advertencias y condiciones de uso.
- Moderar el consumo de cafeína de cualquier fuente (café, té, bebidas de cola, bebidas “energéticas”, yerba mate...).
Debe evitarse
- Grandes peces como el pez espada, el tiburón, el atún rojo o el lucio.
- Leche cruda y quesos frescos o de pasta blanda (Brie, Camembert, tipo Burgos o quesos latinos, mozzarella y quesos azules) si en la etiqueta no dice que estén hechos con leche pasterizada. Quesos rallados o loncheados industriales. Quitar la corteza de todos los quesos.
- Frutas y hortalizas crudas que no se hayan pelado o lavado y desinfectado previamente (incluyendo ensaladas embolsadas y las consumidas fuera de casa).
- Brotes crudos (soja, alfalfa,...).
- Huevos crudos o preparaciones elaboradas con huevo crudo (salsas y mayonesas caseras, mousses, merengues y pasteles caseros, tiramisú, helados caseros, ponches de huevo, ....
- Carne cruda o poco hecha (carpaccios).
- Productos cárnicos loncheados envasados. Estos alimentos sí pueden consumirse después de cocinarse a más de 71ºC (en croquetas, rehogados, pizzas…)
- Si no está inmunizada frente a la toxoplasmosis (consultar al médico) evitar el consumo de productos cárnicos crudos curados (chorizo, salchichón, salami, jamón curado…).
- Patés que se vendan refrigerados.
- Pescado crudo (tipo “sushi”, “sashimi”, ceviche, carpaccios), pescado ahumado refrigerado o marinado así como ostras, almejas o mejillones crudos.
- Sándwiches envasados y otros alimentos preparados que contengan vegetales, huevo, carne, fiambres, pescado y derivados.
- Consumir sólo zumos recién exprimidos o zumos envasados pasterizados.
- No tomar bebidas alcohólicas.
Consejos nutricionales
Es esencial seguir una alimentación variada y equilibrada durante el embarazo. Algunas pautas sencillas para lograrlo son:
- Realizar de 4 a 5 comidas al día: tomar un desayuno completo ya que debe ser la comida que aporte un mayor potencial calórico (compuesto por lácteos, frutas y cereales), una comida no muy abundante, una merienda ligera, cena pronto (puedes tomar una pieza de fruta o un lácteo antes de acostarte) y evitar picar entre horas.
- Aumentar el consumo de frutas y hortalizas, para cubrir la mayor necesidad que tiene el organismo en esta etapa de vitaminas y minerales.
- Comer pescado 3-4 veces a la semana (principalmente pescado azul), ya que aporta ácidos grasos omega-3 y otros nutrientes esenciales, necesarios para el buen desarrollo del feto.
- Beber al menos 2,3 litros de agua al día (de 8 a 10 vasos). Los alimentos también aportan agua.
- Consumir con moderación fritos así como alimentos ricos en grasas y azúcares.
- Moderar el consumo de sal.
Organizar la dieta
Algunos consejos pueden ser útiles para integrar estas recomendaciones de una forma sencilla en nuestros hábitos:
- Tomar un buen desayuno, que aporte suficiente energía para comenzar bien el día. Cambiar con frecuencia los alimentos para evitar la monotonía. El desayuno debería incluir al menos 4 alimentos distintos.
- Beber de 6 a 8 vasos de agua al día, para mantener una correcta hidratación.
- Realizar cinco comidas al día.
- Consumir productos lácteos fermentados, como el yogur y el kéfir, que son beneficiosos para la digestión y ayudan a mantener la flora bacteriana intestinal.
- Tomar alimentos ricos en fibra, como verduras, legumbres, pan integral, cereales y frutos secas, facilita la evacuación intestinal y previene el estreñimiento.
- Cocinar los alimentos al vapor o a la plancha.
- Evitar el consumo de vísceras y reducir el de embutidos.
- Utilizar con moderación la sal, que debe ser preferentemente yodada.
- Lavar frutas y verduras minuciosamente y tomar la carne muy hecha ayudará a prevenir ciertas enfermedades infecciosas que pueden afectar al feto.

Actividad física y descanso
La mujer embarazada debe incluir cierta actividad física en su vida diaria. Ejercicios como caminar o nadar ayudarán a fortalecer los músculos de las piernas y el abdomen, a mejorar la circulación sanguínea y el aparato respiratorio, combatir el estreñimiento y evitar el exceso de peso.
En caso de practicar alguna actividad deportiva, se debe consultar la conveniencia de seguir realizándola con el médico, ya que no son recomendables los deportes violentos o los ejercicios que produzcan fatiga. Es recomendable seguir una rutina diaria de ejercicios de estiramiento, así como ejercicios de relajación. En su momento, se podrán realizar ejercicios específicos de preparación al parto.
La sexualidad
Las relaciones sexuales favorecen la autoestima y contribuyen a unir a la pareja, por lo que se debe procurar mantener una relación normal. Sólo hay que adaptarse a las nuevas circunstancias y a los cambios en el deseo.
Ni el orgasmo ni el coito tienen por qué afectar al embarazo o al feto si se cuidan las medidas de higiene y se evitan posturas en las que el peso recaiga sobre la mujer, especialmente en los últimos meses. El deseo de ambos puede verse afectado, por miedos o prejuicios o por los propios cambios hormonales. Tener una comunicación fluida y hablar con claridad de estos sentimientos ayuda a mantener la relación.
Precauciones
Está demostrado que el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas son perjudiciales para el desarrollo del feto. En el caso del tabaco, están confirmados sin ninguna duda los efectos negativos sobre la madre y el recién nacido: mayor frecuencia de partos prematuros y a abortos espontáneos, menor peso al nacer, mayor incidencia de enfermedades respiratorias en el recién nacido y un mayor riesgo de muerte súbita infantil en el primer año de vida.
Estos efectos también se sufren en el caso del tabaquismo pasivo, por lo que es muy importante evitar ambientes contaminados por humo de tabaco. El consumo de alcohol puede provocar serias alteraciones en el feto, llegando en su extremo al síndrome de alcoholismo fetal con graves secuelas.
Por lo que respecta a los medicamentos, no debe tomarse ningún medicamento sin la prescripción médica correspondiente, ya que hay muchos medicamentos que afectan al feto en diferentes fases del embarazo. En caso de duda, se debe consultar con un médico.