
Infección por Neumococo
El neumococo es una bacteria estreptocócica que puede causar enfermedades graves. Las más comunes son otitis, sinusitis, neumonía, sepsis y meningitis.
Qué es el Neumococo
El Neumococo es una bacteria estreptocócica (Streptococcus pneumoniae) que puede causar frecuentemente enfermedades leves como otitis y sinusitis, y también enfermedades graves e invasivas como neumonía, sepsis y meningitis.
Los pacientes con enfermedades crónicas respiratorias, inmunodeprimidos, o aquellos a los que se les ha extirpado el bazo, presentan un mayor riesgo de padecer infecciones neumocócicas más graves.
Se transmite de persona a persona, por contacto con las secreciones nasales. Es más fácil su difusión en ambientes cerrados como colegios, residencias de ancianos y otros espacios compartidos.
Síntomas, diagnóstico y tratamiento
La otitis media aguda en lactantes y en niños es frecuentemente causada por el neumococo. Cursa con dolor de oído y a menudo con otros síntomas como fiebre, náuseas o vómitos.
La sinusitis es una inflamación de los senos paranasales, que cursa con obstrucción y congestión de las vías nasales, rinorrea, dolor de la cara, pérdida del olfato y a veces, tos.
La neumonía es la infección grave más frecuente causada por neumococo. Los síntomas más comunes de la neumonía neumocócica son escalofríos, fiebre, tos, dolor torácico y dificultad respiratoria. Su diagnóstico se realiza a través de la historia clínica, una radiografía de tórax y un análisis de esputo, si el facultativo así lo cree necesario.
La meningitis neumocócica puede ser originada por una infección iniciada en otro foco: en pulmón por una neumonía, una otitis, sinusitis... Suele cursar con dolor de cabeza, fiebre, y rigidez de nuca.
La infección por esta bacteria también puede producir sepsis, por su diseminación por el sistema circulatorio, artritis si afecta a una articulación, y endocarditis cuando se localiza en el tejido del interior cardíaco.
Su tratamiento se realiza con antibióticos.
Prevención
La vacunación frente a esta enfermedad es la medida preventiva más eficaz. Se administra según el calendario de vacunación para toda la vida, que incluye la vacunación en la infancia y a partir de los 60 años. También se administra en determinados grupos de riesgo a cualquier edad.
Se puede hacer coincidir con la vacunación de la gripe en un mismo acto, minimizando así las veces que hay que ir al centro de vacunación.