
Adorno corporal y estética
El cuidado de la piel es esencial para garantizar que cumpla con su función protectora y aislante. Por ello, cuando vamos a someterla a un bronceado artificial, maquillaje, tatuaje o un piercing, debemos hacerlo conociendo las garantías sanitarias a las que tenemos derecho. Conocer la normativa que nos ampara, en qué consiste cada técnica y qué riesgos podemos evitar es la mejor vía de protegerla. La estética no está reñida con la salud, pero no todo vale. ¡Infórmate aquí!
Tatuaje, piercing y micropigmentación
Si hemos decidido tatuarnos, ponernos un piercing o hacernos una micropigmentación, es importante conocer de antemano la información necesaria para saber qué conlleva y realizarlo de manera segura si así lo decidimos: para ello debemos acudir a un profesional debidamente acreditado y que nos de las garantías necesarias.
Las condiciones higiénicas y sanitarias de los establecimientos que realizan técnicas de tatuaje, micropigmentación o perforación cutánea están reguladas y sometidas a control. Estas prácticas suponen un riesgo potencial tanto para la salud del personal que las aplica como para los usuarios de estos servicios, especialmente si no se realizan por personal con formación y con los medios y condiciones higiénico-sanitarias adecuadas. Por ello, es nuestro derecho conocer cómo, cuándo y dónde podemos someternos a estas técnicas sin preocuparnos.

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Tatuajes y piercing: Conoce cómo actuar de manera segura y sana si estás pensando en realizarte alguno de ellos.
Cosméticos
Los cosméticos son productos destinados a estar en contacto con partes superficiales del cuerpo humano o con dientes y mucosas bucales para limpiarlos, perfumarlos y modificar su aspecto. Son cosméticos los maquillajes, desodorantes, cremas, perfumes, tintes y jabones, entre otros. Entre los productos denominados de higiene personal están los dentífricos, las tintas para tatuaje y los maquillajes permanentes.
En el etiquetado de los cosméticos debe figurar:
- composición
- identificación del producto
- responsable de comercialización
- contenido y condiciones de empleo
- información sobre su utilización.
- Posibilidad de que la empresa consigne un teléfono de atención al consumidor, página web y/o una dirección de correo electrónico para los consumidores.
La publicidad de estos productos debe ser veraz y no atribuirles características, propiedades o acciones que no posean, como propiedades curativas, afirmaciones falsas o que induzcan a error. Las imágenes o alusiones no pueden dar lugar a confusión con alimentos o medicamentos.
Estos productos están sujetos a regulación específica para asegurar la protección de los consumidores contra los riesgos que puedan afectar a su salud o seguridad.
Bronceado Artificial
El bronceado artificial se consigue mediante la exposición del usuario a las radiaciones ultravioleta emitidas por un aparato de bronceado, a diferencia del bronceado natural, donde el bronceado se consigue tras la exposición a la radiación solar. Si bien los riesgos, en ambos casos, son los mismos, existen ciertas peculiaridades que confieren un mayor potencial de riesgo al bronceado artificial:
En la radiación solar, los rayos UVC y UVB son total o parcialmente absorbidos por la capa de ozono, no incidiendo sobre la persona expuesta directamente a la radiación solar. Así, la capa de ozono supone una protección natural existente en el bronceado natural que no aparece en el bronceado artificial.
La intensidad de radiación ultravioleta emitida por las lámparas de los aparatos de bronceado es muy superior a la de la radiación solar. Por esto, los tiempos de exposición deben ser inferiores en el bronceado artificial.
Información a usuarios
• Las radiaciones ultravioletas pueden afectar gravemente a la piel y a los ojos; las exposiciones intensas y repetidas pueden provocar un envejecimiento prematuro de la piel, así como un aumento del riesgo de desarrollar un cáncer de piel; los daños causados a la piel son irreversibles.
• Es obligatorio usar gafas de protección frente a las radiaciones ultravioletas emitidas por los aparatos de bronceado para evitar lesiones oculares tales como inflamación de la córnea o cataratas.
• Las radiaciones UV pueden ser especialmente peligrosas en usuarios de piel muy blanca y no deben ser utilizadas por personas que se queman sin broncearse, que presentan insolación, que hayan tenido un cáncer de piel o condiciones que predispongan a dicho cáncer. Las personas que hayan tenido antecedentes familiares deben también evitar su utilización.
• Las exposiciones a los ultravioletas artificiales están prohibidas a los menores de dieciocho años y desaconsejadas a las mujeres embarazadas.
• Deben tomarse las precauciones necesarias en los períodos de tratamiento con ciertos medicamentos, entre otros, antibióticos, somníferos, antidepresivos, antisépticos locales o generales; éstos aumentan la sensibilidad a las radiaciones así como los cosméticos.
En consecuencia, debe tener en cuenta las siguientes precauciones:
– Utilizar siempre gafas de protección adecuada durante toda la exposición.
– Retirar bien los cosméticos antes de su exposición y no aplicar ningún filtro solar.
– Abstenerse de exponerse a las radiaciones ultravioletas durante los períodos de tratamiento con medicamentos. En caso de duda consulte al médico.
– No exponerse al sol y al aparato el mismo día.
– Respetar cuarenta y ocho horas entre las dos primeras exposiciones.
– Seguir las recomendaciones relativas a la duración, intensidad de exposición y distancia de la lámpara.
– Consultar al médico si se desarrollan sobre la piel ampollas, heridas o enrojecimiento.
– Las radiaciones ultravioletas pueden provocar cáncer de piel y dañar gravemente los ojos.
– Es obligatorio utilizar gafas de protección.
– Ciertos medicamentos y los cosméticos pueden provocar reacciones indeseables.
– No se permite su uso a los menores de dieciocho años y está desaconsejado en mujeres embarazadas.
Los CENTROS DE BRONCEADO deben proporcionar información sobre riesgos y precauciones en relación con estas prácticas.
Además, antes de la aplicación, el usuario procederá a leer y firmar un consentimiento informado, donde se indicarán los riesgos, limitaciones y medidas de seguridad obligatorias, así como las precauciones a adoptar antes de la aplicación, así como una tabla de fototipos junto con los programas de exposición recomendados en función de los fototipos, programa que determinará la duración máxima, la distancia y los intervalos de exposición.
Asimismo, se hará entrega al usuario de una ficha personalizada, en la que se le indicarán las sesiones de exposición recibidas y su dosis total, a efectos de llevar un control de las sesiones recibidas.
Centros de bronceado
Un centro de bronceado es todo establecimiento que presta al público, con fines comerciales, a título oneroso o gratuito, un servicio de bronceado mediante el uso de aparatos equipados de emisores ultravioletas, y cuya actividad se ejerce de modo exclusivo o simultáneamente a otras de carácter estético. Están regulados por el Real Decreto 1002/2002, de 27 de septiembre, donde entre otros aspectos, establece la obligatoriedad de declarar su funcionamiento ante el organismo sanitario competente.
En la Comunidad de Madrid estos centros están regulados por el Decreto 10/2007, de 22 de febrero, del Consejo de Gobierno.
Puede consultar el listado de centros de bronceado que han comunicado a la Comunidad de Madrid aparatos que emiten radiaciones ultravioleta en la columna de la derecha de esta ficha.
I. Prohibiciones
Esta normativa, en consonancia con los consejos formulados por la OMS en referencia a que los jóvenes que sufren quemaduras por exposición a los rayos ultravioletas corren un mayor riesgo de desarrollar un melanoma en etapas posteriores de la vida, establece como prohibición expresa la utilización de los aparatos de bronceado a menores de 18 años.
II. Revisiones técnicas
Estos centros concertarán con organismos de control autorizados la realización de revisiones periódicas de sus aparatos, que dejarán constancia de la superación de la revisión técnica con la expedición de un certificado, o colocando una etiqueta donde se especifique que los resultados de la revisión no han sido correctos.
III. Personal encargado
El personal de los centros de bronceado que está encargado de la aplicación de aparatos de bronceado al público, debe contar con una formación adecuada, obtenida a través de la realización de cursos de formación autorizados por los órganos competentes designados por las distintas Comunidades Autónomas. Asimismo, deberá informar al usuario del servicio en relación con los peligros, precauciones y límites de exposición a dichos aparatos.
En la Comunidad de Madrid la Orden 800/2007, de 16 de mayo, regula el contenido y los requisitos docentes de los cursos de formación del personal encargado del funcionamiento y vigilancia de los aparatos de bronceado mediante radiaciones ultravioletas y la ficha personalizada de los usuarios de los centros que utilizan dichos aparatos.
IV. Obligaciones
Proporcionarán gafas de protección adecuadas en la banda ultravioleta del espectro, para la protección de los ojos durante las sesiones de exposición.
Someterán a locales, instrumentos, materiales y camillas a tratamientos de desinfección y asepsia tras cada sesión.
Deberá facilitar información sobre riesgos, medidas preventivas, etc., con su asesoramiento directo.
Antes del tratamiento harán entrega de un documento informativo que será a la vez consentimiento informado sobre los riesgos de esta exposición, el fototipo del usuario y el programa de exposición recomendado.
Entregarán al usuario una ficha personalizada donde se indicarán las sesiones de exposición, intervalos entre ellas y su duración en función del fototipo de usuario.
A continuación puede ver más información relativa a los Centros de Bronceado y su Registro
Aparatos de bronceado
Se trata de aparatos que llevan emisores para la exposición de la piel a las radiaciones ultravioletas. Estos emisores son lámparas que emiten fundamentalmente radiaciones UVA y en menor proporción radiaciones UVB. Si bien en general predominan las emisiones UVA, que son las más inofensivas, últimamente estas lámparas han sido diseñadas para producir mayores niveles de UVB, con el objeto de asemejarse a las radiaciones solares y así acelerar el proceso de bronceado. Según las normativas de aplicación:
Deben tener una irradiancia efectiva, medida según Norma UNE EN 335-2-27, menor a 0.30W/m2.
Deben tener una longitud de onda por encima de 295 nm.
Deben ser seguros, cumpliendo las normas de seguridad establecidas por la Unión Europea. A este respecto, el fabricante o su representante establecido en la Unión Europea, colocará el marcado “CE” de forma visible, legible e indeleble, bien en el aparato, o en su defecto, en el embalaje.
Es importante considerar que si estas lámparas no pasan los controles pertinentes, no se regulan de una manera adecuada o simplemente con el paso del tiempo, pueden empezar a emitir cantidades excesivas de radiación UVB. Incluso si sufren averías o su mantenimiento no es correcto, pueden emitir radiaciones UVC, radiaciones mucho más peligrosas para la salud.
Riesgos derivados del exceso de exposición a las radiaciones ultravioleta
Una exposición inadecuada a las radiaciones UV puede dar lugar a lesiones dermatológicas, como el envejecimiento acelerado de la piel, así como aumentar el riesgo de melanoma y de otros cánceres de piel. También puede dar lugar a quemaduras solares, lesiones en la córnea y en la conjuntiva del ojo.
a) Lesiones dermatológicas
El fotoenvejecimiento es el envejecimiento prematuro de la piel debido a la exposición de la luz ultravioleta. Nadie está exento a sus efectos. Muchas personas en la edad adulta sufrirán estas consecuencias derivadas de la exposición excesiva a los rayos solares. Un cutis delicado es particularmente vulnerable al fotoenvejecimiento. El fotoenvejecimiento se caracteriza por una intensa deshidratación cutánea y una pérdida de elasticidad de la piel, así como en la aparición de manchas, por acúmulo de melanina (pecas, cloasmas, lentigo, ...).
b) Cáncer de piel
El cáncer de piel se origina cuando células normales se transforman en cancerígenas, adquiriendo la capacidad de multiplicarse descontroladamente e invadir tejidos u órganos próximos. Este proceso se denomina carcinogénesis. La carcinogénesis dura años y pasa por varias etapas. Los agentes capaces de iniciar este proceso se denominan agentes carcinógenos. Las radiaciones ultravioletas son un agente carcinógeno probado en el ser humano.
Tanto las radiaciones ultravioletas UVC, como las UVB, son capaces de producir mutaciones en el material genético (DNA) de las células que forman la epidermis (capa más superficial de la piel), iniciándose la carcinogénesis.
Este cáncer de piel se manifiesta como melanoma o como carcinoma cutáneo. Es muy importante su diagnóstico temprano ya que pueden ser curados, de lo que se deduce la conveniencia de acudir con urgencia a un dermatólogo si se sospecha su posible existencia.
1. Melanoma
En los melanomas las células afectadas son los melanocitos, encargadas de producir melanina, que proporciona el color a la piel. Las radiaciones ultravioletas alteran el DNA de los melanocitos que empiezan a crecer desmesuradamente invadiendo tejidos y órganos próximos. El melanoma puede originarse sin ninguna lesión previa u originarse sobre una lesión existente, generalmente lunares.
Presentan un aspecto característico y son identificables por la regla del ABCD:
A; Asimetría; las manchas no presentan un aspecto simétrico, sino bordes desiguales.
B; De bordes irregulares; Los bordes suelen ser difusos.
C; De color variado; La superficie del lunar presenta distintas tonalidades.
D; De diámetro superior a 6 mm.
Es aconsejable acudir al dermatólogo si se detecta alguna mancha o lunar con las características descritas anteriormente. Además, debe recordarse que el riesgo de padecer melanoma es mayor si:
a) existen antecedentes familiares.
b) la piel presenta gran número de lunares.
c) se han padecido quemaduras importantes en la adolescencia.
2. Carcinomas cutáneos
Son los tumores más frecuentes en el ser humano y se está observando un aumento importante en los últimos años. Aparecen a partir de los 50 años, en las zonas del cuerpo más expuestas a las radiaciones UV, como son la cara, las orejas, las manos y el cuello. En general, su crecimiento es más lento que el de los melanomas.
c) Lesiones oftalmológicas
Las radiaciones ultravioletas provocan sobre los ojos lesiones agudas, como la fotoqueratitis (inflamación de la córnea y el iris) y fotoconjuntivitis (inflamación de la conjuntiva). Estos efectos pueden ser evitados mediante el uso de gafas o protectores oculares adecuados.
Entre los posibles efectos crónicos se encuentran la fotofobia o intolerancia a niveles de luz normales, pterygium o engrosamiento de la conjuntiva que dificulta la visión normal, cataratas y hasta incluso cáncer de conjuntiva.
d) Fotosensibilización
Se trata de una reacción anormal de la piel ante la exposición a radiaciones ultravioletas en unas dosis que en condiciones normales resultarían inofensivas. Está provocada por el consumo de ciertos medicamentos o por la utilización de ciertos productos sanitarios y cosméticos.
Entre los agentes que pueden causar esta fotosensibilización podemos citar:
1) Medicamentos: Diuréticos tiazínicos, Clorpromazina y otras fenotiazinas, Antiinflamatorios no esteroideos, Sulfonamidas, Tetraciclinas, …
2) Productos sanitarios y cosméticos: Sulfonamidas (cremas de protección solar), compuestos salicílicos presentes en jabones y desodorantes, Fenotiazinas presentes en cremas e insecticidas, hasta incluso ciertos compuestos presentes en las tintas de los tatuajes.
Bronceado Natural
El incremento de las actividades al aire libre y los nuevos hábitos al tomar el sol ocasionan a menudo una excesiva exposición a la radiación UV. A muchas personas les parece normal tomar el sol de forma intensa; por desgracia, incluso los niños, los adolescentes y sus padres consideran que el bronceado es un símbolo de belleza y buena salud.
Se considera que la conducta de las personas con respecto al sol es una causa principal del aumento de las tasas de cáncer de piel en las últimas décadas. Una exposición prolongada a la radiación UV solar puede producir efectos agudos y crónicos en la salud de la piel, los ojos y el sistema inmunitario.