
Depresión y conducta suicida
Prevención del suicidio
La depresión es uno de los trastornos mentales más frecuentes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión afecta en el mundo a unos 121 millones de personas, y una de cada cinco personas llegará a desarrollar un cuadro depresivo en su vida, aumentando este número si se añaden otros factores como enfermedades médicas o situaciones de estrés. Algunas personas están más predispuestas a padecerla, aproximadamente un 15% de la población sufre algún episodio a lo largo de su vida. Además, se prevé en el año 2020, la depresión pase a convertirse en la segunda causa más común de discapacidad, después de las enfermedades cardiovasculares. Se estima que afecta a 1 de cada 6 españoles en algún momento a lo largo de su vida.
Introducción
Las personas afectadas de depresión grave presentan un riesgo suicida mayor que la población general. El suicidio constituye un problema de salud pública importante, y en gran medida prevenible. Se trata, como la depresión, de un fenómeno complejo de origen multifactorial, siendo los factores de riesgo diversos, de carácter biológico, psicológico y ambiental. La depresión se puede curar y el suicidio se puede prevenir.
A pesar de ser una enfermedad frecuente, sin embargo, como advierte la Organización Mundial de la Salud, sólo una minoría de las personas depresivas solicita o reciben tratamiento.
Puede consultar también estos documentos:
¿Qué debes saber?
¿Qué es la depresión?
La depresión es un trastorno del estado de ánimo. Aunque todas las personas pueden sufrir sentimientos de tristeza ocasionalmente de forma transitoria, en algunas de ellas estos sentimientos son persistentes y se acompañan de otros síntomas, como por ejemplo pensamientos negativos que dificultan significativamente su vida cotidiana. Estas personas pueden tener un trastorno denominado depresión.
Los síntomas fundamentales de la depresión son:
- Ánimo bajo, tristeza o sentimientos de desesperanza, o
- Pérdida de interés en las actividades con las que se disfrutaba o tener escaso placer al realizarlas la mayoría de los días durante las últimas semanas.
Además, puede experimentarse:
- Irritabilidad (enfadarse fácilmente).
- Ganas de llorar sin motivo aparente.
- Pérdida de energía o cansancio.
- Problemas de sueño
- Cambios en el apetito, que a veces conduce a variaciones en el peso.
- Dificultad para concentrarse o problemas de memoria.
- Pérdida del interés sexual
- Sentimientos de inutilidad o culpa.
- Pensamientos negativos, excesivas críticas hacia uno mismo.
- Deseos de muerte o ideas suicidas.
Los síntomas pueden durar semanas, meses e incluso años. La depresión se diferencia de la tristeza normal por su mayor duración e intensidad y sobre todo por la repercusión en el funcionamiento social, familiar, y laboral.Sin embargo, la mayoría
de las personas que padecen de depresión puede mejorar con un tratamiento adecuado.
Son frecuentes algunas ideas erróneas en torno a la depresión:
“Es un signo de dejadez, debilidad o pereza”.
“Es culpa de quien la padece”.
“Se puede superar con voluntad o poniendo de su parte”.
“Se pasa con el tiempo”
¿Hay distintos tipos de depresión?
Existen muchos tipos de clasificaciones para los trastornos depresivos, según sus características, duración o gravedad.
Según sus características, clásicamente se habla de dos tipos de depresiones:
- Depresión endógena o melancolía
- Depresión neurótica o distimia.
Además, habría un tercer grupo menos numeroso de depresiones causadas por una enfermedad física o un fármaco.
La depresión endógena o melancólica se caracteriza por la incapacidad de disfrutar y sentir placer, que es lo que llamamos anhedonia. Es una tristeza distinta al estado de ánimo habitual por que no varía con las circunstancias ambientales pero cambia a lo largo del día siendo más intensa por la mañana. El tono vital en la depresión endógena es tan bajo que el paciente está muy inhibido, los pensamientos son muy negativos y tiene la sensación de no tener salida a su situación. La actividad mental y física es más lenta de lo normal y la persona presenta dificultades para concentrarse, moverse y tomar decisiones. Se muestra desinteresado por todo y su autoestima es muy baja. Además no se tiene apetito, y se puede padecer dolores generalizados, molestias digestivas, o un cansancio muy invalidante. En los casos más graves el paciente puede manifestar ideas o pensamientos irreales, imposibles y falsos, que se denominan delirios.
El otro tipo de depresión más frecuente es la depresión neurótica o distimia o también llamada psicosocial por los condicionantes externos que en ella concurren. Estas depresiones a diferencia de las endógenas se caracterizan más por la autocompasión, la necesidad de atención, mayor emotividad, hipersensibilidad a la aceptación o rechazo de los demás y más quejas físicas o hipocondríacas.
Además, la tristeza tiene una explicación reactiva, es decir hay acontecimientos que explican que la persona reaccione con tristeza. En este tipo de depresiones al contrario que en las endógenas, no hay alteración de la memoria, ni tanta desesperanza, ni aparecen ideas delirantes y además es posible que el paciente se interese por determinadas actividades. En este tipo de depresiones, la respuesta al tratamiento farmacológico es más pobre y hay mayor tendencia a la cronificación a lo largo de la vida.
Según la duración, algunas personas tienen sólo un episodio depresivo en su vida. Casi la mitad de las personas que han tenido un episodio de depresión, tienen al menos otro más. La duración es variable, aunque la mayoría se sienten mejor al transcurrir entre 4 y 6 meses. En algunos casos, los síntomas pueden persistir durante mucho más tiempo, cuando supera los dos años se denomina depresión crónica.
Según la gravedad, la depresión varía enormemente. Algunas personas tienen solamente unos pocos síntomas que afectan a su vida cotidiana de forma parcial o la limitan sólo en algún aspecto específico. Esta es la denominada depresión leve. Otras personas pueden tener muchos más síntomas que llegan a causar un deterioro o incapacidad generalizada; en este caso, la depresión se califica como moderada o grave.
¿Cuáles son las causas o motivos de la depresión?
No hay una sola causa o motivo. Se trata de un trastorno multifactorial en que se asocian factores genéticos, bioquímicos, ambientales y psicológicos. Aunque la investigación ha demostrado que se trata de una enfermedad del cerebro, se sabe que es el resultado de la interacción compleja de la influencia de múltiples genes con el ambiente y otros factores
Diferentes sucesos pueden actuar como desencadenantes pero a veces la depresión aparece sin una causa aparente. Dicho de otro modo, un trauma, la pérdida de un ser querido, una separación conyugal, o cualquier situación estresante pueden desencadenar el episodio depresivo en la persona genéticamente determinada. Sin embargo episodios posteriores pueden desarrollarse con o sin estrés desencadenante.
Factores de riesgo para sufrir una depresión:
- Haber sufrido algún episodio depresivo en el pasado.
- Antecedentes en la familia de personas deprimidas.
- Experiencias de pérdidas o estrés, incluyendo fallecimiento de seres queridos,
- Desempleo, soledad, cambios en el estilo de vida o problemas en las relaciones interpersonales.
- Situaciones conflictivas en tu entorno.
- Haber sufrido traumas físicos o psicológicos.
- Enfermedad física seria o problemas crónicos de salud.
- Algunas medicinas
- Abusar del alcohol o consumir otras drogas pueden empeorar la depresión.
- Algunas mujeres pueden ser más vulnerables a la depresión después del parto, especialmente si tienen alguno de los factores de riesgo enunciados previamente.
Por el contrario, son un factor protector las experiencias positivas tales como una relación cercana con una pareja, amigo, familia o compañeros suelen ayudar a prevenir la depresión
¿Cuál es el mayor riesgo de la depresión? El suicidio
Hasta un 15% de las personas con depresión se suicidan. Se entiende por conducta suicida no sólo la que consigue la propia muerte, sino todos aquellos comportamientos que de forma más o menos directo, con mayor o menor intencionalidad desencadenan un acto autodestructivo.
Si bien el riesgo suicida existe en todas las formas depresivas y en todos los momentos de su evolución, tenemos que aclarar que hay mayor riesgo de que ocurra cuando se trata de un varón, cuando la persona es anciana, si existen problemas de alcohol o drogas y si ya lo ha intentado antes. No se debe ignorar nunca una amenaza suicida y mucho menos una tentativa, la mayor parte de los suicidas avisan de alguna manera antes de consumarlo.
Prevenir el suicidio es posible, y para ello es fundamental detectar la depresión y tratarla adecuadamente.
¿Son distintas las depresiones en la mujer?
No, pero la depresión es dos veces más frecuente en las mujeres que en los hombres. Los motivos no están claros, pero sin duda influyen aspectos hormonales, aspectos que tienen que ver con el ciclo reproductivo y también con aspectos psicosociales.
En relación al ciclo reproductivo, hasta un 10% de las mujeres sufren en el periodo premenstrual un síndrome caracterizado por ánimo triste, irritabilidad, tensión, deseos de comer compulsivamente alimentos dulces y alteraciones físicas.
Respecto al embarazo, un 20% de las mujeres tienen síntomas depresivos y un 10% presentan una depresión, lo cual no varía mucho respecto a las mujeres que no están embarazadas. Tras el parto, hasta un 50% presentan un cuadro de depresión leve motivado por el desbordamiento de su rol de madre que se llama “postpartum blues” y que evoluciona favorablemente.
Sin embargo, la depresión postparto que puede aparecer un mes después de haber dado a luz es sumamente grave y debe ser tratada inmediatamente o hacer prevención farmacológica si la mujer tiene antecedentes.
¿Cómo experimentan la depresión las personas mayores?
Deprimirse no forma parte del envejecimiento, de hecho los estudios demuestran que la mayoría de los mayores están satisfechos con sus vidas a pesar de las limitaciones físicas. Cuando estos pacientes tienen depresión puede pasar desapercibido pues tienden a mostrar los síntomas de forma poco evidente.
Las personas mayores además tienen más problemas de salud como las cardiopatías, isquemia cerebral o tumores, que por sí mismos pueden causar síntomas depresivos.
Así mismo, factores como la soledad y la pérdida de los seres queridos de su edad contribuyen a que la depresión sea más frecuente en los ancianos y además sea más frecuente el suicidio consumado.
¿Qué debes hacer?
¿Qué debes hacer si crees que estás sufriendo una depresión?
Si piensas que puedes estar deprimido, solicita ayuda lo antes posible y consulta a tu médico de atención primaria.
No estás solo.
ES IMPORTANTE QUE...
- Pidas ayuda a un profesional. Necesitas ponerte en manos de profesionales.
- Acudas a una persona de tu confianza, amigo o familiar, no sientas vergüenza y comunícale lo que te está sucediendo.
- Te dejes ayudar.
Si hablas con alguien y sientes que no te entiende, recurre a otras personas.
Aprender más cosas sobre la depresión, de manera que puedas entender mejor tus síntomas y su significado, te beneficia. También puede ser útil para mejorar tu salud general la actividad física diaria y una dieta saludable.
Si tienes pensamientos relacionados con hacerte daño, en situación de crisis llama a los Servicios de Emergencias a través del 112 (SUMMA, SAMUR).
Acude a las Urgencias Psiquiátricas Hospitalarias más cercanas y a los Servicios de Salud Mental de la Comunidad de Madrid.
Algunas ONG como el teléfono de la Esperanza de Madrid y algunas asociaciones de familiares y pacientes también pueden serte útiles. (Ver díptico informativo).
¿Cómo se trata una depresión?
Afortunadamente, casi el 80% de los episodios depresivos pueden ser tratados con éxito. El método más eficaz consiste en integrar la medicación con la psicoterapia. Respecto al tratamiento farmacológico, conviene saber que hoy en día existen numerosas alternativas para tratar a una persona con depresión y que la decisión de utilizar uno u otro antidepresivo dependerá del juicio clínico del médico, que tendrá en cuenta la eficacia del fármaco, los efectos adversos que puede causar, la edad y circunstancias físicas del paciente y los aspectos más sobresalientes de su personalidad.
En general, hoy día la mayoría de los médicos comienzan con un antidepresivo del grupo de los inhibidores selectivos de la recapatación de serotonina (ISRS) que ofrecen un balance entre la eficacia y los efectos secundarios óptimo. Pero las opciones son muy variadas y se dispone de antidepresivos muy modernos y eficaces que incluyen los llamados inhibidores de la recaptación dual, los inhibidores de la recaptación noradrenérgica etc. Los ISRS y otros medicamentos aún más nuevos que afectan los neurotransmisores como la dopamina o la noradrenalina, generalmente tienen menos efectos secundarios que los antiguos antidepresivos denominados tricíclicos.
No existen datos científicos que nos predigan que antidepresivo será eficaz para cada persona concreta, por ello algunas veces el médico prueba una variedad de antidepresivos antes de encontrar el medicamento o combinación de medicamentos adecuada. Generalmente, la dosis se debe ir aumentando hasta que la medicación actúa. Por lo general, el efecto terapéutico completo de los medicamentos antidepresivos no se observa inmediatamente. Hay que tomarlo en dosis adecuadas durante 3 ó 4 semanas, y en algunos casos tarda hasta 8 semanas, para que se produzca la mejoría completa. Es posible que el paciente se sienta tentado a dejar de tomar el medicamento prematuramente por que se siente mejor y piensa que ya no lo necesita. Algunos efectos secundarios pueden aparecer incluso antes de que se produzca el efecto antidepresivo.
Una vez que el paciente se sienta mejor, es importante continuar el medicamento de 6 a 12 meses para prevenir una recaída de la depresión. Algunos medicamentos deben dejar de tomarse gradualmente (es decir reduciendo la dosis poco a poco) para dar tiempo a que el organismo se adapte y para prevenir síntomas de discontinuación. Al contrario de lo que algunas personas creen, los medicamentos antidepresivos no crean dependencia. Sin embargo, como sucede con cualquier tipo de medicamento recetado por periodos prolongados, los antidepresivos deben ser supervisados cuidadosamente por el médico para determinar si se están dando en una dosis correcta. El médico debe verificar la dosificación y la efectividad del tratamiento en forma periódica.
En relación a la medicación debe usted saber que:
- Los antidepresivos no son adictivos.
- Tome la medicación cada día tal y como se le ha prescrito.
- Puede tardar entre dos y cuatro semanas en notar mejoría.
- No deje la medicación sin hablar con su médico, aunque haya mejorado mucho.
La psicoterapia hace referencia a una serie de técnicas que intentan influir en la conducta, los pensamientos, los afectos y las actitudes del enfermo a través de medios psicológicos, habitualmente el intercambio verbal entre terapeuta y paciente. El terapeuta es el profesional encargado de realizar, diseñar y dirigir la psicoterapia y debe ser un psicólogo o un psiquiatra.
Algunas psicoterapias son de duración relativamente breve (entre 10 y 20 semanas) y otras son a muy largo plazo dependiendo de las necesidades del sujeto. Las psicoterapias denominadas cognitivo-conductual y la terapia interpersonal han demostrado ser eficaces en la depresión. La cognitivo-conductual trata de modificar en la persona los pensamientos negativos e irracionales que contribuyen a la depresión. La terapia interpersonal ayuda al paciente a entender y tratar de solucionar sus relaciones interpersonales disfuncionales que causan su estado depresivo o que lo empeora. Para las depresiones neuróticas o distimias, la psicoterapia es muchas veces la mejor opción, pero para la depresión endógena o melancólica no es suficiente en ningún caso.
Hay un grupo de terapias llamadas dinámicas que se basan en el psicoanálisis y que se
proponen inducir cambios en la personalidad del paciente mediante la facilitación de la
comprensión de posibles conflictos pasados y la búsqueda de causas o motivos inconscientes para la persona. Se trata de tratamientos muy prolongados e intensos
y no siempre están fácilmente accesibles.
En algunos casos de depresiones especialmente graves, la terapia electroconvulsiva (TEC o “electro-shock”) es útil, especialmente para los pacientes cuya depresión es severa o pone su vida en peligro y para los pacientes que no pueden tomar antidepresivos. La TEC es a menudo efectiva en casos en que los medicamentos antidepresivos no proporcionan una clara mejoría.
En los últimos años la TEC se ha perfeccionado mucho. Antes de administrar el tratamiento, que se hace bajo anestesia de duración breve, se administra un relajante muscular. Se colocan electrodos en sitios precisos de la cabeza, para enviar impulsos eléctricos. La estimulación ocasiona una convulsión breve (aproximadamente 30 segundos) dentro del cerebro. La persona que recibe TEC no percibe conscientemente el estímulo eléctrico. Para obtener el máximo beneficio terapéutico se requieren varias sesiones de TEC, normalmente programadas con un promedio de tres por semana.
¿A quién acudir para tratar una depresión?
En principio, el especialista que debe asumir el tratamiento de una depresión es el psiquiatra, no obstante los médicos de atención primaria, también conocidos como médicos de familia o de cabecera, están sobradamente preparados para evaluar y tratar una depresión sin complicaciones.
Cuando la depresión sea grave, no responda a tratamiento o haya episodios repetidos, te remitirá al especialista en Salud Mental. A veces puede ser necesario un ingreso hospitalario para su tratamiento.
¿Es posible recaer en una depresión?
El 50-60% de los que han tenido un episodio único tendrán una recaída. Los sujetos que han tenido dos episodios tienen un 70% de posibilidades de un tercer episodio. En los que han tenido tres episodios tienen el 90% de posibilidades de recaer.
Los episodios depresivos mayores desaparecen en su totalidad en 2/3 de los casos y reaparecen en 1/3 de los casos. Además, cuantos más episodios se padezcan más probabilidad de presentar otros episodios depresivos.
¿Cuánto tiempo hay que seguir el tratamiento?
Se recomienda por parte de diversos expertos americanos y europeos que, tras un primer episodio depresivo, el paciente reciba tratamiento al menos hasta seis meses, si bien se sugiere la conveniencia de prolongarlo a un año después de la remisión de los síntomas depresivos con el fin de disminuir al máximo la posibilidad de recaída.
La media de recaídas a lo largo de la vida de un depresivo es de cinco. En muchos casos, especialmente los que tienen muchos episodios, el tratamiento durará varios años.
Bibliografía
FUENTES PRINCIPALES:
- Guía de ayuda para pacientes y familiares. AFRONTAR LA DEPRESIÓN. Dr. Francisco Ferre Navarrete. FUNDACIÓN JUAN JOSÉ LÓPEZ-IBOR. FUNDACIÓN ARPEGIO
- Guía de Práctica Clínica sobre el Manejo de la Depresión Mayor en el Adulto. GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA EN EL SNS.MINISTERIO DE SANIDAD Y CONSUMO. 2008
BIBLIOGRAFÍA GENERAL:
- COMITÉ PARA LA PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS DEPRESIONES(PTD. ESPAÑA). Diagnóstico Precoz y Tratamiento de las Depresiones. Manual Guía para el médico práctico. Barcelona 1992.
- HALL J N. EVALUACIÓN COMPORTAMENTAL Y OBSERVACIONAL. En: Gelder M, López Ibor JJ, Andreasen N(eds) New Oxford Textbook of Psychiatry (versión española). Barcelona: Psiquiatría Editores S. L. 2003.
- LÓPEZ IBOR J.J. 1952. La Angustia Vital. Paz Montalvo, Madrid.
- LÓPEZ IBOR J.J. 1966. Las Neurosis como enfermedades del ánimo. Gredos, Madrid.
- LÓPEZ IBOR ALIÑO J.J. ¿Por qué se enmascaran las depresiones? Actas Luso-españolas de Neurología, Psiquiatría y Ciencias Afines 8, 1, 75-82, 1980
- LÓPEZ IBOR ALIÑO J.J. El enmascaramiento y desenmascaramiento de la depresión. Revista Clínica Española. Vol. 197, Monográfico 3: 10-18. Nov. 1997.
- MURRAY CJL ET AL. THE GLOBAL BURDEN OF DISEASE 2000 PROJECT: aims, methods and data sources. Ginebra, Organización Mundial de la Salud, 2001.
- NATIONAL INSTITUTE OF MENTAL HEALTH. Depression. Washington. 2004
- THASE ME, HOWLAND RH AND FRIEDMAN ES. “Treating Antidepressant Nonresponders With Augmentation Strategies: An Overview” en J Clin Psychiatry” 1998;59 (suppl 5).
- The conference established a Mental Health Declaration for Europe and a Mental Health Action Plan for Europe, both for the WHO European Region.
- U.S. DEPARTMENT OF HEALTH & HUMAN SERVICES NATIONAL INSTITUTES OF HEALTH. Depression. Publication no. 07-3561 revised 2007.
- VALLEJO J. CRESPO JM. Afrontar la depresión. Ediciones Médicas J&C. Barcelona 1999.