DE ATOCHA A MONCLOA
No obstante, el Hospital Clínico situado en la calle de Atocha no tenía posibilidades de crecimiento y desarrollo. Ya en 1888, el decano de Medicina, José Letamendi propuso la construcción de un nuevo hospital para resolver este problema. La oportunidad llegó cuando fue ministro de Instrucción Pública Amalio Gimeno y Cabañas, profesor de Patología General de San Carlos. El ministro, en 1911, nombró una comisión que debía estudiar la construcción de una nueva Facultad de Medicina con su Hospital Clínico y su lugar de emplazamiento.
El lugar elegido fue la Huerta de La Moncloa que formaba parte de la finca de La Florida, cedida por la Corona al Gobierno en 1866.
La ubicación elegida generó críticas en la prensa, dado que se encontraba a las afueras de Madrid y sería difícil para los estudiantes trasladarse a aquella zona.
En 1919, después de la crisis sanitaria provocada por la epidemia de gripe, arreciaron las presiones para mejorar los hospitales. El Gobierno de Alfonso XIII admitió la construcción del Hospital Clínico y nombró otra Comisión para que diseñara el nuevo proyecto. Hasta 1927, la Comisión gestionó la adquisición del terreno y a principios de ese año presentó un proyecto para la construcción de la Facultad de Medicina, que fue desechado porque el Gobierno estaba pensando en un plan mucho más ambicioso: la Ciudad Universitaria. En efecto, por Real Decreto de 17 de mayo de 1927 se creó la Junta Constructora de la Ciudad Universitaria. Dicha norma establecía que los fondos necesarios se recaudarían con donativos, subvenciones del Estado y con la creación de un sorteo de lotería, el 17 de mayo cada año, cuyos beneficios serían depositados a disposición de la Junta en el Ministerio de Hacienda. En la sesión de abril de 1928, los miembros de la Junta nombraron arquitecto director de obras y proyectos de la Ciudad Universitaria a Modesto López de Otero, que escogió como colaboradores a Luis Lacasa y Manuel Sánchez Arcas que había obtenido el primer premio en concurso de Física y Química de la Fundación Rockefeller.
El proyecto del Hospital Clínico fue obra de Manuel Sánchez Arcas. Era amigo de algunos miembros del GATEPAC (Grupo de Artistas y Técnicos Españoles, fundado en Zaragoza en 1930, que apostó por el racionalismo, como uno de los lenguajes estilísticos del movimiento moderno). Con estas influencias, Sánchez Casas diseñó un hospital racionalista, sin que el resto de la Junta interfiriera en la obra. Eduardo Torroja Miret, ingeniero de caminos, fue propuesto por López de Otero para asesorar en las cuestiones de infraestructuras y colaboró con Sánchez Arcas en el proyecto del hospital y de la central térmica.
Las obras de explanación de los terrenos para edificar el Hospital Clínico empezaron en 1932, dos años después de las obras de la Facultad de Medicina, diseñada por Miguel de los Santos. En 1933 comenzó la construcción del Hospital Clínico, en el Cerro del Pimiento. Sánchez Arcas diseñó un hospital con una capacidad de 1.500 camas y con nueve plantas en la mitad norte y siete en la mitad sur.