Fiesta de las Mayas de la Comunidad de Madrid
Bien de Interés Cultural en la categoría de Hecho Cultural
La fiesta de las Mayas, que se celebra a principios de mayo en Colmenar Viejo, El Molar, Leganés y en el barrio de Lavapiés de Madrid, se remonta al siglo XVI y es un ejemplo de las tradiciones vivas en la Comunidad de Madrid.
La fiesta celebra la primavera con el símbolo de La Maya, una niña o joven del pueblo o del barrio que preside los festejos populares, sentada en un altar construido para tal fin con materiales efímeros.
La celebración reune un conjunto de usos sociales, tradiciones orales, rituales, actos festivos y prácticas artesanales de gran representatividad y simbolismo para los vecinos de esas localidades, lo que ha motivado su declaración como Bien de Interés Cultural.
Celebración de Las Mayas
En la Comunidad de Madrid existen varias fórmulas de celebración de la primavera: el árbol Mayo, el matrimonio de Mayos y Mayas, la canción El Mayo y la fiesta de la Maya. En este último caso la fiesta gira en torno a la celebración de la Primavera a través de un icono, la Maya, que históricamente ha formado parte de dichas celebraciones hasta hoy.
Las Mayas pueden estar acompañadas por un cortejo de niñas que se dirigen a la gente con un cepillo y una bandeja y, mientras hacen el gesto de limpiar la manga, piden «para la Maya, que es bonita y galana», fórmula ritual conservada desde la Edad Moderna.
Los altares de la Maya constituyen una creación compleja hecha in situ con materiales efímeros, principalmente vegetales y objetos decorativos, con la excepción de algunos elementos de sujeción que se conservan de un año para otro.
La Maya preside la fiesta y en su caracterización las niñas deben permanecer sentadas, muy serias, sin hablar, estáticas. Se pretende crear la lejanía a través de una figura hierática, completamente aislada de lo cotidiano. Se crea un personaje sin ninguna relación con su entorno, solitaria, silenciosa, una figura «de poder» situada en un plano superior.
En Colmenar Viejo los altares de la Maya se construyen predominantemente con vegetales que hay que recoger previamente. La recogida de las flores se hace el día anterior a la celebración, el día 1 de mayo. Se recolectan retama negra, espino albar o majuelo, cantueso o tomillo del Señor, magarza, malvas, viborera, chupamieles, romero, amapolas, entre otras especies.
La arquitectura efímera del altar se realiza con arcos y soportes, donde se colocan las mallas y enrejados para sustentar los textiles e incrustar flores y plantas. En el fondo se colocan colchas y delante un soporte de madera, a modo de mesa, cubierta con las mejores sábanas de las bordadoras colmenareñas. Sobre esta mesa se coloca el asiento de la Maya, generalmente una silla de madera y anea que puede también estar cubierta con textiles patrimonio de las familias locales.
La protagonista, la Maya, es elegida por consenso entre las madres y padres del grupo, es ataviada tradicionalmente con enaguas bordadas, camisa blanca y mantón de manila atado a la espalda. El mantón se coloca del revés mostrando los bordados y el flecado.
La niña que representa a la Maya debe permanecer sentada y estática. El espacio, que aleja y protege a la Maya, es inaccesible. La excepción la constituye la corte de la Maya, las niñas que acompañan a esta figura, que son las únicas que pueden entrar en el espacio reservado de su altar y permanecer allí; ellas sí se mueven, gesticulan, ríen, hablan con la gente y representan un papel activo y conforman un grupo solidario con un fin claro, conseguir donativos que más tarde les permitan hacer una pequeña merienda.
Por primera vez, en 2022, en Colmenar Viejo, han participado niños en el grupo de acompañantes de la Maya.
En Lavapiés, Madrid, la fiesta se ha recuperado siguiendo los escritos y las noticias que se conservaban sobre la misma y se celebra el segundo domingo del mes de mayo.
La Maya representada en esta celebración muestra dos iconografías bien diferenciadas, dos de ellas siguen el modelo de Colmenar Viejo, con la misma disposición del altar y un resultado estético similar; y un segundo grupo recrea el imaginario goyesco; las jóvenes se atavían con trajes goyescos, generalmente confeccionados en el entorno y no de manera profesional, tocadas con redecillas y otros adornos de inspiración goyesca.
Los altares de Lavapiés incorporan elementos vegetales, aunque además de flores silvestres, también se incluyen flores recogidas en jardines propios o compradas; incluso algunos años se han confeccionado flores y guirnaldas de papel o tela. Además, introducen otros elementos como maceteros, mesas o jaulas de pájaros.
En Madrid, las Mayas mantienen una actitud más relajada, pueden comunicarse con amigos y levantarse si es necesario, sonreír y hablar con los visitantes. Solo en algún caso hay cortejo de niñas, por lo que están acompañadas de sus familiares y amigos.
La Maya está inserta en Lavapiés en la conocida como Fiesta de los Mayos en la que las niñas son rondadas con músicas y bailes tradicionales de la propia Comunidad de Madrid.
En El Molar se celebraban hace tiempo las «rondas de mayos» que recorrían el pueblo entonando un repertorio propio de la localidad y buscando «cortejar» a las mozas mayas. El 30 de abril se salía por la noche a cortar el árbol (conocido como mayo) que se clavaba en la plaza del pueblo tras pelarlo y decorarlo.
A comienzos de la década de los años 90 se planteó instaurar la Maya tomando como modelo la que se realizaba en Colmenar Viejo. Desde entonces, se colocan los altares en la portada del Ayuntamiento, decorando la escalinata con flores y ramas silvestres. En el centro del tapiz se coloca el sitial de la Maya y a su lado o en el escalón inferior se sitúan las demás.
La Maya va vestida con enaguas y chambras blancas con un mantón de Manila al revés mostrando los bordados y el flecado, peinadas con moños adornados con flores. La corte de la Maya lleva mantones al derecho.
Durante la fiesta las mujeres de la asociación local que participa en la fiesta reparten pan, dulces y vino.
La fiesta de las Mayas en Leganés se celebra desde principios de los años 90 por iniciativa del Ayuntamiento que quiso recuperar las fiestas y costumbres del pueblo. La propuesta fue recogida por las Casas Regionales que comenzaron a organizarlo.
La Casa de Extremadura decidió adoptar la Maya colmenareña como referente estético e iconográfico; las niñas pertenecen al entorno asociativo de la Casa Regional.
El resto de Casa Regionales, de Salamanca, Castilla La Mancha y Andalucía, hacen montajes más cercanos a sus referentes identitarios y la Maya se viste con el traje regional. La fiesta se desarrolla en la plaza mayor dentro de los festejos que la localidad organiza con motivo del 2 de mayo.
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Para saber más
- Las primeras referencias en castellano a las Mayas se encuentran en las Cantigas de Alfonso X y aluden a los cantos que se cantaban el mes de mayo.
- En los siglos XVI y XVII las fuentes se multiplican, por lo que cabe asegurar que las Mayas eran fiestas muy extendidas, objeto de especial interés por parte de poetas y dramaturgos como Lope de Vega, Tirso de Molina o Calderón de la Barca. En el siglo XVII, Rodrigo Caro no solo hace una descripción precisa de los ritos entorno a la Maya, sino que aporta numerosas referencias latinas con las que pretende vincular la fiesta con los antiguos romanos.
- Los ilustrados mantuvieron un recelo hacia la Maya, incomodados especialmente por la multitud de muchachas en la calle pidiendo dinero a los transeúntes. Los diarios ya en el siglo XVIII y en el siglo XIX relatan reiteradamente ese hecho. Pese a las prohibiciones, la fiesta continuó celebrándose.
- A mediados del siglo XIX, se mantienen dos tendencias. Parte de la prensa continúa mostrando su incomodidad ante la celebración de la fiesta y otra parte adopta la perspectiva costumbrista y castiza y la rememora.
- Ya en el siglo XX la fiesta comenzó a ser objeto de interés para folkloristas como Ángel González Palencia, Eugenio Mele o Julio Caro Baroja. Las versiones actuales de la fiesta son fundamentalmente recuperaciones. Si bien, aun habiendo sido sustituida mayoritariamente por la Cruz de Mayo, mantuvo en buena medida la memoria y una buena parte de las prácticas festivas de la Maya.