Edificio Montano
Bien de Interés Patrimonial en la categoría de Monumento
El edificio Montano y la antigua fábrica de pianos anexa al mismo forman un conjunto de especial significación histórica y artística. El edificio fue construido entre 1884 y 1890 por el arquitecto Ricardo Montano, constituyendo un notable ejemplo de arquitectura doméstica madrileña del siglo XIX, en línea sencilla y austera, destacando fundamentalmente la decoración mural del salón de música situado en la planta baja, única obra conservada de los hermanos Daniel y Germán Zuloaga, que mantiene íntegramente todo un programa decorativo alusivo a la música.
En el salón de música Montano se llevaron a cabo recitales de destacados intérpretes llegando a convertirse en una de las salas de audiciones más importantes del momento, escenario privilegiado de la historia musical madrileña y la única sala de audiciones que se conserva de las numerosas existentes en Madrid entre las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX.
Origen de la fábrica de pianos y edificio Montano
Hacia 1840, el madrileño Alfonso Vicente Montano funda la Fábrica de Pianos Montano comenzando su actividad como un pequeño taller. En 1885 se amplía con la construcción de un edificio de viviendas donde se ubicaría el salón de música Montano.
Desde su inicio, esta empresa familiar, que continuarían sus siete hijos hasta mediados de los años 30 del siglo XX, se dedicó principalmente a la fabricación de pianos y armóniums, ampliándose después con otros instrumentos relacionados con la música mecánica, como pianolas, autopianos y pianos eléctricos, así como a la distribución de instrumentos de otras marcas.
La prensa de la época destacaba la calidad de los pianos Montano, resaltando que podían competir y aún superar a los extranjeros. Entre otras condecoraciones recibieron medalla de bronce en la Exposición Universal de París, por su fabricación y uniformidad de sonido, así como dos distinciones a la innovación conocida como el «Sistema Montano», que permitía observar el mecanismo interior del instrumento a través de un cristal.
En 1883 el arquitecto Ricardo Montano planteó un proyecto de edificio de viviendas anejo a la fábrica, conservado en el Archivo de la Villa de Madrid, que acogería en su planta baja salones de exhibición y venta de instrumentos, además de salón de conciertos, al estilo de la casa francesa de pianos Pleyel.
Inaugurado en 1890 con amplio eco en la prensa local, además de los conciertos organizados por la Casa Montano como parte de su actividad comercial, el salón acogió conciertos privados y benéficos, multiplicando su actividad a partir de 1913 cuando fue alquilada por la recién creada Sociedad de Amigos de la Música.
Por el salón pasaron músicos como el joven violonchelista Pau Casals o los guitarristas Daniel Fortea y Luis Soria Iribarne, pero también profesores y alumnos del conservatorio.
Estuvo considerado como uno de los más destacados entre los existentes en el Madrid de finales del siglo XIX, junto a otros como el Salón Zozaya, el Salón Romero o, a principios del siglo XX, la Sala Gasset y Toledo, la Sala Navas o la Sala Campos.
Se mantuvo operativo hasta 1930, aunque su actividad fue decayendo progresivamente al mismo tiempo que lo hacía la fábrica. La difusión del gramófono y el fonógrafo también influyó en el declive de espacios como este, dedicados a la práctica musical presencial.
El edificio Montano: Bien de Interés Patrimonial
El edificio presenta dos fachadas a las calles San Bernardino y Dos Amigos, con fábrica de ladrillo y las esquinas simulando cadenas de sillares. Los entrepaños se decoran con tondos de escayola que encierran la letra «M» y la fachada remata en chaflán con un medallón en relieve con el retrato de Vicente Montano y la inscripción «MONTANO».
La parte más destacable del edificio es la decoración del salón de música y exposición, situado en la planta baja. Es una gran sala rectangular dividida por una línea de columnas de hierro fundido, totalmente decorada con pinturas en sus techos y muros. Las columnas, con fustes estriados y capiteles con decoración vegetal, conservan su policromía original.
La decoración mural que recubre paredes y techos es obra de los hermanos Zuloaga, Daniel (1852-1921) y Germán (1855-1886), ceramistas y pintores de reconocido prestigio. De estilo ecléctico, con motivos renacentistas, barrocos, historicistas y simbolistas, está realizada en dos técnicas: empleando telas gruesas simulando tapices o sobre finos lienzos pintados al óleo, técnica empleada también en los techos, todos ellos enmarcados por molduras de escayola.
Los entrepaños entre cada vano de la sala se decoran con retratos de compositores célebres
como Beethoven o Albéniz. La pared interior se decora con dos alegorías alusivas a la Composición y la Armonía, representadas como dos figuras femeninas portando una pluma y un papel y un violín, respectivamente, con las inscripciones «ÓPERA» y «ZARZUELA».
Las dos composiciones del techo representan la alegoría de la Música en la Antigüedad, inspirada en el Safo y Alceo del pintor Sir Lawrence Alma-Tadema (1881) y a la Música en el Barroco, reproduciendo el Concierto de flauta de Federico el Grande en Sanssouci, del pintor alemán Adolf Menzel (1850-1852). En los extremos, angelotes portando elementos simbólicos relativos a la Geometría, el Comercio, la Mecánica y el Teléfono así como la escena de Júpiter e Ío, reproducción de un cuadro de Correggio.
Para saber más >>> Descarga la ORDEN 20/2024, de 16 de enero, del Consejero de Cultura, Turismo y Deporte.