Arquitectos de Madrid: Luis Gutiérrez Soto
Entre finales de 1920 y principios de 1930 la arquitectura historicista da paso al racionalismo, un nuevo estilo influido por los movimientos de vanguardia que se extendían por Europa: Art Decó, Bauhaus, Secesionismo o el Expresionismo de Mendelsohn. Así, los nuevos barrios de Madrid como Ibiza o Argüelles adoptaron una serie de rasgos comunes: edificios en esquina, de corte horizontal e influencia naval, con ventanas corridas, terrazas planas y barandillas de tubo. En España, la promoción de este movimiento la encabeza el grupo denominado Grupo de Artistas y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea (GATEPAC), con miembros como Sert, Torres Claver, García Mercadal, Aizpurúa o Labayen. Aunque alejado del mismo y con matices muy personales, el autor de algunos de los edificios más representativos del racionalismo madrileño será Luis Gutiérrez Soto.
Breve reseña biográfica
Luis Gutiérrez Soto (Madrid, 1900 - 1977)
Nacido en 1900 en el barrio de Salamanca de Madrid, tras estudiar en El Escorial se matricula en la Escuela de Arquitectura, donde se licencia en 1923. Antes de terminar trabajó como decorador, por ejemplo, en La Unión Musical (carrera de San Jerónimo).
A lo largo de su carrera se dan diferentes etapas que han producido un legado enorme y variado, sobre todo en la capital: viviendas, oficinas, centros comerciales, cafés y hoteles, iglesias e incluso el aeropuerto de Barajas.
La influencia de su arquitectura se extendió por todo el país, tanto en construcciones desarrolladas por él mismo como por sus seguidores. Dio forma a gran parte de la arquitectura madrileña y española, fue miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la representación española en la Unión Internacional de Arquitectos y decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, ciudad en la que fallece en febrero de 1977.
Obra
La influencia del art decó en la Exposición Universal de 1925, a la que asiste, se ve en obras como el cine Callao, al que seguirán otros muchos como el cine Barceló, el Rex y el Cinema Europa de la c/Bravo Murillo (ahora Saneamientos Pereda).
También de la época son los bares Aquarium o Chicote, diseñado por él y construido por Eduardo Reynals, y la piscina La Isla, con el característico estilo ‘barco’, que fue derribada tras las obras de la M-30.
Con el final de la Guerra Civil, la arquitectura trata de recuperar las formas de esplendor del pasado. Uno de los mejores ejemplos es el Ministerio del Aire, de estilo neoherreriano, que Gutiérrez Soto levanta en 1941, en plena autarquía. Un estilo que evoluciona en el Estado Mayor de la Defensa, construido unos años después.
El legado se extiende a edificios de viviendas de clase media acomodada, con perfiles que modificaron el ensanche de Madrid en la segunda mitad del siglo XX, como la torre de Velázquez con López de Hoyos y la torre del Retiro, en Menéndez Pelayo, entre otros muchos.
Y también corporativos, como el edificio Zurich, el de la ONCE en la calle Prim, o la torre de La Unión y el Fénix, en la Castellana; o edificios comerciales, como el que levanta para Galerías Preciados en Callao, hoy edificio FNAC.