'Documento del mes' (JUNIO, 2014)
> Nóminas de los empleados del Coliseo de los Caños del Peral
PERTENECE AL FONDO CORRALES DE COMEDIAS
El Archivo Regional de la Comunidad de Madrid guarda entre sus legajos verdaderas joyas históricas como los documentos pertenecientes a los Corrales de Comedias, al que pertenece el ‘Documento del mes’, que podrá verse hasta finales de junio acompañado de otros interesantes documentos relacionados con la temática seleccionada y de ilustrativos murales expositivos para conocer, un poco más, el Coliseo de los Caños del Peral.
En concreto, el documento seleccionado ha sido una de las nóminas de los empleados del Coliseo de los Caños del Peral, correspondientes a diferentes meses de 1787 y 1788. Entre estos empleados, músicos y cantantes casi todos ellos, vemos la diferencia de sueldo en función de su jerarquía dentro de la orquesta o de las voces. Por ejemplo, el primer violín, Melchor Ronci, cobraba la cantidad de 1.000 reales de vellón, muy por encima del concertino o del tercer violín, que percibían 375 y 457 reales, respectivamente.
Aunque Ronci, seguramente, envidiaría la nómina mensual de Teresa Oltrabelli, que figura como primera dama dentro de la compañía de operistas, que cobraba la nada despreciable cantidad de 3.000 reales, lo que confirma que desde los albores de la ópera los sueldos de las primeras voces podían triplicar al de los músicos más destacados.
Es curioso comprobar cómo este documento de nóminas hace también las veces de ‘recibí’, pues bajo cada una de las anotaciones aparece la firma del interesado. En todas, menos en la de Teresa Oltrabelli, única mujer del grupo, en cuyo nombre firma Francisco Oltrabelli, probablemente su padre. Otra curiosidad del documento, esta vez paleográfica, es la utilización de un signo gráfico numeral, el calderón, que se empleaba para expresar los múltiplos de mil.
Muestra documental y murales
Acompañando al ‘Documento del mes’, el Archivo Regional expone una cuidada selección de otros documentos del siglo XVIII pertenecientes al Fondo Corrales de Comedias, que ofrecen una clara visión de la importancia de los teatros madrileños para la beneficencia en la capital entre los siglos XVI y XIX, ya que los hospitales dependían, en buena medida, de los ingresos que derivaban de las representaciones. Acompañando a todo este conjunto documental, pueden verse murales expositivos que muestran diversas curiosidades sobre el Fondo Corrales de Comedias y, sobre todo, sobre el Teatro de los Caños del Peral.
El Coliseo de los Caños del Peral
La afición del primer Borbón, Felipe V, por la ópera italiana sirvió de pretexto para la construcción del último gran corral de comedias madrileño: el primer Coliseo de los Caños del Peral, así llamado por levantarse en un solar cercano a unos lavaderos conocidos con ese nombre. El escenario de los Caños sirvió de albergue a las compañías italianas en los primeros años del siglo XVIII y se convirtió en 1737 en el primero de los teatros de planta italiana levantados en lo que hoy es la Plaza de Isabel II, manteniéndose en pie hasta 1817 para dar paso al Teatro Real.
El nuevo teatro, con capacidad para 1.680 espectadores, estuvo a cargo del cantante Farinelli y contó con la dirección del marqués de Scotti. Fue inaugurado el 16 de febrero de 1738 en los festejos de Carnaval con la representación de la ópera 'Demetrio', de Johann Adolph Hasse, con libreto de Pietro Metastasio. El funcionamiento del teatro, dependiente del apoyo de la Casa Real, fue irregular con sucesivos periodos de cierre. También se utilizó para bailes de máscaras según el gusto francés. En este coliseo se representó en escena principalmente ópera italiana, zarzuela y obras clásicas de nuestros autores del Siglo de Oro.
Folleto del 'Documento del mes' (JUNIO, 2014) |