'Documentos en la onda' 2025
> El Manuscrito de Móstoles, antesala de las Cortes de Cádiz
Con motivo de la celebración de la festividad del 2 de Mayo en la Comunidad de Madrid, ‘Documentos en la onda’ nos presenta un documento de gran valor histórico desconocido hasta hace muy poco. Doscientos años después de la celebración de las Cortes de Cádiz y de la aprobación de la Constitución de 1812 unos obreros de la construcción encontraron en un contenedor de obras del municipio de Griñón (Madrid) una carpeta que contenía un grupo de documentos que sospecharon que podrían tener algún valor. Uno de ellos los recogió y al ojearlos observó que alguno hacía referencia a la Guerra de la Independencia. Casualidad y curiosidad evitaron el lamentable destino al que estaban abocados convirtiendo esta circunstancia en un hallazgo inesperado repleto de interrogantes. ¡Acompáñanos a conocerlo!
Antedentes históricos
El 2 de mayo de 1808, el pueblo de Madrid se levanta contra la ocupación francesa de la ciudad y parte del país, ocupación que se había realizado meses antes bajo el pretexto por parte de Napoleón I de cruzar nuestro país para conquistar Portugal. Ese mismo día 2 de mayo, los alcaldes de la ciudad madrileña de Móstoles emiten una proclama llamando al pueblo español a un levantamiento general contra el ejército francés.
El ‘2 de Mayo’ madrileño es mucho más que un levantamiento popular contra los invasores franceses. Es el inicio de la llamada Guerra de la Independencia, un período de 6 años que marcó un antes y un después en nuestra historia desde dos puntos de vista diferentes, pero complementarios, ya que no pueden entenderse el uno sin el otro: las acciones militares que enfrentan al Ejército español a la Grande Armée de Napoleón I deben verse conjuntamente con las acciones políticas que se llevaron a cabo a partir de ese día para convocar unas Cortes generales y extraordinarias que promulgaron la Constitución de 1812, la primera de nuestro país, iniciándose así la historia del constitucionalismo español. Este es el marco en el que se encuadra el ‘Manuscrito de Móstoles’.
¿Qué es la Colección Francisco de Laborda?:
Es un conjunto de 59 documentos organizados en 7 carpetas fechadas entre principios del siglo XVIII y primer tercio del siglo XIX. Estos documentos estaban abandonados en un contenedor de obras en el municipio de Griñón y fueron encontrados por unos operarios que trabajaban en unas obras cercanas. Uno de ellos los recogió y al ojearlos observó que alguno de ellos hacía referencia a la Guerra de la Independencia. En torno al año 2010, ese particular oyó que el Ayuntamiento de Móstoles estaba preparando diversos actos con motivo del bicentenario de las Cortes de Cádiz, razón por la que decidió entregar los documentos en dicho Ayuntamiento. Éste, a su vez, contactó con la Comunidad de Madrid, ya que, de acuerdo con la legislación en materia de patrimonio, es este Archivo Regional el que debe conservar los documentos recogidos de este modo.
Documentos pertenecientes a la Colección Francisco de Laborda, fechados entre los siglos XVIII y XIX.
Los documentos que componen esta colección son borradores y copias de época de otros documentos y se desconoce casi todo de ellos: no se sabe quién los hizo, en qué fecha o por qué razón. Muchos de ellos tienen como nexo común su interés por el ejército (su organización, intendencia o hechos militares) y tres de ellos se dirigen o tienen relación con Francisco de Laborda –un destacado militar de principios del siglo XIX– razón por la que se decidió denominar a este conjunto documental ‘Colección Francisco de Laborda’.
IZQUIERDA: Fotografía de un retrato de Carlos III. ARCM. Fondo Julio Gómez de Salazar. Signatura 914924_41. 1776. Licencia concedida por Carlos III a su hermano, el infante don Luis, para contraer matrimonio con Mª Teresa Ballabriga Rozas. ARCM. Colección Francisco de Laborda. Signatura 75523_2.
DERECHA: Fotografía de un retrato del duque de Wellington.ARCM. Fondo Julio Gómez de Salazar.Signatura 914923_46. 1813. Copia de la carta enviada por el duque de Wellington a Juan O’Donojú, Secretario de Estado, en la que expresa su rechazo a la decisión de la Regencia de España de retirar el mando del 4º Ejército al General Castaños. ARCM. Colección Francisco de Laborda. Signatura 75723_6.
¿Qué es y qué nos cuenta el Manuscrito de Móstoles?
Dentro de la ‘Colección Francisco de Laborda’, hay un documento que destaca por encima de todos al que hemos denominado ‘Manuscrito de Móstoles’. Es un documento inédito y del que se desconocía su existencia hasta su descubrimiento accidental, pero que, tras su estudio, resulta clave para entender lo que ocurrió en nuestro país tras el ‘2 de Mayo de 1808’.
Está fechado en enero de 1813 y escrito en primera persona, aunque no tiene firma ni rúbrica, por lo que, a priori, se desconocía quién pudo ser su autor. Es un texto largo en el que es posible distinguir tres partes: una introducción; una larga narración; y unos textos normativos que se adjuntan como anexos a esa narración, a la que sirven de apoyo y justificación (parece que, inicialmente, había 25 documentos normativos, pero solo se conservan 24 de ellos).
Lleva por título oficial ‘Colección de los antecedentes de las Cortes generales y extraordinarias’ y su autor explica que debe entenderse como el preliminar del ‘Diario de las Cortes’. Efectivamente, el documento explica las actuaciones realizadas desde el 2 de mayo de 1808 que permitieron convocar las Cortes de Cádiz en septiembre de 1810; los avatares que rodearon esas actuaciones; las disensiones que hubo en algunas cuestiones importantes, como la representación de las provincias ocupadas o las de América y Asia; o las diferencias entre la Junta Central y la Regencia del Reino.
[1813]. Documentos pertenecientes al Manuscrito de Móstoles.
ARCM. Colección Francisco de Laborda.
Signatura 75723_3.
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Es un documento inacabado que finaliza con la llegada de los diputados a Cádiz justo antes de constituirse las Cortes como tal, pero carece de continuación o de conclusión. Está escrito en modo borrador, lo que significa que el autor hizo lo mismo que cualquiera de nosotros cuando escribimos a mano textos extensos y complejos: tachó palabras y frases que no le servían; intercaló palabras y frases entre los renglones iniciales; insertó llamadas a notas marginales para añadir frases o referencias a los anexos que adjuntó como apoyo a su narración; e incluyó explicaciones adicionales en notas a pie de página.
Investigación sobre el ‘Manuscrito de Móstoles’
La importancia del contenido de este documento provocó desde el primer momento el deseo y la necesidad de resolver el misterio de su autoría, pues, sin duda, conocer quién fue su autor ofrecería mayor información para los estudiosos e interesados en esta época. Esta investigación se inició a partir de dos datos. El primero fue que la lectura del manuscrito ofrece al lector la impresión de que su autor participó directamente en algunos de los hechos que narra o los conoció por boca de personas que sí los vivieron. El segundo –sin duda un golpe de suerte– fue que este manuscrito incluyera un sobre reutilizado donde figura un nombre: el Padre Fray Jaime Villanueva.
Las tareas de investigación permitieron saber que se trataba de un fraile dominico, historiador, que antes de la guerra había colaborado con su hermano Joaquín Lorenzo Villanueva en la redacción de libros sobre la historia eclesiástica de España y que, en noviembre de 1810, fue nombrado redactor del Diario de Sesiones de las Cortes de Cádiz, puesto que desempeñó hasta junio de 1813 y al que el propio manuscrito alude en su introducción inicial.
[1813]. Detalle del sobre reutilizado en el que figura la única mención al autor del manuscrito.
ARCM. Colección Francisco de Laborda.
Signatura 75723_3.
Estos datos iniciales permitieron obtener una primera conclusión: este personaje tuvo la oportunidad y la posibilidad de escribir el documento y, además, pudo acceder a la información que hubiera en la secretaría de las Cortes de Cádiz para informarse y documentarse de cara a la redacción del manuscrito. Pero esta primera conclusión debía verificarse de forma objetiva y concluyente, para lo cual se realizó un examen caligráfico consistente en comparar la letra del Manuscrito con la letra de otros documentos escritos por este fraile que se conservan en el Archivo Histórico Nacional, en la Real Academia de la Historia y en el Congreso de los Diputados. El resultado fue que la caligrafía de todos los documentos coincide, por lo que se puede decir que Fray Jaime Villanueva fue el redactor material del ‘Manuscrito de Móstoles’.
Queda, sin embargo, por determinar quién fue el autor intelectual del Manuscrito y los motivos que llevaron a su redacción. Entre las hipótesis que se ofrecen a especialistas y curiosos en este tema destacan tres. La primera de ellas es que puede que fuera un encargo de las propias Cortes de Cádiz. En 1813, la situación era complicada, porque se alzan voces que van en contra de sus actuaciones –especialmente, en contra de la promulgación de la Constitución de 1812 por entender que carecía de atribuciones para ello– y porque la guerra está acabando y se vislumbra el regreso de Fernando VII a España, con el riesgo que existía de que volviera el absolutismo después de un período de libertad, como así ocurrió. Por ello, no se puede descartar que se quisiera redactar un documento en el que se justificara la legalidad de su convocatoria y de las actuaciones que llevó a cabo, lo que explicaría la inclusión de textos normativos como apoyo.
La segunda de las hipótesis apunta a que fuera un trabajo que hiciera Fray Jaime Villanueva motu proprio, como historiador que era que ya había realizado trabajos de este tipo. Y, la tercera, es que se tratara de un trabajo conjunto que inició con su hermano Joaquín Lorenzo.
Montaje con una carpetilla de la Colección Francisco de Laborda y la fotografía de un grabado que reproduce un enfrentamiento entre madrileños y franceses, el día 2 de mayo de 1808, en la Puerta del Sol.
ARCM. Fondo Julio Gómez de Salazar.
Signatura 918925_1.
Importancia del 'Manuscrito de Móstoles'
A pesar de que el 'Manuscrito' nunca se concluyó, cualquiera que dedique unos minutos de su tiempo a leerlo podrá ver la vehemencia y la pasión con que Fray Jaime Villanueva lo escribe; el que su forma de expresarse hace que parezca un escrito actual y no un texto redactado hace 212 años; cómo, consciente o inconscientemente, el autor consigue su objetivo de trasladar al lector de hoy día la complejidad de aquellos años, las dificultades de todo tipo a que tuvieron que enfrentarse para sacar adelante un proyecto de la envergadura de unas Cortes generales y extraordinarias y la defensa que realiza de las actuaciones que se llevaron a cabo para ello desde la perspectiva de quien las vivió en primera persona.
Todo ello convierte a este 'Manuscrito de Móstoles' en un documento único, irrepetible e imprescindible sin el que no es posible comprender en toda su amplitud uno de los períodos más importantes de nuestra historia. Motivo por el cual, y para conmemorar el ‘2 de Mayo’ que dio comienzo a todo esto, el Portal de Archivos de la Comunidad de Madrid, dentro de la colección ‘Descubre’, publica un nuevo catálógo donde, bajo el título 'El Manuscrito de Móstoles, antesala de las Cortes de Cádiz', donde se cuenta esta fascinante historia de forma detallada y donde se puede consultar un mapa interactivo con el estudio grafológico realizado para determinar la autoría de Jaime Villanueva, así como una transcripción del documento completo adaptada para todos los públicos.
Además, a través del 'Buscador de documentos y archivos' del Portal de Archivos de la Comunidad de Madrid, puede accederse a la consulta de documentos de la Colección Francisco de Laborda, al completo en la que se incluye el 'Manuscrito de Móstoles'.
> Cuando el Príncipe de Gales buscó esposa en Madrid
En esta nueva andadura, ‘Documentos en la onda’ nos trae un documento impreso que se conserva en el archivo histórico de San Martín de la Vega, actualmente depositado en el Archivo Regional, que es un buen ejemplo de todo lo que ‘se esconde’ tras lo que, para muchos, sería a simple vista un documento ‘sencillo’. Sin embargo, está directamente relacionado con un interesante acontecimiento histórico y protagonizado por unos personajes que pueden encontrarse en las novelas de Alejandro Dumas. ¡Acompáñanos a conocerlo!
¿Por qué se redactó este documento?
Desde el reinado de Carlos V a principios del siglo XVI, se promulgan diversas leyes, pragmáticas y ordenanzas en las que se prohíbe vestir con lujo y utilizar ornamentos excesivos en los trajes y vestidos. Así, por ejemplo, en 1534 se prohíben los “bordados, recamados y toda cosa hecha con bastidor” y en 1548 se prohíbe realizar guarniciones de oro y plata en sayas, calzas, capas y jubones. Estas prohibiciones se basaban en razones “morales” como tratar de vivir con humildad de acuerdo a un profundo espíritu cristiano y también en razones socio-económicas, es decir, evitar el despilfarro en una época en la que llegaba mucho dinero y metales preciosos procedentes de las colonias.
A pesar de ello, las normas que trataban de contener el lujo nunca se respetaron en su totalidad y el lujo no sólo siguió existiendo, sino que, en algunos momentos, se dio de forma tan exagerada que provocó la ruina de algunas personas. A la hora de buscar culpables, las acusaciones se cruzaban ya que, para unos, los responsables eran los sastres, que siempre encontraban formas de burlar las normas e inventar ornamentos que no estaban prohibidos, mientras que, para otros, los culpables eran los cortesanos y ricoshombres que “exigían” ropas cada vez más lujosas y ornamentadas para mostrar ante los demás.
De incógnito en Madrid
Esta es la situación general que había en el vestir cuando, a principios de marzo de 1623 y sin previo aviso, llega a Madrid el Príncipe de Gales, Carlos Estuardo, acompañado de George Villiers, Duque de Buckingham. Ambos personajes habían viajado de incógnito desde Inglaterra, sin el conocimiento ni consentimiento del Parlamento inglés, aunque parece que sí con el de su padre, el rey Jacobo I Estuardo, de quien Buckingham era su favorito.
El motivo de este extraño viaje era forzar la conclusión de las negociaciones diplomáticas que se habían iniciado más de 10 años antes para concertar el matrimonio entre el Príncipe de Gales y la Infanta María Ana, hermana del rey Felipe IV, como forma de establecer una alianza sólida entre España e Inglaterra, eternos rivales desde hacía más de un siglo. Conversaciones plagadas de dobles juegos por parte de ambos países con las que pretendían ‘bloquearse’ mutuamente en el escenario político europeo.
Ambos personajes permanecieron en Madrid casi 6 meses y, durante ese tiempo, Felipe IV se esforzó por agasajar y halagar a sus huéspedes para mostrarles el afecto de los madrileños y también para que tuviesen una visión diferente de la ciudad y el país. Con esta intención, ordenó liberar a presos ingleses acusados de piratería; se celebraron algunos de los espectáculos públicos más importantes del reinado de Felipe IV como bailes, teatro, mascaradas, cacerías, toros, juegos de cañas (estos últimos simulaban acciones de combates en las que hombres a caballo se tiraban cañas como si fueran lanzas o dardos, debiendo pararse con los escudos); se concedieron préstamos a los nobles para que pudieran estar a la altura de las circunstancias y, como refleja el documento que se comenta, se suspendió la prohibición de vestir con lujo y ostentación, pues se entendió que las normas contra el despilfarro no se podían mantener en estas circunstancias extraordinarias.
El documento explica que “en significación del contento de haber venido a estos Reinos el Príncipe de Gales… se permite el uso de oro, plata y sedas en telas, guarniciones, bordaduras de vestidos de hombres y mujeres y en las libreas de fiestas y en las gualdrapas y generalmente en todas cosas de traje. Y las mujeres pueden llevar en las lechuguillas, puños y mantos puntas y guarniciones…”.
1623. Pregón mandado dar por el rey Felipe IV para anunciar que se suspende la prohibición de vestir con lujo y ornato durante el tiempo que dure la estancia del Príncipe de Gales en Madrid. ARCM. Fondo histórico del Archivo Municipal de San Martín de la Vega. Signatura 18434_3851.
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Una boda frustrada
Sin embargo, el viaje no consiguió el objetivo que se pretendía y las negociaciones matrimoniales fracasaron estrepitosamente, a pesar de que se dice que el Príncipe se encaprichó sinceramente de la Infanta a pesar de los requisitos impuestos por la Corte española para la celebración del enlace como la conversión del príncipe inglés a la fe católica, exigencia que no fue aceptada. Se dice que, en realidad, fue un pretexto para que las negociaciones no llegaran a buen puerto: se sabía que era una condición que la parte inglesa nunca aceptaría, pero era una forma de alargar las conversaciones y, de esta forma, mantener una paz aparente entre ambos estados.
Por otro lado, parece que el Príncipe, animado por el Duque de Buckingham, tuvo un comportamiento considerado inapropiado a ojos de la Corte española. Entre las cosas que se dice que pasaron parece ser que, en cierta ocasión, trepó por la tapia de un jardín para ver a la Infanta que estaba paseando con sus damas y acompañantes, lo que provocó que huyera alarmada.
Al fracasar las negociaciones, los dos personajes regresaron a Inglaterra, agravándose las tensiones entre los dos países, ya que el embajador español en Londres pidió que se ejecutara a Buckingham por su comportamiento en Madrid. Sin embargo, a su vuelta a Inglaterra, tanto él como el Príncipe de Gales ganaron mucho renombre por la aventura de su viaje y pidieron al rey Jacobo que declarara la guerra a España, iniciándose poco después una contienda que se enmarca en los conflictos europeos que conocemos como ‘Guerra de los 30 años’.
1623. Llegada del Príncipe de Gales al Real Alcázar de Madrid. Tajeta postal de un grabado anómino. Foto: J.M. Domínguez. Museo y Biblioteca Municipal. Madrid.
Consecuencias culturales
Este viaje tuvo consecuencias culturales importantes. La primera de ellas es que Felipe IV obsequió al Príncipe de Gales con numerosos ejemplares de caballos de raza española, lo que contribuyó a que surgiesen en Inglaterra los llamados “pura sangre”.
En segundo lugar, el Príncipe de Gales conoció en Madrid la impresionante colección artística de la corona española, lo que despertó en él un interés y afición por el arte que le llevó a gastar cuantiosas sumas de dinero para crear su propia colección en Inglaterra, siendo éste uno de los motivos que le acarreó gran impopularidad en su país. Y, en tercer lugar, tanto los escritores españoles como los ingleses hicieron referencia a este viaje en diversas obras. Como ejemplo, el cuarteto que escribió Lope de Vega:
Los personajes en la ficción
Además de personajes históricos, los protagonistas ingleses de esta historia son dos personajes muy conocidos por aparecer en dos de las obras más famosas de Alejandro Dumas. El Duque de Buckingham es uno de los protagonistas de “Los tres mosqueteros”, ya que se trata de la persona a la que la Reina Ana de Francia (hermana de nuestra protagonista y madre de Luis XIV) regala unos herretes de diamantes que los mosqueteros deben recuperar para demostrar la fidelidad de la reina a su esposo, Luis XIII.
El Príncipe de Gales fue coronado como rey de Inglaterra y Escocia dos años después de este viaje, iniciando un reinado problemático por el absolutismo con el que intentó gobernar. Su actuación provocó una guerra civil en Inglaterra que acabó con su decapitación en 1649. La prisión y muerte del rey se novelan en la obra “20 años después”, segunda parte de “Los tres mosqueteros”, en la que éstos intentan salvarle la vida.
La importancia de los personajes llega hasta la televisión de hoy en día. Actualmente, se emite la serie ‘Mary & George’, que se centra en las intrigas de la madre del Duque de Buckingham para conseguir que su hijo se convierta en el favorito del rey Jacobo I, mostrando una imagen muy diferente a la de Alejandro Dumas.