El gas radón en la Comunidad de Madrid
Desde el 24/09/2020 es obligatorio cumplir las exigencias sobre concentraciones del gas radón
Información general
Mapa de clasificación de municipios de la Comunidad de Madrid en función del potencial de radón
Listado de municipios de la Comunidad de Madrid en función del potencial de radón
Guías para la protección del gas radón elaboradas por la Junta de Extremadura
El radón (radón-222) es un gas radiactivo natural procedente de la cadena de desintegración del uranio-238 y, por tanto, ubicuo en la naturaleza. Se puede acumular en el interior de los edificios. Sus productos de desintegración se pueden inhalar y depositar en el tracto broncopulmonar.
Actualmente, el radón está considerado como la principal fuente de exposición a la radiación natural para los humanos.
Se libera más radón en zonas con suelos permeables y en zonas graníticas, debido a que contienen mayor cantidad de uranio y torio en comparación con otros tipos de piedras como las areniscas, carbonatadas o basálticas.
El radón presente en el interior de los edificios procede principalmente del terreno, por lo que las mayores concentraciones se localizan en sus plantas inferiores, como son los sótanos y las plantas bajas, pues la densidad del radón es además superior a la del aire. El radón del terreno puede penetrar al interior de los edificios a través de las grietas y juntas de los cerramientos del edificio en contacto con el terreno (muros de sótano, soleras, etc.), e incluso a través de la masa de los materiales porosos que forman los propios cerramientos. La afección se produce en todos los edificios, siendo necesario su control fundamentalmente en viviendas y lugares de trabajo.
Posibles entradas de radón en los edificios. (Fuente: Conceptos básicos sobre la modificación del Código Técnico de la Edificación, documento elaborado por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana)
Según el Manual de la OMS sobre el radón en interiores, el radón es la segunda causa de cáncer de pulmón en la población general después del tabaco. Los estudios epidemiológicos han demostrado convincentemente una asociación entre la exposición al radón en interiores y el cáncer de pulmón, incluso para los niveles de radón relativamente bajos que suelen existir en los edificios.
La Directiva 2013/59/EURATOM del Consejo de la Unión Europea de 5 de diciembre de 2013 establece normas de seguridad básicas para la protección contra los peligros derivados de la exposición a radiaciones ionizantes. En ella se marcan niveles nacionales de referencia para las concentraciones de radón en recintos cerrados, así como la obligación de adoptar medidas adecuadas para limitar la penetración del radón en los edificios.
Código Técnico de la Edificación
Para dar cumplimiento a uno de los objetivos de la Directiva 2013/59/EURATOM, se aprobó el Real Decreto 732/2019, de 20 de diciembre, por el que se modifica el Código Técnico de la Edificación. Entre otras modificaciones, se introdujo en el Documento Básico “HS Salubridad” del CTE una nueva Sección, “HS6: Protección frente a la exposición al radón”, cuya regulación tiene como objetivo proteger a la población de los efectos perniciosos sobre la salud que pueden derivarse de la exposición prolongada a concentraciones elevadas de gas radón en el interior de los edificios. La obligatoriedad del cumplimiento de estas nuevas exigencias comienza con fecha 24 de septiembre de 2020.
El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha elaborado un documento divulgativo en el que se explican los conceptos básicos de la modificación del CTE aprobada por el Real Decreto 732/2019.
El ámbito de aplicación del DB HS está formado por los términos municipales en los que, en base a las medidas realizadas por el Consejo de Seguridad Nuclear, se considera que hay una probabilidad significativa de que los edificios allí construidos sin soluciones específicas de protección frente al radón presenten concentraciones de radón superiores al nivel de referencia de 300 Bq/m3. La Comunidad de Madrid es uno de los territorios con concentraciones más elevadas de España.
El DB HS6 se aplica a todos los edificios de nueva planta que se construyan en estos términos municipales (zona 1 y zona 2) y también a los edificios existentes en estas zonas en los que se vaya a realizar una intervención de reforma que afecte a algún elemento constructivo que influya en la concentración de radón, así como a las ampliaciones y a las zonas del edificio afectadas por un cambio de uso.
Las prescripciones que marca el CTE para obra nueva en la zona 1, consisten en la disposición de una barrera de protección entre el terreno y los locales habitables del edificio o alternativamente de una cámara de aire ventilada entre los mismos. En la zona 2, además de la barrera de protección se dispondrá un sistema adicional que podrá ser un espacio de contención ventilado o un sistema de despresurización del terreno.
En edificios existentes, lo ideal es realizar una medición en base al Anejo II del CTE y, en caso de que se supere el nivel de referencia, encargar a un técnico competente el estudio caso a caso de la solución para la mitigación que resulte más adecuada y que, en conjunto, permita limitar adecuadamente la entrada de radón.
Listado de municipios de la Comunidad de Madrid en función del potencial de radón
Viviendas y otros edificios existentes
La Guía de rehabilitación frente al radón, elaborada por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana junto con la Unidad de Calidad en la Construcción (UCC) del Instituto de ciencias de la construcción Eduardo Torroja, constituye una herramienta fundamental de ayuda para el diseño de soluciones de protección frente al radón en la rehabilitación de edificios. Está enfocada tanto al usuario de la vivienda como a los agentes que puedan participar en el proceso técnico de protección frente al radón de edificios existentes.
Las nuevas exigencias del Código Técnico de Edificación (CTE) son de aplicación en los edificios nuevos y en determinados casos de reforma de edificios existentes. Pero existen edificios en los que, aun encontrándose fuera del ámbito de aplicación del CTE, resulta conveniente conocer cuál es su situación para aplicar las mejores soluciones de remedio, siempre con el asesoramiento en todo el proceso de un técnico con conocimiento en la materia
La Guía de rehabilitación frente al radón, junto a las fichas que la acompañan, ayuda al correcto diagnóstico de las vías de entrada del radón, establece las pautas generales de realización de las mediciones de radón, introduce las soluciones más habituales agrupadas según su forma de funcionamiento y proporciona criterios para la elección de las soluciones más adecuadas a cada caso.
La Guía cuenta además con fichas de soluciones que describen las distintas soluciones de protección presentadas y con fichas de ejemplos que muestran intervenciones reales en edificios en los que se ha conseguido reducir la concentración de radón.
En los casos de locales habitables con presencia permanente de personas y concentraciones superiores a 300 Bq/m3 sería conveniente adoptar medidas de protección aunque no sean obligatorias.
La cartografía del potencial de radón en España, desarrollada por el Consejo de Seguridad Nuclear, categoriza las zonas del territorio estatal en función de sus niveles de radón y, en particular, identifica aquellas en las que un porcentaje significativo de los edificios residenciales presenta concentraciones superiores a 300 Bq/m3.
Para ampliar esta información, la Comunidad de Madrid está realizando mediciones en una serie de edificios de viviendas de la Agencia de Vivienda Social, cuyos resultados aún no se han obtenido, pero servirán para conocer con mayor precisión las zonas que están más o menos afectadas.
No obstante, la información proporcionada por los mapas no debe considerarse sustitutiva de las mediciones directas, que son el indicador más fiable del riesgo al que está expuesto cada individuo en su vivienda o en su lugar de trabajo.
El Consejo de Seguridad Nuclear dispone de un listado de laboratorios acreditados y de una Guía de Directrices sobre la competencia de los laboratorios y servicios de medida de radón en aire, que tiene por objeto dar una serie de directrices sobre las actividades y los programas de garantía de calidad de los laboratorios o servicios dedicados a la medida de la concentración en aire.
Una vez obtenidos los resultados a través de laboratorios acreditados, en caso de ser necesario habría que adoptar las medidas de protección adecuadas, proyectadas por un técnico competente, y después comprobar la eficacia de las mismas mediante la realización de nuevas mediciones..
Exposición en los lugares de trabajo
El Reglamento de Protección Sanitaria contra Radiaciones Ionizantes (RPSRI), aprobado por Real Decreto 783/2001, de 6 de julio, tras su modificación en el año 2010 por Real Decreto 1439/2010, de 5 de noviembre, dispone (Título VII) que los titulares de las actividades laborales en las que existan fuentes naturales de radiación (exceptuando la explotación de minerales radiactivos, que han de seguir otra normativa) deben declararlas. En este sentido, establece que los empleadores deben realizar los estudios necesarios a fin de determinar si existe un incremento significativo de la exposición de las personas que allí trabajen o de los miembros del público que no pueda considerarse despreciable desde el punto de vista de la protección radiológica. El RPSRI también especifica que la autoridad competente para hacer cumplir esta normativa son los órganos de Industria de las comunidades autónomas en cuyo territorio se realizan estas actividades.
En 2012 se publicó en el BOE la Instrucción IS-33 del Consejo de Seguridad Nuclear, sobre criterios radiológicos para la protección frente a la exposición a la radiación natural, que vino a desarrollar el citado reglamento. Esta instrucción incluye un anexo que indica, sin carácter exhaustivo, las actividades laborales que están dentro del ámbito de aplicación del artículo 62 del Título 7 del RPSRI.
Existen directrices y recomendaciones metodológicas para la evaluación de la exposición al radón en los lugares de trabajo, así como guías para limitar la exposición a la radiación natural, en particular al radón, publicadas por el Consejo de Seguridad Nuclear. Entre estas cabe destacar la GS 11-04, Metodología para la evaluación de la exposición al radón en los lugares de trabajo.