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Escuela de ostomia. Camino de confianza

Un camino a seguir

Muchos de los cambios que se producen en nuestras vidas no dan aviso previo, son imprevisibles. El proceso de adaptación puede conllevar demasiado esfuerzo o sufrimiento y tener consecuencias negativas. Por eso, desde el Hospital Puerta de Hierro Majadahonda queremos acompañarte en este camino que vas a empezar a recorrer desde este momento con una escuela digital en la que encontrarás toda la información que necesitas sobre tu ostomía, acompañada además de decenas de vídeos que te ayudarán a recorrer este camino con mucha más información y seguridad. 

Suele ser más sencillo adaptarse a las nuevas circunstancias cuando somos nosotros los que activamente elegimos el cambio y disponemos de tiempo previamente para hacernos a la idea de cómo será nuestra nueva vida y qué necesitaremos para afrontar los nuevos retos y necesidades. La incertidumbre en la mayoría de los casos es el periodo más duro. El no saber qué va a pasar nos genera nerviosismo, desconfianza y miedo. Estas sensaciones son poderosos instintos que pueden protegernos de sufrir daños, pero cuando dejamos que sean los que dirigen nuestras decisiones pueden tener el efecto opuesto y llegar a paralizarnos, impidiendo la toma de decisiones y la ejecución de acciones que permitan solucionar las nuevas situaciones.

En general, nuestra percepción como persona, dependerá de que las expectativas que nos hemos  creado coincidan con la realidad que vivimos, o por el contrario dichas expectativas no se cumplan. En el primer caso, percibiremos sentimientos positivos… comodidad, satisfacción y alegría. En el caso de no alcanzar nuestras expectativas, las percepciones serán negativas… fracaso, impotencia y rechazo.

La creación de una ostomía va a alterar todas las esferas de la vida, desde nuestro aspecto físico, la percepción de nuestro cuerpo y nuestra persona hasta la forma de relacionarnos con el resto. Además va a cambiar nuestros hábitos diarios incluyendo nuestra forma de vestir, de comer, de dormir, de movernos… y todos estos cambios alteran nuestra calidad de vida.

Un factor fundamental para que consigamos adaptarnos a las nuevas condiciones  y recuperemos nuestra calidad de vida previa, es el tiempo. Cada uno necesitamos tiempos diferentes, pero lo que nos permite modificar estos tiempos son las habilidades y herramientas de que dispongamos. Algunas de estas habilidades son personales y dependen de nuestro carácter y experiencias previas. Pero por tratarse de una nueva situación por la que no henos pasado nunca antes, lo que vamos a necesitar es adquirir nuevas herramientas que nos sean útiles en esta nueva situación. Se trata de aprender nuevas formas de cuidarnos, de aprender nuevas formas de ser autónomos de nuevo.

Como enfermeras, ese es nuestro objetivo: proporcionarte las claves, los conocimientos, las habilidades y las herramientas para que este cambio sea lo más ágil, rápido y menos negativo posible. Tradicionalmente, el momento de aprender estas nuevas estrategias ha sido el ingreso hospitalario. Pero tiene sus limitaciones: coincide con la intervención quirúrgica, lo que puede conllevar que te encuentres más débil de lo normal, preocupado por la recuperación física y la evolución, lo que puede disminuir tu capacidad de concentración y aprendizaje.

Así nace escuela de ostomía, que no pretende sustituir a la educación para la salud que vas a recibir de tu enfermera y equipo médico, sino complementarlo, ampliar las posibilidades y ocasiones para tu aprendizaje. Escuela de ostomía te permite elegir cuándo y cómo aprender. Eligiendo el lugar y el tiempo, tranquilamente desde tu ordenador, previamente a la cirugía para que sepas qué es lo esperable. O tras la cirugía, para reforzar todo lo que hayas aprendido en el hospital. Y además adaptándose a los tiempos de tu proceso.

Lo esperable es que recién intervenido tus preocupaciones se centren en los cuidados básicos: conocer el nuevo material, y las técnicas básicas de higiene, cambio de bolsa y cuidado de tu piel. Toda esta información la encontrarás en enciclopedia de la ostomía: donde te explicamos qué es un estoma y los cuidados que requiere. Y como una imagen vale más que mil palabras, accede a nuestros vídeos para complementar el aprendizaje con demostraciones prácticas. Pero a medida que pasen las semanas y domines estos cuidados, nuevas inquietudes irán apareciendo, inquietudes que a lo mejor no se te ocurrieron consultar durante el tiempo en que estuviste ingresado. Inquietudes sobre tu vida cotidiana que irán apareciendo a medida que vayas reincorporándote a ella tras la cirugía.

Ahora que emprendes este difícil camino, Escuela de ostomía y los profesionales que la componen estamos aquí para acompañarte, desde el momento del diagnóstico hasta tu reincorporación completa a todas las actividades que realizabas previamente, o quién sabe, incluso aprovechando este cambio para incorporar otras nuevas, convirtiéndolo en una oportunidad de mejora.

Primeros síntomas

  • Cáncer colorectal

    Los síntomas más frecuentes que nos llevan a consultar por primera vez a un médico son: presencia de sangre en las heces, alteraciones del patrón intestinal (tanto en su ritmo como en la presencia de heces más estrechas), sensación de evacuación incompleta, cansancio y fatiga o dolor abdominal. Pueden ser signos de cáncer de colon.

    Pero también es posible su detección precoz, es decir, antes de que percibamos los primeros síntomas, lo que se traduce en un mejor pronóstico. Puede ser detectado precozmente por un test de sangre oculta en heces o por una colonoscopia, en la que se detecten pólipos, es decir, antes de que la enfermedad alcance estadios más avanzados.

  • Para confirmar el diagnóstico será necesario practicar análisis de sangre y heces, colonoscopia y prueba de imagen como resonancia y/o TAC, tanto para determinar la ubicación del tumor como para descartar la presencia de metástasis

    La biopsia se realiza generalmente durante la colonoscopia.

  • El cáncer colorrectal es del mayor incidencia en España si tenemos en cuenta ambos sexos.

    Los factores de riesgo incluyen el tabaco, la dieta pobre en fibra, el sedentarismo, los antecedentes familiares y las enfermedades inflamatorias intestinales.

  • El tratamiento será multidisciplinar:

    Existen múltiples técnicas quirúrgicas dependiendo de la localización, tamaño y extensión. No todos los cánceres colorrectales conllevan la creación de una ostomía. La cirugía consiste en extirpar el tramo de intestino afectado y los bordes sanos a cada lado (así como los ganglios que puedan estar afectados) y la posterior unión de ambos extremos intestinales

    La quimioterapia y/o radioterapia se asociarán a la cirugía:

    De forma neoadyuvante: antes de la intervención con la finalidad de reducir el tamaño del tumor. Adyuvante: tras la cirugía para asegurar que no quedan células tumores.

  • Enfermedades inflamatorias

    Aunque lleves muchos años viviendo con la inflamatoria, ante un aumento del número diario de deposiciones, aumento del dolor abdominal y aparición de sangre en las deposiciones es frecuente que consultes con tu médico.

    En otras ocasiones será la obstrucción intestinal la que te hará acudir a un servicio de urgencias por sensación de plenitud, náuseas y vómitos y distensión abdominal.

    El objetivo principal del tratamiento farmacológico es el control de la inflamación, ya que es la causante de las lesiones de la mucosa intestinal y responsable de los brotes y síntomas.

    Existen muchos fármacos que mantienen la enfermedad en remisión, pero existen casos en que la enfermedad no se puede mantener inactiva, progresando a cuadros más graves debido a la aparición de complicaciones.

    La falta de respuesta al tratamiento, las complicaciones (como las fístulas, las estenosis y las perforaciones) o la enfermedad perineal obligan en un porcentaje de los casos a la intervención quirúrgica.

    La cirugía no será efectiva para el control de los síntomas extradigestivos.

    Las pruebas diagnósticas que se realizarán incluyen el análisis de sangre y heces, la colonoscopia y alguna prueba de imagen como el TAC o la resonancia para conocer cuál es el estado de tu intestino.

  • Cáncer de vejiga

    Entre los principales síntomas se encuentran presencia de sangre en la orina, escozor o dolor, obstrucción urinaria y tenesmo, que es la necesidad de orinar sin llegar a conseguirlo.

  • Las pruebas utilizadas para descartar otras enfermedades son el análisis y citología de orina, la ecografía, la citoscopia o la urografía y la realización de una biopsia

    Si el diagnóstico se confirma, se completará con análisis de sangre, TAC o resonancia y otras pruebas para descartar la presencia de metástasis.

  • La incidencia del cáncer de vejiga en España es una de las más altas del mundo, siendo el cuarto tumor más frecuente en varones.

    El principal factor de riesgo es el tabaco, ya que las sustancias cancerígenas presentes en la sangre son filtradas por el riñón y se acumulan en la vejiga. La exposición laboral a sustancias nocivas y tóxicos suponen otro factor de riesgo.

    Los hombres presentan mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad.

  • El tratamiento será multidisciplinar:

    Existen múltiples técnicas quirúrgicas dependiendo de la localización, tamaño y extensión. No todos los cánceres urológicos conllevan la creación de una ostomía. La intervención quirúrgica de elección será aquélla que permita extirpar todo el tumor intentando preservar la anatomía y conservar la función, pero garantizando que las probabilidades de que se reproduzca o extienda sean las mínimas.

    La quimioterapia y/o radioterapia se asociarán a la cirugía:

    De forma neoadyuvante: antes de la intervención con la finalidad de reducir el tamaño del tumor. Adyuvante: tras la cirugía para asegurar que no quedan células tumores

Diagnóstico definitivo

  • ¿Por qué me hacen una ostomía?

    Las enfermedades que más frecuentemente conllevan la creación de un estoma son el cáncer (colorrectal o urinario), las enfermedades inflamatorias intestinales o las enfermedades neurológicas urinarias.

    En todos los casos asumir la presencia de la ostomía requerirá un tiempo variable de adaptación a la nueva situación, si bien el estado de salud previo puede determinar que ese cambio se viva como algo más o menos negativo. En el caso de que haya un reciente diagnóstico de una enfermedad tumoral, o que la realización del estoma haya sido durante una intervención urgente: la percepción que tendremos será negativa. En estos casos, la ausencia de síntomas previos hará que nuestra percepción sea de agresión, de pérdida.

    Aunque a medio plazo sepamos que es una medida que mejora el pronóstico y es la solución de nuestro diagnóstico, es difícil percibir en el momento, a corto plazo una mejora en nuestra calidad de vida. Por el contrario, añadirá una problemática que no existía previamente.

  • Sin embargo, en casos de diagnóstico de enfermedad inflamatoria intestinal o neurógena previas:

    • La cronicidad de la enfermedad conlleva que la posibilidad de la ostomía nos haya acompañado durante mucho tiempo, años incluso.
    • Se trata del tratamiento más agresivo que existe frente a estas enfermedades, por lo que se suele reservar como último recurso, y se procura dilatar su aplicación cuanto más sea posible en el tiempo
    • Por ello, cuando se crea el estoma, habitualmente la calidad de vida percibida por el paciente ya está muy deteriorada.
    • El elevado número de deposiciones diarias, la urgencia, los dolores y la incapacidad que acarrean todos estos síntomas conlleva que la ostomía sea percibida como algo positivo, ya que permite recuperar el control sobre la función y mejora sensiblemente la calidad de vida.
  • No en todos los casos en que se diagnostica un cáncer colorrectal será necesario practicar una ostomía durante la intervención quirúrgica.

    Ello dependera:

    • del tamaño del tumor: cuanto más grande, mayor probabilidad de requerir un estoma.
    • de la localización del tumor: cuanto más próximo se sitúe respecto al canal anal, mayores serán las probabilidades.
    • del momento del diagnóstico: en ocasiones existen perforaciones u obstrucciones (que son complicaciones asociadas) que requieren atención urgente.
  • Aunque actualmente existen numerosos tratamientos farmacológicos para tratar tu enfermedad, cuando éstos van fracasando o no son suficientemente efectivos para mantener tu calidad de vida, la cirugía puede ser una opción terapéutica adecuada.

    En otras ocasiones las complicaciones asociadas a la evolución de tu enfermedad son las causantes de la creación del estoma: fístulas, estenosis, perforaciones…

    La enfermedad de Crohn produce una inflamación importante de tu intestino, lo que produce estenosis (estrechamientos del tubo) al cicatrizar o perforaciones del tubo por la pérdida de la estructura de las capas que lo forman.

    La inflamación mantenida, así mismo, produce la pérdida de la función de diversos tramos de la mucosa intestinal, traduciéndose en numerosas deposiciones al día que pueden llevar a la malnutrición o la imposibilidad de mantener tus actividades diarias.

  • En el caso de la colitis ulcerosa, la afectación se suele reducir al intestino grueso, lo que conlleva que uno de los tratamientos definitivos sea la extirpación de todo el colon.

    La colectomía total conlleva asociada la creación de una ileostomía, que puede ser temporal si en el mismo acto quirúrgico se realiza un reservorio colónico; o definitiva si es necesario resecar todo el intestino grueso

  • Otras enfermedades como la diverticulitis, los infartos intestinales, algunas malformaciones congénitas o traumatismos abdominales pueden requerir de una ostomía en algunas ocasiones.

    Además, la ostomía puede ser necesaria durante el acto quirúrgico cuando se producen complicaciones, por lo que tu cirujano te hablará siempre de la posibilidad de tener que recurrir a ella.

  • El diagnóstico de un tumor vesical suele ser la causa más frecuente para la creación de una urostomía.

    Otras causas pueden ser alteraciones del sistema nervioso (congénitas o fruto de un accidente) que impidan la función de la vejiga.

    Las fístulas vesicales producto de complicaciones de intervenciones quirúrgicas o enfermedades ginecológicas o digestivas previas.

Del diagnóstico a la cirugía

  • Una vez confirmado el diagnóstico, el cirujano te explicará en su consulta qué tipo de intervención es la más apropiada para el tratamiento. Pero antes de operarte, un equipo multidisciplinar, es decir, formado por distintos profesionales de distintas especialidades te valorará con la intención de recomendarte las medidas que permitan que llegues al día de la cirugía en las mejores condiciones físicas y mentales posibles.

    El anestesista valorará las pruebas preparatorias (analítica, electrocardiograma y radiografía de tórax). Te explicará además los riesgos de la anestesia y cómo está previsto prevenir y controlar el dolor tras la cirugía. Un nutricionista valorará tu estado general por si es necesario añadir suplementos nutricionales, y evitar que la pérdida de peso te debilite antes de la cirugía. Un médico rehabilitador y un fisioterapia te valorarán también y te enseñarán ejercicios respiratorios que te ayudarán a la recuperación postquirúrgica. La enfermera estomerapeuta te valorará también en su consulta para que empieces a tomar contacto con los cuidados de tu futuro estoma.

Consulta de ostomía

  • La intervención quirúrgica y el ingreso hospitalario constituyen unos días de mucho estrés tanto físico como psicológico. Son días de debilidad, incertidumbre y repletos de noticias, novedades y tareas. El principal objetivo es que recuperes cuanto antes tu independencia, y ese objetivo vamos a ayudarte a conseguirlo incluso antes de que te operes. La enfermera de la consulta de ostomía va a empezar a cuidarte y a cuidar de tu estoma en la visita prequirúrgica.

    Por un lado, te proporcionará la información necesaria para resolver todas esas dudas que ya te han asaltado desde que hablaste con el cirujano, para que tu respuesta emocional vaya adaptándose paulatinamente. Pero además te dará las primeras nociones sobre el cuidado de la ostomía, podrás comprobar cómo se siente ser portador de un estoma y realizará el marcaje.

Intervención

  • El intestino tiene la función principal de hacer avanzar el contenido del estómago hacia el ano. Diversas enfermedades pueden impedir ese tránsito ya sea por obstrucción de la luz o por estrecheces del tubo que dificultan ese paso, por lo que habrá que cortar esas partes del intestino afectadas, para volver a reconstruirlo. La creación de un estoma es necesario para aislar una parte del intestino del paso de las heces favoreciendo la cicatrización de esa nueva unión.

    El ingreso hospitalario tras la cirugía cada vez es más corto, tan solo entre 5 y 10 días en algunos casos.

    El tiempo que permanezcas ingresado es un buen momento para aprender con las enfermeras, hacerles todas las preguntas y resolver tus dudas.

    No en todos los casos se conoce a priori cuál será el tiempo de permanencia de tu ostomía, así que aprovecha estos días para asimilar las destrezas necesarias.

    Si finalmente te tienes que ir a casa con una ostomía, que seas independiente para cuidar de ella y de ti.

  • Su función es proteger la sutura que une los dos extremos del intestino que se han unido tras retirar y resecar el tramo de intestino afectado.

    Permite que el intestino cicatrice correctamente y evita que el paso del contenido intestinal produzca fugas.

  • Se construyen porque no existe posibilidad de volver a conectar los dos extremos del intestino tras extirpar la zona afectada.

    No será posible reconstruir el tránsito habitual.

  • Cierre precoz: hay ocasiones que se puede realizar una segunda cirugía para “cerrar” el estoma entre el día 10 y 15 de la primera, durante el mismo ingreso.

    Cierre diferido: lo habitual es someterse a una segunda cirugía para “cerrar” el estoma entre 4 y 12 meses después de la primera, para reconstruir el paso del contenido intestinal hacia el ano, recuperando el tránsito habitual.

Ingreso en unidad de hospitalización

  • Tradicionalmente durante el ingreso en el hospital se producía el primer contacto con tu ostomía. Actualmente, gracias a las consultas de estomaterapia y a los nuevos programas quirúrgicos de recuperación intensificada, quizás ya hayas recibido mucha información o hayas comenzado a leer sobre qué es y qué cuidados requiere tu estoma.

    Pero lo que es seguro, es que durante el ingreso será el momento de la creación del estoma. Será el comienzo de todos los cambios físico y emocionales que esto conlleva, Será el momento de asimilar no solo todos los nuevos conocimientos, si no además de asimilar las emociones y percepciones que el cambio conlleva.

  • Y será un momento duro, porque el hospital continua siendo un entorno desconocido, con reglas nuevas y que asocia sentimientos de miedo y falta de confianza.

    Recibirás multitud de estímulos nuevos que harán que te sientas abrumado y a veces superado. Comenzando por la llegada a la habitación: un nuevo espacio físico que deberás conocer. Con qué recursos cuentas y cómo funcionan: desde el funcionamiento del timbre, las luces o la televisión, hasta los horarios de comidas, visitas y normas generales de funcionamiento del hospital: entradas y salidas, presencia de acompañantes y distribución física.

    Deberás además conocer con qué personal cuentas, quienes son, qué hacen y cómo pueden ayudarte.

  • Cuando aún estés asimilando todo esto, comenzarán todos los preparativos y preparaciones necesarias para la intervención quirúrgica. Quizás las los hayas iniciado en tu domicilio: dietas pobre en residuos o líquida; tratamientos antibióticos, suspensión de otros tratamientos habituales; soluciones para limpieza del intestino… que se continuarán cuando llegues al hospital. Otros procedimientos que salen realizarse previos a la cirugía son: extracción de sangre para analítica, ducha con jabones antisépticos, rasurado de la zona a intervenir, tratamientos analgésicos o para dormir, heparinas profilácticas o uso de medias compresivas.

    Asegúrate de realizar todas las preguntas que te surjan, no dudes en repetirlas hasta estar seguro de que comprendes las indicaciones, el equipo de enfermería estará encantado de contestar a todas la dudas que tengas. Tus familiares deben conocer también donde esperar durante tu intervención quirúrgica, tiempo estimado de cirugía, y sobre todo cómo y donde recibirán la información de los cirujanos, así como donde podrán visitarte tras la intervención y donde se encuentra la zona de recuperación quirúrgica.

    El día previo a  la cirugía puede ser el momento de realizar el marcaje del estoma, aunque lo esperable es que ya hayas realizado la visita prequirúrgica con la enfermera de estomas, asegúrate de que las marcas no se haya borrado, y solicita al personal que te atiende que las vuelva a recalcar si es necesario.

    El día de la intervención quirúrgica, será el día en que te despiertes y preguntes si te han puesto la bolsa. El objetivo para hoy, es recuperarte de la anestesia y empezar con la recuperación postquirúrgica. No esperes para empezar, sigue las indicaciones del personal de enfermería sobre ingesta de líquidos, movilización y ejercicios que debes realizar. No debes sufrir dolor, existen pautas y formas muy variadas de administración de analgesia cuyo objetivo es que el dolor no impida que realices todas las actividades necesarias para recuperar tu actividad habitual cuanto antes. Como el dolor se trata de una percepción subjetiva es importante que solicitas analgesia a tu enfermera siempre que lo necesites.

    Cuando llegues a planta de nuevo, intenta observar tu abdomen y visualizar por primera vez tu estoma, para el primer día, ese será tu primer gran logro. Simplemente ver su aspecto, su color, su ubicación y cómo está colocada la bolsa.

    Es posible que ya este día tu enfermera te procure algo de información acerca de los cuidados del estoma, de forma verbal o en otros soportes. No te agobies, lo hacemos solo para que te vayas familiarizando y para que tu cuidador vaya también aprendiendo conocimientos básicos que iremos reforzando durante todo el ingreso.

  • Aunque tu principal objetivo será recuperarte físicamente de la cirugía, con pequeños grandes retos (como levantarte de la cama y sentarte en el sillón, beber agua y progresivamente otros líquidos, no liarte con las vías, los drenajes, los sueros, las sondas y el oxígeno) y esto ocupe gran cantidad de tu capacidad de atención, es posible que integres también los primeros cuidados de tu estoma cuando veas al personal de enfermería realizándolos las primeras veces por ti. Aún no te sentirás con fuerzas para hacerlo tú, pero aprovecha para mirar cómo lo hacen y sobre todo para preguntarles todas las dudas que se te presenten.

    El primer día tras la intervención quirúrgica, la enfermera cambiará tu dispositivo y te animará a que leas, observes y vayas asimilando los conocimientos necesarios para que a partir del día que puedas caminar hasta el aseo, seas tú quien empieces a realizar los cuidados de tu estoma bajo su supervisión.

  • Te resultará abrumador, tendrás sensaciones contradictorias porque querrás ser independiente pero te parecerá que no vas a ser capaz de realizarlo tú solo. Pero esta balanza se irá desplazando hasta el equilibrio. A medida que recuperes la fuerza física y disminuyan las molestias en la movilización, irás ganado autonomía para comer, ducharte, caminar… sintiéndote  cada día mas persona.

    Es normal que las primeras veces te parezca que no lo haces bien, no has cambiado una bolsa de ostomía nunca antes, permítete equivocarte, la repetición será lo que te confiera confianza. Aprovecha tu días de ingreso hospitalario para que las enfermaras te corrijan, te aconsejen y para copiarte de lo que hacen. Aprovecha para preguntar todo lo que se te ocurra, a medida que realices más veces y más cuidados, te surgirán nuevas preguntas. Es aconsejable que alguna persona de confianza también a prenda los cuidados del estoma, pues siempre podrás contar con su ayuda y conocimientos.

Alta hospitalaria

  • Una vez que hayas alcanzado las destrezas y habilidades necesarias para el cuidado de tu estoma, serás dado de alta. En los días previos al alta, tus familiares podrán ir preparando el material que necesitarás en casa, acudiendo a tu farmacia habitual. El cirujano y la enfermera estomaterapeuta te citarán para el seguimiento, pero además debes contar con otros recursos como son las asociaciones, o conocer los signos de alerta que deben hacerte acudir a urgencias.

  • Material

    Todos los dispositivos pueden adquirirse con receta médica en farmacia, si bien, no todas las farmacias disponen de todos los modelos disponibles si no avisas con antelación.

    Todos los dispositivos y algunos accesorios son reembolsables, al 100% en caso de ser jubilado; o con una aportación según la normativa vigente, si sigues en activo.

    Procura tener el material esperándote en casa.

    Mientras que aún estés ingresado solicita información de cómo adquirir el material, para que algún familiar pueda ir a la farmacia antes de que te den el alta.

    En tu receta electrónica tendrás prescrito por tu médico el modelo del dispositivo que necesites en cada momento. Para identificarlo necesitará conocer el código nacional, que puedes consultar a tu enfermera

    En general, los productos reembolsados tendrán un código nacional que empiece por 4.

    Es normal que al principio gastes mucho material, esto irá cambiando a medida que ganes destreza

    En general, tu médico de familia te prescribirá el material necesario para un mes, en ausencia de complicaciones

    maletín para el manterial de ostomía
  • Seguimiento

    Al ser dado de alta, tu cirujano te dará una cita para revisión de la cirugía y estado general, así como para continuar el tratamiento que sea necesario en función de la causa de la ostomía.

    Actualmente, existen cada vez más consultas de estomaterapia, enfermeras que realizarán también el seguimiento de tu estoma.

    Si en tu hospital hay una de estas consultas, antes de irte de alta tu enfermera te citará en función de las destrezas que hayas adquirido durante el ingreso.

    Si en tu hospital no existe este recurso, a continuación te mostramos un enlace para que puedas localizar la más cercana.

  • Consultas de estomaterapia

    El momento de volver a casa puede generarte incertidumbre. Es el momento de afrontar el cambio que se ha producido, y a la par, puedes sentirte débil por causa de la cirugía.

    Es el momento de poner en práctica todo lo que has aprendido sobre autocuidado.

    Durante el ingreso las enfermeras que te han tratado habrán insistido mucho en tu educación, con la finalidad de que seas autónomo a partir de este momento.

    Seguramente también han educado a algún de tus familiares más cercanos para que cuentes con ese apoyo extra.

    Es bueno que ambos forméis un equipo complementario.

    Lo ideal es que tú seas tu principal cuidador para que seas independiente, pero es bueno contar con otro par de manos para los momentos de debilidad o para solventar dudas.

  • Signos de alerta

    Debes acudir a un centro sanitario en caso de:

    • Diarrea de más de un día de evolución
    • Sangrado que no cede tras la presión
    • Coloración negruzca del estoma
    • Dolor abdominal, fiebre y/o distensión abdominal
    • Salida de contenido intestinal entre el estoma y la piel periestomal
  • Asociaciones

    Debes saber además que no estáis solos. Actualmente existen numerosas asociaciones de pacientes ostomizados.

    Son asociaciones sin ánimo de lucro, en las que puedes intercambiar experiencias con otras personas que han pasado por lo mismo que tú.

Vivir con una ostomía

  • La ostomía es una solución, no un problema

    Es esperable que pases por todas o algunas de estas vivencias:

    • Percepción del cambio
    • Confusión, incertidumbre, angustia
    • Ansiedad: impulsora o inhibidora
    • Limitaciones prácticas, falta de fuerzas
    • Falta de ilusión, tristeza, desconfianza
    • Actitudes, respuestas
    • Adaptación, confianza en uno mismo
    • Nuevas vivencias y sentimientos.
    • Nuevas actitudes y conductas.
    • Nuevos hábitos, aprendizaje.
    • Nuevas habilidades y destrezas.