Las primeras iniciativas para la mejora del manejo antimicrobiano de forma estructurada en el Hospital Universitario de La Paz se iniciaron por la Unidad de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (UMCEI) en el año 2007. Se trataba de un modelo no impositivo de asesoramiento en el manejo antimicrobiano, “Programa PACTA”. Siguiendo el programa elaborado por López-Medrano unos años antes en el Hospital Universitario 12 de Octubre*. Este programa ya contenía el germen de lo que luego se desarrolló y se ha conocido como programas PROA. En este grupo inicial se incorporaron los facultativos de la Unidad (Medicina Interna: Dr. José Ramón Paño Pardo y Microbiología: Dra. Alicia Rico Nieto) y se añadió la participación de un farmacéutico especialmente dedicado a las enfermedades infecciosas (Dr. Francisco Moreno Ramos). El grupo contó inicialmente con el apoyo de la Comisión de Infecciones y de la dirección del centro. Su actividad ya era doble desde el origen: formadora y asesora. El grupo fue pionero en varios proyectos que luego han tenido éxito en otros centros. Entre otros, el desarrollo de una aplicación específica para teléfonos móviles de ayuda a la prescripción con guías de tratamiento antimicrobiano adaptadas al Hospital Universitario de La Paz y la puesta en marcha de una campaña de carteles dirigida a los facultativos para la mejora del diagnóstico y la prescripción en el manejo de las enfermedades infecciosas.
*López-Medrano F et al PACTA: efecto de un programa no impositivo de control y asesoramiento del tratamiento antibiótico sobre la disminución de los costes y el descenso de ciertas infecciones nosocomiales. Enferm Infecc Microbiol Clin 2005;23:186–90.
Desde hace años, se lleva alertando a las autoridades del riesgo del aumento de la formación y diseminación de resistencias antimicrobianas que ponen en jaque cada vez más el arsenal terapéutico del que disponemos. Cada vez es más frecuente la presencia de bacterias que son resistentes a todos los tratamientos disponibles, lo cual no hace más que situar la balanza ganadora hacia el lado de las bacterias, que siempre llevan ventaja en la batalla. Esto conlleva en muchos casos la imposibilidad de tratar infecciones por este tipo de microorganismos, aumentando la morbimortalidad de los pacientes y los gastos derivados (aumento de la estancia hospitalaria, tratamientos disponibles, etc.). Además, en un futuro no tan lejano, se podría producir también un retroceso en los avances médicos conseguidos en los últimos años; por ejemplo, muchas cirugías no se podrán llevar a cabo si no hay antimicrobianos profilácticos eficaces que reduzcan la incidencia de infecciones postoperatorias del sitio anatómico (superficial, profundo o de órgano o espacio) donde se ha realizado la intervención.
Las estrategias que se aplican actualmente para paliar esta situación son el desarrollo de nuevos antimicrobianos con cooperaciones público-privadas, la agilización de los trámites de autorización de esos nuevos antimicrobianos y el uso racional de los ya comercializados.
Los equipos PROA se basan en equipos multidisciplinares que tienen como núcleo principal a los siguientes profesionales: un farmacéutico del Servicio de Farmacia Hospitalaria, un infectólogo de la Unidad de Enfermedades Infecciosas y un microbiólogo del Servicio de Microbiología y Parasitología Clínica. Sus funciones son las siguientes:
- El farmacéutico del Servicio de Farmacia se centrará en la vigilancia de los antibióticos prescritos y dispensados a nivel hospitalario dentro del arsenal terapéutico aprobado en cada centro.
- El microbiólogo clínico indicará cómo debe recogerse de forma correcta las muestras, las procesará de forma adecuada seleccionando las técnicas diagnósticas específicas e informará eficazmente los resultados de las mismas. También elaborará informes individualizados de los estudios de sensibilidades a los antibióticos de los diferentes microorganismos e informes periódicos de mapas de resistencias.
- El infectólogo se encargará de la parte clínica ajustando el tratamiento, en base a los datos clínicos del propio paciente, la información microbiológica y con el apoyo del farmacéutico del Servicio de Farmacia. Con su intervención no sólo se optimizará el tratamiento antibiótico, sino que también se reducen los efectos adversos asociados a un tratamiento inadecuado
.
Así mismo, asociado al núcleo central de equipo PROA se podrá valorar la incorporación de otros profesionales en función de las necesidades de cada hospital; por ejemplo, un especialista en Medicina Preventiva, un pediatra, un especialista en Medicina Intensiva o una enfermera, entre otros.
En el año 2014, desde la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) se inició lo que se conoce como el “Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos” o PRAN. Desde que se inició se ha renovado en tres ocasiones estando vigente el actual documento hasta 2024. Este plan nacional incluye la creación de los equipos PROA tanto en atención primaria como en atención especializada entre sus líneas estratégicas. Para obtener más información se puede consultar en: