Dehesa de Sotomayor y Casa de la Monta en Aranjuez
Bien de Interés Cultural en la categoría de Paisaje Cultural
El origen de la Dehesa de Sotomayor en Aranjuez se remonta al siglo XV, cuando era usada como lugar de caza. En sus sucesivas etapas históricas, convertida en explotación agropecuaria, se fueron levantando diferentes construcciones como La Casa de la Monta, del siglo XVIII, edificada para acoger la Yeguada Real y para alojamiento de sus trabajadores.
El conjunto reúne valores arquitectónicos, ambientales y paisajísticos, con un destacado interés ecológico, botánico y animal que ha supuesto su declaración como Bien de Interés Cultural en la categoría de Paisaje Cultural.
Evolución histórica
El conjunto presenta un notable interés por su evolución histórica, cuyo origen se remonta a finales del siglo XV como lugar de caza. Carlos I lo incorporó a la Corona, formando parte del Heredamiento de Aranjuez primero y Real Sitio después, buscando la formación de un bosque para recreo, dentro del ideal renacentista del gusto por el mundo rústico.
Felipe II otorgó la forma definitiva al territorio de Aranjuez con la ordenación del paisaje. Incluyó la transformación de los caminos existentes en paseos y plazas arbolados, para comunicar el palacio con el territorio circundante (sotos, huertas), con la consiguiente construcción de una importante red de canales para el riego de estos terrenos. En las obras intervinieron arquitectos como Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera y jardineros como Jerónimo de Algora y Holbeque.
En el siglo XVIII, Carlos III orientó la configuración de Aranjuez como una explotación agropecuaria, según criterios ilustrados. Con ello, la yeguada real, que se encontraba en Aranjuez desde tiempo de Felipe II, recibió un gran impulso, lo que hizo necesaria la ampliación y creación de nuevas instalaciones con la construcción de la Casa de la Monta, en sustitución de las antiguas caballerizas.
Durante el siglo XIX la dehesa, considerada una de las mejores que existían en ribera del Tajo, continuó dedicada al ganado caballar.
Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando la yeguada comenzó a perder importancia, gran parte de la dehesa se dedicó a usos agrarios de secano, regadío y pastos, actividades que continúan desarrollándose en la actualidad, lo que llevó a modificar también la distribución interior de la Casa de la Monta, para adaptarse a las nuevas necesidades.
Elementos que forman el Paisaje Cultural
La Dehesa de Sotomayor, situada en el Valle del Tajo y perteneciente al municipio de Aranjuez, es un espacio natural de gran interés ecológico con gran biodiversidad botánica y notable presencia de aves protegidas; incluida en la Red Natura 2000, una red de áreas de conservación de la biodiversidad en la Unión Europea, cuya finalidad es asegurar la supervivencia de las especies y los hábitats más amenazados.
Forma asimismo parte de los denominados Sotos Históricos de Aranjuez, espacio producto de la ordenación del territorio (jardines, arboledas, pastos, huertas), que ha ido evolucionando desde el siglo XV hasta la actualidad, conservando destacados valores ambientales y arquitectónicos
Actualmente, la dehesa histórica con los límites anteriormente descritos está compartimentada en polígonos y parcelas propiedad de diversos propietarios, la mayor parte de ella de la Comunidad deMadrid, dedicada a usos agrarios fundamentalmente. Las parcelas más cercanas al río se dedican a labores de regadío, arbolado de ribera y pastos, las parcelas más alejadas del río se dedican a labores de secano, pastos arbustivos y algo de regadío.
El proyecto y construcción de la Casa de la Monta se atribuye al arquitecto francés Jayme Marquet. Llegó a la Corte del rey Fernando VI hacia 1752 donde ejecutó su trabajo bajo el título de Arquitecto de la Real Casa. En 1760 sustituyó a Santiago Bonavía como Arquitecto Director de las Obras de Aranjuez.
El conjunto está constituido por una estructura de planta rectangular. La fachada principal presenta una portada central adintelada, formada por sillares de gran tamaño. Remata en un frontón semicircular desarrollado a la altura de la cornisa, en cuyo interior se representan en alto relieve dos caballos de medio cuerpo.
La cuadra está provista de pesebres o abrevaderos, realizados en piedra de Colmenar, adosados a lo largo de los muros, formados por un gran pilón corrido, dividido en tramos para cada caballo con tabiques de madera rematados por motivos de rejería de hierro forjado. La Casa de la Monta incluía también viviendas para los yegüeros y una sala destinada a enfermería o lazareto para los caballos.
Desde sus orígenes como Real Sitio para el ocio y el recreo regio, la presencia de caballos tuvo un particular protagonismo, para cuyo desarrollo se destinaron varias fincas, la principal Sotomayor, pero también Villamejor, Campo Flamenco, Legamarejo o Las Infantas. Los maestres de la Orden de Santiago ya criaban caballos, tradición que continuó con Carlos I y fue mantenida por Felipe II, estableciendo la yeguada real bajo la autoridad del caballerizo mayor.
Carlos I inició la construcción de un sistema de riego que suministraba agua del Tajo a ambos márgenes de la vega de Aranjuez. Hacia 1530-1534 llevó a cabo la construcción de una presa, denominada del Embocador, sobre otra ya existente. La presa suministraba agua a dos canales básicos uno por cada lado del rio, el de Sotomayor que discurre por la margen izquierda, y el de Azuda por la margen derecha, ambos iniciados en tiempos de Carlos I y desarrollados por Felipe II.
En origen, sería de madera, después, a lo largo del siglo XVI, se fueron realizando sucesivas reparaciones realizadas por destacados arquitectos como los Vega y Juan Bautista de Toledo.
A unos 600 metros de la presa del Embocador se encuentra el desaguador de la Monta y cercano a él se localiza el puente sobre el canal que da paso al camino de la Casa de la Monta, construido al mismo tiempo que esta.
El canal de Sotomayor discurre desde la presa del Embocador por la margen izquierda del río, regando bosques, praderas, calles, jardines, huertas a lo largo de su recorrido, actualmente con una longitud de 39 kilómetros. Fue mandado construir por Carlos I hacia 1535, y a lo largo de los siglos ha experimentado sucesivas reparaciones y modificaciones.
La calle de las Aves forma parte de la retícula de paseos arbolados que comunicaban la zona de palacio con los sotos y huertas exteriores. Debe su nombre a que el lugar donde se encuentra se dedicaba a la cría de aves denominado La Pavera, desde época de Felipe II. Consistía en una olmeda donde se mantenían cientos de pavos en libertad y una pequeña casa para el encargado. Más tarde se levantó la denominada Casa de las Aves, actualmente desaparecida, que incluía corrales para la cría.