Arquitectos de Madrid: Miguel Fisac
Durante la segunda mitad del siglo XX se produce en España la renovación arquitectónica definitiva, impulsada por la introducción paulatina de influencias internacionales. El carácter funcionalista del Movimiento Internacional se reflejará durante el desarrollismo de finales de los 50, con autores como Miguel Fisac encabezando esa transición
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Breve reseña biográfica
Miguel Fisac (Daimiel, 1913 – Madrid, 2006)
Fisac, menor de tres hermanos, nace en 1913 en Daimiel (Ciudad Real). Al terminar el Bachillerato Universitario en Badajoz, con 17 años se traslada a Madrid para estudiar Arquitectura. La Guerra Civil interrumpe su formación: tras salvar la vida (escondido en el tejado de la casa familiar de Daimiel), huye a Francia cruzando los Pirineos. Terminada la guerra, se licencia en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM) en 1942 con Premio Fin de Carrera por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Su legado abarcará obra religiosa, civil, institucional, residencial e industrial, dejando algunos de los edificios más destacados de la época. Y aunque a lo largo de su vida viaja por todo el mundo, será la arquitectura nórdica la influencia que más se reflejará en su estilo.
Miguel Fisac ha dejado un enorme legado por el que recibió numerosos reconocimientos, entre ellos la Medalla de Oro del Consejo Superior de Arquitectos y el Premio Nacional de Arquitectura en 2003, otorgada tres años antes de morir.
Obra
Como licenciado colabora en proyectos como el Instituto Torres Quevedo de la calle Serrano y el CSIC, para el que construirá diferentes edificios en el futuro, como el Centro de Investigaciones Biológicas de Madrid. No obstante, será ya como arquitecto titulado cuando comienzan los encargos importantes, convirtiéndolo además en un autor muy prolífico.
Su relación con la iglesia (fue uno de los fundadores del Opus Dei y miembro entre 1935 y 1955) se traduce en varias propuestas innovadoras con templos en Valladolid, Vitoria o Huesca, aunque la mayoría se encuentra en Madrid: la capilla del Espíritu Santo del CSIC, La Magdalena (Chamberí) o la Flor del Carmelo, en el barrio del Pilar, pero sobre todo destacan las iglesias de Santa Ana, en Moratalaz, y de los Dominicos de Alcobendas.
En otros géneros, nos quedan las oficinas y viviendas de empleados para los laboratorios Alter, de marcada influencia nórdica; el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense; el edificio IBM o los desaparecidos laboratorios Jorba, edificio conocido como La Pagoda.
Su trabajo se extendió a otros ámbitos, como el diseño o el urbanismo. Además, su interés por el estudio de procesos y materiales le lleva a investigar las propiedades del hormigón. Así, desarrolla la 'viga hueso', un elemento en hormigón pretensado de sección hueca que empleará en construcciones como el Centro de Estudios Hidrográficos. También experimenta con sus texturas, creando esas formas 'acolchadas' con las que reviste el centro parroquial de Ciempozuelos o su propia residencia y estudio, que construye en el Cerro del Aire.