Nefrología

Se habla de enfermedad renal crónica (ERC) cuando existe una disminución de la función renal o hay evidencia de un daño renal progresivo, de más de tres meses de evolución. Existen una serie de factores o condiciones que favorecen el desarrollo de la ERC como la diabetes, la hipertensión arterial o antecedentes familiares de enfermedad renal.

Sí. Es importante seguir las recomendaciones de su especialista que se basan fundamentalmente en realizar una dieta adecuada, limitando la sal y los alimentos ricos en proteínas, y evitar ciertos medicamentos como los antiinflamatorios y los contrastes radiológicos. Por otro lado, es fundamental el control adecuado de e la presión arterial, eliminar el tabaco, evitar el sobre peso y seguir una dieta sana y realizar ejercicio regular. Por último, tomar las medicaciones prescritas por su especialista y si tiene alguna duda póngase en contacto con el servicio de Nefrología.

Su especialista le comentará algunos aspectos sobre la dieta en el paciente con ERC. El consumo de sal dependerá de qué tipo de enfermedad tiene y del control de su presión arterial. Por otro lado, podrá recibir recomendaciones de su especialista en el control de la dieta respecto al consumo de potasio y/o de fósforo.

Es la consulta de Enfermedad Renal Crónica Avanzada (ERCA) y se centra en la atención personalizada de las personas que tienen una función de los riñones muy reducida (menos de un 25-30%). En esta consulta el equipo de profesionales (médico y de enfermería), realizan un estrecho control de los análisis y su estado general, ajustando el tratamiento para corregir dichas alteraciones y que usted se encuentre con buen estado general y pueda realizar todas las actividades de su vida diaria. Además, paciente y familiares, reciben información sobre la enfermedad, la dieta apropiada y sus diferentes opciones de tratamiento.

La diálisis es un proceso que limpia y filtra la sangre. Hay dos tipos de diálisis, hemodiálisis y diálisis peritoneal.

Hemodiálisis

La hemodiálisis limpia la sangre usando una máquina con un filtro especial llamado dializador. Durante un tratamiento de hemodiálisis la sangre sale de su cuerpo a través de unos tubos hasta el dializador que filtra los desechos y el exceso de agua. La sangre limpia circula a través de otro conjunto de tubos de regreso su cuerpo.

Hay dos tipos de hemodiálisis: la hemodiálisis en el centro y la hemodiálisis domiciliaria.

Diálisis Peritoneal

La diálisis peritoneal elimina los desechos y el exceso de agua de su cuerpo usando el revestimiento de su abdomen (peritoneo) para filtrar su sangre. Una solución especial viaja a través de un tubo blando en su abdomen. La solución extrae los desechos y el exceso de agua de los vasos sanguíneos diminutos en el peritoneo de vuelta a la solución, que luego se drena desde el abdomen a través del tubo blando.

Hay dos tipos de diálisis peritoneal: la diálisis peritoneal continua ambulatoria y la diálisis peritoneal con cicladora (máquina en domicilio que sustituye la manual).

Para la hemodiálisis, es necesario crear un acceso vascular una vía a su sangre. El acceso se crea normalmente en el brazo mediante una cirugía breve. Un tipo de acceso es una fístula, otro tipo de acceso es un injerto por medio de una prótesis sintética. En algunos casos se puede insertar un catéter externo en una vena de su cuello o su pierna. Un catéter es generalmente temporal y se sustituye por una fístula o injerto.

El tiempo de duración de cada sesión de hemodiálisis va a depender de muchos factores, entre los que están: cómo es nuestra constitución, cual es el acceso vascular que tenemos para realizar la diálisis, fístula o catéter, o cómo me cuido entre las sesiones de diálisis; es decir cuánto peso traigo y como están mis análisis de potasio y fósforo.

La cantidad de líquido que puede ingerir dependerá de varios factores, el fundamental la cantidad de orina que tenga. Siempre seguirá las indicaciones de su especialista de nefrología y del personal de enfermería respecto a la cantidad de líquido y las posibles opciones para controlar la sed.

No. Siguiendo las instrucciones y precauciones recibidas durante el proceso de aprendizaje en el manejo de los materiales, el riesgo de infección resulta bajo.

No, pero es recomendable disponer de un espacio habilitado para ello. No obstante, podrá acordar la frecuencia de entrega del material en su domicilio para almacenarlo de manera óptima.

No hay ningún problema. Puede llevar el material en cualquier medio de transporte tanto dentro como fuera del país. Si la duración del viaje es larga se podrá gestionar el envío directamente al lugar de destino. 

El baño en mar y río está permitido siempre que se realice siguiendo las instrucciones que le explicará el personal de enfermería y utilizando el material aislante que se le entregará en la consulta.

Las indicaciones y contraindicaciones para recibir un trasplante renal le serán indicadas por el equipo de especialistas de nefrología. Principalmente dependerá de las patologías asociadas a su enfermedad renal, del antecedente de una patología tumoral o una enfermedad infecciosa, y del estado de los vasos sanguíneos de su cuerpo.

En la actualidad existen dos tipos de donantes: donante de cadáver y donante de vivo. Los especialistas le comentarán cuál es la opción ideal para su situación. Usted entrará en una lista de espera y según las características del donante y las suyas propias se buscará la mejor opción dependiendo de la edad del donante, de la compatibilidad.

Después de realizar el trasplante, el riñón puede producir orina inmediatamente o no. Diuresis inmediata, cuando el riñón empieza a producir orina en el mismo quirófano. La función renal irá mejorando progresivamente y de forma bastante rápida. 

Cuando no se produce orina de forma inmediata normalmente es debido a una necrosis tubular aguda producida por el sufrimiento del tejido renal durante el periodo de extracción, preservación y trasplante (daño de isquemia-reperfusión). Normalmente este daño es puntual y se recupera de forma espontánea. En ocasiones, los riñones presentan una función retardada del injerto lo que requiere de alguna diálisis puntual hasta que el riñón inicia su función. 

En la actualidad con los fármacos inmunosupresores que se disponen ha permitido reducir la incidencia de rechazo en el paciente con trasplante renal. Sin embargo, dependiendo de las características del paciente (generación de anticuerpos) puede incrementar esa frecuencia. Por esta razón, es fundamental recibir la información del especialista y le explicará la situación personal. Es fundamental la toma de la medicación inmunosupresora para evitar la aparición de un rechazo.