Cirugía Cardiaca

En el servicio de Cirugía Cardiaca del Hospital Universitario de la Princesa ofrecemos todo tipo de intervenciones quirúrgicas con las más altas y modernas tecnologías.

A continuación se describen brevemente las patologías a tratar y en qué consisten:

• Enfermedad valvular
• Enfermedad arterial coronaria 
• Enfermedad de Aorta
• Fibrilación auricular
• Cirugía en pacientes mayores y de alto riesgo
• Cirugía sin sangre (sin el uso de hemoderivados) 

Somos un centro altamente especializado en CIRUGÍA MÍNIMAMENTE INVASIVA. Nuestros especialistas le informarán de la posibilidad de ser intervenido mediante dichas técnicas.

Nuestro servicio puede ofrecerle otros tipos de intervenciones como son: cardiopatías congénitas del adulto, cirugía del pericardio, implantación de marcapasos, tumores intracardiacos, asistencias ventriculares.

Si usted desea ser atendido en concreto por alguno de nuestros especialistas no dude en comunicarlo.

Consejos generales

Durante su estancia siga las instrucciones del equipo de enfermería y de sus médicos y no dude en preguntar todo lo que le preocupe o necesite.

No tome ningún medicamento por su cuenta y ante cualquier duda consulte con su médico o enfermera.

Aunque ya le habremos dado normas al respecto, si ha tomado recientemente Sintrom, Aldocumar, Aspirina o similares, Tiklid ,Plavix o Iscover comuníquelo a sus médicos el mismo día del ingreso.

Si no duerme bien comuníquelo a su médico o equipo de enfermería.

Usted no tiene porque tener dolor. Después de la cirugía se administrará medicación para el dolor. Si no es suficiente pida que se le administre más.

Todos los días será visto varias veces por el equipo de enfermería y uno de los cirujanos le visitará, al menos, una vez al día. En fines de semana será visitado por uno de los miembros del servicio, generalmente por la mañana.

Aspectos a tener en cuenta tras la intervención

Los pacientes operados de corazón no suelen hacer de vientre hasta el cuarto o quinto día después de la cirugía. Si esto no se produce o es estreñido de forma habitual avise a sus médicos.

Si el alta se produce antes del séptimo día es posible que no se retiren todas las suturas o grapas de la piel. Ya le explicaremos cuando debe retirarlas. Puede hacerlo en el centro de salud más próximo a su domicilio.

Para disminuir el dolor al toser o estornudar en ocasiones se le pondrá un arnés o corsé.

Aprenda a utilizarlo con ayuda de la enfermería y aprenderá a toser sin dolor.Al alta se le entregará un informe con la medicación que debe tomar y la cita para la revisión postoperatoria. Además, se le dará un manual con recomendaciones para mejorar su recuperación y con los signos o síntomas que debe vigilar.

La consulta de revisión será en nuestra consulta entre cuatro y seis semanas después de la cirugía. Si todo va bien será remitido a su cardiólogo para que le siga realizando las revisiones

Aspectos a tener en cuenta tras el alta

Después recibir el alta, su actividad física debe incrementarse de manera progresiva. Se encontrará débil aproximadamente durante un mes por la propia intervención y es normal que tenga cierto grado de anemia. Esta anemia puede hacer que sienta cierta sensación de decaimiento. Generalmente, no incluimos en el tratamiento hierro, porque el organismo conserva sus reservas, pero en ciertas ocasiones es necesario prescribirlo.

Durante el mes después de la intervención deberá limitarse a realizar aquellas actividades físicas que pueda hacer confortablemente. Es decir, las que no le produzcan cansancio, ahogo, palpitaciones o dolor. Poco a poco podrá aumentar su capacidad física y es recomendable que vaya explorando su incremento de capacidad con precaución.

Al principio el ejercicio más aconsejable es caminar, siendo más conveniente realizar varios paseos cortos al día que uno solo prolongado. Si hace frío o no se encuentra confortable, ande por su casa.

A partir del mes vaya elevando su actividad física, siempre que se encuentre cómodo. En un periodo entre cuatro y seis semanas tras la intervención se encontrará lo suficientemente bien como para empezar a hacer una vida normal.

Intente evitar conducir en aproximadamente seis semanas.

Puede reanudar su vida sexual cuando su tolerancia al ejercicio sea aceptable. Si su recuperación progresa normalmente, puede volver a trabajar en un periodo entre cuatro y ocho semanas después de la intervención.

Contacte con su médico si sufre alguno de los siguientes síntomas o signos:

• Aumento brusco de peso. Durante el primer mes, debe pesarse todos los días y anotarlo
• Fiebre
• Aumento del dolor de esternón
• Más fatiga o ahogo
• Palpitaciones muy rápidas
• Heces negras (salvo que tome hierro)
• Hemorragias o hematomas
• Cualquier síntoma inesperado o que no entienda

ALIMENTACIÓN

Enfermos coronarios

Si usted ha sido intervenido de las arterias coronarias, debe seguir una dieta pobre en colesterol. Si a pesar de realizar adecuadamente la dieta, su nivel de colesterol o triglicéridos en sangre siguen elevados, precisará el consejo de su cardiólogo o médico general o de un experto en dietética o endocrinólogo. Es muy probable que necesite también tratamiento con algún fármaco que reduzca los niveles de colesterol. No es preciso que mantenga una dieta sin sal, si su tensión es normal.

Enfermos valvulares

En caso de que haya sido intervenido de una o más válvulas del corazón, no es preciso seguir una dieta baja en colesterol. Puede usted tomar cualquier tipo de alimentos. Si además del problema valvular tiene elevados el colesterol o los triglicéridos debe continuar con la dieta sin grasas y tal vez medicación.

Los medicamentos que se le han prescrito son los adecuados en el momento del alta. Pero como su situación va a mejorar progresivamente en los meses próximos, debe estar en contacto con su cardiólogo para que modifique el tratamiento según los cambios que se produzcan. Si toma Sintrom no deje de leer detenidamente las instrucciones que le entregamos sobre estos medicamentos. Mientras persistan molestias en las heridas quirúrgicas, puede tomar paracetamol (500-1.000 mgr) hasta tres veces al día o cualquier otro tipo de analgésico. Si padece estreñimiento puede llegar a necesitar laxantes, consulte a su médico. Cierto grado de dolor torácico persiste durante unas semanas, mientras consolida el esternón. A veces este dolor reaparece esporádicamente con los cambios del tiempo, como con cualquier otro callo óseo y no tiene mayor importancia. Algunos pacientes notan esta molestia debida a la apertura del esternón y a contracturas musculares en los hombros o spalda. Si se extrajo la vena safena puede sentir sensación de hormigueo o molestias. Esto es debido a los nervios que acompañan a la vena y que pueden afectarse durante la intervención. Si la pierna se hincha puede llevar una media ortopédica en las primeras semanas. Puede quitársela al acostarse.

Cuidados de la cicatriz

Su herida no necesita ningún cuidado especial después del alta. Puede ducharse o bañarse sin temor. Es conveniente que no tome el sol en la cicatriz durante un año. Si desea broncearse, proteja la zona de la cicatriz con un filtro solar potente (factor 30). Aplique una capa de esta crema siempre que exponga la cicatriz al sol, y conviene renovarla cada 2 ó 3 horas.

A veces los pacientes desarrollan una cicatrización exagerada produciéndose un queloide.

El otro trastorno valvular es la estenosis, en el que se endurece la válvula, aumentando su rigidez, limitando la apertura y por tanto el flujo de sangre que puede pasar a través de ella. Cualquiera de estas dos patologías, tanto la insuficiencia como la estenosis, pueden limitar significativamente la capacidad del corazón para bombear sangre. A veces, una válvula, puede tener ambos problemas a la vez.

Los síntomas de la enfermedad valvular cardiaca incluyen: dificultad para respirar, palpitaciones, debilidad, mareo, síncope, edema o hinchazón de los tobillos, los pies o el abdomen, incluso presión en el pecho.

En muchos casos la enfermedad valvular cardiaca progresa lentamente, el corazón se adapta gradualmente (hasta cierto punto), por lo que los síntomas pueden pasar desapercibidos durante algún tiempo. Es importante señalar que los síntomas no siempre reflejan la gravedad de la enfermedad valvular. Uno puede estar libre de síntomas pero con grave enfermedad valvular cardíaca que requiera tratamiento inmediato. Por otro lado, uno puede experimentar síntomas frecuentes teniendo tan sólo una pequeña insuficiencia valvular, que no requiere tratamiento en absoluto.

La enfermedad de las válvulas del corazón más grave se puede tratar eficazmente mediante la reparación o recambio valvular. Generalmente se requiere cirugía.

Cirugía Valvular

Usted puede precisar ser intervenido de una o más de las siguientes válvulas: aórtica, mitral, tricúspide o pulmonar. La cirugía que precisa puede consistir en sustituir su válvula o en reparar la que tiene enferma. Su cirujano le explicará cual es la mejor opción para usted en cada caso. Durante la cirugía tradicional sobre las válvulas del corazón, el cirujano hará una incisión en el centro del esternón (hueso del pecho) para obtener acceso directo a su corazón. Luego, el cirujano repara o reemplaza la válvula anormal del corazón o las válvulas.

En caso de que precise una sustitución valvular se le pueden implantar dos tipos de prótesis:

• Mecánicas: Estas prótesis duran toda la vida al no desgastarse pero es imprescindible la toma de anticoagulantes orales de forma permanente para evitar la trombosis de la prótesis.
• Biológicas: Están construidas con pericardio ovino o porcino y no precisan anticoagulación oral (a no ser que esta sea necesaria por otro motivo). Sin embargo su duración es limitada (unos 15 años aproximadamente en posición aórtica y unos 10 en posición mitral). Su cirujano le aconsejará cual puede ser la mejor opción en su caso y le ayudará a elegir.

Reparación valvular: En este caso se reconstruye y se preserva su válvula. Esto evita la necesidad de anticoagulación y conserva su válvula original. Su cirujano le explicará las posibilidades que pueda tener su válvula de ser reparada.

Durante la cirugía se utiliza un dispositivo de ecografía trans-esofágico, para ayudar a determinar el funcionamiento de la válvula antes y después de la cirugía.

Cirugía mínimamente invasiva

La cirugía mínimamente invasiva es un tipo de cirugía realizada a través de pequeñas incisiones. Este tipo de cirugía reduce la pérdida de sangre, el trauma, y la duración de la estancia hospitalaria. Su cirujano revisará las pruebas de diagnóstico antes de la cirugía para ver si usted es un candidato para cirugía valvular mínimamente invasiva.

La enfermedad coronaria aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o infarto de miocardio, esto ocurre cuando un coágulo de sangre se aloja en una arteria, por lo general donde la placa se acumula, y con ello, repentinamente, se corta el suministro de sangre a una porción de músculo cardíaco. Si el aporte de oxígeno a las células del músculo cardíaco es insuficiente, las células empiezan a morir. Esto puede llevar a daño permanente del musculo cardíaco e incluso a la muerte.

La enfermedad severa de las arterias coronarias se puede tratar eficazmente con cirugía de revascularización coronaria (bypass aorto-coronario).

Los efectos de la enfermedad arterial coronaria pueden no ser evidentes durante años, incluso décadas. En algunas personas la enfermedad puede pasar desapercibida hasta que ocurre un ataque cardíaco.

Los factores de riesgo clásico para desarrollar enfermedad coronaria incluyen el tabaquismo, presión arterial alta, niveles elevados de colesterol, la diabetes, la obesidad, la inactividad física, el estrés y una historia familiar de enfermedad cardíaca. Sin embargo la enfermedad coronaria se puede desarrollar sin la presencia de alguno de estos factores de riesgo clásicos.

Existe un amplio abanico de terapias para tratar la enfermedad coronaria, incluyendo:

1. Cambios de estilo de vida, ya que pueden retrasar la progresión de la enfermedad coronaria. Nosotros recomendamos a nuestros pacientes: dejar de fumar, controlar la diabetes, bajar la presión arterial, controlar los niveles de colesterol, realizar ejercicio físico como práctica habitual, realizar una dieta equilibrada, mantener un peso saludable y controlar el estrés.
2. Tratamiento médico. Varios medicamentos pueden usarse para tratar la enfermedad arterial coronaria, tales como: aspirina, reductores de colesterol, beta bloqueantes, nitroglicerina, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y calcioantagonistas.
3. Procedimientos intervencionistas y cirugía.

El tipo de terapia elegida depende de varios factores: la extensión de la enfermedad cardiovascular, la gravedad de los síntomas, la edad del paciente, y la presencia de otras condiciones médicas o enfermedades concomitantes

Cirugía de revascularización coronaria, “bypass aorto-coronario”:

Si varias arterias coronarias tienen obstrucciones significativas, la cirugía de revascularización coronaria puede ser necesaria. En este tipo de intervención se utilizan vasos sanguíneos de otras pates del cuerpo del propio paciente (el tórax, el brazo o la pierna) para desviar o puentear, “bypass”, la sangre alrededor de las arterias obstruidas, lo que mejora el flujo de sangre y la oxigenación del corazón. Los estudios demuestran que los injertos arteriales tienen mayor durabilidad y mejoran la supervivencia a largo plazo, en comparación con los injertos de vena. En el Hospital Universitario de La Princesa, casi todos los pacientes reciben un injerto de bypass coronario de arteria mamaria interna y muchos reciben un segundo injerto de arteria mamaria interna o un injerto de arteria radial (tomada del brazo), con o sin injertos venosos acompañantes.

La cirugía de revascularización coronaria se recomienda generalmente a:

• pacientes con insuficiencia cardíaca que han desarrollado enfermedad del tronco común izquierdo,
• estrechamiento de al menos tres de las principales arterias coronarias, incluyendo la arteria descendente anterior izquierda,
• disminución de la función del ventrículo izquierdo (según lo indicado por el tamaño de la fracción de eyección del corazón),
• o diabetes mellitus.

En muchos casos, la función cardíaca mejora dramáticamente después de la cirugía. En pacientes con obstrucciones de al menos dos vasos grandes, la cirugía de revascularización coronaria ha demostrado ser más eficaz que la angioplastia con stent en la reducción de los síntomas, mortalidad a largo plazo, necesidad de reintervención a largo plazo y costes de atención de salud.

En la cirugía tradicional de revascularización coronaria, el corazón se detiene y se conecta a una máquina de circulación extracorpórea (CEC), la cual oxigena la sangre y la bombea por todo el cuerpo, lo que permite al cirujano operar en una superficie firme. Para llegar al corazón el cirujano realiza una incisión en el pecho, dividiendo el esternón.

También ofrecemos la cirugía “sin bomba” (sin CEC), en la cual no es necesario el uso de la máquina de extracorpórea, evitando así los efectos secundarios de ésta. Se utilizan unos estabilizadores cardíacos para inmovilizar ciertas áreas del corazón, lo que permite al cirujano operar mientras el corazón sigue latiendo. Pregunte acerca de si en su caso se puede realizar este tipo de procedimiento sin el uso de circulación extracorpórea.

Revascularización transmiocárdica con láser (TMR) y terapia celular

Revascularización transmiocárdica (TMR) es un procedimiento quirúrgico para pacientes inoperables con enfermedad arterial coronaria que sufren angina de pecho (dolor torácico). Los pacientes con enfermedad arterial coronaria se tratan con los procedimientos intervencionistas (angioplastia y stent), cirugía de revascularización coronaria (cirugía) y medicamentos para mejorar el flujo sanguíneo al músculo del corazón. Si estos procedimientos no eliminan los síntomas de dolor en el pecho (también conocido como angina de pecho), la revascularización transmiocárdica con láser o la TMR es otra opción de tratamiento que el servicio de Cirugía Cardíaca del Hospital de La Princesa puede ofrecer a los pacientes. Nuestro centro ha sido el primero de toda Europa en realizar este procedimiento.

¿Cómo funciona la TMR?

La revascularización transmiocárdica es un tratamiento dirigido a mejorar el flujo sanguíneo de las áreas del corazón que no pueden ser tratados con angioplastia o cirugía. Un láser especial, HolmiumYAG, se utiliza para crear pequeños canales en el músculo del corazón y mejorar así el flujo sanguíneo en el corazón.

TMR es un procedimiento quirúrgico. El procedimiento se realiza a través de una incisión pequeña en el pecho, el lado izquierdo o por medio de una incisión en la línea media. Con frecuencia, se realiza concomitante a cirugía de bypass coronario, pero en ocasiones se lleva a cabo de forma independiente. Una vez que la incisión se realiza, el cirujano expone el músculo cardíaco. El aparato de láser se coloca a continuación sobre el área del corazón a tratar. El láser se utiliza para crear entre 20 y 40 canales de un milímetro de ancho (aproximadamente la anchura de la cabeza de un alfiler) en la región pobre en oxígeno de ventrículo izquierdo del corazón. El cirujano determina el número de canales a crear durante el procedimiento. La evidencia clínica sugiere que el flujo de sangre se mejora de dos maneras:

1. Los canales actúan como líneas de sangre. Cuando el ventrículo bombea sangre rica en oxígeno del corazón, envía la sangre a través de los canales, restaurando el flujo sanguíneo al músculo del corazón.
2. El procedimiento puede promover la angiogénesis, o crecimiento de nuevos capilares (vasos sanguíneos pequeños) que llevan la sangre al músculo del corazón.

¿Es usted un candidato para el TMR?

Los cirujanos del centro evaluarán su condición médica, historia clínica y pruebas de diagnóstico para determinar el mejor tratamiento para usted. Si usted está siendo visto en el Hospital Universitario de La Princesa para el tratamiento de su enfermedad del corazón, hable con su cardiólogo sobre si la cirugía TMR es una opción para usted.

En la fibrilación auricular, hay un foco anómalo de impulsos eléctricos o un conjunto de focos ectópicos, que hacen que las aurículas se fibrilen o tiemblen, en vez de contraerse con patrón regular. La tormenta de los impulsos se envía al nodo AV, el cual conduce algunos de los impulsos al ventrículo. El número de impulsos conducidos es variable según las características anatomo-eléctricas de cada paciente y la posible medicación concomitante. Dependiendo de estos factores la frecuencia ventricular pude ser muy rápida o ser normal.

Algunas personas experimentan fibrilación auricular paroxística, es decir no es constante, de inicio y final espontáneo pero pudiendo recurrir en el tiempo. Otras experimentan la fibrilación auricular que necesita yugularse con algún tipo de tratamiento para revertir a ritmo sinusal normal y que se clasifica como persistente. También hay personas que están siempre en fibrilación auricular, e incluso con el tratamiento se quedan en fibrilación auricular, a este tipo se le denomina permanente.

Las aurículas no se vacían adecuadamente cuando se encuentran en fibrilación, esto promueve el desarrollo de coágulos de sangre que pueden viajar (o embolizar) a los vasos pequeños de la cabeza y causar un accidente cerebrovascular. Es importante que las personas que sufren fibrilación auricular esten tratados con un anticoagulante (medicamento que reduce la capacidad de que la sangre se coagule) como sintrom, o un antiagregante (tratamiento que impide la agregación plaquetaria y por tanto la formación de trombos) como la aspirina.

Cirugía de las arritmias

Nuestro servicio posee técnicas muy eficaces para eliminar arritmias cardiacas (la fibrilación auricular es la más frecuente). Mediante una serie de fuentes de energía como son el frío y los ultrasonidos, se crean unas barreras cicatriciales en la aurícula izquierda para evitar la propagación del impulso eléctrico anómalo causante de las arritmias. Es un procedimiento muy seguro y que lleva muy poco tiempo, con una eficacia de hasta un 85% de los casos con recuperación de ritmo sinusal normal. Si usted padece algún tipo de arritmia pregunte acerca de si puede beneficiarse de este tipo de intervención.

Paciente Mayor

La población está experimentando un cambio, es bien sabido que se viven más años, hasta bien entrados los 80 y 90 años, y con buena calidad de vida, las personas son mucho más propensos a realizar actividades de la vida diaria por sí mismas y funcionar de manera independiente. Se trata de una falsa suposición aquella que hace pensar que el paciente de edad avanzada esté destinado a una disminución constante de su actividad después de la cirugía del corazón. El sector de la población con edad avanzada está aumentando rápidamente y existe un creciente número de pacientes mayores de 70 años de edad que son sometidos a cirugía cardíaca con muy buenos resultados. Aunque la edad avanzada puede ser considerada como un factor de riesgo, la edad por sí sola no debe ser una razón para excluir a los pacientes de cirugía cardiaca.  

Pacientes de Alto Riesgo

Nuestro equipo de cirugía cardiaca en el Hospital Universitario de La Princesa también está especializado en la atención quirúrgica de los pacientes de alto riesgo. Un paciente puede ser considerado de alto riesgo si su historia incluye múltiples factores de riesgo adicionales, un episodio agudo de disfunción cardíaca, re-operación de cirugía cardiaca o insuficiencia cardiaca severa avanzada. Muchos pacientes de alto riesgo tienen defectos estructurales del corazón que pueden ser reparados con cirugía, a menudo con grandes mejoras en la función cardíaca y la calidad de vida.

Sólo un enfoque amplio y multidisciplinario como el nuestro puede ayudar a determinar qué pacientes se beneficiarían de la cirugía. El equipo de Cirugía Cardiaca del Hospital Universitario de La Princesa cuenta con especialistas en cardiología, imagen cardiaca, y rehabilitación cardiaca. El primer paso en nuestro enfoque consiste en evaluar la función cardíaca del paciente y evaluar la necesidad de ingreso en el hospital con el objetivo de optimizar la función cardíaca preoperatoria. A continuación, el equipo evalúa cada caso y se analizan las distintas opciones de tratamiento para cada paciente de riesgo elevado para el individuo.

El Servicio de Cirugía Cardiaca del Hospital Universitario de La Princesa cuenta con una consulta de Cirugía Cardiaca Mínimamente Invasiva a la que cualquier paciente de la Comunidad de Madrid, si lo desea, podrá acudir.  

En esta consulta, un equipo multidisciplinar de cirujanos cardiacos y cardiólogos valorarán la posibilidad de que pacientes con patología de la válvula mitral o aórtica y que cumplan una serie de características anatómicas concretas, puedan ser candidatos a ser intervenidos mediante técnicas mínimamente invasivas.

Para acceder a ella,  el único requisito es comunicárselo a su médico de medicina general o cardiólogo de zona, o bien dirigirse directamente al servicio de Cirugía Cardiaca del Hospital de La Princesa para manifestar su peticiónmediante el correo electrónico cca.hlpr@salud.madrid.org, o bien llamando al teléfono de la Secretaría del Servicio 915202268.

El servicio de Cirugía Cardiaca del Hospital Universitario de La Princesa  cuenta ya con una dilatada experiencia en cirugía  cardiaca mínimamente invasiva al llevar a cabo hasta el momento, unas 70  intervenciones de sustitución de válvula aórtica y más de 20 de patología de válvula mitral  mediante cirugía mínimamente invasiva, es decir, realizando una pequeña incisión en el tórax del paciente que oscila entre los 7 y 10 cm. sin necesidad de abrir el esternón.  Este procedimiento supone una serie de ventajas para los pacientes, tanto durante la intervención, como en el postoperatorio inmediato.

Mientras se está llevando a cabo la operación, y debido a que la incisión es pequeña, el paciente tiene menor riesgo de sangrado y por tanto menor necesidad de transfusiones sanguíneas. El postoperatorio también es menos doloroso y la sutura de la herida no suele presentar complicaciones. Ello hace que la permanencia en la Unidad de Cuidados Intensivos no llegue a 48 horas y el número de días de estancia total sea claramente menor.

Todos estos factores contribuyen a que los pacientes que se han sometido a esta técnica en el Servicio de Cirugía Cardiaca del Hospital Universitario de La Princesa se muestren muy satisfechos, ya que gracias a la misma y a la habilidad de los cirujanos que la llevan a cabo, han superado con éxito el miedo que intrínsecamente provoca cualquier intervención del corazón.

La edad media de los pacientes intervenidos hasta el momento  ha sido de 73 años. A todos ellos, se les ha sustituido la válvula aórtica porque ésta no funcionaba correctamente, o bien han sido tratados de alguna patología de la válvula mitral o tricúspide.

La reducción de complicaciones hace que la cirugía mínimamente invasiva esté especialmente indicada en pacientes ancianos, obesos o con problemas pulmonares. Entre las intervenciones realizadas en este centro,  se han realizado tres intervenciones a pacientes de más de 90 años con resultados satisfactorios.

La sustitución de válvula aórtica mediante cirugía mínimamente invasiva es sólo una de las técnicas que lleva a cabo el Servicio de Cirugía Cardiaca del Hospital Universitario de La Princesa que es, en la actualidad, uno de los servicios con más actividad a nivel nacional. En 2014 realizó unas 350 intervenciones de diversa índole como cirugía reparadora de la válvula mitral, tricúspide, cirugía coronaria sin el uso de circulación extracorpórea, uso de puentes arteriales en la cirugía coronaria, cirugía de las arritmias, o cirugía de aneurismas de aorta torácica, entre otras.

En 2007 fue el primer servicio europeo en implantar con éxito células madre en el corazón como tratamiento de la angina de pecho. Y cuenta con muy buenos resultados y gran experiencia en lo que se ha dado en llamar cirugía sin sangre, que se reflejan en la publicación de artículos en las principales revistas científicas de la especialidad tanto españolas como internacionales.