Ruta de la Guerra Civil del Frente del Agua
La ruta de la Guerra Civil del Frente del Agua es un itinerario que permite al visitante conocer fortificaciones de diferente naturaleza recorriendo posiciones pertenecientes tanto al bando republicano como al bando franquista
Ruta de la Guerra Civil del Frente del Agua
La ruta se inicia en el Centro de Interpretación, instalado en el antiguo lavadero de Paredes de Buitrago; una vez fuera, el camino está señalado con hitos y panelería explicativa en cada posición. Este itinerario es una clara evidencia de la importancia de este espacio y del control de los embalses próximos durante toda la contienda.
La ruta de la Guerra Civil del Frente del Agua es un itinerario circular con una longitud de 8 km que discurre por una pista forestal. Arranca en el Centro de Interpretación que se ha instalado en el antiguo lavadero de Paredes de Buitrago. En este espacio, además de un gran mapa de la zona en la que se indica la ruta y las construcciones militares documentadas en el área hasta el momento se han instalado paneles en lo que se proporciona información del periodo histórico y se puede visualizar un video sobre la vida cotidiana de los soldados en este frente de la sierra norte de Madrid.
El trayecto ha sido diseñado para que el visitante pueda conocer un total de 26 elementos de arquitectura defensiva entre los que se incluyen trincheras, nidos de ametralladora, búnkeres y otros refugios.
El recorrido parte de la plaza, atravesando la parte baja del pueblo, desde donde se toma un camino hacia el suroeste para atravesar la carretera M-135 y llegar al pinar. Tras atravesar la zona de frente donde se localizan las posiciones del ejército republicano se pasa la línea que separa estas de las posiciones del ejército franquista. Tras girar al este, el camino vuelve a dirigirse a la M-135, regresando hacia el municipio en paralelo a esta carretera.
La importancia estratégica de la zona de Puentes Viejas durante la Guerra Civil se debe en gran medida a la presencia de dos embalses que abastecían de agua a la población de Madrid, el embalse de El Villar, y el embalse de Puentes Viejas.
En los días iniciales de la sublevación militar, las tropas rebeldes, dirigidas por el coronel García Escamez, tomaron el puerto de Somosierra, bajando hasta Buitrago donde encontraron una fuerte resistencia de grupos de milicianos y militares leales a la República, dirigidos por el capitán Galán, que les impidieron continuar su camino hacia Madrid. A finales de agosto la línea de frente en esta zona de la sierra estaba definida, y se mantuvo casi sin cambios durante toda la contienda. En el sector sublevado se desplegó la división 72, siendo este su sector oriental (de Loma Quemada a la Quesera), teniendo enfrente a las Brigadas Mixtas 26, 27 y 28 de la 1ª División del ejército republicano.
La detención en la sierra madrileña de las tropas enviadas por el general Mola fue muy importante para evitar la rápida caída de la capital en manos de los sublevados. Los planes de Mola se paralizaron por falta de fuerzas, escasez de municiones y por la seria resistencia planteada por parte de las milicias republicanas. A finales de julio, Mola decidió avanzar por la zona oriental del valle para hacerse con el control de ambos embalses, dirigiéndose y ocupando Paredes de Buitrago y las alturas próximas. Se luchó durante más de un mes para proteger el suministro de agua, iniciándose la construcción de las primeras trincheras, parapetos y refugios, que más adelante se vieron reforzados por ambos bandos con nidos de ametralladoras, refugios subterráneos, centros de resistencia, etc., creándose un gran entramado defensivo militar.
La importancia y debilidad de este sector motivó el envío de nuevas columnas desde Madrid. Manuel Torres Campañá, integrado en la de trabajadores de Canales del Lozoya (nombre durante la Segunda República del Canal de Isabel II), llegan a Puentes Viejas y, tras la unión de otras fuerzas, consiguen establecer una línea de defensa al norte de los embalses, donde detendrán los ataques de las fuerzas de Mola. Más tarde, la preocupación e insistencia de Torres Campañá hizo que se reforzaran las posiciones del flanco derecho de los embalses, ya que estaban escasamente guarnecidas. Una vez estabilizadas las líneas, los mandos sublevados ordenaron que se mantuviese en “situación defensiva” mientras los ataques se concentraban por el sur y el este de Madrid. Todos estos hechos hicieron que el frente se estabilizase en esta zona desarrollándose importantes labores de fortificación por ambos bandos. En ambos sectores se realizaron trabajos de fortificación para controlar un frente de gran extensión.
Galería de imágenes
Actuación arqueológica
Para la adecuación de estos restos se han llevado a cabo trabajos de investigación, realizándose un estudio exhaustivo de cada uno de los bienes y su entorno, y posteriormente, trabajos de consolidación, excavación arqueológica y acondicionamiento para la visita.
En el camino se han colocado hitos metálicos con indicaciones y carteles explicativos en cada una de las fortificaciones. Gracias a esta puesta en valor el visitante puede conocer las fortificaciones de la posición “Loma Quemada”, del frente republicano, y las fortificaciones de las posiciones “El Pinar” y “Peñas Bajas”, del ejército franquista.