90 años de Las Ventas
El 17 de junio, la plaza de toros de Las Ventas cumple 90 años. Nueve décadas han pasado desde que se inauguró con una corrida a beneficio del paro obrero organizada por el alcalde de Madrid. Para conmemorar este aniversario, a continuación pueden leerse algunas historias curiosas acontecidas en el coso más importante del mundo.
Festejo inaugural
La plaza de toros de Las Ventas abrió sus puertas por primera vez el 17 de junio de 1931, dos meses después de la proclamación de la Segunda República. El festejo inaugural fue una corrida a beneficio de los obreros en paro organizada por el alcalde socialista Pedro Rico, a la que asistió, entre otras autoridades, el presidente Alcalá Zamora. Como figuraba en el cartel decorado con la bandera tricolor, ocho matadores hicieron aquel paseíllo para estoquear toros de distintas ganaderías: "Hortelano", de Juan Pedro Domecq, se convirtió en el primero en saltar al ruedo, donde fue lidiado por Diego Mazquiarán "Fortuna".
En realidad, este festejo de 1931 y otros dos de 1933 se llevaron a cabo con una excesiva precipitación, ya que la obras de la Monumental no estaban finalizadas y tampoco se habían rematado los trabajos de acondicionamiento de los alrededores, por donde pasaba el arroyo Abroñigal.
Aunque los festejos no tuvieron continuidad hasta 1934, se calcula que, en estos 90 años de vida, en Las Ventas se han celebrado alrededor de seis mil espectáculos taurinos.
Belmonte y el "espíritu" de Joselito
El 21 de octubre de 1934, Juan Belmonte hizo el paseíllo, por primera vez, en la plaza de toros de Las Ventas. Aguardando en el túnel de cuadrillas la llamada de clarines y timbales, el Pasmo de Triana dijo sentir allí el “espíritu de Joselito”, herido de muerte catorce años antes en el coso de Talavera de la Reina por el toro “Bailaor”. Explicaba Belmonte que aquella nueva plaza monumental llena hasta la bandera era, en cierto modo, una creación del ingenio de “Joselito”, a quien le dio tiempo de departir sobre los planos de Las Ventas con su principal arquitecto, José Espeliú. Las aportaciones concretas que Gallito realizó sobre la primitiva maqueta de Espeliú son un misterio pero, sin duda, sus ideas quedaron plasmadas en el proyecto.
Se sumaba, además, que en aquella “corrida de la inauguración” que estoqueaba Belmonte se lidiaban toros murubeños de Carmen de Federico, ganadería que fue salvada de ir al matadero gracias a “Joselito”, visionario también de cómo debía ser el toro que requería la nueva tauromaquia, inventada por él mismo y su compañero Juan.
El paso de los años ha hecho justicia con la figura del menor de los Gallo, considerado ya, de forma unánime, como “el primer torero del siglo XX”. Su “espíritu” –ése que Belmonte presentía en el túnel de cuadrillas de Las Ventas- siguió guiando el devenir de la Fiesta mucho tiempo después de su muerte, llegando su influencia hasta nuestros días.
Juanita Cruz, la primera mujer torero en hacer el paseíllo
El 2 de abril de 1936 en una novillada celebrada en la plaza de toros de Las Ventas, hizo el paseíllo por primera vez una mujer: Juanita Cruz. Un hito que pasó a formar parte de la historia de la Monumental madrileña y de la historia moderna de la tauromaquia.
Aquella histórica tarde compartió cartel con Niño de la Estrella, Miguel Cirujeda y Félix Almagro quienes se negaron a alternar con ella, por lo que Juanita Cruz eligió dos reses de la viuda de García Aleas con más presencia que los que lidiaron sus compañeros y los toreó en primer lugar, uno a continuación del otro. Con su primero logró dar la vuelta al ruedo.
No pudo volver a actuar en Madrid porque estalló la Guerra Civil y se exilió a América donde tomó la alternativa en Fresnillo (México) el 17 de marzo de 1940 de manos de Heriberto García, cortando dos orejas. Se retiró en 1946 en la Paz (Bolivia) sin poder volver a actuar en España y murió en Madrid el 18 de mayo de 1981, en plena Feria de San Isidro.
Donde nunca suena la música
La plaza de Las Ventas es la única en todo el mundo en la que la banda de música no interpreta ni un solo pasodoble durante la lidia. Todas las grandes faenas se ejecutan en silencio. Esta costumbre comenzó el 24 de mayo de 1939, el primer festejo taurino que se celebraba en Madrid tras la Guerra Civil. En la plaza se produjo una fuerte reyerta entre los partidarios de Marcial Lalanda y los de Domingo Ortega, quienes querían que la banda amenizara su faena como había sucedido con Lalanda. La bronca fue de tal calibre que, a partir de entonces, se acordó que dejase de sonar la música en La Monumental.
Himmler asiste a los toros en Las Ventas
El 20 de octubre de 1940, el fundador y jefe de las SS alemanas, Heinrich Himmler, que además fue un destacado colaborador de Adolf Hitler y organizador del Holocausto nazi que acabó con la vida de millones de personas, presenció una corrida de toros que se celebró en la plaza de toros de Las Ventas.
Acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores español Ramón Serrano Suñer acudió a la corrida de toros en la que participaban Marcial Lalanda, Rafael Ortega “Gallito” y Pepe Luis Vázquez, habiéndose editado para la ocasión un cartel anunciador del festejo de color rojo con la impresión de la esvástica nazi.
El festejo comenzó a las cuatro y cuarto de la tarde, pero tras la muerte del tercer toro tuvo que suspenderse por las inclemencias meteorológicas. No obstante el general alemán al ser preguntado por su opinión sobre lo presenciado en el ruedo se atrevió a afirmar que “no había acudido nunca en directo a un espectáculo tan sangriento”.
La última tarde de "Manolete" en Madrid
La última vez que Manuel Rodríguez "Manolete" hizo el paseíllo en Las Ventas fue durante calurosa tarde del 16 de julio de 1947, corrida de la Beneficencia. Semanas más tarde. perdería la vida en el ruedo de Linares tras cruzarse en su camino el toro "Islero" de la ganadería de Miura.
Cuentan las crónicas que el público de la Monumental lo estaba esperando y se metió con él lanzándole varios comentarios hirientes: ¡Ya era hora de que vinieras a Madrid! El segundo de su lote, un toro áspero y manso de Bohórquez, derrotó de forma seca y le hirió en la pierna izquierda. "Manolete", sin embargo, continuó su faena mientras un hilo de sangre le bajaba por la pantorrilla tiñendo la media. Tras entrar a matar, entró en la enfermería de la plaza. Finalmente, el público se puso en pie y le pidió las orejas como recompensa a su valor y pundonor.
Luis Miguel Dominguín se proclama número 1
El 17 de mayo de 1949, el diestro Luis Miguel Dominguín protagonizó en Las Ventas un hecho singular que ha pasado a formar parte de la historia tanto de la Monumental madrileña como de la de la tauromaquia moderna. Ese día el torero madrileño se autoproclamó el número 1 del toreo, hecho que acogido con entusiasmo por sus fieles seguidores, pero con muchas muestras de desaprobación por parte de sus detractores.
Esa tarde de la tercera edición de la Feria de San Isidro, Luis Miguel Dominguín, que compartía cartel con Luis Parra “Parrita” y Manolo González para enfrentarse a un encierro de la Viuda de Galache, fue recibido de forma muy fría por los abarrotados tendidos de Las Ventas. Tras dar la vuelta al ruedo a la muerte de su primer enemigo, con el cuarto de la tarde instrumentó una faena que contagió al entusiasmado público asistente, a pesar de no ser rematada con la espada. No obstante le fue concedida la oreja de su enemigo y el diestro dirigiéndose al centro del ruedo señaló con el dedo índice de su mano derecha que él era el número 1 de la tauromaquia, lo que generó discusiones en los tendidos de la plaza y una gran polémica que duraría muchos años.
Muerte de un carpintero de la plaza
El 6 de octubre de 1957, el carpintero de la plaza Pablo Pérez Gómez falleció momentos después de su ingreso de la enfermería de Las Ventas, tras ser corneado por el toro “Cedacero”, de la ganadería de Flores Albarrán que saltó al callejón e hirió mortalmente a este empleado.
El astado salió de chiqueros en tercer lugar y estaba siendo lidiado con el capote por el diestro Fermín Murillo. “Cedacero” salió suelto en uno de los lances y se acercó a las tablas entre los tendidos 6 y 7 e inmediatamente saltó al callejón para herir de muerte al infortunado carpintero que no pudo protegerse en los burladeros interiores pues estaban ocupados por la fuerza pública y el movimiento del toro fue muy rápido. Asistido en la enfermería de la plaza por el equipo médico de al menos cuatro cornadas y múltiples contusiones nada pudo hacerse por su vida, muriendo minutos después sin que se hubiese podido trasladar a un centro hospitalario, pues falleció en el mismo quirófano de la enfermería.
En sus 90 años de historia, en la plaza de toros de Las Ventas sólo se han registrado cinco muertes por asta de toro. La primera, en 1939, fue la del novillero Félix Almagro, a la que siguieron, dos años después, la del matador Pascual Márquez, los banderilleros "El Coli" (1964) y "El Campeño" (1988) y la del citado carpintero.
Se pinta por primera vez la segunda circunferencia
El 19 de abril de 1959 se pintó en el ruedo de Las Ventas la segunda circunferencia concéntrica, que venía a complementar el significado de la primera, tal y como se recogía en los reglamentos taurinos anteriores a esta fecha. Y todo ello para establecer unos criterios que deben observarse a la hora de ejecutar la suerte de varas por parte de los picadores de turno.
La primera de ellas, en el caso de Las Ventas, se encuentra situada a 7 metros de las tablas y tiene como finalidad que los picadores no la sobrepasen a la hora de citar a los toros para su encuentro con los caballos para recibir el correspondiente castigo con las puyas. La segunda, y más moderna, tiene como objetivo que los lidiadores tengan presente esa marca para que desde ahí el toro se arranque para toparse con los caballos de picar y pueda comprobarse el nivel de bravura del toro, aspecto éste muy valorado por la entendida y exigente afición de la plaza de toros de Las Ventas.
Antonio Bienvenida, dos corridas en el mismo día
El 16 de junio de 1960, el diestro Antonio Bienvenida, quizás el hermano de la dinastía más querido por la afición de Madrid, protagonizó un hecho insólito en la historia de la plaza de Las Ventas, al anunciarse en solitario para lidiar dos corridas de toros en apenas media jornada: una por la tarde y otra por la noche.
Tras despachar la primera de ellas con toros de diferentes ganaderías ante un público que ocupaba las tres cuartas partes del aforo de la plaza y un resultado artístico alejado del triunfo, el maestro Bienvenida, sin apenas descanso, se dispuso a torear una segunda corrida en una plácida y agradable noche veraniega horas más tarde. Sin embargo, no pudo finalizar completa la gesta pues, tras la muerte del tercer astado, tuvo que ser atendido en la enfermería por agarrotamiento de los músculos de las piernas. A pesar de que el doctor Giménez Guinea y su equipo médico intentaron el restablecimiento físico del diestro, éste no pudo volver al ruedo y los tres toros tuvieron que ser estoqueados por el sobresaliente Antonio Mahillo que fue obligado a dar la vuelta al ruedo.
Curro Romero, de la plaza a comisaría
El 25 de mayo de 1967 el diestro sevillano Curro Romero protagonizó un hecho insólito que ha pasado a formar parte de la historia de anécdotas de la plaza de toros de Las Ventas. Esa tarde, el “Faraón de Camas” se negó a matar el quinto toro de la tarde, un sobrero de la ganadería de Cortijoliva, porque según el torero el astado ya había sido toreado, por lo que una vez cambiado el tercio esperó a escuchar el clarín para refugiarse en el callejón y esperar el paso del tiempo.
Tras la aparición de los cabestros para retirar al toro a los corrales, el presidente de turno ordenó detener al diestro y su conducción a los calabozos de la Dirección General de Seguridad en la Puerta del Sol donde permaneció toda la noche, saliendo de las dependencias a la mañana siguiente tras pagar una fuerte multa.
Por la tarde Curro Romero protagonizaría en Las Ventas un hecho totalmente contrario, ya que alternando con Diego Puerta y Paco Camino salió a hombros, junto a sus compañeros de cartel, a hombros de los aficionados por la Puerta Grande de la Monumental madrileña. Fue una tarde apoteósica para el diestro sevillano que escribió una página de la historia de Las Ventas totalmente distinta a la del día anterior.
Incendio en La Monumental
La noche del 7 al 8 de julio de 1963, pocas horas después de haber finalizado el festejo taurino que había tenido lugar en la plaza de toros de Las Ventas –una novillada en la que habían actuado Amadeo dos Anjos, Agapito García “Serranito” y Gabino Aguilar- se produjo un espectacular incendio en las instalaciones de la Monumental madrileña que causó graves daños en la infraestructura , pero del que no hubo que lamentar ninguna desgracia personal.
Las primeras llamas se detectaron en las andanadas de los tendidos cuatro y cinco, justo debajo del reloj, y rápidamente se propagaron por otras localidades aledañas debido a la abundante madera de pino con la que se habían construido en gran parte dichas localidades. Pero la rápida intervención de los bomberos con una dotación de seis tanques, catorce autombombas y sesenta agentes evitaron males mayores.
Muy poco tiempo después de producirse el incendio comenzaron las tareas de acondicionamiento y construcción de las nuevas localidades prácticamente en todas las andanadas de la plaza de toros. Los trabajos se desarrollaron con tal celeridad que el día 18 del mismo mes de julio la Monumental madrileña acogió un nuevo festejo taurino y el público pudo acudir normalmente a presenciarlo.
"Miguelín" se tira de espontáneo al ruedo
El 18 de mayo de 1968, durante la lidia del sexto toro de la ganadería de Soledad Escribano, y que le correspondía a Manuel Benítez “El Cordobés”, ídolo taurino del momento, el matador de toros Miguel Mateo “Miguelín” se lanzó al ruedo como espontáneo y vestido con traje de calle con corbata incluida.
Fue un hecho anecdótico el protagonizado por este matador de toros, murciano de nacimiento pero residente en Algeciras (Cádiz), que ya gozaba de un prestigio en el ambiente taurino con el que quiso manifestar su protesta por lo que el consideraba un trato de favor hacia “El Cordobés” tocándole siempre en suerte para lidiar toros que no manifestaban en el ruedo peligro alguno para la integridad física del torero de Palma del Río.
El torero fue fuerte multado por este hecho y días más tarde, el 3 de julio, intervino vestido de luces en la tradicional Corrida de la Prensa y a su finalización salió a hombros por la Puerta Grande tras cortar un total de seis orejas.
Los récords de "El Viti" y Paco Camino
El matador salmantino Santiago Martín "El Viti" encabeza, con 14, la lista de toreros que mayor número de veces han salido a hombros por la puerta grande de Las Ventas en sus nueve décadas de historia. Mientras que su compañero y amigo Paco Camino es quien más orejas ha paseado en una única corrida, ocho trofeos en total, en la histórica tarde del 4 de junio de 1970, cuando el sevillano lidió siete toros de los encastres más variados y exigentes.
Por aquellos años, Palomo Linares, en concreto el 22 de mayo de 1972, cortó el segundo y último rabo que se ha concedido hasta la fecha en Las Ventas. El primero fue 40 años antes por Juan Belmonte.
El torero que se crió en Las Ventas
El matador de toros madrileño Antonio Chenel "Antoñete" vivió durante su niñez en Las Ventas, concretamente en una casa situada en el Patio de Arrastre, pues su padre era monosabio de la plaza y su cuñado, Paco Parejo, mayoral de la misma. A lo largo de su carrera, abrió varias veces la Puerta Grande de La Monumental. Los aficionados aún recuerdan su antológica faena a "Atrevido", un toro ensabanado de la ganadería de Osborne. En 1998, la Comunidad de Madrid instaló, en su honor, un azulejo en su antigua vivienda junto al Desolladero con la inscripción: "Ésta fue su plaza, ésta es su casa".
Belador, el único toro indultado
El 1 de junio de 1982, los tres espadas, Francisco Ruiz Miguel, Luis Francisco Esplá y José Luis Palomar salieron junto al ganadero Victorino Martín a hombros de la plaza. El resultado del festejo hizo denominar a éste por muchos como "la corrida del siglo".
Días después, el 19 de julio de 1982, durante la celebración de la tradicional Corrida de la Prensa, se indultó por petición popular al toro "Belador", de la ganadería de Victorino Martín, único caso en la historia de la Plaza de Las Ventas. La lidia le correspondió al diestro cartagenero José Ortega Cano.
Torearon gratis en Beneficencia
Desde que el 28 de abril de 1935 se celebrara en la plaza de toros de Las Ventas la primera Corrida Extraordinaria de Beneficencia, creada con la intención de que la recaudación de los beneficios fuesen destinados a los fondos del Hospital Provincial de Madrid –actualmente Hospital Gregorio Marañón- que era de quien dependía en sus orígenes la Monumental madrileña, un total de 33 toreros han actuado en este festejo de forma desinteresada, es decir, no percibieron honorario alguno por su participación.
De ellos, 22 han sido toreros de a pie y los 11 restantes, rejoneadores. Entre los primeros destacan tres que han actuado en dos ocasiones: Manuel Rodríguez “Manolete”, Andrés Hernando y José Miguel Arroyo “Joselito”. Y entre los segundos también participaron en dos ocasiones Álvaro Domecq y Díez, su hijo Álvaro Domecq Romero y el Duque de Pinohermoso.
Tanto los toreros de a pie como los rejoneadores que han intervenido de forma altruista en esta Extraordinaria Corrida han visto agradecido su gesto a través de un mural ubicado en el Patio de Caballos de la plaza de toros, justo por donde entran las cuadrillas participantes en los festejos.
La primera mujer en abrir la Puerta Grande
El 8 de julio de 1995, la torera madrileña Cristina Sánchez cortó dos orejas en Las Ventas a sendos novillos de la ganadería de Carmen Lorenzo, convirtiéndose en la primera mujer que salía a hombros por la Puerta Grande. También posee en su haber ser la única fémina en confirmar doctorado en la primera plaza del mundo, el 12 de mayo de 1998, en plena Feria de San Isidro.
Más que toros
Durante los inviernos, en Las Ventas solían instalarse las carpas de las compañías de circo, mientras que en verano también dejaba espacio para veladas de boxeo y, sobre todo, para grandes conciertos de música, entre ellos el primero de los dos que dieron los Beatles en España en 1965. La Monumental ha sido el escenario madrileño predilecto para las actuaciones de las grandes figuras nacionales e internacionales de la música. No en vano, el cantante estadounidense Bruce Springsteen afirmó públicamente que Las Ventas era el lugar de mejor acústica de todos en los que había actuado. Además, el ruedo de la capital de España se convirtió en 2008 en la segunda pista de tenis más grande del mundo, al albergar la semifinal de la Copa Davis entre España y Estados Unidos, con un aforo de 20.000 espectadores.
La gran nevada
El 2021, año en el que se conmemora el 90º aniversario de la plaza de toros más importante del mundo, dejó una imagen insólita de Las Ventas. Un manto de más de 50 centímetros de nieve tiñó de blanco el ruedo, callejón, tendidos... Nadie, ni siquiera los aficionados de mayor edad, recordaba un temporal así. Incluso los alumnos de la Escuela Taurina torearon aquellos días con nieve hasta los tobillos. Tuvieron que transcurrir casi dos semanas para que los últimos copos se derritieran y Las Ventas recuperara todo su colorido.