Carro defectuoso

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El consumidor: 
Compra un carrito de bebé y a los diez días de uso se le rasgó la tela y las ruedas comenzaron a chirriar. Solicita la devolución del dinero o un vale por el importe.
La empresa: 
Le ofrecen la opción de llevar el carro al servicio técnico para que éste determine si los desperfectos se deben a un fallo de fabricación, en cuyo caso se lo cambiarán por otro.
El colegio arbitral: 
Estima la reclamación del consumidor. Como ha transcurrido ya un tiempo desde la reclamación, considera que ya no tiene sentido llevar el carro a un servicio técnico, por lo que resuelve que el consumidor entregue el carrito en el establecimiento y le emitan un vale por el importe.