DELIRIVM MUSICA

Música
DELIRIVM MUSICA - Neun Deutsche Arien, G. F. Händel
Actividades verano 2023. Clásicos en verano
DELIRIVM MUSICA - Neun Deutsche Arien, G. F. Händel
PROGRAMA
Georg Friedrich Händel (1685-1759)
Neun deutsche Arien
Künft´ger Zeiten eitler Kummer HWV 202
Das Zitternde Glänzen HWV 203
Süsser Blumen Ambraflocken HWV 204
Süsse, sanfter Quelle ruhiger HWV 205
Singe,Seele, Gott zum Preise HWV 206
Sonata a trío en fa mayor para flauta, violín y bajo continuo HWV 389
I. Larghetto, II. Allegro, III. Adagio, IV. Allegro, V. Allegro
Georg Friedrich Händel (1685-1759)
Neun deutsche Arien
Meine Seele hört im Sehen HWV 207
Die ihr aus dunkeln Grüften den eiteln Mammon grabt HWV208
In den angenehmen Büschen HWV 209
Flammende Rose,Zierde der Erden HWV 210
FICHA ARTÍSTICA
Cristina Teijeiro: soprano
Beatriz Amezúa: violín
Jorge López-Escribano: clave y órgano positivo
Ramiro MoraleS: archilaúd
Ismael Campanero: violone
Juan Portilla: flauta y dirección artística
Duración 65 minutos
ACTUACIONES
CERCEDILLA
Iglesia Parroquial de San Sebastián
22 de julio, 21:00h
CHINCHÓN
Iglesia de Nuestra Señora De la Asunción
23 de julio, 20:00h
NOTAS AL PROGRAMA
Las Nueve arias alemanas, compuestas entre 1724 y 1727, constituyen el último y uno de los escasísimos trabajos musicales de Haendel en su lengua materna. Empleando como texto pequeños poemas del senador hamburgués Barthold Heinrich Brockes -él mismo, admirador de la música del sajón, las denominó “arias”-, son obras que, pese a ignorarse las circunstancias concretas de su composición, parecen concebidas para ser interpretadas en ámbitos privados. Y aunque no faltan en ellas autopréstamos, en conjunto ofrecen una música perfectamente ajustada al texto y a sus imágenes de la naturaleza, elegante, más contemplativa que dramática, de gran encanto melódico y poéticamente expresiva.
Los sufrimientos del futuro HWV 202
Los sufrimientos del futuro
no enturbian nuestro dulce sueño.
La ambición, nunca nos ha vencido.
Con la vida apacible
que el Creador nos ha dado,
estamos tranquilos y contentos.
El tembloroso brillo HWV 203
El tembloroso brillo de las olas resplandecientes
argenta la orilla y perlea la playa.
Los ríos que corren, las fuentes que brotan,
enriquecen, fertilizan y refrescan la tierra.
Y con miles de encantadores saltos,
proclaman la bondad del espléndido Creador.
Dulces copos floridos de ámbar HWV 204
Dulces copos floridos de ámbar,
vuestra plata me ha de llevar
hasta la gloria de quien os creó.
Cuando caéis, me inclino
hacia el cielo y alabo a Aquel
que ha creado el mundo.
Silencio dulce, fuentes tranquilas HWV 205
Silencio dulce, fuentes tranquilas,
serenidad pacífica.
El alma misma se llena de gozo,
después de aquellos momentos
de lastimosa vanidad,
al contemplar la paz
que eternamente nos es dada.
Canta, alma mía, alabando a Dios HWV 206
Canta, alma mía, alabando a Dios,
que de tan sabia manera
ha embellecido espléndidamente al mundo.
Nos deleita a través del oído
y nos encanta a través de la vista
cuando hace florecer árboles y campos.
¡Sea alabado y glorificado!
Mi alma ve y escucha HWV 207
Mi alma ve y escucha como,
por enaltecer al Creador,
todo da voces de alegría,
todo ríe.
Escucha la voz de la naturaleza
en el esplendor de la primavera florecida.
Y, a través de la vista,
claramente lo proclama por doquier.
Vosotros, que desde oscuros sepulcros HWV 208
Vosotros, que desde oscuros sepulcros
excaváis las fatuas riquezas de Mammón,
mirad en esta atmósfera
qué ricos tesoros hay por descubrir.
No digáis que sólo es color y apariencia.
Esto, no se puede contar ni guardar en cajas.
Entre los agradables arbustos HWV 209
Entre los agradables arbustos,
donde se mezclan luz y sombra,
buscan refresco, con sosegado deleite,
los ojos y el corazón.
Es entonces cuando,
elevándose desde mi pecho,
mi ser loa la bondad del Creador.
Rosa flamante, ornamento de la tierra HWV 210
Rosa flamante, ornamento de la tierra,
encantador esplendor de magníficos jardines.
Los ojos que tu perfección contemplan,
pasmados de encanto deben reconocer,
que una mano divina te ha creado.
Traducido por: Linda Crister