Crotalogía o Ciencia de las castañuelas
Esta obra de Juan Fernández de Rojas, que se presenta como un tratado de tocar las castañuelas, es en realidad una sátira de las costumbres sociales, científicas y literarias del momento, y una crítica mordaz de los tratados científicos y filosóficos de la Ilustración.
El libro está dividido en 13 capítulos con títulos tan expresivos como Qué cosa sea la Crotalogía, Nociones fundamentales de la Crotalogía, Exposición de un lugar famoso de Plinio, de donde se deducen hasta los agujeros y cintas de las castañuelas, y se ve el luxo y riqueza de las matronas romanas en ese punto, Trata del sonido de las castañuelas, En que se trata del tirirá-tirirá … Los capítulos se organizan en definiciones, explicaciones, observaciones, lemas, axiomas y corolarios parodiando el método geométrico.
Algunos ejemplos de los axiomas más irónicos y rotundos son: En suposición de tocar, mejor es tocar bien que tocar mal; El bailarín que toca las castañuelas hace dos cosas, y el que baila y no toca, no hace más que una cosa; El que no toca las castañuelas no se puede decir que las toca bien ni las toca mal.
Juan Fernández de Rojas
Bajo el nombre de Francisco Agustín Florencio se oculta el religioso agustino, escritor e historiador Juan Fernández de Rojas (Colmenar de Oreja, Madrid, h. 1750 – Madrid, Convento de San Felipe el Real, 1819), que formó parte de la escuela literaria salmantina del siglo XVIII junto a Diego Tadeo González, Juan Meléndez Valdés, Gaspar Melchor de Jovellanos y Juan Pablo Forner.
Juan Fernández de Rojas, que firmó todas sus obras con diferentes seudónimos (Liseno, Francisco Agustín Florencio, Cornelio Suárez de Molina, Juanito López Polinario, etc.), escribió poesía amorosa, bucólica y pastoril, pero se distinguió sobre todo como escritor satírico. De su obra en prosa destacan el libro Crotalogía o Ciencia de las castañuelas publicado en Madrid en 1792 y las adiciones al Año cristiano de Jean Croiset, en las que añadió, junto con fray Pedro Centeno, los santos españoles más importantes.
En 1800 fue elegido para continuar con la publicación de la obra La España Sagrada, iniciada por el padre Enrique Flórez, pero debido a problemas de salud no puedo llevar a cabo el compromiso adquirido y fue sustituido en 1816 por Antolín Merino.
Difusión y réplicas
La Crotalogía tuvo tanto éxito que se realizaron diferentes ediciones y reimpresiones en Madrid, Barcelona y Valencia. La Biblioteca Regional cuenta en su colección con una “Quarta” impresión realizada en Barcelona por los consortes Sierra y Oliver Marti, y una quinta también de Barcelona impresa por la Viuda de Piferrer.
Además levantó cierta polémica y generó réplicas y contrarréplicas. La más famosa, firmada por Juanito López Polinaro y que se atribuye al mismo Juan Fernández de Rojas, apareció con el título Impugnación literaria a la Crotalogía y también forma parte de la colección de la Biblioteca Regional.
