La importancia del cartelismo
El cartelismo cinematográfico constituye un género con identidad propia dentro del diseño gráfico. En un cartel de cine se conjugan la expresión artística del autor y su finalidad publicitaria y comercial, por lo que la creatividad del cartelista generalmente queda condicionada por el objetivo del consumo del producto.
Antes de la existencia de los tráiler, un cartel de cine debía informar pero también persuadir a través de la imagen plasmada en él, teniendo como objetivo principal, atraer al público a las salas de cine. El cartelismo cinematográfico tuvo un impulso destacado, principalmente, en la década de los años cuarenta. Dentro de este contexto y a pesar de las rígidas reglas a las que tenían que ceñirse los dibujantes, algunas figuras como Jano consiguieron un gran nivel creativo ostentando el liderazgo del cartelismo cinematográfico español de esta época.
Jano
Jano, cuyo nombre verdadero era el de Francisco Fernández Zarza, nació en Madrid el 5 de junio de 1922. Tomó este seudónimo del protagonista de un serial para cómic que dibujó cuando solo contaba con 14 años. También firmó algunas de sus creaciones con los seudónimos de “Karpa” y “Z”. Durante la Guerra Civil, colaboró como dibujante en el bando republicano, lo que le implicó un periodo de encarcelamiento una vez acabada la contienda.
Tuvo su estudio en la madrileña calle de Bordadores de donde salieron más de 5000 carteles, siendo el cartelista oficial de distribuidoras españolas tales como Hispamex, Procines, Chamartín, Filmayer o Mercurio Films. Como cartelista cinematográfico, su trayectoria abarca más de cuarenta años. Falleció el 12 de mayo de 1992.
Obra y estilo
Su primer trabajo publicitario para el cine data de 1945. Se trataba de un retrato del cantante Jorge Negrete para la película El Rebelde. Además de afiches, diseño de cabeceras, dibujos para programas de mano, Jano realizó las llamadas “fachadas” para cines, especialmente para el cine Gran Vía, siendo la primera de ellas para la película “Recuerda” de Hitchcock. Aunque es más conocido por sus carteles de cine, Jano trabajó también como ilustrador y portadista en colecciones como El Coyote, realizó algunos carteles circenses y alguna escenografía para el teatro.
Los últimos años de su carrera, se dedicó a realizar dibujos para las carátulas de videograbaciones. Cartelista de gran versatilidad en cuanto a técnica y estilo, Jano supo crear unos diseños que le diferenciaban de la mayoría de los cartelistas de su época, al adecuar su estilo al género de cada película. Además de reflejar la temática de la película en el cartel, utilizó todas las técnicas estilísticas y tratamientos propios de cada momento, tal como se puede consultar en los documentos del artista que se encuentran en la Biblioteca Regional de Madrid.