Desde la publicación de Fils, de Serge Doubrovsky, hace seis décadas, la autoficción tomó características propias convirtiéndose en un fenómeno literario internacional que ha pasado a engrosar las listas de publicaciones en grandes y pequeñas editoriales. Convertido ya en género, la etiqueta es perfectamente reconocible por el lector avezado, aunque sus contornos no parecen estar claramente definidos.

Antes de la extensión de su uso, todo lo que se escribía en primera persona inspirado en una vida real se calificaba como memorias o autobiografía. Desde su generalización, se acepta autoficción para definir las obras que hibridan formas novelísticas y autobiográficas. Una ficción de acontecimientos reales donde no es tan importante la autenticidad de los hechos sino cómo se coloca en la narración la experiencia de lo real. Para muchos, una respuesta a la necesidad de mirar hacia dentro y una vía para reconocerse en las experiencias de otros y aprender de ellas.

Durante el club nos sumergiremos en las siguientes obras: Los astronautas, de Laura Ferrero; Quién quiere ser madre, de Silvia Nanclares; La herencia, de Vigdis Hjorth, Luciérnaga, de Natalia Litvinova y El olvido que seremos, de Héctor Abad Faciolince.

Actividad destinada a adultos y jóvenes a partir de 14 años.