Observar, sentir, imaginar, aprender, crear…

Cuando somos niños/as todos pintamos. La imaginación se traslada directamente hacia nuestras manos e interpretamos la realidad sin atender a norma alguna, ni a la búsqueda de perfección.

Mi obra es una evolución desde mi niñez. Sin Academia ni norma programada alguna. Normas y leyes que durante mucho tiempo ocuparon mi tiempo y dedicación. Mis pinturas se revelaban y acompañaban durante una vida que no ha sido lineal sino muy cambiante. Aprendiendo de mis errores, con la autocrítica siempre presente, y de mi pasión por los grandes maestros, copiando sus cuadros, aprendiendo estilos, admirando la valentía de aquellos, que luchando contra el mundo establecido, consiguieron abrir nuevos caminos en la Historia del Arte.

Mi pintura es humilde pero siempre lucharé porque sea auténtica. Habla de mis viajes, de los viajes hacia mi imaginación.