Todos los trabajadores del Hospital hemos querido construir nuestro propio bosque de los deseos. Un árbol nos parecía poco. Para ello se han trasladado las plantas ornamentales del centro a uno de los patios interiores. Allí se han ido colgando los deseos de los distintos servicios y departamentos.
Y aunque el tiempo -viento, lluvia y demás inclemencias- ha intentado destruir la composición, lo cierto es que ha resistido y no ha podido con ella. Deteriorada, sí, pero en pie.
Este bosque es la imagen viva de todos nosotros y nuestros deseos.