Dentro de la unidad de recuperación funcional se ha definido un área especializada para tratamiento rehabilitador intensivo de pacientes con daño cerebral adquirido, principalmente tras un ICTUS. Su actuación se dirige a la fase subaguda de la enfermedad, una vez que el paciente ha superado la fase aguda en un hospital de agudos, donde se hayan realizado los procesos diagnósticos y terapéuticos correspondientes y hasta que puede ser dado de alta a la comunidad para continuar el tratamiento de forma ambulatoria.
Son pacientes que se encuentran estables desde el punto de vista neurológico, con un riesgo bajo de presentar complicaciones derivadas de la lesión cerebral o sus secuelas, y con suficiente capacidad para colaborar activamente en la rehabilitación de los aspectos funcionales, cognitivos y conductuales. Esta fase precisa una atención en régimen de ingreso hospitalario, tanto para la atención del propio paciente como para la mejor formación y adaptación de su entorno familiar y afectivo. La duración de esta fase es variable, si bien no debería superar los cuatro meses tras haber superado la fase crítica.