
Arquitectos de Madrid: Pedro de Ribera
La arquitectura barroca madrileña se desarrolla en un contexto de crisis política y económica que, al morir el rey Carlos II, desembocó en una guerra y en la llegada al trono de una nueva dinastía. A pesar de la preferencia de los Borbones por arquitectos extranjeros, el barroco castizo madrileño se mantuvo durante un tiempo, liderado por autores como Churriguera y Pedro de Ribera.
Breve reseña biográfica
Pedro de Ribera (Madrid, 1681- Madrid, 1742)
Nace el 4 de agosto de 1681 en la calle del Oso de Lavapiés, barrio en el que pasará toda su vida. Su padre, carpintero y ensamblador de origen aragonés, se ocupa de los primeros años de su formación.
El oficio de la arquitectura lo aprenderá trabajando junto a maestros que marcarán su desarrollo, como el arquitecto real Teodoro Ardemans, del que será ayudante, y José B. de Churriguera. También será clave el Marqués de Vadillo, con quien mantendrá una buena amistad y que, en su puesto de corregidor de la Villa, le hará importantes encargos.
Al morir Ardemans en 1726 es nombrado Maestro Mayor de Obras y Fuentes de Madrid, cargo que le lleva a construir un enorme legado del que vamos a repasar algunas obras.
Obra
En arquitectura religiosa, uno de sus primeros trabajos fue la Ermita de la Virgen del Puerto, junto al puente de Segovia. Durante la Guerra Civil fue muy afectada, quedando las edificaciones anejas totalmente destruidas y las torres y muros perimetrales seriamente dañados, mientras que la portada y el chapitel únicamente sufren daños parciales.
Además de en su construcción, participó en la financiación como miembro de la orden que promovió la obra de la iglesia de San Cayetano, con la que mantuvo un vínculo muy estrecho durante toda su vida: en 1720 fija su residencia en el número 26 de la calle Embajadores, justo frente al templo; también allí se ordenan religiosos tres de sus hijos y son enterrados sus padres, su hermana Matea, dos de sus tres esposas y finalmente él mismo en 1742.
También levanta la iglesia del antiguo convento de San Hermenegildo, hoy iglesia de San José; reforma la fachada de la iglesia de Montserrat y se encarga de construir una de las dos torres que había proyectado.
La obra civil ocupa una parte importante del legado de Ribera. Entre los encargos más representativos destaca el trazado del Cuartel del Conde Duque, un enorme complejo militar para la guardia de Felipe V, de planta rectangular y dividido en tres patios interiores.
Diseñó la portada y la ampliación interior del Hospicio de Madrid, actual Museo de Historia de Madrid, y el puente de Toledo, que constituye una obra de gran envergadura y supone el inicio de su labor en materia de ingeniería. Otra de estas obras es el puente de Retamar en el municipio madrileño de Las Rozas.
También se ocupó del Corral de Comedias del Príncipe, donde ahora se ubica el Teatro Español, aunque sólo se conservan un puñado de planos.
De su trabajo para residencias particulares nos quedan muestras de las portadas del Palacio de Miraflores, la de la actual Filmoteca Española (antiguo Palacio de Perales) o para la residencia del Marqués de Torrecilla, hoy en un edificio del Ministerio de Hacienda.
Más discutida es la autoría del Palacio de Santoña, actual Cámara de Comercio que autores como Virginia Tovar atribuyen a Gómez de Mora.
Junto con los puentes, también destacan otras construcciones urbanas como caminos, paseos (Virgen del Puerto, Ntra. Sra. de Atocha), puertos (san Vicente), viajes de agua, alcantarillado y fuentes como la de la Fama. Obra que, tras pasar por la plaza de Antón Martín o el parque del Oeste, hoy se encuentra en el exterior del Museo de Historia de Madrid, junto al espacio con el que la ciudad homenajea al autor: los jardines del Arquitecto Ribera.