
Ruta por las fraguas y potros de herrar
Recuerdos de la actividad ganadera de la sierra
Madrid, además de reinventarse cada día, es una región en la que se conjugan las tradiciones del pasado con su conocida vocación de modernidad. El pasado -a veces presente- ganadero y agrícola de la región, se ha convertido también en recurso turístico. Las fraguas y los potros de herrar diseminados por la Comunidad, son otra excusa más para adentrarse en lo mejor del turismo rural madrileño.
Ruta por las fraguas y potros de herrar
Para una región eminentemente agrícola y rural, el Madrid de antaño, las fraguas eran fundamentales. En ellas se fabricaban o reparaban los elementos de hierro necesarios no sólo para agricultores, ganaderos y artesanos, sino también utensilios domésticos imprescindibles, como aldabas, argollas, ganchos, llaves….
La fragua contaba con el fogón o chimenea, así como el fuelle, que impulsaba el aire para alcanzar temperaturas de hasta 900ºC. Con ello, se fundía el hierro, que se colocaba sobre el yunque para moldearlo a golpe de martillo; también era imprescindible la pila de enfriar y templar el hierro y la rueda de afilar.
Puebla de la Sierra y Horcajuelo aún albergan fraguas.
Vinculada a la forja, estaba la tarea del herrado del ganado. Para facilitar la colocación de las herraduras, se inmovilizaba a los animales colocándolos en el potro de herrar. Se les introducía dentro, fijándoles la cabeza al yugo, y pasando una o dos cinchas de cuero bajo el cuerpo; y a base de un complicado sistema de poleas, se le dejaba suspendido en el aire, lo que facilitaba la labor del herrero.
Horcajuelo, Montejo y Prádena, también conservan sus potros.
No dejes de visitar:
En Paredes de Buitrago se encuentra un interesante museo en la antigua fragua, donde podemos admirar diferentes elementos inherentes a esta actividad: fuelle, yunque, diversas herramientas y la pila de templar el hierro. En el propio municipio se encuentra la Fuente Vieja del siglo XVII-XVIII, el potro de herrar y el abrevadero.
En El Berrueco destaca el potro de herrar por su porte y por su buen estado de conservación. Se integra en la ruta del Museo de la Piedra, con interesantes recorridos por el municipio, donde se exponen pilares de fraguas y otras piezas tradicionales de granito.