Restauración retablo San Nicolás de Bari del Convento de las Mercedarias Descalzas de la Purísima Concepción
Último tercio del siglo XVII
La iglesia del convento de Mercedarias de la Purísima Concepción de Madrid, conocido como Las Góngoras, alberga en su interior un conjunto de retablos de gran valor y belleza, entre los que se encuentra el dedicado a San Nicolás de Bari, situado en el brazo del crucero del lado de la epístola de la iglesia, junto a la puerta de acceso a la clausura.
Se trata de un retablo pictórico con un esquema formal muy sencillo, que sirve fundamentalmente como gran marco para la colocación del lienzo que representa a San Nicolás de Bari y que se atribuye al pintor barroco granadino Atanasio Bocanegra. La mazonería data de 1944, mientras que la pintura es un lienzo reubicado de finales del siglo XVII. El retablo se encuentra completamente revestido de una lámina de oro.
Descripción de la obra
Imágenes del retablo antes y después de la intervención:
El pintor Pedro Atanasio Bocanegra (Granada, 1638-1689) fue discípulo de Alonso Cano, en los años finales de la década de 1660. Se convirtió en el artista más activo de su ciudad natal. Tras una breve estancia en Sevilla, en 1686 se marchó a la corte madrileña protegido por don Pedro de Toledo, marqués de Mancera, quien le ayudó a obtener el título de pintor del rey ad honorem por su cuadro Alegoría de la Justicia (Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid), que está inspirado en una estampa veneciana de mediados del siglo XVI.
El estilo de Bocanegra se acerca mucho al de su maestro Cano, consiguiendo un gran encanto en sus imágenes religiosas, representadas con mucha delicadeza.
La pintura restaurada está realizada sobre dos piezas de tejido de lino crudo, que se unen mediante una costura vertical para alcanzar las dimensiones de la obra. Se trata de una pintura al óleo realizada probablemente con pigmentos minerales aglutinados con aceite.
Proyecto de restauración
El soporte y la estructura del retablo de San Nicolás se encontraba en muy buen estado, en parte debido al escaso tiempo pasado desde su ejecución. Se aprecia alguna modificación en su estructura, así como otros deterioros como la pérdida de uno de los remates de uno de los elementos de la decoración vegetal en la parte izquierda del banco, presencia de perforaciones y orificios, falta de adhesión y pérdidas en la preparación, pérdidas de dorados, desgastes y abrasiones, especialmente en la parte baja de la obra, pudiendo ser causados por la acción directa del agua. Otras alteraciones encontradas fueron la pérdida de dorado, la oxidación puntual de láminas de oro falso, repintes (su presencia parece que atiende a defectos y errores en la propia técnica de dorado), suciedad superficial, rozaduras y arañazos.
El envejecimiento natural de los barnices, a través de los procesos de oxidación, había producido el oscurecimiento de toda la superficie, homogeneizando las diferentes terminaciones de la obra. Asimismo, eran abundantes los restos de gotas de cera de velas en la parte inferior del banco y la presencia de elementos metálicos como clavos.
Por lo que respecta al cuadro, hay que señalar que la estructura del bastidor se encontraba deformada y se apreciaban la oxidación de elementos metálicos; ambos problemas se reflejan en la pérdida de tención del lienzo que provoca deformaciones en la tela. Además, el lienzo presentaba marcas del bastidor y pequeñas pérdidas y parches.
En cuanto al estado de conservación de la película pictórica nos encontramos con un estrato bien conservado, con una aceptable cohesión y adhesión a la capa preparatoria, solamente son reseñables las pérdidas debidas a las faltas de soporte o preparación. Las escasas faltas de película pictórica son de pequeño tamaño y se concentran en los colores oscuros. Otras alteraciones que presentaba la pintura eran la natural oxidación del aglutinante oleoso y de barnices, algunos cuarteados, pérdida de la saturación de los colores por la acumulación de la suciedad y el envejecimiento de la capa de barniz.
De acuerdo con los criterios actuales de restauración se respetó en cada una de las fases el principio de mínima intervención.
- En primer lugar se realizó una limpieza del retablo. Se retiró el polvo fino superficial y la suciedad acumulada utilizando brochas de pelo suave y aspirado de aire. En los elementos metálicos se eliminó el óxido de forma mecánica, protegiéndolos frente a nuevas oxidaciones.
- Se eliminaron de forma mecánica los elementos metálicos no originales y los que ya no cumplían su función y que debido a su estado de oxidación podían provocar daños a la obra, protegiendo en cada caso la policromía circundante. Se procedió a la adhesión de la preparación y revestimiento dorado que se encontraba desprendido. Las zonas donde se realizó un tratamiento acuoso se protegieron previamente mediante la aplicación de una resina acrílica en disolución de carácter impermeable, que posteriormente se retiró.
- Se reconstruyen los elementos perdidos y se rellenan orificios utilizando una resina apropiada, que no se ve afectada por los cambios de humedad, temperatura, ni es vulnerable a la acción de insectos xilófagos. La reintegración del revestimiento se realizó únicamente en las grandes faltas, mediante dorado al agua y estarcido superficial, o bien con acuarelas. La protección final del retablo se realizó utilizando una capa de barniz transparente, inalterable y elástica, que garantiza su adecuada exposición a la luz.
- La intervención de la pintura conllevó, en primer lugar, el desmontado del lienzo, para proceder a la limpieza del reverso de la tela, mediante su aspiración, cepillado y uso de esponjas. Aplicación de humectación y presión controlada, para eliminación de deformaciones, apoyado en planchado con espátula caliente. La costura de la tela se aplanó mediante aplicación de humedad y presión, reforzándola luego con crepelina de seda adherida. Para asegurar su estabilidad, el lienzo se dispuso sobre un soporte rígido inerte, al que se unió el bastidor original; por su interés documental e histórico, la conservación del bastidor original era prioritaria.
- La limpieza del lienzo se completa con la eliminación de barnices oxidados y suciedad superficial. Las pérdidas y faltas se reintegraron físicamente con masilla sintética y pigmentos en resina, mediante trama lineal. Finalmente se procedió al barnizado del lienzo mediante el empleo de una resina sintética aplicada por aspersión.
Con la restauración del retablo, se recupera una pieza de gran valor artístico que puede apreciarse con sus características originales.