Feria de San Isidro
San Isidro, la feria taurina más importante del mundo, fue declarada, en 2016, fiesta de interés general para la ciudad de Madrid. Durante un mes ininterrumpido, en Las Ventas se organizan corridas de toros, festejos de rejones, novilladas y un enorme número de actividades culturales que congregan cada año alrededor de 630.000 espectadores.
San Isidro ayer
La Monumental de Las Ventas fue el sueño de Joselito “El Gallo”, quien deseaba que la Fiesta taurina estuviera al alcance de todas las clases sociales. Este proyecto se lo transmitió a José Espeliú, arquitecto y gran amigo del torero, para luego convencer a un grupo de aficionados adinerados con el fin que fueran los empresarios, solicitando a la Diputación construir la plaza a sus expensas. Sin embargo, ni Joselito, ni Espeliú, ni Fernando Jardón, promotor principal, pudieron ver terminado el coso, pues fallecieron antes. En otoño de 1946, ya con la Monumental de Las Ventas hecha realidad –donde sólo se programaban festejos los jueves y los domingos-, nacería otro gran sueño. Livinio Stuyck, gerente de la Nueva Plaza de Toros de Madrid, abogado de profesión y por entonces no gran aficionado, le empezó a rondar en la cabeza la idea de crear una feria en Madrid con motivo de las fiestas patronales, al igual que las que ya existían en otras ciudades de España. Así nació, en mayo de 1947, el primer ciclo isidril, que contó con cinco festejos, y donde los espectadores asiduos tenían la posibilidad de sacar todas las entradas para los espectáculos de la Feria.
No hubo toreros triunfadores –no se cortó una triste oreja-, salvo la Empresa, que llenó todos los días, colgando el cartel de “No hay billetes” con la gorda corrida de Miura. Los precios de las entradas oscilaron entre las 125 pesetas de una barrera de sombra y las 10 pesetas de una andanada de sol. Joselito “El Gallo” se habría sentido satisfecho al ver, por fin, cumplido su sueño de tener una plaza Monumental en Madrid con precios asequibles para todas las clases sociales. Al segundo año, 1948, Livinio Stuyck seguía con su propósito de agrupar al mayor número de figuras en el menor espacio de tiempo y la feria pegó un estirón. Ya eran ocho las corridas celebradas, y las buenas tardes superaron a las de la primera edición. En 1950, se inauguró la Venta del Batán y se creó el premio al toro más bravo de San Isidro. En 1952, la Feria ya contaba con once festejos; y en 1956, quince. Suma y sigue. A partir de estos años cincuenta, las figuras del toreo sólo actuarán en Madrid bien en la Feria de San Isidro o en las denominadas corridas benéficas.
San Isidro hoy
Actualmente, la feria de San Isidro suele desarrollarse entre el 10 de mayo y el 10 de junio, reuniendo a las grandes figuras del momento y a las ganaderías más punteras. Toda la temporada taurina gira en torno a lo que acontece en este ciclo, y es entre las citadas fechas cuando el mundo del toro acapara la atención de aficionados y no aficionados.
Durante un mes, en los aledaños de Las Ventas se llenan de vida: los bares, hoteles y comercios de alrededor de la plaza de toros se ponen "hasta la bandera", provocando fuertes ingresos en la economía de Madrid. No en vano, se estima que San Isidro 2017 ha dejado una huella económica de 72,8 millones de euros, según un informe de la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos (Anoet), y recibe la visita de unas 630.000 personas procedentes de todos los rincones del mundo.
"Por esta plaza y por esta feria han pasado gentes de seda y oro de todos los colores, de todas las hechuras, de todos los gustos y de todas las artes..."