El Clínico utiliza un artroscopio inalámbrico que permite operar fuera de un quirófano

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SE REDUCE RIESGO DE INFECCIÓN POR MENOS APARATAJE

El Hospital Clínico San Carlos ha utilizado un artroscopio digital inalámbrico en una intervención de menisco. Este nueva tecnología ha sido donada por el traumatólogo Pedro Guillén, a través de la fundación que lleva su nombre, y ha sido diseñada y patentada por este médico. A esta intervención han asistido el consejero de Sanidad, Jesús Sánchez Martos, y la gerente hospitalaria de la Consejería de Sanidad, Mª Luz de los Mártires.

22 abril 2016

El doctor Pedro Guillén, jefe de Traumatología, Cirugía Ortopédica y Medicina del Deporte de la Clínica Cemtro de Madrid, ha presentado las ventajas del artroscopio sin cables denominado WAD por las siglas en inglés de Wireless Arthroscopy Device. Este artroscopio ha sido desarrollado y patentado por el doctor Pedro Guillén en 2007. El artroscopio inalámbrico es un dispositivo que consta de una lente convencional a la que se adapta una batería, una luz regulable y una cámara miniatura que envía la imagen vía wifi a un ordenador. "Disminuye el riesgo de infección postoperatoria, facilita la técnica quirúrgica, reduce los costes de la intervención y permite realizar técnicas artroendoscópicas fuera de un quirófano", explicó el doctor Pedro Guillén.

Otra de las principales ventajas es que el futuro será posible realizar artroscopias en la misma consulta del médico, en hospitales de campaña, en situaciones de emergencia y en regiones con escasos recursos de infraestructuras sanitarias.

A esta intervención quirúrgica con esta novedosa tecnología han asistido en una sala contigua el consejero de Sanidad, doctor Jesús Sánchez Martos:  "Es necesario  mejorar el confort de los pacientes y los profesionales con técnicas cada vez menos invasivas y que permiten cortas recuperaciones"declaró. Por su parte la doctora Mª Luz de los Mártires, gerente hospitalaria de la Consejería de Sanidad resaltó que es fundamental que la innovación tecnológica vaya de la mano de las necesidades del profesional, como ha pasado en este caso.
 
Además han asistido José Soto, director gerente; el doctor Julio Mayor, director médico; el doctor Fernando Marco, responsable de Cirugía Ortopédica y Traumatología; los tres del Hospital Clínico San Carlos. También han estado presentes los doctores Javier Escalera, jefe de Traumatología del Hospital Universitario Infanta Sofía y el doctor Oliver Marín, traumatólogo del Hospital Universitario Infanta Leonor.

El artroscopio precisa de una torre en la que se situa la fuente de energia para alimentar la luz de la fuente y de una pantalla donde se ve la imagen que está viendo el artroscopio, lo que encarece el coste y aumenta la posibilidad de infecciones al haber más elementos extraños en el campo quirúrgico. En 2007 el doctor Guillén patentó el primer artroscopio sin cables (artroscopio de tercera generación), un dispositivo que consta de una lente a la que se adpata una batería recargable, una luz regulable y una cámara en miniatura que envía la imagen vía wifi al ordenador. Esto hace que todo el dispositivo necesario para una artroscopia no requiera más que un maletín pequeño, donde llevar el artroscopio, el instrumental y el ordenador portátil.

El origen de la artroscopia
La artroscopia es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que se realizó por primera vez en 1919. Sin embargo su verdadera difusión se dio en la década de los años 70 por el doctor Watanabe. En los inicios  el artroscopio era una cánula con una lente a través de la que se asomaba el cirujano (artroscopia de primera generación). En los años 80, se acopló a una cámara de fibra óptica al visor del artroscopio se consiguió dar al cirujano mucha mayor independencia, maniobrabilidad, permitiendo avances quirúrgicos cada vez mayores (artroscopia de segunda generación).