El Hospital Infanta Sofía enseña a prevenir la hipertensión arterial con el ejercicio

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DIRIGIDO A PACIENTES Y FAMILIARES

El Hospital Universitario Infanta Sofía, ha organizado una charla dirigida a pacientes y familiares con el lema “Hipertensión arterial y Ejercicio” coincidiendo con la celebración de la Semana de la Ciencia. En la sesión intervienen profesionales de diferentes Servicios; la Dra. Yesika Amezquita, Nefróloga, Fátima Hipólito enfermera y monitora de yoga, Isabel Hortelano, Fisioteparpeuta y Olga Roncero psícóloga y profesora de Chikung.

13 noviembre 2015

La Hipertensión Arterial (HTA) es una enfermedad silenciosa ya que puede no dar clínica ni síntomas pero sin embargo, afectar a riñones, cerebro, corazón y vasos sanguíneos. El diagnóstico de HTA, será cuando las cifras estén por encima de las consideradas normales (140mmHg de máxima y 90mmHG de mínima)

Actualmente la cifra de personas que sufren hipertensión arterial (HTA), es cercana al 20% de la población adulta. Cuando nuestro organismo no se mueve, no sólo las articulaciones y los músculos pueden degenerar sino que al corazón, “motor” de nuestro cuerpo le ocurre lo mismo. Llevar una vida sedentaria aumenta por tanto el riesgo de sufrir HTA entre un 35 y un 40%. En este sentido, si se tiene en cuenta que el 24% de la población es sedentaria, se convierte en imprescindible promover la práctica de ejercicio como instrumento fundamental de prevención.

La actividad física como aliada

La práctica de actividad física, reduce la frecuencia cardiaca y la tensión arterial. Con el simple hecho de hacer ejercicio de forma regular ya obtenemos esos beneficios. Lo ideal por tanto es realizar de manera rutinaria hábitos saludables como es caminar durante 30 minutos todos los días a ritmo moderado lo que reduce notablemente las posibilidades de sufrir algún problema cardiáco.

Caminar es el ejercicio más básico, es una actividad fácil y al alcance de todos. Dependiendo de la importancia de la enfermedad de cada persona las pautas serán diferentes y muy personalizadas pero en la mayoría de los casos se aconseja actividad aeróbica, aquella en la que básicamente se utiliza oxigeno para conseguir energía: bicicleta, nadar…