Plan de actuación sobre puentes históricos. Puente Mocha. Valdemaqueda

Puentes históricos

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De la confluencia de caminos y ríos surge la necesidad de enlazar ambas márgenes: es ahí donde el camino se transforma y surge el puente, el puente como cruce de caminos, como encuentro de localidades y personas. 

Los puentes siempre surgen como respuesta a unas necesidades concretas, así como a unos condicionantes del entorno. Por ello, son testimonio de otras épocas y del transcurso de los años, constituyendo un legado histórico de gran interés y un amplio repertorio de materiales y soluciones, tanto constructivas como estructurales.

La Comunidad de Madrid, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural, trabaja en la recuperación, conservación y restauración de este tipo de patrimonio. Para ello ha diseñado el Plan de actuación sobre puentes históricos, capaz de inventariar y catalogar estos elementos, analizar su estado de conservación y recuperados para su uso. Una de las prioridades pasa por dar a conocer los valores culturales de los puentes históricos, al objeto de incentivar su disfrute público, así como por integrarlos en rutas turísticas de corte patrimonial y medioambiental, entendiendo el puente como “cruce de caminos” y como un elemento integrado en el paisaje.

 

A las afueras del casco urbano, al final del camino que parte de la rotonda trasera de la Cartuja y desemboca en una chopera, se yergue este puente medieval, actualmente en desuso al haberse desplazado el curso del río Jarama con el paso de los años. De factura medieval con transformaciones posteriores, que como tantos tuvo un origen romano este puente se situaba en la “ruta del Jarama” sobre el antiguo camino de Francia.

La longitud del puente alcanza 150 m. Está realizado con sillares de piedra caliza de Tamajón, mampostería y granito de Colmenar, cuyo trazado va quebrándose ofreciendo una anchura de tablero variable, lo que se refleja en sus desembocaduras, regular la más alejada, entre pretiles paralelos; con un pronunciado ensanchamiento la más cercana. Otra peculiaridad de este puente es que lo constituyen un gran arco central y cuatro menores que se desarrollan únicamente hacia una de las vertientes, posiblemente debido a la topografía del terreno junto al antiguo curso del río Jarama.

El puente se sometió a un proceso de restauración integral en 2008. Para ello se realizó un estudio previo de sus características formales y constructivas, así como de patologías y carencias.

En primer lugar, se efectuaron catas arqueológicas con el fin de establecer la cota de arranque de pilas, bóvedas y tajamares y analizar la estratigrafía de sedimentos. Además, se realizó una lectura de paramentos, permitiendo, por todo ello, obtener información e identificar las distintas etapas históricas, constructivas y de uso del puente.

La principal actuación se realizó en la plataforma, que se impermeabilizó para evitar la transmisión de humedades a las bóvedas, para lo cual se levantó el pavimento, se creó una solera de hormigón de cal, arena y grava de 15 cm, con armadura en masa de hormigón a base de fibras de polipropileno. Posteriormente, se repuso el  pavimento.

Los trabajos más delicados fueron el desmontado de la pavimentación existente sobre los vanos dos, tres y cuatro, previa numeración, planimetría y fotografía. Algunas losas se restauraron y cosieron para ser reutilizadas. El resto se pavimentó con empedrado de canto rodado, dejando sendas filas perimetrales de losas de piedra de Campaspero.

El sistema de recogida de aguas estaba concebido de modo que era el propio tablero del puente el que actuaba como gran canaleta que conducía el agua al exterior. Se respetó el sistema, pero recogiendo el agua al principio (zona de entrada del puente) y al final del tablero. Para ello se colocaron unas piezas de piedra caliza, a modo de rejilla que recogen el agua en esos puntos. Debajo de estas piezas se dispuso una canaleta que conduce el agua a  ambos lados del puente. En el encuentro de la tubería y el terreno se colocó una capa de grava drenante.

En los pretiles, paramentos verticales y tajamares se limpió la vegetación enraizada, se picó y rejuntó la piedra  y rellenaron las oquedades existentes, realizando el sellado de las grietas y repaso de juntas con mortero de cal. Se impermeabilizó con morteros hidrofugantes la cara superior de los pretiles.

Finalmente, se prolongó la rampa del tablero hasta unirla con la cota del terreno con un suplemento en hormigón armado en cubierta de cantos rodados y delimitada con bolardos de fundición para evitar el paso de vehículos y se acondicionó el camino de acceso. 

Plan de actuación sobre puentes históricos. Puente de Talamanca del Jarama

 

El Puente Mocha, sobre el río Cofio, está integrado en un entorno natural de monte protegido por la Ley Forestal y de Protección de la Naturaleza de la Comunidad de Madrid. Antes de la intervención promovida por la Dirección General de Patrimonio Cultural, presentaba un importante deterioro, con grietas en los tajamares y peligro de desmoronamiento, pérdida del pretil en toda su longitud -excepto encima del arco principal-, así como vegetación entre sus sillares.

El puente, de 55 metros de longitud, está sostenido por cuatro bóvedas de medio punto y dos vanos adintelados en los arranques. En el lado de aguas arriba se aprecian tres tajamares de planta triangular con sombreretes piramidales.

De tradición romana, refleja distintos periodos constructivos, no obstante estudios históricos apuntan a su levantamiento o reconstrucción en época medieval como infraestructura para facilitar la repoblación después de la Reconquista; igualmente se plantea su conexión con la construcción del Monasterio de El Escorial en el siglo XVI, utilizándose para facilitar el traslado de madera y granito de la zona.

La Dirección General realizó, de forma previa a la intervención, un levantamiento topográfico, así como un estudio de caracterización de materiales del puente. Dicho estudio, encargado al Instituto de Geología Económica (CSIC-UCM), permitió conocer los materiales utilizados en las distintas épocas, junto con la localizaron de marcas de cantería. También se realizaron fotografías aéreas.

La intervención, de conservación y restauración integral, consistió en la limpieza y desbroce del terreno inmediato, bajo la supervisión de la Consejería de Medio Ambiente, así como la retirada de las pinturas realizadas sobre los sillares y la cantería y la aplicación de un biocida para la eliminación de musgos y líquenes.

También se eliminaron los morteros en mal estado y se retiraron las piezas inadecuadas para su posterior montaje continuando la fábrica existente. Se repusieron las piezas perdidas con granito procedente de la zona, extraído mediante técnicas tradicionales. Por último, se efectuó un recalce puntual en las oquedades y se reconstruyó el pretil con piezas de granito de volumen similar a las existentes, utilizando las localizadas en el entorno inmediato. Finalmente, se recuperaron los niveles originales en el tablero. Asimismo, se dispusieron carteles informativos sobre la actuación.

Plan de actuación sobre puentes históricos. Puente Mocha, Talamanca del Jarama

 

El Puente está situado en el límite del término municipal de Madrid (Monte de El Pardo) y los municipios de Tres Cantos y Colmenar Viejo, sobre el río Manzanares, encajado en un profundo desfiladero a los pies del Cerro de la Marmota, del cual recibe su nombre. Se encuentra dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, zona protegida por su valores ambientales y naturales.

Fue mandado construir por Fernando VI como parte de las mejoras que el monarca realizó en el Monte del Pardo con objeto de delimitar el coto de caza real. Las obras, acometidas entre 1756 y 1758, se realizaron dando continuidad a los muros de cerramiento de piedra del coto, alcanzando cerca de 99 km. Conjuntamente se levantaron otras infraestructuras en la zona, como son el puente de San Fernando, también sobre el río Manzanares, la Puerta de Hierro y los pequeños puentes que salvan los arroyos de Valdeculebras, de las Viudas, de Tejada y de Trofa, todos ellos afluentes del Manzanares.

Se trata de un puente de bóveda de medio punto de 12 metros de luz, por un ancho de 6 metros de tablero y un largo que alcanza los 45 metros. Fue mandado construir por Felipe V como parte de las mejoras que el monarca realizó en el Monte del Pardo con objeto de delimitar el coto de caza real. Las obras, acometidas entre 1756 y 1758, se realizaron dando continuidad a los muros de cerramiento de piedra del coto, alcanzando cerca de 99 km. Conjuntamente se levantaron otras infraestructuras en la zona, como son el puente de San Fernando, también sobre el río Manzanares, la Puerta de Hierro y los pequeños puentes que salvan los arroyos de Valdeculebras, de las Viudas, de Tejada y de Trofa, todos ellos afluentes del Manzanares.

Su nombre proviene probablemente del pequeño monte situado sobre el río. El puente cuenta con un ojo, formado por una bóveda de arco de medio punto peraltada asentada sobre la propia roca, y está ejecutado con una excelente fábrica de mampostería.

La Dirección General intervino en 2012 en el puente ya que, si bien su estructura se encontraba en buen estado de conservación, la continua acumulación de tierras causada por la erosión y sedimentación sobre el tablero del material proveniente de las laderas superiores del camino, había originado un notable sobrepeso y en algunos puntos el puente empezaba a ceder. Por este motivo se procedió al acondicionamiento de los caminos a ambos lados y a la retirada de las tierras acumuladas sobre el tablero, así como a la restauración de éste y de los pretiles.

Puente de la Marmota, Colmenar Viejo

 

El Puente de La Mata, erigido sobre el río Miraflores, parece tener su origen en la Edad Media, dentro de un camino secundario que comunicaba Madrid con el valle del Lozoya; en el siglo XVIII se reconstruyó en piedra, puede datarse dicha obra entre 1710 y 1712.

Se trata de un puente con carácter lineal, de un solo ojo, formado por una bóveda de arco de medio punto rebajado. La dimensión entre arranques de la bóveda no supera los cinco metros.

La Dirección General de Patrimonio Cultural intervino en el puente en 2013, dado que presentaba problemas de conservación que suponían un riesgo para su estabilidad. Asimismo, era necesaria una intervención que permitiera la investigación y puesta en valor del citado bien cultural y su relación con la fuente de La Mariñeta, aguas abajo.

La existencia de un nuevo puente, aguas abajo, había provocado la pérdida de uso del Puente de La Mata, así como el abandono de su conservación. La vegetación fue, también, una de las principales causas de su degradación, habiéndose producido asimismo la pérdida de diferentes elementos.

El proyecto de restauración comprendió las siguientes tareas:

  • Limpieza de la fábrica de piedra, relleno de oquedades, localización y acopio de las piezas del pretil diseminadas por la base del puente. Intervenciones sobre el tablero y el solado.
  • Restauración de los pretiles.
  • Limpieza y mejora del entorno del puente y de la fuente.
  • Eliminación de elementos añadidos como vigas metálicas existentes.
  • Colocación de cartelería de difusión de las actuaciones realizadas.

Plan de actuación sobre puentes históricos. Puente de la Mata, Miraflores de la Sierra

El puente de Piedra o de la Mina se localiza sobre el Arroyo del Valle, próximo al parque Regional de la Sierra de Guadarrama y a la Cuenca del rio Lozoya y sus embalses.

Construido a principios del XIX, presenta cuatro ojos formados por bóvedas de arco de medio punto rebajado que define, al exterior, grandes arcadas de piedra apoyadas en un zócalo de sillería franqueado por tajamares de sección circular con sombrerete cónico, y al interior, la fábrica abovedada de ladrillo.

Los pretiles, que están constituidos por grandes piezas talladas por cantero, se levantan sobre la imposta que define el nivel del tablero y de cuyos extremos parten muros de contención triangulares.

La Dirección General de Patrimonio Cultural actuó en 2013 en el puente, procediendo a su restauración integral: limpieza y conservación de los paramentos originales, recuperación de las piezas desaparecidas del pretil, colocación de un nuevo pavimento sobre el tablero y adecuación de las márgenes del rio.

Esta última actuación comprendió, a su vez, el movimiento de tierras para descubrir las partes del puente enterradas por los procesos de sedimentación, así como el desbroce y limpieza del cauce y los márgenes del arroyo del valle en un área de 4 a 5 metros a partir del puente.

Esta fase no contemplaba, sin embargo, la actuación en el entorno próximo, por lo que, terminada la intervención y recuperado el puente en su totalidad, se planteó la necesidad de realizar en 2014 los movimientos de tierras oportunos para la adecuación del entorno inmediato, que alcanzaban entonces una media de un metro de altura, tapando prácticamente los tajamares y los muros de contención laterales, con objeto de evitar que se produjera de nuevo el progresivo enterramiento del elemento.

El puente presentaba un exceso de rastrojos y basura en las proximidades y en el camino de acceso; gran cantidad de sedimentos, especialmente en la zona “aguas arriba”; y un socavón en la parte del cauce “aguas abajo”, producto de la erosión.

En consecuencia, las acciones que se desarrollaron como parte de la intervención efectuada en 2014 fueron las siguientes:

  • Desbroce y limpieza de los márgenes del rio.
  • Movimientos de tierras, relleno y compactación de firmes del camino.
  • Construcción de una escollera de piezas de granito de gran tamaño.
  • Consolidación de taludes y encauzamiento de las aguas del tablero.
  • Plantaciones para fijación de tierras en taludes muros de contención.
  • Restauración y recuperación en su totalidad de rampa construida con lajas de piedra aguas abajo.
  • Construcción de pasarelas.
  • Colocación de carteles de difusión de las actuaciones realizadas.

Puente de la Mina, Bustarviejo

 

 

El Puente de Piedra salva el arroyo de Valdelargo, en el término municipal de Boadilla, ubicándose dentro de un sotillo denominado El Bosquete.

Se trata de un puente con un único ojo formado por un arco carpanel con dovelas de granito, construido a base de sillares cuidadosamente labrados. Está dotado de un pretil de piedra, conservado al completo.

Sus orígenes se remontan al siglo XVIII. Los terrenos próximos al Palacio del Infante don Luis contaban con numerosos elementos ornamentales (puentes, fuentes, grutas, estanques), convirtiéndose los arroyos, además de en alicientes para las actividades lúdicas de los habitantes del palacio, en elementos fundamentales para el regadío de los cultivos y frutales. Las vegas de los cauces era las zonas más atractivas, y en este contexto se situaba el soto de álamos, El Bosquete.

Parece ser que el puente podría ser una obra del arquitecto Ventura Rodríguez para el Infante don Luis, erigida con posterioridad al año 1765, fecha de finalización de la construcción del palacio. Por el puente pasaba el Camino de Boadilla a Segovia y el Camino Real de Madrid a Segovia por la venta de San Antón y Galapagar.

En 2013, la Dirección General redacta la memoria de intervención en el puente, desarrollando la obra el Ayuntamiento del municipio, consistente en la consolidación, restauración y puesta en valor del elemento. Se realizan las siguientes acciones:

  • Intervención en el tablero: limpieza de tierras sueltas, consolidación del soporte, restauración del encintado de granito.
  • Pretiles: limpieza y restauración de grietas, limpieza de vegetación, aplicación de protección.
  • Ojo y bóveda: limpieza y tratamiento.

Plan de actuación sobre puentes históricos. Puente de Piedra, Boadilla del Monte

El Puente de Salustiano se encuentra situado al Oeste del núcleo urbano de Miraflores de la Sierra, sobre el río Miraflores. De origen probablemente medieval, pudo tratarse en sus principios de un puente de madera relacionado con la presencia de un molino en su entorno. Se debió reconstruir en piedra en el siglo XVII.

Está relacionado con el ramal que unía Miraflores de la Sierra con el camino histórico que enlazaba Soto del Real con Rascafría por el puerto de la Morcuera. A través del Puente de Salustiano se accedía a varios caminos secundarios o sendas que conectaban con dicho camino histórico. También tuvo relación con el Cordel de la Morcuera y con dos importantes descansaderos situados en su entorno.

Es un puente con carácter lineal, de un solo ojo, formado por una bóveda de arco de menos de medio punto. La dimensión entre arranques de la bóveda no supera los cinco metros

En el margen derecho del cauce del río, al Sureste del puente, se encuentran los restos de dos construcciones en ruinas con una tapia delimitadora que incluye además los terrenos que las rodean. Se trata de dos molinos en ruinas de planta rectangular. Asimismo, existen tres fuentes, en el entorno inmediato, todas ellas con caño y pila.

La Dirección General de Patrimonio Cultural intervino en 2013 en el puente debido al estado de deterioro que sufría. Las fábricas y la bóveda se encontraban muy afectadas por la presencia de enredaderas, fuertemente arraigadas, constituyendo la vegetación una de las principales causas de degradación, junto con la actuación de los agentes meteorológicos, así como la escasa funcionalidad y falta de uso del puente.

Existían filtraciones en los arranques de la bóveda y el intradós estaba repleto de raíces y brotes de enredadera, se había producido la pérdida de morteros entre sillarejos y mampuestos, así como la erosión en el arranque de las fábricas y una significativa acumulación de arenas y sedimentos, en especial en la zona Sur. Por último, se registraban importantes filtraciones de agua  y se había constatado la pérdida de buena parte de los elementos integrantes de los pretiles.

La actuación tuvo como prioridad la restauración y consolidación del elemento, evitando el avance de su deterioro, así como el desarrollo de los trabajos oportunos para subsanar las lesiones que presentaba:

  • Limpieza del entorno, retirada de tierras de escorrentía.
  • Actuaciones sobre las fábricas de canterías: localización y acopio de las piezas de pretil esparcidas por la base del puente; reposición, revisión y refuerzo de piezas; limpieza de la fábrica de piedra y relleno de oquedades, de la vegetación de los paramentos, de la piedra y de las bóvedas; saneado de morteros, etcétera.
  • Actuación sobre la plataforma: restauración del tablero y el solado, instalación de piezas perdidas.
  • Pretiles: limpieza y reposición de piezas perdidas o deterioradas.
  • Actuaciones en el entorno: cartelería de difusión, mejora de los accesos al puente.

Plan de actuación sobre puentes históricos. Puente de Salustiano, MIraflores de la Sierra

 

 

El Puente del Grajal, situado sobre el río Manzanares, en el término municipal de Colmenar Viejo, se encuentra dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. En paralelo al mismo se sitúa el Puente Nuevo del Grajal por el que transcurre la carretera M-618 entre Colmenar Viejo y Hoyo de Manzanares. Se trata de un puente cuyos orígenes podrían ser romanos, por haber pertenecido probablemente a una vía transversal al paso del Itinerario de Antonino, que atraviesa el Puerto de la Fuenfría, uniendo Galapagar con Colmenar Viejo.

El puente, de un solo ojo, con arco de medio punto y tablero partido con dos pendientes, se asienta en la roca viva del lecho del río. Está ejecutado con fábrica de sillarejo de granito en el intradós del arco y remarcando éste mediante dovelas, siendo el resto de la construcción de mampostería de granito. Los pretiles mantienen la inclinación de los tableros.

La Dirección General de Patrimonio Cultural acometió en 2013 la restauración integral del puente. Los trabajos consistieron en:

  • Limpieza del entorno.
  • Eliminación de vegetación en las inmediaciones del puente, así como de las tierras acumuladas con el paso del tiempo sobre el tablero.
  • Acondicionamiento del talud de la carretera para impedir que se produjera nuevamente acumulación de tierras.
  • Reposición del solado perdido.
  • Colocación y consolidación de pretiles.
  • Realización de catas arqueológicas en el tablero y embocadura del puente. ​

Puente de Salustiano

 

 

El puente de Calicanto, ubicado sobre el Arroyo de los Robles en paraje denominado de Tobelina, fue construido en 1579 por acuerdo del Concejo de Buitrago, que estimó el interés de este vado como camino hacia Valladolid, Segovia y Pedraza, siendo además un paso obligado para llegar a la ermita de la Trinidad.

Su nombre procede del contraste de su fábrica de mampostería con la de un puente anterior de estructura de madera, al que sustituiría el actual de piedra.

Se trata de un puente de un solo vano, con una longitud aproximada de 8 metros y 2,5 metros de anchura de paso. Su estructura está compuesta por un arco de medio punto – o pequeña bóveda construido con dovelas de granito de color gris escuadrados de manera tosca que se apoya sobre la roca natural; el resto del puente, muros de contención y pretiles, está formado por mampostería de piedra de procedencia, tamaños y formas irregulares.

El puente de Calicanto presentaba daños de considerable envergadura que comprometían su pervivencia, consistentes principalmente en la pérdida progresiva de componentes de sus fábricas.

Ante esta situación, la Dirección General de Patrimonio Cultural decidió intervenir en el elemento en 2013, centrándose en aquellos aspectos que en mayor medida comprometían la integridad del puente:

  • Caída de dovela en el intradós del arco.
  • Pérdida de relleno en uno de los riñones del arco.
  • Desmoronamiento del pretil en dos puntos del puente.

Además, tras la excavación arqueológica se descubrió el pavimento original de canto rodado que se procedió a completar, al igual que o un desagüe histórico del puente que ha recuperado tras las obras su función.

Plan de actuación sobre puentes históricos. Puente de Calicanto, Buitrago del Lozoya

 

El batán y el puente al que da nombre están situados dentro de una de las rutas históricas que cruzaban el término municipal de Colmenar Viejo y que unía Alcalá de Henares con Segovia. De origen medieval, el puente ha estado muy vinculado a la Cañada Real segoviana, vía pecuaria que une las actuales provincias de Burgos y Badajoz, así como al Camino de Santiago que nace en Madrid.

A partir del siglo XVI comenzó a ser conocido como la Puente “Nueva” o Puente “Nuevo”, debido quizás a alguna reconstrucción realizada como consecuencia de una riada. Su actual denominación se remonta a mediados del siglo XIX y se debe a la existencia de un antiguo batán aguas arriba, un edificio que albergaba la maquinaria hidráulica destinada a tratar los tejidos para dotarlos del cuerpo deseado. Funcionaba por la fuerza de una corriente de agua que producía el movimiento necesario en las máquinas para transformar unos tejidos abiertos en otros más tupidos.

Se trata de una sencilla construcción de planta rectangular y fábrica de mampostería de granito, de la que se conservan los restos de tres de sus cuatro muros perimetrales, dos de los cuales mantienen en su parte baja los huecos abovedados por los que se producía la entrada y salida del agua que movía la maquinaria del batán.

Por su parte, el puente, construido directamente sobre la roca de granito, fue levantado salvando una garganta del río Manzanares. Está realizado en piedra granítica local y presenta un único arco de medio punto. En las postrimerías del siglo XIX o principios del XX se eliminaron los pretiles del puente para dotarlo de una mayor anchura y facilitar el tráfico rodado de vehículos de mayor tamaño.

Con objeto de frenar su proceso de deterioro y subsanar las patologías que presentaba, en 2014 la Dirección General de Patrimonio Cultural impulsó un conjunto de actuaciones destinadas a consolidar el batán y restaurar el puente al que da nombre. Estos trabajos consistieron en:

  • Batán: consolidación de los elementos murarios, dejando al descubierto incluso la balsa de agua que regulada y abastecía al batán, y desarrollo de una intervención arqueológica orientada al estudio y recuperación del sistema hidráulico, así como limpieza exhaustiva, tanto del entorno como del interior del batán.
  • Puente: los trabajos contemplaron la limpieza del entorno y la retirada de tierras, así como la eliminación de la vegetación enraizada en los paramentos y en el intradós de la bóveda. Uno de los aspectos más importantes fue la reconstrucción de los pretiles, de los cuales el puente carecía. En la plataforma se retiró la tierra y arena que cubría el tablero y se realizaron varias prospecciones arqueológicas destinadas a establecer los niveles originales, que permitieron encontrar el pavimento histórico con parte del empedrado original  conservado.

Por último, en colaboración con los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid y de la Confederación Hidrográfica del Tajo, se llevaron a cabo las actuaciones oportunas para restablecer el terreno natural y dejar el paisaje libre de cualquier desperfecto que la ejecución de los trabajos de restauración hubiera podido ocasionar.

Asimismo, se ha procedido a la disposición de carteles de difusión de las actuaciones realizadas y del funcionamiento del batán.

Plan de actuación sobre puentes históricos. Puente del Batán, Colmenar Viejo

El puente del Cura está situado en el término municipal de Las Navas de Buitrago, en el camino que comunica este pueblo con Cinco Villas, sobre el arroyo de La Nava. Su origen, así como su nombre, se debe al camino que tenía que recorrer el párroco para ir a decir misa en la localidad vecina de Cincovillas. Este recorrido cruza el arroyo de La Nava, cuyo cauce en invierno y primavera hacía difícil el paso, por lo que los feligreses decidieron construir un puente que facilitara esta tarea.

Se trata de un puente de reducidas dimensiones erigido sobre el arroyo de La Nava y orientado en el sentido del camino, Norte-Sur. Consta de un solo vano con bóveda de medio punto construida con sillería de granito; sobre la bóveda se apoyan los tímpanos, de mampostería de piedra y sobre ellos destaca una línea de imposta horizontal también de granito en la que descansan las grandes piezas que conforman los pretiles. Destacan cuatro piezas exentas de granito, labradas con forma troncocónica y situadas en los extremos de los pretiles.

Del pavimento, que lo tuvo a juzgar por el arranque de los pretiles y la cota de la pieza de aliviadero o salida de agua, no se conserva nada en la actualidad.

La Dirección General de Patrimonio Cultural intervino en 2014 en el puente del Cura acometiendo la restauración integral del mismo. Las obras supusieron:

  • La consolidación de los muros de contención laterales, habiéndose repuesto el material pétreo perdido y efectuado el relleno de juntas en los puntos que lo han requerido. La reposición de las losas de granito que rematan estos elementos en su parte superior.
  • El refuerzo del apoyo de la margen norte de la bóveda del puente.
  • La recuperación de niveles originales en el tablero y en el entorno inmediato.
  • La pavimentación y tratamiento de fábricas mediante reposición de piezas perdidas.
  • La limpieza y retirada de la vegetación enraizada en la fábrica del puente.
  • La recogida del material encontrado en el cauce del río y su entorno. El material original del puente fue reutilizado en la intervención.
  • Disposición de cartelería informativa sobre las acciones realizadas.

Plan de actuación sobre puentes históricos. Puente del Cura, Lozoyuela, Navas y Sieteiglesias

 

El puente del Pasadero está situado sobre el río Perales, uno de los principales afluentes del Alberche, aguas abajo de la presa de Cerro Alarcón y al final de la vía pecuaria denominada Colada del Camino de Quijorna.

La teoría de mayor peso sobre su antigüedad y origen es la que apunta hacia que pudiera tratarse de uno de los cinco puentes construidos durante la dominación islámica en el centro de la Península, en el camino que enlazaba Talamanca de Jarama con el Valle del Tiétar. El objetivo de estos puentes era unir las diferentes ciudadelas y atalayas de observación erigidas por los musulmanes.

El puente del Pasadero, de reducidas dimensiones, se levanta sobre un pequeño encajamiento del río Perales y está cimentado directamente sobre la roca. El material empleado en su construcción fue el granito del lugar. El único elemento conservado es su bóveda de cañón de medio punto sobre la que se apoyan los tímpanos.

En 2010 la Dirección General de Patrimonio Cultural llevó a cabo un conjunto de actuaciones en las que se consolidaron las fábricas, se reconstruyó uno de los muros laterales de contención de tierras y se mejoró la accesibilidad del puente.

En 2014, nuevamente se impulsó un proyecto que tuvo por objetivo la reconstrucción de los pretiles, perdidos en su totalidad, la consolidación de los estribos laterales y la ampliación en altura del muro de contención reconstruido en la intervención ejecutada en 2010, todo ello con la finalidad de garantizar la seguridad de los viandantes y de devolver al puente su configuración física original. Tanto para la consolidación de los muros de contención como para la reconstrucción de los pretiles, se utilizaron piezas originales dispersas en el entorno inmediato.

Asimismo se intervino en el intradós de la bóveda para eliminar humedades y rejuntados inapropiados o que se encontraban en mal estado. Se efectuaron diversos tratamientos de limpieza por medios manuales, tras los cuales se procedió a repasar las grietas y a sellar oquedades con inyecciones de mortero de cal.

Como el tablero del puente había desaparecido y se transitaba directamente sobre las piezas de la fábrica de la bóveda por su trasdós, se procedió a la inyección de mortero de cal en las oquedades entre sillares, con el fin de evitar filtraciones de agua que pudieran producir erosiones mayores.

Por último, se dispusieron carteles informativos sobre la actuación en el entorno.

Plan de Puentes Históricos. Puente del Pasadero, en Navalagamella.

 

El puente de Malpartida se ubica sobre el río Perales, en la antigua carretera que va de Alcorcón a San Martín de Valdeiglesias.

Su construcción finalizó en 1894. Se trata de un puente con estructura metálica sobre estribos de fábrica mixta, que permite salvar una longitud de 24,75 m. El sistema estructural está constituido por dos grandes cerchas trianguladas articuladas en los apoyos, cuyas barras superiores están compuestas por segmentos de vigas cajón con forma de “U” invertida.

Teniendo en cuenta el estado de deterioro generalizado del puente, la Dirección General de Patrimonio Cultural ha desarrollado entre 2014 y 2015 una intervención de conservación y restauración integral, consistente en dos fases de actuación.

El desuso del tramo de carretera al que daba servicio el puente provocó su empleo esporádico por peatones y de manera extraordinaria por vehículos.

La estructura metálica presentaba notables patologías y carencias, debidas en su mayor parte a la falta de mantenimiento y a la acción de los agentes naturales. De manera más concreta, el tablero mostraba discontinuidades en su pavimentación y un recrecido inapropiado del relleno. El soporte constituido por las bovedillas metálicas carecía de un sistema adecuado de evacuación del agua de lluvia, por lo que ésta se embalsaba en el interior del relleno propiciando la oxidación generalizada de los componentes metálicos, y las barandillas laterales –no originales-, no cumplían plenamente su función protectora.

Consiguientemente, la Dirección General dispuso una intervención, tendente por un lado a la reparación de los componentes dañados y a la mejora de su capacidad funcional, y por otro, a la revalorización de sus significados culturales. En una primera fase, se actuó en el tablero y la barandilla del puente, al objeto de garantizar la conservación del bien así como de dotarlo de las medidas de seguridad necesarias para su disfrute público.

Las actuaciones realizadas fueron las siguientes:

- Análisis y ensayos de caracterización a efectos de definición de las intervenciones.

- Desbroce y limpieza del tablero. Demolición de elementos de protección y vaciado de dicho elemento.

- Reparación de los componentes metálicos dañados del tablero

- Construcción de tablero y barandilla nuevos.

- Reparación de estribos de fábrica, con aporte de nuevos rejuntados y enfoscados, y tratamiento de mesetas superiores.

En una segunda fase, se ha procedido a solventar los daños provocados por la acción de los agentes naturales, así como por la falta de mantenimiento, que afectaban a la estructura del puente. En esencia, se trataba de: la invasión de la maleza en los componentes perimetrales, la pérdida generalizada de la protección proporcionada por los acabados, las consiguientes oxidaciones de la estructura y el deterioro de las fábricas.

En este sentido, se ha procedido a la reparación puntual de las partes dañadas, la limpieza de las superficies, la eliminación de la maleza y la creación de un mirador y camino.

Plan de actuación sobre puentes históricos. Puente de Hierro de Malpartida, Villanueva de Perales y Villamantilla

 

El puente de Alcanzorla se ubica en el término municipal de Galapagar, localidad situada en la zona noroeste de la Comunidad de Madrid, en un paraje de alto valor ambiental, protegido por su inclusión dentro del Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama.

El puente responde a una factura medieval posiblemente de origen islámico (S. IX-X) y fue levantado para servir al camino militar que unía las atalayas o almenaras que protegían a los musulmanes de las incursiones de los cristianos del norte.

Presenta unas proporciones inequívocamente andalusíes, que incorporan un único arco de medio punto, de la forma conocida como "lomo de asno", con una anchura de tablero de medidas habitualmente utilizadas en los puentes hispanomusulmanes de época emiral y califal, que difieren de los puentes de factura romana y de los cristianos. La construcción se realizó en piedra de granito encajada en la estructura mediante mampostería, a excepción de las dovelas de la bóveda que están formadas por sillares regulares.

El estado de conservación del puente era precario, con la pérdida total de sus pretiles y gran parte de los tímpanos. Los arranques a ambos lados del río se encontraban asimismo deteriorados, comprometiendo la estabilidad de la bóveda.

Considerando la situación del bien, la Dirección General de Patrimonio Cultural acometió en 2015 el desarrollo de un proyecto para su restauración, comenzando con la limpieza y desbroce del entorno así como con la realización de dos catas arqueológicas. Posteriormente se procedió a una lectura de paramentos y a su consiguiente limpieza, eliminando a su vez la colonización biológica. Finalmente, se procedió a su consolidación y retacado, tratando también oquedades y descalces y recuperando parcialmente sus arranques.

Plan de actuación sobre puentes históricos. Puente de Alcanzorla, Galapagar

 

Ubicado en el Paseo del Monasterio Antiguo, cruzando sobre el río Guadarrama, se sitúa el denominado puente junto a Monesterio, en los términos municipales de El Escorial y San Lorenzo de El Escorial. Esta obra se incluye en Camino Real, denominado actualmente “Colada del Camino de Villalba”, que comunicaba el monasterio de San Lorenzo con la finca histórica de El Campillo y el asentamiento urbano de Monesterio.

El actual puente de piedra data de la primera mitad del siglo XVII y sigue las trazas del arquitecto mayor de la Corona Juan Gómez de Mora. El puente respondería a una propuesta que el prior del monasterio de San Lorenzo del Escorial remitió al rey Felipe III para reedificar tres puentes de madera existentes entre el camino de El Campillo y Monesterio.

El puente responde a un esquema de cuatro ojos, cuya longitud es de 52 m. y su anchura de 4.60 m. Dispone de tres pilas intermedias, con tajamares situados aguas arriba para disminuir la presión de la corriente de agua sobre dichos soportes. Sobre las pilas se disponen cuatro grandes arcos que sirven como estructura para el tablero superior, cuyos lados quedan protegidos por sendos pretiles. Junto al acceso oriental, en el lado sur, quedan los restos de la puerta de entrada. Destaca la alta calidad de los materiales (sillería de granito muy bien escuadrada) y la cuidada ejecución de los sistemas constructivos.

A la vista del estado de abandono del elemento, la Dirección General de Patrimonio Cultural procedió a realizar una actuación sobre este puente histórico.

Al realizar las investigaciones arqueológicas asociadas a la intervención, se descubrió que el puente presentaba una envergadura considerablemente mayor que la supuesta, pues apareció enterrado un ojo desconocido hasta la fecha, así como el auténtico gálibo del tablero del puente, que está dotado de una notable curvatura, la cual había quedado sepultada por sucesivos rellenos realizados con la finalidad de rectificar la rasante del camino originario.

Tras proceder a la limpieza y desbroce de la maleza que invadía el elemento, se comenzaron los trabajos de restauración, que afectaron a la totalidad del puente. Se procedió al tratamiento de las jambas de acceso dotándolas de un apoyo adecuado, y recuperando volumétricamente la jamba norte.

Gracias a la cantidad de fábrica original recuperada del cauce del río se pudo recuperar gran parte del empedrado del pavimento original y se colocaron las piezas de los pretiles siguiendo la traza que marcan los sillares de las impostas que rematan los laterales del tablero. Finalmente se procedió a la limpieza y saneamiento de las fábricas, dotándolas de una capa de protección que reduzca la absorción de agua de las mismas.

Plan de actuación sobre puentes históricos. Puente junto a Monesyerio, El Escorial

 

El  Puente del Congosto está situado sobre el río del mismo nombre, sito en el municipio de Lozoya, en el Valle Alto del Lozoya, en la Sierra Norte de Madrid, a 2 km de Rascafría. La zona se integra en el Parque nacional de la Sierra de Guadarrama.

El puente, así como el molino harinero que se sitúa aguas arriba, en la margen izquierda del río Lozoya, se encuentran vinculados al camino histórico que comunicaba los núcleos de los municipios del Valle del Lozoya, antes de que se construyese el Monasterio de El Paular y de que se abriesen otras rutas alternativas que comunicarían los valles del río Miraflores con el propio Monasterio. En la actualidad, se realizan prospecciones y estudios arqueológicos, tanto de la construcción del molino como de su entorno, a fin de descubrir los canales que conducían el agua desde el río hasta el molino y desde este de nuevo al río.

El puente es de origen medieval, con un solo ojo y bóveda de medio punto. Está cimentado directamente sobre la roca y construido en piedra sin labrar y con mampostería.

La elección del lugar para su construcción responde a que se trata del lugar donde la distancia entre márgenes del río Lozoya es menor. Su gran altura respecto al caudal constituía una garantía de permanencia y estabilidad frente a las grandes fluctuaciones y fuertes avenidas que experimenta el río.

Antes de la restauración, el puente se encontraba semioculto a consecuencia de la espesura de la vegetación aguas arriba. Los problemas más graves eran los relacionados con la falta de mantenimiento. Como consecuencia, había perdido el solado de la parte central y diferentes materiales de la estructura, como es el caso de los pretiles originales.

También se conservaban marcas de rodadura en diferentes localizaciones, entendidas como vestigio histórico, por lo que la intervención ha pasado por mantener y potenciar su visión.

La restauración del Puente del Congosto comprende dos fases. En la actualidad, la Dirección  General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid ha concluido la primera de las de ellas, consistente en la consolidación y la restauración de los elementos más deteriorados. En el transcurso de la intervención se ha atajado el acceso de agua y se han habilitado los medios oportunos para impedir futuras filtraciones. Asimismo, se ha creado una capa impermeable con mortero de cal, que a su vez ha  permitido recrear el solado perdido.

También en esta primera fase se levantó parte del solado de grandes dimensiones, que permitieron conocer, documentar y recuperar los niveles originales. En este sentido, el estudio arqueológico ha permitido acotar las etapas constructivas del puente, conocer, documentar y recuperar los niveles originales y marcar las pautas a seguir.

Durante la restauración se emplearon las mismas técnicas y materiales que los originales. Se han consolidado los elementos inestables y se ha procedido a la reconstrucción de los elementos perdidos, siguiendo los patrones obtenidos como resultado de las prospecciones arqueológicas realizadas.

Como resultado de la actuación se puede afirmar que se ha solucionado la estabilidad del puente, se han atajado las filtraciones y el deterioro sufrido durante siglos.

Los trabajos de cantería y la adecuación del entorno inmediato se realizarán en la segunda fase.

Puente del Congosto
Puente del Congosto